PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3378 ~ Martes 4 de Julio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
ocasiones, se necesita mucha fortaleza para oponerse a las ideas y costumbres
del mundo que nos rodea.
Por
eso, se necesitan médicos católicos que defiendan la vida a capa y espada, y
sean excelentes en su labor. Necesitamos maestros católicos, que enseñen
siempre la verdad y no se dejen sobornar por la mentira. Necesitamos
historiadores y científicos católicos que descubran la verdad, filósofos
católicos, que ayuden a encontrar el sentido de la vida. Y también se necesitan
ingenieros, abogados y empresarios de conducta intachable e insobornable.
Se
necesitan políticos católicos, que velen por el bienestar de todos y no
claudiquen ante la mentira, la corrupción o la cultura de la muerte.
Necesitamos artistas católicos que creen obras de arte que perfumen nuestro
mundo con la belleza sin tener que acudir a groserías ni denigrar los valores
sagrados. Necesitamos literatos católicos y comunicadores que proporcionen la
verdad a través de los medios de comunicación. En una palabra, se necesitan
católicos que trabajen por un mundo mejor, pero siguiendo los principios
cristianos del amor, la verdad, la solidaridad y la paz.
¿Somos
testigos de Jesús?
¡Buenos días!
Intercede por las personas
La
oración hecha con fe y amor llega al corazón de Dios. La beata María Romero de
Nicaragua una vez se empeñó en conseguir una gracia muy importante y no fácil,
practicando una devoción especial. He aquí la narración.
Hay una devoción que consiste en rezar mil avemarías
en la Asunción o Inmaculada Concepción de María, para obtener gracias
imposibles. Beata María Romero estaba muy apenada porque su padre no comulgaba
desde hacía más de un año. Ese 8 de diciembre se propuso arrancar a la Virgen
María la gracia de su conversión. Ella era la animadora musical del Colegio.
Ese día hubo dos misas solemnes a la mañana, a la tarde una celebración con
cantos y la bendición con el Santísimo. Luego una función de gala en el teatro
con varios números musicales. No se sabe cómo, pero Sor María Romero encontró
tiempo para las mil avemarías. Cuando de noche salía del teatro con partituras
bajo el brazo, el capellán al cruzarse con ella en el pórtico le dijo:
“¿Adivina quién comulgó esta mañana? Tu padre”. La Virgen Inmaculada se había
adelantado en concederle la tan ansiada gracia.
Tú
también puedes interceder por las personas queridas para que el Señor, con su
gracia, las acerque a él. Es éste un acto de exquisita caridad porque mira
directamente a la salvación eterna, el bien más grande para el hombre. Por otra
parte, “quien salva un alma, asegura la salvación de la suya”. Te deseo de
corazón un día de mucha paz.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. De pronto
se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por
las olas; pero Él estaba dormido. Acercándose ellos le despertaron diciendo:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Díceles: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de
poca fe?». Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una
gran bonanza. Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién es éste, que
hasta los vientos y el mar le obedecen?». (Mt 8,23-27)
Comentario:
Hoy,
Martes XIII del tiempo ordinario, la liturgia nos ofrece uno de los fragmentos
más impresionantes de la vida pública del Señor. La escena presenta una gran
vivacidad, contrastando radicalmente la actitud de los discípulos y la de
Jesús. Podemos imaginarnos la agitación que reinó sobre la barca cuando «de
pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba
tapada por las olas» (Mt 8,24), pero una agitación que no fue suficiente para
despertar a Jesús, que dormía. ¡Tuvieron que ser los discípulos quienes en su
desesperación despertaran al Maestro!: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!» (Mt
8,25).
El
evangelista se sirve de todo este dramatismo para revelarnos el auténtico ser
de Jesús. La tormenta no había perdido su furia y los discípulos continuaban
llenos de agitación cuando el Señor, simplemente y tranquilamente, «se levantó,
increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza» (Mt 8,26). De la
Palabra increpatoria de Jesús siguió la calma, calma que no iba destinada sólo
a realizarse en el agua agitada del cielo y del mar: la Palabra de Jesús se
dirigía sobre todo a calmar los corazones temerosos de sus discípulos. «¿Por
qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» (Mt 8,26).
Los
discípulos pasaron de la turbación y del miedo a la admiración propia de aquel
que acaba de asistir a algo impensable hasta entonces. La sorpresa, la
admiración, la maravilla de un cambio tan drástico en la situación que vivían
despertó en ellos una pregunta central: «¿Quién es éste, que hasta los vientos
y el mar le obedecen?» (Mt 8,27). ¿Quién es el que puede calmar las tormentas
del cielo y de la tierra y, a la vez, las de los corazones de los hombres? Sólo
quien «durmiendo como hombre en la barca, puede dar órdenes a los vientos y al
mar como Dios» (Nicetas de Remesiana).
Cuando
pensamos que la tierra se nos hunde, no olvidemos que nuestro Salvador es Dios
mismo hecho hombre, el cual se nos acerca por la fe.
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico:
Santa Isabel de Portugal
Reina y Terciaria Franciscana
Hija
de Pedro III de Aragón y de Constanza de Sicilia, nació hacia 1270 en Zaragoza
o en Barcelona; era nieta de Jaime I el Conquistador y sobrina de santa Isabel
de Hungría, que le sirvió de modelo. Muy joven fue dada en matrimonio al rey de
Portugal, don Dionís, del que tuvo dos hijos. Fortalecida con la oración y la
práctica de las obras de misericordia, soportó con paciencia y humildad las
infidelidades de su esposo y las tribulaciones provenientes, sobre todo, de los
enfrentamientos entre sus familiares. Al morir su marido, a quien atendió
personalmente con todo cariño en su última enfermedad, distribuyó sus bienes
entre los pobres y quiso retirarse a un convento de clarisas; no pudo hacerlo
por los problemas familiares y tomó el hábito de la Orden Tercera de San
Francisco. Murió en Estremoz el 4 de julio de 1336, cuando viajaba tratando de
establecer la paz entre su hijo y su nieto, reyes de Portugal y de Castilla
respectivamente.
Oración: Oh Dios, que creas la paz y amas la caridad,
tú que otorgaste a santa Isabel de Portugal la gracia de conciliar a los
hombres enfrentados, muévenos, por su intercesión, a poner nuestros esfuerzos
al servicio de la paz, para que merezcamos llamarnos hijos tuyos. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Los
países de América Latina son ricos en historia, cultura, recursos naturales,
además sus gentes son ‘buenas’ y solidarias con los demás pueblos […] Algunos
países están atravesando momentos difíciles a nivel político, social y
económico. Los ciudadanos que tienen menos recursos son los primeros en notar
la corrupción que existe en las distintas capas sociales y la mala distribución
de las riquezas […] Sé que muchos países trabajan y luchan para lograr una
sociedad más justa, promoviendo una cultura de la legalidad. La promoción del
diálogo político es esencial, ya sea entre los distintos miembros de esta
asociación, así como también con países de otros continentes, de modo especial
con los de Europa, por los lazos que los unen”
Tema del día:
¿Consulto los horóscopos?
1) Para saber
En
el Antiguo Testamento, hay un relato en el Génesis sobre el llamado que Dios le
hace a Abraham para dejar su tierra, su parentela, su casa, y vaya a una tierra
desconocida para formar un nuevo pueblo.
El
Papa Francisco nos invita a aprender de la respuesta confiada de Abraham, quien
deja todo y bendiciendo al Señor, lo sigue. Ser cristiano, dice el Papa, lleva
siempre esta dimensión de despojarse de algo para seguir a Dios. Lo encontramos
también en la vocación de los Apóstoles y, ya en plenitud, cuando Jesús se
despoja de todo, incluso su propia vida, en la Cruz.
El
cristiano no tiene que consultar el horóscopo para ver el futuro; ni va al
adivino que tiene la bola de cristal, o va a que le lean la mano o las cartas.
No. Y no pasa nada si no sabe el futuro, porque es propio del cristiano ser
guiado, saberse en unas manos paternales de Dios y por ello bendice, sea cual
fuere su porvenir; es un modo de despojarse de uno mismo y confiarse en manos
de Dios. Como un niño se deja guiar por sus padres, así cada cristiano es hijo
de Dios y se deja guiar alegremente por Él.
2) Para pensar
Un
misionero en África quiso traducir el evangelio de san Juan a la lengua de la
tribu que atendía. Lo iba haciendo muy bien, pero se encontró con la dificultad
de traducir la palabra «Creo», ya que no había una palabra equivalente en esa
lengua.
Entonces
acudió a uno de los cristianos más antiguos, y aquel hombre le dijo: «Nos sirve
la frase: ‘Oigo en mi corazón’ para traducirla».
El
misionero comprendió que los fieles habían comprendido con profundidad lo que
es creer: es escuchar en lo hondo de nuestro corazón la voz de Dios que nos
habla.
Habría
que pensar si sabemos dejarnos guiar por esa voz del Señor.
3) Para vivir
Decía
santa Teresa de Jesús que la fe no es un libro de teología arrumbado en un
estante lleno de polvo, sino que es Jesús viviendo con nosotros; presente en
cada instante de nuestra realidad: Es como una persona que estuviese en una muy
clara pieza con otra persona y cerrasen las ventanas y se quedasen a oscuras;
no porque se quitó la luz para verla deja de entender que está allí (Cfr. 7
Moradas 1,9). Dios siempre está con nosotros aunque no lo veamos.
Por
eso, aunque no veamos, hemos de descubrir en todo la buena voluntad de Dios y
saber bendecirlo. También en las cosas malas. Así como Abraham se fio, bendijo
a Dios, y se puso en camino, así cada día comenzamos un nuevo camino. Cada día
hay que fiarse del Señor, aceptar un camino donde habrá sorpresas, muchas veces
no serán buenas, por ejemplo una enfermedad o una muerte. Pero es un camino por
donde el Señor nos lleva y siempre estaremos seguros bajo su protección
caminando hacia una tierra que ha preparado para nosotros.
Por
ello, la recomendación papal de bendecir siempre a Dios. “Bendecir”, significa “bien
decir”. Y si bendecimos a Dios y a los demás, “decimos bien de Dios y decimos
bien de los otros”, y nos disponemos también a ser bendecidos. Nuestra vida ha
de convertirse en una continua bendición a Dios.
© Pbro. José Martínez Colín
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de Julio de
2017
“Queridos
hijos, os doy las gracias porque respondéis a mis llamadas y porque os reunís
en torno a mí, vuestra Madre Celestial. Sé que pensáis en mí con amor y
esperanza, y yo también siento amor hacia todos vosotros, como también lo
siente mi amadísimo Hijo que, en su amor misericordioso, siempre y de nuevo me
envía a vosotros. Él, que se hizo hombre, que era y es Dios, Uno y Trino; Él,
que por vuestra causa ha sufrido en el cuerpo y en el alma. Él, que se ha hecho
Pan para nutrir vuestras almas, y así salvarlas. Hijos míos, os enseño cómo ser
dignos de Su amor, a dirigir a Él vuestros pensamientos, a vivir a mi Hijo.
Apóstoles de mi amor, os envuelvo con mi manto porque, como Madre, deseo
protegeros. Os pido: orad por todo el mundo. Mi Corazón sufre, los pecados se
multiplican, son muy numerosos. Pero con vuestra ayuda, que sois humildes,
modestos, llenos de amor, ocultos y santos, mi Corazón triunfará. Amad a mi
Hijo por encima de todo y a todo el mundo por medio de Él. No olvidéis nunca
que cada hermano vuestro lleva en sí algo precioso: el alma. Por eso, hijos
míos, amad a todos aquellos que no conocen a mi Hijo, para que, por medio de la
oración y del amor que proviene de esta, puedan ser mejores; para que la bondad
en ellos pueda vencer, para que las almas se salven y tengan vida eterna.
Apóstoles míos, hijos míos, mi Hijo os ha dicho que os améis los unos a los
otros. Que esto esté escrito en vuestros corazones y con la oración procurad
vivir este amor. ¡Os doy las gracias!”
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud
de Raúl F. Z. (Rauli), de Santa Fe,
Argentina, para que el Señor lo bendiga y lo asista en sus necesidades y
fortalezca a sus hermanas que lo atienden con amor.
Pedimos oración para Angélica Pilar D. F., de 69 años de
edad, de Texas, USA, gravemente descompensada luego de dos cirugías de
estómago, con respiración asistida, neumonía y un estado muy crítico. Que la
misericordia de Dios le conceda el milagro de recuperarse.
Pedimos oración para Ayde G. P., de Colombia, afectada de
una enfermedad oncológica, rogando la intercesión de nuestra Madre, la Virgen
de Lourdes, para que el Señor Jesús le conceda sus gracias de sanación.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Julio 4
El
Corazón de María guardaba la Palabra de Dios y todos los acontecimientos de
salvación realizados por su Hijo Jesucristo. Su existencia fue una plena
comunión con su Hijo desde el sí de la anunciación hasta la aceptación del
martirio de Jesús en la cruz.
Quienes
se acercaban a ella escucharán como un eco del Evangelio esta recomendación:
Dichoso si guardas en el corazón la Palabra de Dios y la cumples.
Santa María, concédenos guardar la Palabra en el
corazón para convertirnos en Evangelio de Dios.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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