PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3382 ~ Sábado 8 de Julio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Llegando
ya al ansiado descanso del fin de semana, tenemos que proponernos vivirlo con
optimismo y entusiasmo. Es necesario ser conscientes de nuestra condición de
hijos amados de Dios.
Seamos
optimistas contra toda dificultad, para ver este día como una oportunidad más
de disfrutar la vida con espíritu alegre y con la esperanza activa de decidir
ser, en el futuro más próximo, la persona exitosa y feliz que merecemos.
Pidamos
al Señor que nos dé su luz y nos ayude a soñar lo mejor, haciendo todo lo
posible por convertir en realidad lo que soñamos.
¡Buenos días!
Las dos plantas
La
tormenta es un buen símbolo de nuestras crisis, angustias, pérdidas, fracasos.
En fin para todo lo que se presenta como algo doloroso, funesto e indeseable en
tu vida. Pero son inevitables. Lo bueno es encontrar en todas ellas el lado
positivo, porque muy expresivamente escribió Luis Veuillot “hay bendiciones de
Dios que entran en casa rompiendo los cristales”.
Dos plantas, iguales, nacieron al mismo tiempo, y a
pocos metros de distancia una de otra, de dos semillas hermanas. Una brotó en
la orilla de un camino, siendo a veces cubierta de polvo, otras de lodo,
quemada por el sol, en los días de verano, helada por el frío en las noches de
invierno, azotada por la lluvia, batida por el viento, y creció bien verde,
vivaz y lozana. La otra brotó al reparo de un techito que allí estaba, al pie
de una pared, y no tuvo que luchar contra viento alguno; la lluvia no la
mojaba, ni la quemaba el sol, y apenas sentía un poco de frío durante las
noches largas de agosto; y por esto mismo, creció delgada, endeble y descolorida.
Es que el luchar y sufrir conservan la vida. (Godofredo Daireaux).
Hay
personas que saben transformar su debilidad en fortaleza. Los límites reales
que tienen en la vida los impulsan de tal modo que se distinguen entre sus
iguales. De un obstáculo hacen un punto de apoyo para lanzarse adelante con más
fuerza que el común de la gente. Que pases un buen día, incluso salvando
obstáculos.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué
nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo:
«¿Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está
con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo
añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor. Ni tampoco se echa
vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el
vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se
echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan». (Mt 9,14-17)
Comentario:
Hoy
notamos cómo con Jesús comenzaron unos tiempos nuevos, una doctrina nueva,
enseñada con autoridad, y cómo todas las cosas nuevas chocaban con la praxis y
el ambiente dominante. Así, en las páginas que preceden al Evangelio que
estamos contemplando, vemos a Jesús perdonando los pecados al paralítico y
curando su enfermedad, mientras que los escribas se escandalizan; Jesús
llamando a Mateo, cobrador de impuestos y comiendo con él y otros publicanos y
pecadores, y los fariseos “subiéndose por las paredes”; y en el Evangelio de
hoy son los discípulos de Juan quienes se acercan a Jesús porque no comprenden
que Él y sus discípulos no ayunen.
Jesús,
que no deja nunca a nadie sin respuesta, les dirá: «¿Pueden acaso los invitados
a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que
les será arrebatado el novio; entonces ayunarán» (Mt 9,15). El ayuno era, y es,
una praxis penitencial que contribuye a «adquirir el dominio sobre nuestros
instintos y la libertad del corazón» (Catecismo de la Iglesia, n. 2043) y a
impetrar la misericordia divina. Pero en aquellos momentos, la misericordia y
el amor infinito de Dios estaba en medio de ellos con la presencia de Jesús, el
Verbo Encarnado. ¿Cómo podían ayunar? Sólo había una actitud posible: la
alegría, el gozo por la presencia del Dios hecho hombre. ¿Cómo iban a ayunar si
Jesús les había descubierto una manera nueva de relacionarse con Dios, un
espíritu nuevo que rompía con todas aquellas maneras antiguas de hacer?
Hoy
Jesús está: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt
28,20), y no está porque ha vuelto al Padre, y así clamamos: ¡Ven, Señor Jesús!
Estamos
en tiempos de expectación. Por esto, nos conviene renovarnos cada día con el
espíritu nuevo de Jesús, desprendernos de rutinas, ayunar de todo aquello que
nos impida avanzar hacia una identificación plena con Cristo, hacia la
santidad. «Justo es nuestro lloro —nuestro ayuno— si quemamos en deseos de verle»
(San Agustín).
A
Santa María le suplicamos que nos otorgue las gracias que necesitamos para
vivir la alegría de sabernos hijos amados.
Rev. D. Joaquim FORTUNY i Vizcarro (Cunit, Tarragona,
España)
Santoral Católico:
Beato Eugenio III
Papa
Nació
cerca de Pisa (Italia). Siendo allí canónigo conoció a san Bernardo, de quien
fue discípulo predilecto, e ingresó en la Orden Cisterciense. Lo enviaron a
Italia y fue abad de San Silvestre de Farfa y luego de la abadía de Acque
Salvie o Tre Fontane de Roma. Elegido papa, tuvo que irse a Farfa para recibir
la coronación; hizo las paces con el Senado, y volvió a Roma, de la que aún
tendría que huir varias veces más. En 1147 fue a Francia para tratar con san
Bernardo de la reforma de la curia y de la Iglesia. El propio Eugenio dio
ejemplo de una espiritualidad en la que la austeridad de la vida monástica se
conciliaba con las responsabilidades del pontificado. Mientras, en Roma, lo
atacaba Arnaldo de Brescia, a quien el Papa excomulgó. En 1145 convocó una
cruzada que, a pesar del apoyo de san Bernardo, no tuvo éxito. Presidió
concilios en París, Tréveris, Reims y Cremona. Tuvo diferencias con Federico I
Barbarroja, pero se logró el acuerdo de Constanza en 1153. Murió en Tívoli (Italia)
el 8 de julio de 1153.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al
papa beato Eugenio al frente de tu pueblo para que, con su ejemplo y su
palabra, le ayudara a crecer en santidad; protege por su intercesión a los
pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre
caminen por las sendas de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del Santo Padre Pío
"Ten
paciencia al perseverar
en
este santo ejercicio de la meditación
y
confórmate con comenzar dando pequeños pasos,
hasta
que tengas dos piernas para correr,
y
mejor aún, alas para volar"
Temas Médicos:
Envejecer
Nadie
quiere morir joven, pero nadie quiere envejecer. No parece que el dilema vaya a
tener una fácil solución, a no ser que todas las ciencias y el principal de
todos los saberes, que es la sabiduría espiritual o el saber vivir a fondo, se
den la mano para enseñarnos el arte de vivir, el arte de envejecer y el arte de
morir.
Vivir,
envejecer y morir humanamente. ¿De qué nos servirán nuestros teneres, poderes y
saberes, si no sabemos vivir? ¿Y de qué nos valdrán los beneficios de la
juventud si no aprendemos a envejecer y no aceptamos morir?
Pero
¿acaso no sería preferible no tener que envejecer ni morir? ¿Y si fuera posible
evitar lo uno y lo otro? La pregunta no es superflua. Hace unos días, a un
científico francés experto en el asunto le escuché que ya han nacido quienes
van a vivir 200 años. Ya al ritmo actual, antes del 2050, el porcentaje de los
habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará.
Y
es de suponer que las nuevas tecnologías, aún apenas ensayadas o todavía ni
siquiera imaginadas, podrán ir retrasando indefinidamente la temida muerte
(¿por qué tan temida “nuestra hermana la muerte corporal”, que decía Francisco
de Asís y a la que dio la bienvenida a los 44 años?). No es absurdo pensar que
algún día, no demasiado lejano, nuestra especie Sapiens llegará a una cierta
a-mortalidad. Me asusto de solo pensarlo. Me asusto porque solo algunos se
podrán beneficiar de esa a-mortalidad –los más ricos, como siempre, a costa de
los empobrecidos–, y también porque temo que la a-mortalidad traiga consigo más
males que bienes para quienes la posean.
Hoy
por hoy, prefiero morir a prolongar esta vida indefinidamente. Y prefiero
envejecer antes de que la hermana muerte funda del todo mi aliento vital con el
Aliento Vital. Y quiero elegir ese momento con la mayor libertad y, cuando
llegue, ser dueño de mi aliento para darlo por fin enteramente. Para eso quiero
envejecer.
¿Pero
qué es envejecer? Desde un punto de vista biológico, envejecer significa
acumulación de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo. Los órganos
se cansan, las piernas se vuelven más torpes, la memoria más floja, la mente
más débil. No es esa vejez la que quiero, aunque hoy parece inevitable. Espero
que algún día podremos evitar todos esos deterioros, y así lo deseo, siempre y
cuando –salvedad crucial– no sea a costa de la igualdad de todos los humanos y
de la armonía de todos los vivientes.
No
bastará vivir muchos años si no vivimos humanamente. No bastará con evitar la
vejez en cuanto deterioro biológico, si no alcanzamos la sabiduría espiritual,
la sabiduría de la vida profunda. No bastará con mantenernos jóvenes de cuerpo,
si no llegamos a ser sabios de espíritu.
Pues
bien, muchas tradiciones han asimilado la vejez en cuanto ancianidad (acompañada
de muchas pérdidas) con esa sabiduría de la vida. Quiero reivindicar esa
acepción del término vejez, contra el frívolo y unilateral enaltecimiento de la
juventud, la glorificación de la salud y de la forma física, la exaltación de
las facultades corporales y mentales, la búsqueda del elixir de la eterna
juventud en farmacias, parafarmacias, herbolarios, droguerías, grandes
superficies, páginas web y tiendas online. No solo de juventud vive el ser
humano, sino de sabiduría. Cierto que la sabiduría no depende del número de
años, pero es más fácil encontrarla en los viejos que en los jóvenes, con
perdón de los jóvenes y sin contarme entre los sabios.
La
condición de la sabiduría es saber envejecer. Es decir: saber que hay un tiempo
para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para intentar y un tiempo para
desistir, un tiempo para hablar y un tiempo para callar, un tiempo para crecer
y un tiempo para decrecer, un tiempo para liderar y un tiempo para dejarse
llevar.
Envejecer
es descubrir que todo ha valido la pena a pesar de todo, y que aceptarlo todo
aceptándose del todo es la única forma de transformarlo todo. Envejecer es
reconocer que la bondad es lo único que ha valido y que valdrá la pena. Y
llegar por fin a la paz consigo y con todo.
Envejecer
es darnos del todo, hasta morir, hasta nacer, hasta ser nuestro ser verdadero
en la Plenitud de lo que ES.
© Arregi José
Humor de sábados
-
Yo era tan feo que, cuando nací, el doctor me tiró al aire y dijo: "si
vuela es murciélago", y luego me tiró en el agua y dijo: "si nada, es
cocodrilo".
-
Era tan feo, que cuando nací me metieron en una incubadora... con vidrios
polarizados.
-
Era tan feo, que cuando nací no lloré yo… ¡Lloró el doctor, mi papá y mi mamá!
-
Era tan feo que la primera vez que fui de campamento los coyotes prendieron
fogatas para que no me acercara.
-
Era tan feo, que me dolía la cara. Cuando fui al zoológico los monos me tiraban
galletitas.
-
Era tan feo que los ratones me comieron el documento y dejaron la foto.
-
Era tan feo que el psiquiatra me hacía acostar boca abajo.
-
Era tan feo, pero tan feo, que cuando mandé mi foto por e-mail, el antivirus la
bloqueó.
-
Era tan feo que me echaban del tren fantasma porque "asustaba
demasiado".
-
Era tan feo que cuando me miraba en el espejo, el reflejo se tapaba los ojos…
-
Era tan feo que tiré un boomerang y éste no regresó nunca más.
-
Era tan feo que cuando iba al banco, apagaban las cámaras de seguridad.
-
Era tan feo que cuando fui a la casa de los espantos... regresé con una
solicitud de empleo.
-
Sí, amigos, yo era tan feo, tan feo, que una vez me atropelló un auto... y
quedé mejor. Y ahora soy, apenas... feo.
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del Evangelio.
Meditaciones
Cuando
el 10 de febrero de 1990, Nelson Mandela, de Sudáfrica, fue puesto en libertad
por quienes le hicieron pasar 27 años de cárcel injusta, tenía todos los
motivos para sentir odio y rencor. Sin embargo, su reacción fue siempre de
perdón y de reconciliación. Y dice: Siempre supe que en lo más profundo del
corazón humano hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra
persona por razón de su piel, de su origen o de su formación o religión. La
gente aprende a odiar y, si aprende a odiar, también puede aprender a perdonar
y a amar. El amor es más natural al corazón humano que el odio.
Cuando
salió de prisión y llegó a ser Presidente del país, no dio discursos fáciles.
Renunció a la tercera parte de su salario y creó el Fondo Nelson Mandela para
la infancia. Salió de la cárcel sin rencores y afrontó la situación política
con libertad y prudencia. Dijo: Cuando salí de la cárcel me impuse la misión de
dar libertad a todos. La verdad es que todavía no somos libres. Hemos logrado
la libertad para ser libres, el derecho a no ser oprimidos. Pero ser libre
significa respetar al otro. Hemos caminado un largo trecho hacia esa libertad,
pero nos podemos retrasar.
P. Ángel Peña
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración
por los estudios de la doctora María
Victoria G. M., guatemalteca, residente en Terrassa, Barcelona, España
quien acaba de empezar su especialización médica en Geriatría para que el Señor
la guíe e ilumine y nuestra Madre la Virgen María la cubra con su manto de
amor.
Pedimos
oración para Luz María A., de Colombia, a la que han hospitalizado de urgencia en la ciudad
de Neiva (Departamento del Huila) por dolencias de orden respiratorio. Ella se
encuentra muy delicada de salud por múltiples problemas. Rogamos al Señor pose
sus Santas Manos Sanadoras sobre ella, con la intercesión de nuestra Señora de
Lourdes, seguros que podrá recuperar su salud.
Pedimos
oración por la salud física y psíquica de Elsa
S., de Buenos Aires, Argentina. Que el Señor la ayude a superar los dolores
de su cuerpo y de su alma.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Julio 8
Nos
afirma Jesús que a Dios lo verán los limpios de corazón; nadie de corazón tan
limpio, tan santo y tan puro como el Corazón inmaculado y purísimo de María.
Por
eso nadie pudo ver y gozar de Dios tanto como ella.
Ya
sabes qué es lo que se te pide para que tú también puedas ver a Dios: limpia tu
corazón, purifícalo, hazlo semejante al Corazón de María Santísima.
Virgen fiel, Madre santa y virginal, Dios mismo se ha
prendado de tu fidelidad. Haz mi corazón semejante al tuyo.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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