PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3402 ~ Viernes 28 de Julio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Señor, Tú has venido al mundo para darnos vida y enseñarnos la verdadera fuerza
transformadora del amor. Te siento como un amigo cercano, un amigo que me cuida
y me da ánimo en los momentos que más lo necesito. Quiero sentir la presencia
poderosa de tu Espíritu Santo en mi vida, para que me libre, antes que nada, de
mis propios egoísmos y de todos esos sentimientos de inseguridad que habitan en
mi corazón. Sólo tu Espíritu Santo da la paz verdadera, desvanece los miedos,
destierra la tristeza y el dolor que perturban el corazón, y en su lugar,
siembra sabiduría y fortaleza para superar todas las vicisitudes de la vida.
Sopla Señor mío, sopla fuerte, sopla las bendiciones sobre mí que traen consigo
Tú Espíritu Santo, para que me ayude a
creer y a dar un verdadero testimonio de tu amor al mundo. Muéveme, Jesús mío,
con tu Santo Espíritu, que me acompañe siempre en todos mis retos y en aquellos
momentos de desolación que a veces siento que me tumban al piso. Y Tú, glorioso
Espíritu Santo, cúbreme con tu sombra poderosa e ilumina mi vida para ser una
persona decidida y valiente en la fe. Ven Espíritu Santo, ven, alcánzame la
santidad, regálame tus siete dones o al menos uno para descubrir la voluntad y
el plan de amor que tiene el Creador conmigo. Amén. (Píldoras de fe)
¡Buenos días!
¿Se compra todo con dinero?
Jesús
señaló la seducción de las riquezas como un peligro que asecha al hombre: “No
pueden servir a Dios y al dinero”. Sin duda es un medio importante para nuestra
vida y los objetivos que nos proponemos. Pero hay que estar alerta para no
poner el corazón en las riquezas. El creyente está invitado a confiar más en la
Providencia de Dios, que vela con bondad por nosotros.
Con el dinero puedes comprar una casa, pero no un
hogar; la comida, pero no el apetito; una cama, pero no el sueño; un libro,
pero no la sabiduría; el lujo, pero no la belleza; la compañía, pero no el
amor; la diversión, pero no la alegría; un crucifijo, pero no la fe; un
magnífico ataúd, pero no un lugar en el cielo. Preocúpate primero por las cosas
de Dios. No siempre te dará todo lo que pidas, pero siempre te dará todo lo que
necesitas.
Detrás
de estas afirmaciones hay una constatación que Saint Exupery dejó en su famoso
libro: “El Principito”: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y lo esencial
son esos valores intangibles que el dinero por sí mismo no puede apropiarse,
como la paz del hogar, la serenidad de la conciencia, la sensatez que es
sabiduría, el amor sacrificado, la belleza del alma.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros, pues, escuchad la
parábola del sembrador. Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la
comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es
el que fue sembrado a lo largo del camino. El que fue sembrado en pedregal, es
el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en
sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o
persecución por causa de la Palabra, sucumbe enseguida. El que fue sembrado
entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo
y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Pero el
que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste
sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta». (Mt 13,18-23)
Comentario
Hoy
contemplamos a Dios como un agricultor bueno y magnánimo, que siembra a manos
llenas. No ha sido avaro en la redención del hombre, sino que lo ha gastado todo
en su propio Hijo Jesucristo, que como grano enterrado (muerte y sepultura) se
ha convertido en vida y resurrección nuestra gracias a su santa Resurrección.
Dios
es un agricultor paciente. Los tiempos pertenecen al Padre, porque sólo Él
conoce el día y la hora (cf. Mc 13,32) de la siega y la trilla. Dios espera. Y
también nosotros debemos esperar sincronizando el reloj de nuestra esperanza
con el designio salvador de Dios. Dice Santiago: «Ved como el labrador aguarda
el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia las lluvias tempranas y
tardías» (St 5,7). Dios espera la cosecha haciéndola crecer con su gracia.
Nosotros tampoco podemos dormirnos, sino que debemos colaborar con la gracia de
Dios prestando nuestra cooperación, sin poner obstáculos a esta acción
transformadora de Dios.
El
cultivo de Dios que nace y crece aquí en la tierra es un hecho visible en sus
efectos; podemos verlos en los milagros auténticos y en los ejemplos clamorosos
de santidad de vida. Son muchos los que, después de haber oído todas las
palabras y el ruido de este mundo, sienten hambre y sed de escuchar la Palabra
de Dios, auténtica, allí donde está viva y encarnada. Hay miles de personas que
viven su pertenencia a Jesucristo y a la Iglesia con el mismo entusiasmo que al
principio del Evangelio, ya que la palabra divina «halla la tierra donde
germinar y dar fruto» (San Agustín); debemos, pues, levantar nuestra moral y
encarar el futuro con una mirada de fe.
El
éxito de la cosecha no radica en nuestras estrategias humanas ni en marketing,
sino en la iniciativa salvadora de Dios “rico en misericordia” y en la eficacia
del Espíritu Santo, que puede transformar nuestras vidas para que demos
sabrosos frutos de caridad y de alegría contagiosa.
P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Alfonsa de la Inmaculada Concepción
Religiosa Clarisa de la India
Ana
Muttathupadam. Nació el año 1910 en Kudamaloor (Kerala, India). Fue bautizada y
educada en el contexto socio-religioso de las familias católicas de rito
siro-malabar. En 1932 hizo la profesión simple, y en 1936 la perpetua, en la
congregación de las Franciscanas Clarisas de Kerala. Su vida fue un sucederse
de enfermedades y sufrimientos, que ella afrontaba gozosa y serena a la luz del
misterio pascual, confortada en la contemplación de la muerte y resurrección de
Jesucristo. En los últimos años de su corta vida no pudo ejercer por largo
tiempo tarea alguna debido a sus continuas y sucesivas enfermedades dolorosas.
Falleció serenamente el 28 de julio de 1946 en Bharananganam. Dios la dotó con
un carácter afectuoso y alegre, con la capacidad de gozar de las cosas
sencillas y ordinarias que no apagaban los sufrimientos ni la incomprensión.
Para ella el camino de la santidad fue el de la cruz, la enfermedad, el
sufrimiento, el amor. La canonizó Benedicto XVI el año 2008.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Dejémonos sorprender por la novedad que sólo Cristo
puede dar.
Dejemos que su ternura y su amor muevan nuestros
pasos”
Temas del día:
Bioética y ecología
Un
día de descanso. Tomamos el coche y empezamos a salir de la ciudad.
A
los pocos minutos, estamos atrapados en una cola interminable. Tensiones,
ruidos, tal vez un aire contaminado y triste. Después de una hora logramos
salir al campo abierto.
Pasa
el tiempo y llegamos al “paraíso” soñado: una playa. Cientos de personas luchan
por lograr un buen lugar en el aparcamiento.
Media
hora después, con el coche ya “seguro”, vamos hacia el mar. La arena está llena
de papeles, chicles, incluso algún pedazo de botella. Entramos, por fin, al
agua, y notamos que el alquitrán acaba de pegarse a nuestros pies...
Fuera
de lo anecdótico, problemas como estos, y problemas mucho más serios, nos hacen
pensar en la importancia del ambiente. Además, nos llegan continuamente
noticias sobre incendios, pájaros que se extinguen, nubes tóxicas y alimentos
peligrosos para la salud de los niños o de los adultos.
Para
la bioética la ecología es algo fundamental. La especie humana, gracias a su
inteligencia, ha sido capaz de vivir en muchos tipos de paisajes y de climas.
Pero también muchos miles de hombres y mujeres han muerto por culpa de la
contaminación, las infecciones, las sequías, el frío o el calor.
Frente
a esta situación, estamos llamados a trabajar por un planeta más limpio, más
verde, con animales que llamen nuestra atención y den alegría a nuestra insaciable
hambre de ciencia y de belleza.
La
preocupación por el ambiente, por la ecología, no es algo nuevo. También los
antiguos soñaban con un mundo equilibrado, con ciudades bien organizadas y
funcionales, con praderas verdes y árboles repletos de frutos. Pero quizá hoy
más que nunca nos hemos dado cuenta de que podemos destruir en pocos minutos un
bosque que ha crecido durante años o, incluso, siglos; o que somos capaces de
eliminar en pocos meses algunas especies de animales o de plantas que querríamos
seguir teniendo a nuestro lado.
La
bioética nos orienta e ilumina a la hora de conservar el ambiente en el que
transcurre nuestra vida temporal. Lo que hagamos o lo que dejemos de hacer no
resulta indiferente ni para los hombres de nuestro tiempo ni para las
generaciones futuras.
Vale
la pena invertir energías y dinero para un mundo mejor. Pero sin olvidarnos
nunca del lugar privilegiado que ocupa el ser humano, de las necesidades
básicas de millones de hermanos nuestros a los que falta comida, medicinas,
cuidados básicos. Una bioética atenta a lo ecológico sabrá dar el primer lugar
a los hombres y mujeres más desamparados, y sabrá promover un ambiente más
saludable y más hermoso para todos.
© Fernando Pascual
Meditaciones
Cuando
la Santa Virgen envía un sufrimiento, es una gracia la que nos da, decía Sor
Catalina Labouré, religiosa de San Vicente de Paul en París, a quien la Santa
Virgen se le apareció en 1830.
Cansada
por el trabajo y por la edad, el corazón se le fragilizó. Solo le quedaba una
pena profunda: la Santa Virgen le había pedido hacer esculpir una estatua que
la mostrara teniendo una esfera en las manos. Pero hasta ese momento sus
confesores no habían querido tener en cuenta su solicitud. Ella le pidió
entonces a la Virgen si debía dar a conocer “su secreto” a la Superiora; ella
percibió un si en el fondo de su corazón y conto todo: su Superiora fue
conquistada y pronto la estatua de la Virgen con la esfera fue realizada.
Sor
Catalina a partir de entonces, espera con serenidad la muerte. Varias veces,
ella previno a sus hermanas que no llegaría al año 1877. En efecto, el 31 de
diciembre de 1876, hacia las siete de la noche, después de haber rezado las
oraciones de los agonizantes con su comunidad, ella pareció súbitamente
adormecerse. Luego se dieron cuenta que estaba muerta: su alma fue llevada al
paraíso en las manos de la Santa Virgen. Nunca había visto una muerte tan calma
y serena, dijo la Superiora.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Rezamos a María, Reina de la
Paz, por la amada nación de Venezuela.
Pedimos oración para el joven Carlos C. A., de Colombia, quien el sábado presentará el examen de inglés, muy importante para que se cumpla su sueño de llevar a cabo el Doctorado que ya está listo en una Universidad cercana a la ciudad de Londres (Inglaterra). Oramos por la plenitud de su proyecto de vida, seguros que el Señor guiará su camino e iluminará su destino, siempre confiados en la intercesión de nuestra Madre del cielo, la Virgen Santísima.
Pedimos oración para el joven Carlos C. A., de Colombia, quien el sábado presentará el examen de inglés, muy importante para que se cumpla su sueño de llevar a cabo el Doctorado que ya está listo en una Universidad cercana a la ciudad de Londres (Inglaterra). Oramos por la plenitud de su proyecto de vida, seguros que el Señor guiará su camino e iluminará su destino, siempre confiados en la intercesión de nuestra Madre del cielo, la Virgen Santísima.
Pedimos
oración por las necesidades físicas y espirituales de la familia de Laura y Jesús, de Argentina. Que Dios les conceda lo mejor.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Julio 28
Mira
qué hermosa oración, para cuando Dios llame a su cielo a un ser querido:
“Que
la clemente Virgen y Madre de Dios, María consoladora de los afligidos,
recomiendo a su Hijo el alma de su siervo N.N., para que con esta intervención
maternal no tema el dolor de la muerte, sino que consiga entrar en su compañía
en la deseada morada de la Patria celestial”
Virgen entre todas la más bella, que yo pueda
comparecer en la presencia de Dios, cuando me llame, limpio de todo mal y con
un corazón lleno de gestos de amor.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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