domingo, 9 de julio de 2017

Pequeñas Semillitas 3383

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3383 ~ Domingo 9 de Julio de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el evangelio de hoy, Jesús nos enseña e incentiva a que seamos humildes y nos abandonemos a Dios, ya que de esa forma es como llegaremos y hallaremos la voluntad de Dios en nuestras vidas, alejándonos de todo mal.
Muchas veces creemos que Dios no escucha nuestras oraciones y renegamos de él y sufrimos inútilmente. Pero Jesús nos dice: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados que yo los aliviaré” o
como reza el salmo de hoy: “El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados”.
En pocas palabras, el Maestro Divino nos invita a que seamos sus discípulos, y de esta forma vamos a entender qué sentido tiene nuestra vida y qué es lo que él quiere de cada uno de nosotros, porque él es paciente y humilde de corazón y solo siendo como él seremos plenos e integrales en nuestras vidas.
© El Domingo

¡Buenos días!

Mi paz y mi consuelo
A veces mendigamos de las creaturas un consuelo y paz que no nos pueden dar. Y por eso perdura el malhumor, la inseguridad, la angustia por el futuro… Es bueno que tengas un tiempo al fin del día, para sosegarte y dejar en manos del Señor penas y preocupaciones, porque está dispuesto a tomar el cuidado de todas tus cosas con infinito amor. Este himno te ambientará.

Señor, tú eres mi paz y mi consuelo al acabar el día su jornada,
y, libres ya mis manos del trabajo, a hacerte ofrenda del trabajo vengo.
 
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo cuando las luces de este día acaban,
y, ante las sombras de la noche oscura, mirarte a ti, mi luz, mirarte puedo.

Señor, tú eres mi paz y mi consuelo, muy dentro de mi alma tu esperanza
sostenga mi vivir de cada día, mi lucha por el bien que tanto espero.

Aquí te recuerdo un texto precioso de san Pablo: "Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios", (2 Cor 1, 3-4). El Señor te bendiga y proteja.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
»Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». (Mt 11,25-30)

Comentario:
Hoy, Jesús nos muestra dos realidades que le definen: que Él es quien conoce al Padre con toda la profundidad y que Él es «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29). También podemos descubrir ahí dos actitudes necesarias para poder entender y vivir lo que Jesús nos ofrece: la sencillez y el deseo de acercarnos a Él.
A los sabios y entendidos frecuentemente les es difícil entrar en el misterio del Reino, porque no están abiertos a la novedad de la revelación divina; Dios no deja de manifestarse, pero ellos creen que ya lo saben todo y, por tanto, Dios ya no les puede sorprender. Los sencillos, en cambio, como los niños en sus mejores momentos, son receptivos, son como una esponja que absorbe el agua, tienen capacidad de sorpresa y de admiración. También hay excepciones, e incluso, hay expertos en ciencias humanas que pueden ser humildes por lo que al conocimiento de Dios se refiere.
En el Padre, Jesús encuentra su reposo, y su paz puede ser refugio para todos aquellos que han sido maleados por la vida: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,28). Jesús es humilde, y la humildad es hermana de la sencillez. Cuando aprendemos a ser felices a través de la sencillez, entonces muchas complicaciones se deshacen, muchas necesidades desaparecen, y al fin podemos reposar. Jesús nos invita a seguirlo; no nos engaña: estar con Él es llevar su yugo, asumir la exigencia del amor. No se nos ahorrará el sufrimiento, pero su carga es ligera, porque nuestro sufrimiento no nos vendrá a causa de nuestro egoísmo, sino que sufriremos sólo lo que nos sea necesario y basta, por amor y con la ayuda del Espíritu. Además, no olvidemos, «las tribulaciones que se sufren por Dios quedan suavizadas por la esperanza» (San Efrén).
P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“Debemos contemplar el rostro de Cristo vislumbrando casi en sus ojos los ‘rasgos’ del Padre y dejándonos envolver por el amor del Espíritu. Contemplemos a Jesús, el Hijo eterno de Dios, nuestro Salvador, que con la Encarnación se  hizo en cierto modo ‘consanguíneo’ de todo hombre. Su amor es tan vasto como el mundo. De su mirada de amor nadie queda excluido. Contemplar el rostro de Cristo es condición indispensable para poder reflejarlo después en la vida”

Predicación del Evangelio
Tres llamadas de Jesús
El evangelio de Mateo ha recogido tres llamadas de Jesús que hemos de escuchar con atención sus seguidores, pues pueden transformar el clima de desaliento, cansancio y aburrimiento que a veces se respira en algunos sectores de nuestras comunidades.

- “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados. Yo os aliviaré”. Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que viven su religión como una carga pesada. No son pocos los cristianos que viven agobiados por su conciencia. No son grandes pecadores. Sencillamente, han sido educados para tener siempre presente su pecado y no conocen la alegría del perdón continuo de Dios. Si se encuentran con Jesús, se sentirán aliviados.

Hay también cristianos cansados de vivir su religión como una tradición gastada. Si se encuentran con Jesús, aprenderán a vivir a gusto con Dios. Descubrirán una alegría interior que hoy no conocen. Seguirán a Jesús, no por obligación sino por atracción.

- “Cargad con mi yugo porque es llevadero y mi carga ligera”. Es la segunda llamada. Jesús no agobia a nadie. Al contrario, libera lo mejor que hay en nosotros pues nos propone vivir haciendo la vida más humana, digna y sana. No es fácil encontrar un modo más apasionante de vivir.

Jesús libera de miedos y presiones, no los introduce; hace crecer nuestra libertad, no nuestras servidumbres; despierta en nosotros la confianza, nunca la tristeza; nos atrae hacia el amor, no hacia las leyes y preceptos. Nos invita a vivir haciendo el bien.

- “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso”. Es la tercera llamada. Hemos de aprender de Jesús a vivir como él. Jesús no complica nuestra vida. La hace más clara y más sencilla, más humilde y más sana. Ofrece descanso. No propone nunca a sus seguidores algo que él no haya vivido. Nos invita a seguirlo por el mismo camino que él ha recorrido. Por eso puede entender nuestras dificultades y nuestros esfuerzos, puede perdonar nuestras torpezas y errores, animándonos siempre a levantarnos.

Hemos de centrar nuestros esfuerzos en promover un contacto más vital con Jesús en tantos hombres y mujeres necesitados de aliento, descanso y paz. Me entristece ver que es precisamente su modo de entender y de vivir la religión lo que conduce a no pocos, casi inevitablemente, a no conocer la experiencia de confiar en Jesús. Pienso en tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven “perdidos”, sin saber a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellos la gran noticia.
© José Antonio Pagola

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Buenos Aires, Argentina, María Concepción M. agradece a Dios y a las personas que rezaron por ella, pues los estudios médicos realizados esta semana le han salido bien.

Desde San Juan, Argentina, Cristina S. agradece a Dios y a la Mater los 40 años de vida que ha cumplido ayer, y el regalo de su familia conformada por su esposo Enrique y sus dos hijos Luciano y Malena.

Desde  Guatemala, María Victoria agradece al Buen Señor y a la Santísima Virgen María por haber cumplido 43 años de matrimonio con su esposo Antonio el 27 de junio, y por la hermosa familia que han podido formar con 4 hijos, 1 yerno, 1 nuera y dos bellos nietos.

Oración por la Patria 
en el día de la Independencia
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Los cinco minutos de María
Julio 9
A Dios le agrada un corazón puro. En expresión de la Escritura, quiere arrancarnos el corazón de piedra y darnos un corazón de carne, sensible al amor que purifica y hace nuevas todas las cosas. En la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo por medio de María para purificarnos del pecado y hacernos sus hijos por la acción del Espíritu. El Hijo y la Madre, por designio de Dios, se han unido para crear una humanidad nueva, un hombre nuevo de corazón puro.
María fue la Madre del corazón puro, la llena de gracia, la concebida sin pecado. Su persona es portadora de luz y belleza. Su presencia maternal es una llamada a purificar el corazón y recrear un espíritu nuevo.
Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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