PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3218 ~ Sábado 17 de Diciembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Considera
la grande amargura de que debía sentirse afligido y oprimido el corazón de
Jesús en el seno de María en aquel primer instante en que el Padre le propuso
la serie de trabajos, desprecios, dolores y agonías que había de padecer en su
vida, para librar a los hombres de sus miserias.
Ya
Jesús había dicho por el profeta Isaías: “El Señor me levanta por la mañana, y
yo no me resisto, mi cuerpo di a los que me herían” (Is. 50, 4), como si
dijera: Desde el primer momento de mi concepción, mi Padre hízome entender su voluntad de que
yo llevase una vida de penas, para ser al fin sacrificado sobre la cruz. Y ¡Oh
almas! Todo lo acepté por vuestra salvación, y desde entonces entregué mi
cuerpo a los azotes, a los clavos y a la muerte.
Pondera
aquí que cuanto padeció Jesucristo en su Pasión, todo se le puso delante, estando
aún en el vientre de su Madre, y todo lo aceptó con amor; pero al hacer esta
aceptación, y al vencer la natural repugnancia de los sentidos ¡Oh Dios! ¡Qué
angustias y opresión no padeció el corazón de Jesús! Comprendió bien lo que
primeramente había de sufrir, con estar encerrado por nueve meses en el vientre
de María; con las humillaciones y penalidades del nacimiento, siendo el lugar
de este una gruta fría que servía de establo a las bestias; con haber de pasar
después treinta años entretenido y envilecido en el taller de un artesano: al
ver, por fin, que había de ser tratado por los hombres de ignorante, de esclavo
de seductor, y reo de muerte, las más infame y dolorosa que se daba a los
malvados.
Todo,
pues, lo aceptó el Redentor nuestro en todos los momentos, y en todos ellos
venía a padecer reunidas en sí mismo todas las penas y abatimientos que después
había de sufrir hasta la muerte.
El
mismo conocimiento de su dignidad divina le hacía sentir más las injurias que
estaba para recibir de los hombres, diciéndonos por el Profeta: “Mi ignominia
está todo el día delante de mí”.
Continuamente
tuvo a la vista vergüenza, especialmente aquella que debía causarle algún día
verse despojado, desnudo, azotado y colgado de tres garfios de hierro, terminando
así su vida entre vituperios y las maldiciones de aquellos mismos por quienes
moría.
Hízose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Y ¿Por qué? Por salvarnos a
nosotros, miserables pecadores. (San Alfonso María Ligorio)
¡Buenos días!
Un juicio muy especial
Hoy
te llevo conmigo a presenciar un juicio para que aprecies la calidad de un juez
que resuelve un caso penoso con suma habilidad, con generosidad, y es capaz de
involucrar a los curiosos, para que salgan de la audiencia con una memorable
lección de ética.
En un despiadado día de invierno, un anciano
tembloroso fue llevado ante los tribunales. Se le acusaba de haber robado un
pan. Al ser interrogado, el hombre explicó al juez que lo había hecho porque su
familia estaba muriéndose de hambre. —La ley exige que sea usted castigado
—declaró el juez—. Tengo que exigirle una multa de 50 pesos. Al mismo tiempo
metió la mano en su bolsillo y dijo: —Aquí tiene usted el dinero para pagar su
multa. Y además —prosiguió el juez—, impongo una multa de 10 pesos a cada uno de
los presentes en esta sala, por vivir en una ciudad donde un hombre necesita
robar para poder sobrevivir. Pasaron una bandeja por el público, y el hombre,
totalmente asombrado, abandonó la sala con 500 pesos en su bolsillo.
Hay
un deber de solidaridad que nos toca a todos. Jesús planteó esta situación en
la parábola del buen samaritano. San Pedro lo recordaba a los cristianos:
“Vivan todos unidos, compartan las preocupaciones de los demás, ámense como
hermanos, sean misericordiosos y humildes”. Que estos sentimientos te vuelvan
activo en la caridad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Libro
de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham
engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus
hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom,
Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naassón,
Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de
Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David.
David
engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam,
Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat
engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam
engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés
engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus
hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
Después
de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró
a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim
engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró
a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a
Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús,
llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta
David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia,
catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce
generaciones. (Mt
1,1-17)
Comentario:
Hoy,
en la liturgia de la misa leemos la genealogía de Jesús, y viene al pensamiento
una frase que se repite en los ambientes rurales catalanes: «De Josés, burros y
Juanes, los hay en todos los hogares». Por eso, para distinguirlos, se usa como
motivo el nombre de las casas. Así, se habla, por ejemplo: José, el de la casa
de Filomena; José, el de la casa de Soledad... De esta manera, una persona
queda fácilmente identificada. El problema es que uno queda marcado por la
buena o mala fama de sus antepasados. Es lo que sucede con el «Libro de la
generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham» (Mt 1,1).
San
Mateo nos está diciendo que Jesús es verdadero Hombre. Dicho de otro modo, que
Jesús —como todo hombre y como toda mujer que llega a este mundo— no parte de
cero, sino que trae ya tras de sí toda una historia. Esto quiere decir que la
Encarnación va en serio, que cuando Dios se hace hombre, lo hace con todas las
consecuencias. El Hijo de Dios, al venir a este mundo, asume también un pasado
familiar.
Rastreando
los personajes de la lista, podemos apreciar que Jesús —por lo que se refiere a
su genealogía familiar— no presenta un “expediente inmaculado”. Como escribió
el Cardenal Nguyen van Thuan, «en este mundo, si un pueblo escribe su historia
oficial, hablará de su grandeza... Es un caso único, admirable y espléndido
encontrar un pueblo cuya historia oficial no esconde los pecados de sus
antepasados». Aparecen pecados como el homicidio (David), la idolatría
(Salomón) o la prostitución (Rahab). Y junto con ello hay momentos de gracia y
de fidelidad a Dios, y sobre todo las figuras de José y María, «de la que nació
Jesús, llamado Cristo» (Mt 1,16).
En
definitiva, la genealogía de Jesús nos ayuda a contemplar el misterio que
estamos próximos a celebrar: que Dios se hizo Hombre, verdadero Hombre, que
«habitó entre nosotros» (Jn 1,14).
* Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Lázaro
Amigo de Jesús
Lázaro
es un nombre significativo en el idioma de Israel. Quiere decir: "Dios es
mi auxilio". El santo de hoy se ha hecho universalmente famoso porque tuvo
la dicha de recibir uno de los milagros más impresionantes de Jesucristo: su
resurrección, después de llevar cuatro días enterrado.
Hoy
comienzan las ferias privilegiadas de Adviento, que tienen la finalidad de
prepararnos más intensa y directamente a la Navidad. La liturgia de estos días
proclama los textos que van disponiendo más y mejor al cristiano para acoger al
Hijo de Dios hecho hombre. En particular, las Vísperas tienen un singular poder
sugestivo merced a las antífonas mayores, llamadas también de la «O», que junto
al Magníficat de cada día pasan revista a los diversos títulos de Cristo, referentes
a su naturaleza divina y humana o a su misión salvífica, y que terminan todas
instándole a que venga a poner remedio a nuestra indigencia: Oh Sabiduría que
brota de los labios del Altísimo, Pastor de la casa de Israel, Renuevo del
tronco de Jesé, Llave de David y Cetro de la casa de Israel, Sol que naces de
lo alto, Rey de las naciones, y Emmanuel, rey y legislador nuestro.-
Oración: Dios, creador y restaurador del hombre, que
has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se encarnase en el seno de María,
siempre Virgen, escucha nuestras súplicas, y que Cristo, tu Unigénito, hecho
hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Pensamiento del Santo Padre Pío
“Si
Jesús se manifiesta a vosotros, dadle gracias;
si
se os oculta, dadle gracias.
Todo
esto es un juego de amor
para
traernos dulcemente hacia el Padre.
Perseverad
hasta la muerte,
hasta
la muerte con Cristo en la Cruz”
Tema del día:
Trabajar la caridad en Adviento
1) Para saber
El
Papa Francisco nos propone tres actitudes para este tiempo de Adviento:
“Vigilantes en la oración, trabajadores en la caridad y exultantes en la
bendición”.
Reflexionemos
sobre la segunda: la caridad. Si tratamos al Señor en la oración, una
consecuencia será que nos infundirá su Amor, y ese amor lo demos a los demás.
2) Para pensar
No
suele estar en nuestras manos resolver problemas mundiales, pero basta con
poner amor en cada momento. Un relato nos lo muestra.
Un
día, en un pueblo pequeño, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en
puerta para pagar sus estudios universitarios de medicina, se encontró sin
dinero y tenía hambre.
Desesperado
decidió pedir comida. Tocó a una casa humilde, y sus nervios lo traicionaron
cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En vez de comida pidió
un vaso de agua. Ella notó que tenía hambre, así que le trajo un gran vaso de
leche. Lo bebió despacio, y le preguntó: “¿Cuánto le debo?” Ella contestó: “No
me debes nada. Mi madre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad”
El
joven le dijo: “Entonces, te lo agradezco de todo corazón”.
Cuando
Howard Kelly se retiró, se sintió más fuerte; estaba por rendirse y dejar todo,
y ahora su fe en Dios y en los hombres era más fuerte.
Muchos
años después esa mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban
confundidos y la enviaron a la gran ciudad.
Ella
viajó. Llamaron al mejor doctor, Howard Kelly, para consultarle. Cuando este
oyó el nombre del pueblo de donde venía, una extraña luz llenó sus ojos.
Inmediatamente subió al cuarto. Vestido con su bata entró y la reconoció
enseguida. Se propuso hacer lo mejor posible para salvar su vida. Desde ese día
le prestó la mejor atención. Después de una larga lucha, ella ganó la batalla.
¡Estaba totalmente recuperada!
El
Dr. Kelly pidió a la administración del hospital que le enviaran la factura
total de los gastos para aprobarla. El la revisó y firmó, escribiendo algo en
el borde de la factura y la envió a la paciente.
La
cuenta le llegó a la mujer, pero temía abrirla. Sabía que le tomaría el resto
de su vida poder pagar todos los gastos.
Finalmente
la abrió, y algo llamó su atención: En el borde de la factura leyó estas
palabras: “Pagado por completo hace muchos años con un gran vaso de leche”.
Firmado Dr. Howard Kelly.
Lágrimas
de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: “Gracias, Dios.
Porque tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos”.
El
Dr. Howard sí existió y fue un muy prestigioso médico y cofundador de un
reconocido hospital en los Estados Unidos.
3) Para vivir
Para
cumplir el propósito de vivir la caridad este Adviento, como nos dice el Papa,
hace falta mirar más a nuestro alrededor, descubrir que los demás están más
necesitados que uno, y saber encontrar el rostro de Cristo en ellos, recordando
sus palabras: “Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de
beber; estuve enfermo y me visitaron…” (cfr. Mt 25, 36).
Si
logramos hacerle pasar un momento agradable a una persona enferma o sola, estos
días navideños, estarán impregnados de espíritu cristiano.
©
Pbro. José Martínez Colín
El Padre Alfonso Milagro
A lo largo del año que está próximo a terminar, en
“Pequeñas Semillitas” hemos tenido el agrado de cerrar cada edición diaria con
una reflexión tomada del libro “Los cinco minutos de Dios”, escrito por el
sacerdote claretiano argentino Alfonso Milagro. Y, considerando la muy buena
acogida que han tenido estos escritos, durante el año próximo (2017) seguiremos
publicando otros de sus hermosos textos, que serán tomados de “Los cinco
minutos de María”
Nació Alfonso Milagro en Santiago del Estero
(Argentina) el 2 de agosto de 1915, y fue, durante sus cuarenta años de
sacerdocio, un ejemplo de compromiso con las enseñanzas del fundador de su
congregación, San Antonio María Claret.
Se dedicó con inusitada energía a la predicación
evangélica, a la formación de seminaristas, a la dirección de ejercicios
espirituales. En el área de los medios de comunicación social, se destacó como
difusor de la “buena prensa”. Sobre todo a través de sus libros ampliamente
difundidos. En 1956 fundó Editorial Claretiana e hizo de la misma un eficaz
instrumento de evangelización.
Falleció el 5 de enero de 1981 dejándonos, en sus
obras, un abundante alimento para el espíritu.
Obras de Alfonso Milagro:
- Cinco minutos con Jesús
- Los cinco minutos de Dios
- Los cinco minutos de María
- El Evangelio meditado
- Consignas
- Pisando fuerte en la vida
- Vive la sacramentalidad de tu matrimonio
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de Dios
Diciembre 17
En
la Biblia encontramos este consejo de vida práctica: "Aléjate del mal y
haz el bien".
¡Y
es tan fácil hacer el bien! No es preciso soñar con cosas muy llamativas, que
en pocas ocasiones se nos pueden presentar.
Dejar
margen para que los demás hablen de sus cosas, guardando silencio de las
nuestras; no perder la paciencia en instantes de prisa y aceleramiento; saberse
apagar uno, para que los demás ofrezcan su luz; plegarse al gusto de los demás,
renunciando al nuestro; ser amable con la visita que nos estropea el plan que
teníamos para esa tarde; todo esto y muchas cosas así nos salen al paso a
diario.
Seguir
con atención el ritmo de una conversación pesada que no nos interesa; hacer con
esmero un trabajo cuya responsabilidad recae sobre todos y sobre nadie; sorber
una lágrima sin que los demás se den cuenta; estar siempre dispuesto a decir
que sí....
Esto
es "hacer el bien" que nos recomienda la Biblia.
“No imites lo malo, sino lo bueno. El que hace el
bien pertenece a Dios; pero el que hace el mal no ha visto a Dios” (3 Jn
11). En ti, no todo es bueno; y eso que
tienes buena voluntad. ¿Por qué debes extrañarte de que en tu prójimo también
descubras algunas cosas no tan buenas, y eso que también ellos poseen magnífica
voluntad?
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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