PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3211 ~ Sábado 10 de Diciembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús
padeció desde el primer momento de su vida; y todo lo padeció por amor nuestro.
Él no tuvo en toda su vida otro interés después de la gloria del Padre, que
nuestra salvación. Como Hijo de Dios, no tenía necesidad de padecer para
merecerse el paraíso.
Cuanto
sufrió de penas, de pobreza y de ignominias, todo lo aplicó para merecernos la
salvación eterna. Así, pudiendo salvarnos sin padecer, quiso tomar una vida de
dolores, pobre, despreciado y desamparado de todo alivio, con una muerte la más
desolada y amarga que jamás había sufrido mártir o penitente alguno; solo por
darnos a entender la grandeza del amor que nos tenía, y por ganarse nuestros
afectos.
Vivió
treinta y tres años, y vivió suspirando porque se acercase la hora del
sacrificio de su vida, que deseaba ofrecer para alcanzarnos la divina gracia y
la gloria del paraíso. Este deseo le hizo decir: Con bautismo es menester que
yo sea bautizado; ¿y cómo me angustio
hasta que se cumpla? Deseaba ser bautizado con su propia sangre, no para lavar
sus pecados, siendo él inocente y santo, sí los de los hombres, a quienes tanto amaba. Nos amó, y nos lavó en su sangre, dice san Juan (Ap.
1, 5).
¡Oh
exceso del amor de un Dios, que todos los hombres y todos los Ángeles no
llegaron jamás a comprenderle y alabarle cuanto basta! Pero lamentase san
Buenaventura al ver la grande ingratitud de los hombres a tan grande amor, y se
admira que nuestros corazones no se rasguen por la fuerza del amor de Dios. Se
maravilla en otro lugar el mismo Santo de ver a un Dios padecer tantas penas,
gemir en un establo, pobre en un taller, desangrado sobre una cruz, en suma,
afligido y atribulado en toda su vida por amor de los hombres; y ver luego a
estos no arder de amor por este Dios tan amante, y aun tener valor de despreciar
su amor y su gracia. ¡Oh Dios! ¿Cómo es posible comprender que os hayáis
reducido a tanto padecer por los hombres, y que haya de estos quienes ofendan
tanto a Vos? (San
Alfonso María Ligorio)
¡Buenos días!
Prodigios de misericordia
Hay
en los salmos pensamientos que impactan con fuerza. Son como perlas que encuentras.
Puedes subrayarlos y coleccionarlos. Cuando tengas un conjunto apreciable,
intenta unirlos con cierta lógica, y tendrás un precioso collar de frases
luminosas para guía y animación en tu camino. Aquí te presento un bello
collage.
En medio de tu templo, Señor, medito en tu
misericordia (48). Recuerdo las proezas del Señor, sí, recuerdo tus antiguos
portentos, medito todas tus obras, considero tus hazañas. ¡Oh Dios!, tus
caminos son santos. ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios? (77). Bendito seas,
Señor, que has hecho por mí prodigios de misericordia. (31). Gustad y ved qué
bueno es el Señor (34). ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
(116). Bendice, alma mía al Señor y no olvides nunca sus beneficios (103). El
poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación (Lc 1, 49-50).
Tener
fe es haber descubierto el inmenso amor de Dios por ti; y, ante tan fascinante
hallazgo, organizar tu vida como una respuesta coherente. El Espíritu de Dios,
Espíritu de amor, te ayude a interiorizar este pensamiento en la meditación,
porque está en el centro de la auténtica relación con el Señor. Que él te
asista y te bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Bajando
Jesús del monte con ellos, sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué, pues,
dicen los escribas que Elías debe venir primero?». Respondió Él: «Ciertamente,
Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero
no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el
Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos». Entonces los discípulos
comprendieron que se refería a Juan el Bautista. (Mt 17,10-13)
Comentario:
Hoy,
Jesús conversa con los discípulos cuando baja de la montaña, donde han vivido
la Transfiguración. El Señor no ha acogido la propuesta de Pedro de quedarse, y
baja respondiendo a las preguntas de los discípulos. Éstos, que acaban de
participar brevemente de la gloria de Dios, están sorprendidos y no entienden
que ya haya llegado el Mesías sin que antes haya venido el profeta Elías a
prepararlo todo.
Resulta
que la preparación ya ha sido realizada. «Os digo, sin embargo, Elías vino ya»
(Mt 17,12): Juan Bautista ha preparado el camino. Pero los hombres del mundo no
reconocen a los hombres de Dios, ni los profetas del mundo reconocen a los
profetas de Dios, ni los prepotentes de la Tierra reconocen la divinidad de
Jesucristo.
Es
necesaria una mirada nueva y un corazón nuevo para reconocer los caminos de
Dios y para responder con generosidad y alegría a la llamada exigente de sus
enviados. No todos están dispuestos a entenderlo y, menos, a vivirlo. Es más,
nuestras vidas y nuestros proyectos pueden estar oponiéndose a la voluntad del
Señor. Una oposición que puede convertirse, incluso, en lucha y rechazo de
nuestro Padre del Cielo.
Necesitamos
descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios hacia nosotros y, si
somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús nos revela, no han de
extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y las persecuciones. Ya que
estar en el buen camino no nos evita las dificultades de la vida y Él, a pesar
del sufrimiento, nos enseña a continuar.
A
la Madre de Jesús, Reina de los Apóstoles, le pedimos que interceda para que a
nadie le falten amigos que, como los profetas, le anuncien la Buena Nueva de la
salvación que nos trae el nacimiento de Jesucristo. Tenemos la misión, tú y yo,
de que esta Navidad sea vivida más cristianamente por las personas que
encontraremos en nuestro camino.
* Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Castelldefels,
España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora de Loreto
Advocación Mariana
A
partir del siglo XVI, la "Santa Casa de Loreto" que se encuentra en
la región italiana de la Marca de Ancona, ha sido un concurrido centro de
peregrinación y una instancia de oración de famosos santos como San Francisco
Javier, San Francisco de Borja, San Carlos Borromeo, San Luis Gonzaga, y muchos
otros más, que dieron devoción de un santuario mariano muy amado en el
occidente.
Pese
a que la milagrosa traslación de la casa de Nazaret a Loreto no tiene ninguna
prueba histórica, existen sólidas bases de esta devoción mariana. En 1470, una
bula emitida por el Papa Pablo II, autorizaba la conmemoración de una imagen de
la Santísima Virgen transportada por los ángeles a Loreto, dentro de un
edificio sin cimientos, "milagrosamente fundado".
Hacia
1472, uno de los rectores del templo de Loreto relató sobre la forma en que la
"Santa Casa de Nazaret" llegó a las cercanías de Fiume y después, a
Loreto. De acuerdo con todos los relatos escritos, la bendita construcción debe
haber llegado a las cercanías de Fiume en 1291 y a Loreto en 1294. Causa
extrañeza a los investigadores el absoluto silencio sobre el suceso a lo largo
de los siglos XIV y XV, pero sobre todo, que en una bula con fecha de 1320,
relacionada con Loreto, no se hable para nada de la traslación. Tampoco en
oriente aparece mención alguna sobre la "Santa Casa de Narazet" antes
del siglo VI.
Sin
embargo, hay testimonios auténticos, que datan de los años 1193, 1194 y 1285,
de que existía en Loreto una iglesia dedicada a Nuestra Señora. Es posible que
los católicos servios que huían de la persecución a fines del siglo XIII,
transportasen hasta Loreto, donde se refugiaron, una estatua de la Virgen
María, y no se puede descartar la probabilidad de que ellos mismos construyesen
para proteger a su imagen, una casa a la que pusieron el nombre de Nazaret, de
la misma manera que, en nuestros días, se han construido en todas partes grutas
de Lourdes.
© Aciprensa
Pensamiento del Santo Padre Pío
“Confieso
que para mí es una gran desgracia
no
saber expresar y explicar
este
volcán eternamente encendido que me quema
y
que Jesús hizo nacer en este corazón tan pequeño”
Tema del día:
Aprender a amar
El
hombre, para ser feliz, ha de encontrar respuesta a las grandes cuestiones de
la vida. Entre esas cuestiones que afectan al hombre de todo tiempo y lugar,
que apelan a su corazón, que es donde se desarrolla la más esencial trama de su
historia, está, incuestionablemente, la sexualidad.
Por
eso es preciso encontrar respuesta a preguntas capitales como: ¿qué debo hacer
para educar mi sexualidad, para ser dueño de ella?, pues el cuerpo de la otra
persona se presenta a la vez como reflejo de esa persona y también como ocasión
para dar rienda suelta a un deseo de autosatisfacción egoísta.
¿Consideras
entonces la sexualidad un asunto muy importante?
El
gobierno más importante es el de uno mismo. Y si una persona no adquiere el
necesario dominio sobre su sexualidad, vive con un tirano dentro.
La
sexualidad es un impulso genérico entre cualquier macho y cualquier hembra. El
amor entre un hombre y una mujer, en cambio, busca la máxima individualización.
Y
para que el cuerpo sea expresión e instrumento de ese amor individualizado, es
necesario dominar el cuerpo de modo que no quede subyugado por el placer
inmediato y egoísta, sino que actúe al servicio del amor.
Porque,
si no se educa bien la propia afectividad, es fácil que, en el momento en que
tendría que brotar un amor limpio, se imponga la fuerza del egoísmo sexual. En
el momento en que la sexualidad deja de estar bajo control, comienza su
tiranía. Chesterton decía que pensar en una desinhibición sexual simpática y
desdramatizada, en la que el sexo se convierte en un pasatiempo hermoso e
inofensivo como un árbol o una flor, sería una fantasía utópica o un triste
desconocimiento de la naturaleza y la psicología humanas.
©
Alfonso Aguiló
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Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de Dios
Diciembre 10
"No
juzguen y no serán juzgados"
Esta
afirmación que leemos en el Evangelio es de suma importancia para nuestra vida
de relación con los que nos rodean.
Debemos
respetar con amor todas las vidas que se cruzan por nuestro camino; ellas
también tienen derecho a ser "ellas" y no tienen por qué aspirar a
ser "nosotros"; así como nosotros deberemos mantenernos "nosotros",
sin ansiar llegar a ser "ellos"
Esa
ancianita que a diario entra en un templo, molestando a todos con su inoportuna
tos de pecho cansado, puede ser toda una maravilla de gracia en su interior.
Esa
pobre mujer que te atiende detrás del mostrador, debajo de sus toscas maneras y
tras sus manos agrietadas puede esconder una nobleza desconocida para muchos
otros que presentan exteriores más atractivos.
Si
no se conoce el interior de las personas, no se las puede juzgar; nadie tiene
derecho a penetrar la intimidad personal de nadie; esa intimidad es un templo,
reservado solamente a Dios.
“No juzguen, y no serán juzgados” (Mt 7,1). Sólo Dios
es el que puede juzgar, pues solamente Él es el que tiene todos los elementos
de juicio; a nosotros se nos escapan muchos de esos elementos; ahora bien,
juzgar sin tener conocimiento cumplido del pro y del contra, es terrible
imprudencia que cometemos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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