PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3209 ~ Jueves 8 de Diciembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
Verbo divino, haciéndose hombre, no solo quiso tomar la figura de pecador, sino
que también cargar sobre si todos los pecados de los hombres, y satisfacer por
ellos como si fuesen propios, es decir, como si los hubiese cometido. Ahora
pensemos de aquí en qué opresión y angustia debía hallarse el Corazón del Niño
Jesús, que ya se había cargado con todos los pecados del mundo, viendo que la
justicia divina pedía de él una plena satisfacción.
Conocía
bien la malicia de todo pecado, cuando con la luz de la divinidad que le
acompañaba comprendía inmensamente, más que todos los hombres y todos los
Ángeles, la infinita bondad de su Padre, y el mérito infinito que tiene para
ser respetado y amado.
Después
veía a las claras delante de sí innumerables pecados de los hombres, por los
que debía él padecer y morir. Hizo ver el Señor una vez a santa Catalina de
Génova la fealdad de una sola culpa venial; y a tal vista, fue tan grande el
espanto y el dolor de la Santa, que cayó desmayada en tierra.
¿Qué
pena seria, pues, la de Jesús niño, al verse luego que vino al mundo presentado
ante el inmenso cúmulo de maldades de todos los hombres, por las cuales debía
satisfacer? «Ya entonces, dice san Bernardino de Sena, tuvo conocimiento de
cada culpa «en particular de todos los hombres.»
Por
esto, que los verdugos le atormentaron exteriormente crucificándole; pero
nosotros interiormente pecando; y más afligió al alma de Jesucristo cada pecado
nuestro, que afligió a su cuerpo la crucifixión y la muerte. He aquí, pues, la
recompensa que ofreció a este divino Salvador cualquiera que se acuerde de haberle
ofendido con pecado mortal. (San
Alfonso María Ligorio)
¡Buenos días!
A María
Inmaculada
San
Francisco de Asís decía: “Cuando digo el Avemaría, los cielos sonríen, los
ángeles cantan y los demonios tiemblan y huyen”. Don Bosco recordaba a los chicos:
“María nos asegura que, si somos devotos suyos, nos tendrá como hijos suyos,
nos cubrirá con su manto, nos colmará de bendiciones en este mundo, para
obtenernos después el Paraíso”. Te presento hoy una sencilla y hermosa oración
para celebrar a nuestra Madre Inmaculada.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo
un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen
Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. Mírame con
compasión, no me dejes, Madre mía.
Concluye
esta breve plegaria con un acto de gran confianza: la entrega y abandono en su
poderosa protección e intercesión maternal. ¿Por qué no memorizarla y decirla
al menos una vez cada día? “Que el nombre de María sea alegría para tu corazón,
miel para tus labios y melodía para tus oídos”, como decía san Antonio de
Padua.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María.
Y
entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se
conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El
ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas
a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre
Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará
el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no
conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será
santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha
concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que
llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola
se fue. (Lc
1,26-38)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio toca un acorde compuesto por tres notas. Tres notas no siempre
bien afinadas en nuestra sociedad: la del hacer, la de la amistad y la de la
coherencia de vida. Hoy día hacemos muchas cosas, pero, ¿tenemos un proyecto?
Hoy, que navegamos en la sociedad de la comunicación, ¿tiene cabida en nuestros
corazones la soledad? Hoy, en la era de la información, ¿nos permite ésta dar
forma a nuestra personalidad?
Un
proyecto. María, una mujer «desposada con un hombre llamado José, de la casa de
David» (Lc 1,28). María tiene un proyecto. Evidentemente, de proporciones
humanas. Sin embargo, Dios irrumpe en su vida para presentarle otro proyecto...
de proporciones divinas. También hoy, quiere entrar en nuestra vida y dar
proporciones divinas a nuestro quehacer humano.
Una
presencia. «No temas, María» (Lc 1,30). ¡No construyamos de cualquier manera!
No fuera caso que la adicción al “hacer” escondiera un vacío. El matrimonio, la
vida de servicio, la profesión no han de ser una huida hacia adelante. «Llena
de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28). Presencia que acompaña y da
sentido. Confianza en Dios, que —de rebote— nos lleva a la confianza con los
otros. Amistad con Dios que renueva la amistad con los otros.
Formarnos.
Hoy día, que recibimos tantos estímulos con frecuencia contrapuestos, es
necesario dar forma y unidad a nuestra vida. María, dice san Luis María
Grignion, «es el molde vivo de Dios». Hay dos maneras de hacer una escultura,
expone Grignion: una, más ardua, a base de golpes de cincel. La otra,
sirviéndose de un molde. Ésta segunda es más sencilla. Pero el éxito está en
que la materia sea maleable y que el molde dibuje con perfección la imagen.
María es el molde perfecto. ¿Acudimos a Ella siendo nosotros materia maleable?
* Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
La Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María
El
8 de diciembre de 1854, Pío IX definió este dogma en la Bula Ineffabilis Deus
con las siguientes palabras:
"Declaramos,
pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen
María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús,
Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original,
ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída
por todos los fieles.
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© Aciprensa
Palabras de San Juan Pablo II
“Tú,
que "aplastas la cabeza de la serpiente", no permitas que cedamos. No
permitas que nos dejemos vencer por el mal, sino que haz que nosotros mismos
venzamos al mal con el bien.
Oh,
Tú, victoriosa en tu Inmaculada Concepción, victoriosa con la fuerza de Dios
mismo, con la fuerza de la gracia.
Mira
que se inclina ante Ti Dios Padre Eterno. Mira que se inclina ante Ti el Hijo,
de la mima naturaleza que el Padre, tu Hijo crucificado y resucitado. Mira que
te abraza la potencia del Altísimo: el Espíritu Santo, el Fautor de la
Santidad. La heredad del pecado es extraña a Ti.
Eres
"llena de gracia". Se abre en Ti el reino de Dios mismo. Se abre en
Ti el nuevo porvenir del hombre, del hombre redimido, liberado del pecado.
Que
este porvenir penetre, como la luz del Adviento, las tinieblas que se extienden
sobre la tierra, que caen sobre los corazones humanos y sobre las consciencias.
¡Oh
Inmaculada! "Madre que nos conoces, permanece con tus hijos". Amén.
Tema del día:
La Inmaculada Concepción
En
una pequeña gruta en el pueblito de Lourdes, en Francia, la Virgen se le
apareció a una niña diciéndole: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
Era el año 1858…
Pero…
¿Qué significa la Inmaculada Concepción? Esta expresión alude a que la Virgen
María fue preservada del pecado desde el primer instante de su existencia
humana. Dios, por la Inmaculada Concepción de María, preparó para su Hijo una
morada digna de Él.
La
devoción popular por los fieles a su fiesta data del siglo VII en Oriente; en
Irlanda desde el siglo IX y, en Inglaterra y en España, desde el siglo XI. El
convencimiento de la verdad que encierra se remonta a los orígenes mismos del
cristianismo, que considera a la Virgen como la "toda Santa".
El
Papa Pío IX proclamó solemnemente esta verdad el 8 de diciembre de 1854.
Instauró la fecha para la celebración de la fiesta de forma conjunta para toda
la Iglesia "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que
sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de
la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús
Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y
constantemente creída por todos los fieles..."
(Pío
IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
Se
instituyó entonces el dogma de la Inmaculada Concepción que dice que María
"por un privilegio único, fue preservada de la mancha (el pecado) original
desde el primer instante de su concepción".
La
concepción es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la
materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que
comienza la vida humana.
María
quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue
concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena
de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada
Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue
concebido sin pecado.
Esta
fiesta nos hace meditar sobre la inefable belleza del alma de María y, también,
sobre la belleza de toda alma santificada por la gracia redentora de Cristo.
Durante esta jornada los católicos deben asistir al oficio de la misa, como un
domingo.
Oración a la Inmaculada Virgen María
“Santísima
Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción pura y sin
mancha. ¡Oh Purísima Virgen!, por vuestra pureza virginal, vuestra Inmaculada
Concepción y vuestra gloriosa cualidad de Madre de Dios, alcanzadme de vuestro
amado Hijo la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, de cuerpo y de
espíritu, una santa perseverancia en el bien, el don de oración, una buena vida
y una santa muerte. Amén"
Poesía
Mirad
hoy, resplandeciente,
a
la Reina celestial.
Mirad
cómo tiembla el mal
y
se esconde la serpiente.
Vestida
de sol ardiente,
la
luna por pedestal
y,
cual corona nupcial,
doce
estrellas en la frente.
Es
la Sierva y la Señora,
la
Virgen profetizada,
del
Sol naciente la Aurora.
Viene
de gracia colmada,
pues
su Hijo, en buena hora,
quiso
hacerla Inmaculada.
Bruno
M.
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de Dios
Diciembre 8
En
toda la cristiandad se celebra hoy el día de María Inmaculada. Son millones los
cristianos que tomaron su primera comunión en un día como éste.
María
es la madre de los cristianos. Madre quiere decir ternura plena; cuando el
padre castiga, la madre se esconde; cuando el padre se ausenta, la madre queda
al frente del hogar; cuando el hermano hiere, la madre cura; cuando el hijo
llora, la madre besa; y cuando el hijo se aparta del buen camino, la madre
llora; la falda de la madre siempre está dispuesta para recibir la cabeza
arrepentida del hijo.
Todo
eso es la Virgen María para el cristiano: brazos maternales, abiertos como las
playas del mar. Madre Inmaculada, poema de luz y de ternura. La que no conoció
menguantes como la luna ni ocasos como el sol.
San
Bernardo sintetizó cuanto se puede decir de María: "Dios pudo hacer un
mundo mejor y un cielo más grande, pero no una madre de mayor grandeza que
María"
“Al entrar en la casa, encontraron al niño con María,
su madre, y postrándose, le rindieron homenaje” (Mt 10,11). Los Magos
encontraron a Cristo con María, y todos los cristianos encontrarán a Cristo por
medio de María. Tú la invocas como Madre de la divina gracia; si quieres vivir
la gracia del Señor, vívela de la mano de María; no olvides que peregrinar es
caminar por Cristo al Padre, a impulso del Espíritu Santo y con la ayuda de
María.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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