PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3214 ~ Martes 13 de Diciembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Considera las cuatro fuentes de gracias, que nosotros
tenemos en Jesucristo contempladas por san Bernardo.
La primera fuente es de misericordia, en la que
nosotros podemos lavarnos de todas las suciedades del pecado. Esta fuente se formó para nosotros con
lágrimas y con la sangre del Redentor; el que, como dice san Juan, nos amó y nos lavó de nuestros pecados en su
sangre. Ap 1, 5.
La segunda fuente es de paz y consuelo en nuestras
tribulaciones, pues el mismo Jesucristo nos dice; Invócame en el día de la tribulación y yo te consolaré (Jn 7, 37). Quien pruebe las aguas de mi amor
desdeñará para siempre las delicias del mundo, y se satisfará enteramente
después, cuando entrare en el reino de los bienaventurados; pues que el agua de
mi gracia le elevará de la tierra al cielo (Jn 4, 13).
Así también la paz, que Dios de a las almas que le
aman, no es la que ofrece el mundo en los placeres sensuales, que dejan en el
alma más amargura que paz.
La que Dios de, sobrepuja a todos los deleites de los
sentidos: Pax quoe exuperat omnem sensum.
¡Dichosos, pues, los que desean
esta fuente divina!
La tercera fuente es de devoción. ¡Oh! Y cómo se hace
devoto, y pronto a ejecutar las voces de Dios, y crecer siempre en la virtud, quien
a menudo medita cuánto ha hecho Jesucristo por nuestro amor! Él será como el
árbol plantado en la corriente de las aguas.
La cuarta fuente es de amor. Quien medita los
padecimientos y las ignominias de Jesucristo sufridas por nuestro amor, no es
posible que deje de sentirse inflamado de aquel fuego santo que ha venido a encender
en la tierra; según aquellas palabras de David: En mi meditación se inflamará el fuego (Sal. 1, 3).
Con lo que va dicho se verifica cumplidamente que el
que se aprovecha de estas dichosas fuentes que nosotros tenemos en
Jesucristo, sacará siempre de ellas
aguas de gozo y de salvación. (San Alfonso María Ligorio)
¡Buenos días!
¡Pan tostado... quemado!
La
comprensión es la base de cualquier relación, ya sea de pareja, de padre e
hijo, de amistad, laboral, vecinal… Toda la gente que conocemos, está librando
en este momento, algún tipo de batalla. Sé, pues, amable hasta el extremo.
Todos tenemos problemas y estamos aprendiendo a vivir.
Después de un largo y duro día de trabajo, mamá puso
en la mesa salchichas y pan tostado muy quemado frente a mi padre. Yo esperaba
que alguien lo señalara, pero aunque mi padre lo notó, sacó un pan tostado,
sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela. No recuerdo
qué contesté, pero aún lo veo untando manteca y mermelada al pan tostado y
comérselo todo. Al levantarme de la mesa, oí a mi madre pedir disculpas a mi
padre por los panes muy quemados. Nunca olvidaré lo que él le dijo: “Cariño, no
te preocupes, a veces me gustan los panes bien quemados”. Luego fui a dar el
beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si le gustaban de verdad los
panes bien quemados. Él me abrazó y dijo: “Tu mamá tuvo un día muy pesado, está
cansada y además, un pan un poco quemado no le hace daño a nadie”.
La
vida está llena de gente y de cosas imperfectas. Aprender a aceptar los
defectos y las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes
para crear una relación sana y duradera. Un pan tostado quemado no va a romper
un corazón y no tiene por qué romper la armonía en el hogar.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué
os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo,
vete hoy a trabajar en la viña’. Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se
arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió:
‘Voy, Señor’, y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?». «El
primero», le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las
rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros
por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las
rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después,
para creer en él». (Mt 21,28-32)
Comentario:
Hoy
contemplamos al padre que tiene dos hijos y dice al primero: «Hijo, vete hoy a
trabajar en la viña» (Mt 21,28). Éste respondió: «‘No quiero’, pero después se
arrepintió y fue» (Mt 21,29). Al segundo le dijo lo mismo. Él le respondió:
«Voy, señor»; pero no fue... (cf. Mt 21,30). Lo importante no es decir “sí”,
sino “obrar”. Hay un adagio que afirma que «obras son amores y no buenas
razones».
En
otro momento, Jesús dará la doctrina que enseña esta parábola: «No todo el que
me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la
voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Como escribió san Agustín, «existen
dos voluntades. Tu voluntad debe ser corregida para identificarse con la
voluntad de Dios; y no la de Dios torcida para acomodarse a la tuya». En lengua
catalana decimos que un niño “creu” (“cree”), cuando obedece: ¡cree!, es decir,
identificamos la obediencia con la fe, con la confianza en lo que nos dicen.
Obediencia
viene de “ob-audire”: escuchar con gran atención. Se manifiesta en la oración,
en no hacernos “sordos” a la voz del Amor. «Los hombres tendemos a
“defendernos”, a apegarnos a nuestro egoísmo. Dios exige que, al obedecer,
pongamos en ejercicio la fe. A veces el Señor sugiere su querer como en voz
baja, allá en el fondo de la conciencia: y es necesario estar atentos, para
distinguir esa voz y serle fieles» (San Josemaría Escrivá). Cumplir la voluntad
de Dios es ser santo; obedecer no es ser simplemente una marioneta en manos de
otro, sino interiorizar lo que hay que cumplir: y, así, hacerlo porque “me da
la gana”.
Nuestra
Madre la Virgen, maestra en la “obediencia de la fe”, nos enseñará el modo de
aprender a obedecer la voluntad del Padre.
* Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)
Santoral Católico:
Santa Lucía
Virgen y Mártir
Es
una de las figuras más estimadas por la devoción cristiana y la Iglesia la celebra
como una de las gloriosas vírgenes y mártires del tiempo del Imperio Romano.
Murió en Siracusa (Sicilia) durante la persecución del emperador Diocleciano el
13 de diciembre del año 304. Su culto se extendió desde la antigüedad por la
Iglesia, y su nombre fue introducido en el Canon Romano de la misa. La leyenda
según la cual la Santa se habría arrancado los ojos por amor de Cristo, tiene
su origen seguramente en la etimología popular del nombre de Lucía (lux-lucis,
luz), luminosa, y sugiere la luminosidad que emana de su propio nombre. La
misma fuente dice que, después de peregrinar a la tumba de Santa Águeda en
Catania, decidió consagrarse a Cristo y vendió su dote, por lo que su
prometido, desairado, la denunció como cristiana y la torturaron sin conseguir
doblegar su propósito de virginidad. Es abogada de la vista y patrona de los
ciegos.
Oración: Que la poderosa intercesión de santa Lucía,
virgen y mártir, sea nuestro apoyo, Señor, para que en la tierra celebremos su
triunfo y en el cielo participemos de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“En
este tiempo de Adviento
estamos
llamados a alargar
el
horizonte de nuestro corazón,
a
dejarnos sorprender por la vida
que
se presenta cada día con sus novedades”.
Biblioteca de archivos
Recuerda
que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en
"Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un
enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se
ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección
de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o
descargar a tu computadora.
Entre
los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales:
"Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario
de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes
santos de la Iglesia.
Biblioteca
de archivos: http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Tema del día:
Siete lecciones para Navidad
(La felicidad no está en las cosas)
En
Navidad los regalos adquieren un valor tan importante que los deseos de grandes
y chicos se ven reflejados solo en objetos materiales; pero la Navidad va mucho
más allá de esto, debe trascender en nuestros corazones.
Para
ello, los expertos del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana,
nos comparten las siguientes ideas para sorprender a los hijos con verdaderos
regalos de amor. Es muy fácil, son gratis, no necesitan de un empaque especial
y están ahí al alcance de su mano:
1.
Si su anhelo es que su hijo sea feliz, no le dé todo lo que pide. Valórelo,
priorícelo y sintonícelo con sus objetivos educativos.
2.
Los niños no se pueden sobornar. Los regalos nunca suplirán la falta de tiempo
o atención de los padres. ¿Será que los hijos prefieren un juguete o ir con su
padre a patinar, a jugar al futbol, montar en bici, ir al cine o,
sencillamente, compartir los dos la fantasía de un cuento…? En ocasiones,
disfrutar con los hijos será el mejor juguete que puedan recibir de sus padres.
¡Y eso es gratuito!
3.
Acostumbrar a los hijos a pasar la Navidad con lo que se tiene, ya es el mejor
regalo que les podemos hacer. No se trata de que sufran, pero sí de que vivan
la realidad y acepten con ilusión lo poco o mucho que puedan recibir como
regalo.
4.
Lo que ellos piden para la Navidad no siempre es lo que más les conviene.
Cuando se es niño no hay criterio ni límites para pedir; por eso, la tarea de
pensar qué regalar debe ser responsabilidad de los padres.
5.
Hable con ellos acerca de lo que han pedido en su carta al Niño Dios o a los
Reyes. En muchas ocasiones nos sorprenderán los motivos por los que han elegido
sus regalos, tanto por su acierto como por su desacierto. Aproveche su
capacidad de entusiasmo para sugerirles alternativas más enriquecedoras.
6.
Navidad es sinónimo de familia. Es un buen momento de ser sincero consigo mismo
y reflexionar sobre el papel de padre o madre. Seguro que hay cosas que se
pueden mejorar. Es un tiempo para ser humilde y recapacitar.
7.
La felicidad no está en las cosas; más bien es un estado del alma producto de
la paz espiritual que se gana con las buenas acciones y del bienestar consigo
mismo y con la familia.
La
Navidad es amor y está colmada de tradiciones que deben trascender a los hijos
para que prevalezcan más allá del tiempo. Es la oportunidad de inculcar en ellos
la grandeza de los buenos sentimientos.
*Artículo
editado para LaFamilia.info. Tomado de Apuntes de Familia, edición 14-12/11.
Autora: Marcela Ariza de Serrano. Instituto de la Familia. Universidad de La
Sabana.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la familia de Jefferson S. G.
y Sandy D., de Colombia, quienes
esperan una bebita y últimamente han estado disgustados por causas externas que
no convienen al bienestar de su hogar. Pedimos al Señor aleje de sus vidas todo
aquello que obstaculice su amor y su realización como familia católica, llena
de ilusiones para su futuro. Que haga consciente a Jefferson de su
responsabilidad y a Sandy de su comprensión para que reine en ellos el calor
del hogar cristiano que tanto necesitan. Nuestra Señora de Guadalupe interceda
siempre en esta unidad familiar que construye felicidad.
Pedimos oración para las siguientes personas, de México: Guadalupe G. V., que hoy será operada de cadera por una caída; Alma S. N., operada de vesícula por una pronta recuperación; Magalí S. N., para que pronto recobre su salud; y Sonia S., para que pronto esté completamente bien. Oramos por todas ellas.
Pedimos oración para las siguientes personas, de México: Guadalupe G. V., que hoy será operada de cadera por una caída; Alma S. N., operada de vesícula por una pronta recuperación; Magalí S. N., para que pronto recobre su salud; y Sonia S., para que pronto esté completamente bien. Oramos por todas ellas.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Diciembre 13
Muchas
páginas se han escrito para describir la psicología masculina y la femenina, y
el tema no se ha agotado.
Se
ha dicho que el hombre es el cerebro, que la mujer es el corazón. Que el hombre
es un código que corrige y la mujer un Evangelio que perfecciona.
Se
sostiene que el hombre es capaz de todos los heroísmos y la mujer lo es de
todos los martirios.
Que
el hombre es fuerza, empuje y acción, y que la mujer es calor, motor y
contemplación.
Pero
el santo, el hombre santo, es a la vez hombre y mujer; en sí reúne todo lo
bueno del hombre y todo lo bueno de la mujer.
El
santo es capaz de todo, porque se sitúa en Dios, y Dios le da la fuerza
necesaria para todos los heroísmos, todos los martirios, todas las acciones
apostólicas, todas las contemplaciones de amor.
San Pedro inicia su segunda carta dirigiéndola “a
todos los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, han
recibido una fe preciosa como la nuestra” (2 Pe 1,1). Es decir que todos,
hombres y mujeres, cada uno con su modo de ser, con sus características
psicológicas, temperamentales o caracterológicas, todos estamos llamados a la
santidad, aunque cada uno de nosotros vayamos por nuestro propio camino.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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