domingo, 11 de diciembre de 2016

Pequeñas Semillitas 3212

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3212 ~ Domingo 11 de Diciembre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dice san Pablo que Dios quiere que todos los hombres se salven. Dios nos invita a todos al banquete de la gloria eterna. Pero muchos rechazan la invitación, pues prefieren dedicarse a las cosas de este mundo.
¡Qué torpeza! escogen lo caduco y desprecian lo eterno. Es el misterio de la libertad del hombre que puede rechazar la voluntad de Dios.
Este respeto de Dios a la libertad del hombre es un exponente de que Dios no quiere salvarnos a la fuerza. Él nos invita, pero si le rechazamos, nos respeta. Invita va otros. Él ve con pena nuestra torpeza, pero no nos coacciona. Nos ha hecho libres para que seamos nosotros los que elegimos el camino del cielo o del infierno.
Pidamos a Dios que nos dé luz y fuerza para usar bien de nuestra libertad. Que no seamos sordos a su llamamiento, convencidos de que Dios quiere lo mejor para nosotros.
Algunos dicen: «Yo soy católico, pero no practico». Esto es tan absurdo como decir: «Yo soy futbolista, pero jamás he dado una patada a un balón». Hay que ser coherente. Toda ideología supone un compromiso. Quien no cumple, no es católico.  Padre Jorge Loring S.J.

¡Buenos días!

La miel en el fuego
Para conservar a un amigo se necesitan tres cosas: honrarlo cuando está presente, valorarlo cuando está ausente y ayudarlo cuando lo necesita. A veces, por irreflexión, los perdemos, porque fallamos en algunos de estos tres requisitos, como en la graciosa anécdota que te presento:

Nasrudín calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llegó de improviso. La miel comenzó a hervir y Nasrudin convidó a su visitante. Estaba tan caliente, que el otro se quemó. - ¡Haz algo! - exclamó el amigo. Entonces Nasrudín tomó un gran abanico y lo agitó por encima de la olla... con el propósito de enfriar la miel.

“La amistad es una puerta que se abre, una sonrisa que te alienta, una mirada que te comprende, una lágrima que se une a tu dolor, una palabra que te anima, y una crítica que te mejora. Es un encuentro que te regocija, un favor sin recompensa, y un esperar... sin cansancio”. Valora a tus amigos y acéptalos como son.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?». Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!».
Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces, ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Éste es de quien está escrito: ‘He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino’. En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él». (Mt 11,2-11)

Comentario:
Hoy, como el domingo anterior, la Iglesia nos presenta la figura de Juan el Bautista. Él tenía muchos discípulos y una doctrina clara y diferenciada: para los publicanos, para los soldados, para los fariseos y saduceos... Su empeño es preparar la vida pública del Mesías. Primero envió a Juan y Andrés, hoy envía a otros a que le conozcan. Van con una pregunta: «Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» (Mt 11,3). Bien sabía Juan quién era Jesús. Él mismo lo testimonia: «Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo’» (Jn 1,33). Jesús contesta con hechos: los ciegos ven y los cojos andan...
Juan era de carácter firme en su modo de vivir y en mantenerse en la Verdad, lo cual le costó su encarcelamiento y martirio. Aún en la cárcel habla eficazmente con Herodes. Juan nos enseña a compaginar la firmeza de carácter con la humildad: «No soy digno de desatarle las sandalias» (Jn 1,27); «Es preciso que Él crezca y que yo disminuya» (Jn 3,30); se alegra de que Jesucristo bautice más que él, pues se considera sólo “amigo del esposo” (cf. Jn 3,26).
En una palabra: Juan nos enseña a tomar en serio nuestra misión en la tierra: ser cristianos coherentes, que se saben y actúan como hijos de Dios. Debemos preguntarnos: —¿Cómo se prepararían María y José para el nacimiento de Jesucristo? ¿Cómo preparó Juan las enseñanzas de Jesús? ¿Cómo nos preparamos nosotros para conmemorarlo y para la segunda venida del Señor al final de los tiempos? Pues, como decía san Cirilo de Jerusalén: «Nosotros anunciamos la venida de Cristo, no sólo la primera, sino también la segunda, mucho más gloriosa que aquélla. Pues aquélla estuvo impregnada por el sufrimiento, pero la segunda traerá la diadema de la divina gloria».
* Dr. Johannes VILAR (Köln, Alemania)

Palabras de San Juan Pablo II
“El Señor está cerca, nos lo recuerda cada día la liturgia. Adviento quiere decir: Dios que viene, porque quiere que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2, 4). Viene porque ha creado al mundo y al hombre por amor, y con él ha establecido el orden de la gracia. Pero viene “por causa del pecado”, viene “a pesar del pecado”, viene para quitar el pecado. Por eso no nos extrañamos de que, en la noche de Navidad, no encuentre sitio en las casas de Belén y deba nacer en un establo. Pero lo más importante es el hecho de que Él viene. El Adviento de cada año nos recuerda que la gracia, es decir, la voluntad de Dios para salvar al hombre, es más poderosa que el pecado”.

Predicación del Evangelio
¿Qué Mesías esperamos?
Mucha gente está preguntando de Donald Trump. En todas partes quieren saber qué tipo de presidente será. No tiene experiencia como gobernante. No obstante tomará las riendas del país más poderoso en el mundo. Habla mucho de cómo salvará los empleos norteamericanos. Pero los designados de su gabinete parecen como capitalistas puros. Vamos a ver cómo es Donald Trump en este año venidero. Por ahora nos sirve como ejemplo. Como la gente se pregunta de Trump, Juan Bautista se pregunta de Jesús en el evangelio hoy.

Juan pensaba que Jesús era el Mesías cuando lo bautizó en el río Jordán. Pero desde entonces Jesús no ha actuado como el Mesías que Juan tenía en cuenta. No condena a los pecadores con gritos. Más bien, come con ellos para sacar su arrepentimiento. Ni predica sermones apocalípticos. Más bien, llama a sus seguidores “la sal de la tierra” y “la luz del mundo”. Por eso Juan envía a sus discípulos a Jesús para preguntarle: “’¿Eres tú el que ha de venir…’”?; es decir, el Mesías.

La duda de Juan sobre Jesús vale para nosotros. Al menos algunos de nosotros tenemos otras expectativas para el Mesías basadas en cómo leemos el evangelio. Que esbocemos tres posibilidades. Entonces preguntaremos a nosotros mismos cuál de las tres corresponde lo mejor al evangelio.

En el tiempo de Jesús mucha gente esperaba a un Mesías político. Querían a un guerrero que podría expulsar al imperio romano de Israel. Hoy en día algunos quieren que Jesús venga para castigar a los malvados que les molestan. Pueden ser los vecinos que hacen ruido hasta muy noche o los jóvenes que ven fumando cigarros. Pero Jesús nunca ha pretendido ser Mesías guerrero. Por esta razón siempre dice a los testigos de sus hazañas: “no digan nada a nadie”.

Varias personas esperan ahora a un Mesías que va a llevar sus almas al cielo cuando mueran. Su única preocupación es evitar todo tipo de pecado. Vienen al templo sólo para rezar por sí mismos. No les interesa formar una comunidad para ayudar a los demás. Hay una pista –pero sólo una pista– de esta expectativa del Mesías en la segunda lectura de la misa hoy. Dice que hemos de esperar la venida del Señor como un labrador aguarda la cosecha. El labrador va a rezar por las lluvias mientras espera. Por supuesto, también tiene que preparar la tierra y sembrar las semillas, pero no hay mención de ningún trabajo –el equivalente a obras buenas– en el pasaje.

La mayoría de nosotros deberíamos estar esperando a un Mesías que va a cumplir nuestros esfuerzos. Manda Isaías en la primera lectura  que “fortalezca(mos) las manos cansadas” y “diga(mos) a los de corazón apocado: ‘Ánimo’”. Es decir, hemos de servir a los demás en una manera  semejante a la de Jesús en el evangelio. Dice que Jesús se ocupa a sí mismo cuidando a los ciegos, sordos, cojos, leprosos, y pobres. Si nos ve continuando su socorro en la tierra, ciertamente nos reconocerá como suyos. Entonces nos llevará consigo a su Reino.

Un cine reciente mostró a un futbolista con una enfermedad terminal. Los médicos le dieron sólo cuatro años antes de que el deterioro de sus músculos corte su vida. En lugar de esperar su fin como gentes aguardando que la lluvia pare, él se dedicó a sí mismo a dos proyectos. Cómo la sal de la tierra, él hizo la vida más agradable de otras personas sufriendo la misma enfermedad pero sin sus recursos. Y como la luz del mundo este futbolista grabó una serie de videos contando a su hijo bebé de sus esperanzas por él. Es cómo Jesús va a reconocer a nosotros como los suyos: haciendo esfuerzos para ayudar a los demás y contando a nuestros seres queridos de nuestro amor.
P. Carmelo Mele O. P.

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Miami, USA, Diana C. B. escribe para expresar su agradecimiento a Dios y a todos quienes rezaron por Armando, el padre de sus hijos, que ya descansa en los brazos del Señor.

Desde Canadá, Elena da gracias a Dios por la recuperación de Roberto O., que ya está en su casa luego de haber sufrido una fisura en el estómago con la consiguiente hemorragia.

Desde Argentina, María del Valle agradece a Dios y a los orantes por la operación de la vista de Sergio, y seguimos en oración por la completa recuperación.

Desde Argentina, Ana María A. S. escribe y dice: “Agradezco a Dios, y a la Santísima Virgen María por las inmensas bendiciones que me han otorgado en estos 80 años de vida que el Señor me regala junto a los seres queridos. Mi agradecimiento llegue también a todos aquellos que de una u otra manera se hicieron presentes con sus saludos y palabras de cariño; a mis hijos nietos  y bisnietas, sobrinos y amigos por todos los festejos que me han otorgado. Nuevamente doy gracias al Señor y a la Santísima Virgen por estar siempre conmigo en todo lo que me acontece. A todos y cada uno los abrazo con el corazón rebosante de alegría. El Señor los colme de bendiciones en especial a Felipe por acordarse de una de sus semillitas de los primeros tiempos”. 

Desde Colombia nos llega una nota de Carlos con “agradecimiento por oraciones hechas en favor de Luz María A., quien vive en la ciudad de Neiva (Huila) y por quien hemos orado muchísimo, ayer 10 de diciembre, ha cumplido 74 años. A pesar de su enfermedad, de sus limitaciones, recibe este nuevo aniversario gracias a la bondad y el amor misericordioso del Señor. Ella tiene muchos deseos de vivir y reparar aquello que quizá hizo mal. La familia en Unidad con Jesús y María celebramos y damos gracias por este onomástico. El Señor ha hecho Su Santa Voluntad y, a pesar que estuvo muy delicada de salud, Él, por intercesión de María, ha posado sus Manos Sanadoras y hoy Luz María goza de la compañía amorosa de quienes la queremos con el corazón y oramos todos los días con fe y esperanza por su recuperación que, lentamente, se ha hecho evidente”.

Oración por la Patria 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Los cinco minutos de Dios
Diciembre 11
Uno de los escapismos más comunes es el pensar que en otras circunstancias nosotros seríamos perfectos hombres, cabales cristianos.
En otras circunstancias, pero no en la que debemos afrontar. Porque con estas personas que me rodean, con este jefe que me controla, con esta esposa que me cela, con este amigo que no me deja en paz, con este trabajo que me absorbe, con este temperamento tan rápido y sensible, con este... con esta....
Y no es verdad; porque, en las distintas sendas o veredas, variará el color de la piedra en que tropiezo, pero no su dureza o su tamaño.
Qué triste sería decir. "¡Cómo deseo padecer el martirio del amor!" y luego ser incapaces de soportar en silencio las inclemencias del tiempo o un simple roce de molestia o cualquier contrariedad.
Si ahora, en este lugar, en estas circunstancias, con estas personas, no soy capaz de perfeccionarme, tampoco lo seré luego.
“Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos con ustedes. Que Él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre” (1 Tes 3,12-13). Trata de ser irreprochable ante Dios y ante los hombres.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.