PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3108 ~ Martes 23 de Agosto de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Muchos
piensan que inculcar a una persona unos principios morales preestablecidos es
un modo de lavarle el cerebro. Dicen que lo mejor es que cada uno vaya sacando
de su experiencia personal sus propios criterios morales.
Entiendo
que lavar el cerebro a una persona consiste en disminuir su capacidad de juzgar
razonadamente. Pero educar a las personas para desarrollar el hábito de ser
veraces, o generosas, o justas, o respetuosas con los demás, no puede decirse
que atente contra su capacidad de tomar decisiones razonables. Es justamente al
revés. Los buenos hábitos morales refuerzan la capacidad de juzgar
razonablemente.
Por
el contrario, cuando faltan los hábitos morales resulta más fácil que se
extravíe la razón. Fue Lenin quien dijo aquello de que "si queremos
dominar a un pueblo, antes corromperemos su moralidad".
* Alfonso Aguiló
¡Buenos días!
Un minuto sirve para…
El
paso fugaz del tiempo es percibido por todos. “Ay, cómo huye el tiempo
irreparable”, constató el poeta Virgilio. También el salmista (S. 90) dice que,
aun cuando lleguemos a los 70 y 80 años, al fin tenemos la impresión de que han
pasado a prisa, como volando. Por eso pide a Dios le enseñe a calcular el número de años que
vas a vivir, para obrar con sabiduría.
Un minuto sirve para sonreír: sonreír para el otro,
para ti y para la vida. Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor,
sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua. Se requiere apenas
de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder
entenderlo. Un minuto apenas para escuchar el canto de los pájaros. Un minuto
sirve para oír el silencio, o comenzar una canción.
“Vive
cada día en plenitud. Aprovecha al máximo cada hora, cada día y cada época de
tu vida. Así podrás mirar al futuro con confianza y al pasado sin tristeza. Sé
tú mismo. Pero sé lo mejor de ti mismo. Ten valor para ser diferente y seguir
tu propio camino. Y no tengas miedo de ser feliz. Goza de lo bello. Ama con
toda tu alma y tu corazón”. Aprovecha con intensidad este día.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más
importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había
que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el
mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro
están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro
la copa, para que también por fuera quede pura!». (Mt 23,23-26)
Comentario:
Hoy
tenemos la impresión de “pillar” a Jesús en un arrebato de mal humor —realmente
alguien le ha hecho sentir molesto. Jesucristo se siente incómodo con la falsa
religiosidad, las peticiones pomposas y la piedad egoísta. Él ha notado un
vacío de amor, a saber, echa en falta «la justicia, la misericordia y la fe»
(Mt 23,23) tras las acciones superficiales con las que tratan de cumplir la
Ley. Jesús encarna esas cualidades en su persona y ministerio. Él era la
justicia, la misericordia y la fe. Sus acciones, milagros, sanaciones y
palabras rezumaban estos verdaderos fundamentos, que fluyen de su corazón
amoroso. Para Jesucristo no se trataba de una cuestión de “Ley”, sino que era
un asunto de corazón…
Incluso
en las palabras de castigo vemos en Dios un toque de amor, importante para
quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno
y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la
fidelidad y caminar humildemente con tu Dios» (Miq 6,8). El Papa Francisco
dijo: «Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo.
Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso
que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías, cuando afirma que,
aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el Amor de Dios los volverá
blancos como la nieve. Es hermoso, esto de la misericordia».
«¡Purifica
primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!» (Mt 23,26).
¡Cuán cierto es eso para cada uno de nosotros! Sabemos cómo la limpieza
personal nos hace sentir frescos y vibrantes por dentro y por fuera. Más aun,
en el ámbito espiritual y moral nuestro interior, nuestro espíritu, si está
limpio y sano brillará en buenas obras y acciones que honren a Dios y le rindan
un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23). Fijémonos en el marco más grande del amor,
de la justicia y de la fe y no nos perdamos en menudencias que consumen nuestro
tiempo, nos empequeñecen y nos hacen quisquillosos. ¡Saltemos al vasto océano
del Amor de Dios y no nos conformemos con riachuelos de mezquindad!
* Fr. Austin NORRIS (Mumbai, India)
Santoral Católico:
San Felipe Benizi (o Benicio)
Sacerdote
El
hijo más ilustre y el más ardiente propagador de la congregación de los
servitas en Italia nació en el seno de una noble familia de Florencia el 15 de
agosto de 1233. A los 13 años fue a vivir a París a estudiar medicina. De París
pasó a Padua donde a los 19 años obtuvo el grado de doctor en medicina y
filosofía, regresando a su ciudad natal y ejerciendo por un año su profesión.
Durante ese tiempo, estudió las Sagradas Escrituras y, frecuentaba las iglesias
de su ciudad natal, especialmente La Anunciata, que estaba a cargo de la Orden
de los Servitas (siervos de María), así llamados por la gran devoción que
tenían a nuestra Señora, que allí era particularmente reverenciada.
En
el Concilio de Lyon, San Felipe impresionó a todos por su sabiduría y don de
las lenguas, don que fue utilizado por el santo para la conversión de los
pecadores y reconciliación de los cismáticos de muchos lugares del mundo a
donde iba a predicar el Evangelio; sin embargo, toda su fama no era suficiente
para obtener la aprobación pontificia para la Orden de los Siervos de María.
En
1284, San Alejo puso bajo la dirección de San Felipe a su sobrina Santa
Juliana, la cual fundó la tercera orden de las Siervas de María. El santo se
encargó también de enviar a los primeros misioneros servitas al oriente,
algunos de ellos, derramaron su sangre por mantenerse firmes en su fe a Cristo.
Cuando
comprendió que se acercaba la hora de su muerte, en el año 1285, San Felipe
decidió retirarse descansar al convento más sencillo y humilde de la orden
religiosa, donde pasó sus últimos días, orando y postrado ante la imagen de la
Virgen María. Falleció durante el angelus vespertino, y en 1761 fue canonizado.
Su fiesta fue extendida a toda la Iglesia occidental en 1694.
© Catholic.net
El pensamiento del día
“Esto
puede aplicarse a todos los aspectos de tu existencia:
la
vida te devolverá justamente aquello que tú le hayas dado…
porque
tu vida no es una coincidencia, es un reflejo de ti”
Biblioteca de archivos
Recuerda
que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en
"Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un
enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se
ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección
de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o
descargar a tu computadora.
Entre
los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales:
"Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario
de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes
santos de la Iglesia.
Biblioteca
de archivos: http://pequesemillitas.wix.com/bibliotecadearchivos
Historias:
Un partido de fútbol
Hace
pocos días me escribió una maestra de escuela que enseña religión a sus
alumnos. Uno de sus niños le lanzó una pregunta: ¿por qué Dios, que tiene todo
el Poder, no frena a los malos, termina con las injusticias y nos hace a todos
buenos y santos? La humilde maestra me pedía que en conceptos simples y breves
explique a sus niños este tema tan central, relacionado con el libre albedrío
que Dios nos dio. Pensé que la mejor manera de hablarle a los pequeños era con
un ejemplo cercano a ellos, y en mi cabeza surgió de inmediato el fútbol como
modo de acercarme al mundo de los niños actuales, y no sólo de los niños. Y
aquí va mi recomendación para ésta linda maestra, deseosa de llevar a éstas
almitas a Dios.
Podemos
comparar a éste mundo con un partido de fútbol en el que hay dos equipos en la
cancha: el equipo que defiende el bien, el equipo de Dios, que se enfrenta al
equipo del pecado, el de satanás. Jesús es el Juez del partido, el árbitro, que
vela para que se respeten las reglas. Él corre a nuestro lado, transpira como
nosotros, nos mira desde todos los ángulos, sigue cada jugada para asegurarse
de que todo ocurra en Justo modo. El Espíritu Santo, por otra parte, es el
Director Técnico de nuestro equipo, el que lo dirige y organiza desde el banco
de suplentes, adaptando la formación y la estrategia del equipo de acuerdo al
desarrollo del partido, y de las tácticas introducidas por el adversario. Dios
Padre, finalmente, es el Presidente de nuestro equipo, es quien provee de todo
lo necesario para poder estar en la cancha jugando el partido.
Dios
quiere que ganemos éste partido contra el mal, pero Su Deseo es que lo hagamos
jugando con el reglamento del fútbol, respetando las reglas establecidas y
demostrando nuestra capacidad individual y colectiva frente al oponente, el
equipo del pecado. Claro que Dios podría dar por terminado el partido de
inmediato y declararnos vencedores, ¿pero qué mérito tendríamos en ese caso?
También podría Jesús, como Juez, ignorar las faltas que cometemos y atribuirnos
goles que no convertimos ¿qué clase de Juez sería Él en ese caso? El mérito de
un equipo de fútbol consiste en derrotar a su oponente bajo las reglas
establecidas, y jugando el partido. De éste modo, se declara un justo vencedor
y la celebración tiene un sentido.
Ahora
bien, ¿qué responsabilidad les cabe a los jugadores que están en la cancha, que
tienen el mejor Club, el mejor Director Técnico, y por supuesto la garantía del
más Justo Arbitro que se pueda tener? Les cabe toda la responsabilidad, están
obligados a ganar, porque en la tribuna están todos los ángeles, los santos y
las almas del purgatorio vivando y aclamando al equipo, deseando que derrotemos
al oponente. El equipo del pecado, mientras tanto, tiene a una multitud de
demonios en las gradas gritando e insultando a diestra y siniestra, presionando
para que el pecado se imponga a nuestro equipo. Equipo vestido de negro,
enfrentado a la blanca e inmaculada vestimenta de nuestros jugadores.
Dios
quiere que juguemos este partido, donde todos integramos Su Equipo. Que lo
hagamos con compromiso y que le demostremos con goles de amor nuestra
pertenencia a Su Escuadra. Que venzamos al equipo del pecado, porque en caso
contrario nos iremos al descenso, nos perderemos la copa de la victoria. El
premio por ganar éste partido es poder ir al Cielo, ni más ni menos. Dios
quiere que nos ganemos éste derecho, haciendo valer en la cancha las
habilidades y talentos que Él mismo nos dio, demostrando que somos capaces de
ganarnos nuestro puesto en el equipo, de jugar el partido en sus noventa
minutos con todas las ganas de que seamos capaces.
Lo
más curioso es que todos los jugadores somos hermanos, y hermanos del Árbitro
también. Su Madre lo aclama desde la tribuna, porque sabe que Él fue jugador en
Su momento. Y fue el mejor jugador de todos los tiempos, porque con Sus goles
le aseguró a nuestro equipo el torneo de la Salvación. Ahora Él es Juez, pero
ninguno de nosotros puede olvidar Sus méritos como jugador, que son infinitos,
y le valen el Nombre de Jesús, El que Salva.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales
y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pido
oración por el alma de Nené, mi
mamá,
que hace hoy cinco años tuvo su pascua al cielo.
Brille para ella la Luz que no tiene fin.
“Una flor
sobre su tumba se marchita…
Una lágrima sobre su recuerdo se evapora…
Una oración por su alma, la recibe Dios”
-San Agustín-
Los cinco minutos de Dios
Agosto 23
A
diario se nos presentan situaciones difíciles…
No
es fácil pedir disculpas cuando uno se ha equivocado.
Ni
volver a comenzar cuando todo se ha venido abajo.
Ni
admitir un error cuando nos lo hacen ver.
No
es fácil ser abnegado, ser considerado, y persistir ante las dificultades,
sobre todo cuando son muy persistentes.
No
es fácil soportar el peso del éxito y de la prosperidad sin vanagloriarse, ni
hincharse ante los demás por ello.
Ni
lo es el perdonar y olvidar las faltas de atención de los otros, sobre todo
cuando se refieren a nosotros mismos.
Ni
dominar nuestro mal carácter, sin descargar en los demás nuestra carga de
agresividad cuando las cosas no salen según nuestros deseos.
Nada
de esto es fácil: no es fácil, pero no es imposible conseguirlo; y no siempre
tenemos que buscar el camino de lo más fácil, sino de lo que sea mejor.
“Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien
entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre” (Is 12,4).
Es admirable lo que Dios hace con los suyos, cómo los purifica, los santifica,
los eleva; déjate purificar y elevar por el Señor, ponte en sus manos con total
confianza.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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