PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3101 ~ Martes 16 de Agosto de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Jesús, te agradezco todas las intervenciones de amor que has tenido en mi vida.
Desde que comienza el día hasta que se oculta el sol, Tú me demuestras tu
presencia en los distintos actos de bondad que miro a mi alrededor. Te doy
gracias por todo eso, por habernos dado la salvación por medio de tu Hijo
Jesucristo y por habernos dejado a tu Santa Madre, quien nos acompaña y nos
guía hacia tu luz. Tú la escogiste a ella por ser una doncella pura, llena de
humildad y de entrega servicial. La preservaste de toda mancha para que fuese
cuna viviente de tu Hijo Santísimo. Ella, abrió las puertas de su corazón a tu
ángel mensajero y aceptó con entrega tu proyecto de amor sobre la humanidad.
Quiero, como ella, realizar el sueño de tu amor en mi vida, abrirme a tu
voluntad y que mi corazón se convierta también en la cuna de tu amor, que nazca
en él la luz de tu vida, para vivir tu Palabra y cumplirla con fidelidad. Mi
Dios, Rey de la ternura, ven y pasa ahora tu mano sanadora sobre todo mi ser y
que pueda seguir sintiéndome amado y valorado bajo tu cobijo y tu amparo. Te
confío todo lo mío y a todos los míos. Amén
¡Buenos días!
Oración de protección
Te
ofrezco hoy una delicada oración del salmo 17, ordenada como responsorio, para
que te sirvas de ella cuando necesitas protección de Dios. La forma
responsorial es apropiada para la repetición. Así vas interiorizando y
profundizando el sentido y sentimiento que transmite el texto del salmo. Las palabras de hoy son muy aptas para
desarrollar una filial confianza en Dios.
V. Guárdame, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdame, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A la sombra de tus alas, escóndeme.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guárdame, Señor, como a las niñas de tus ojos.
En
los salmos con frecuencia se declara bienaventurado al hombre que ha buscado
refugio sólo en Dios: “Dichoso el hombre que ha puesto en Dios toda su
confianza, porque no quedará defraudado”. Los hombres fallan y desilusionan,
Dios no. Que él te conceda coraje y gracia para abandonarte en sus brazos con
todas tus cosas y seres queridos.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico
difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que
un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los
Cielos». Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: «Entonces,
¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres
eso es imposible, mas para Dios todo es posible».
Entonces
Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y
te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?». Jesús les dijo: «Yo os aseguro que
vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre
se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas,
hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el
ciento por uno y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y
muchos últimos, primeros». (Mt 19,23-30)
Comentario:
Hoy
contemplamos la reacción que suscitó entre los oyentes el diálogo del joven
rico con Jesús: «¿Quién se podrá salvar?» (Mt 19,25). Las palabras del Señor
dirigidas al joven rico son manifiestamente duras, pretenden sorprender,
despertar nuestras somnolencias. No se trata de palabras aisladas, accidentales
en el Evangelio: veinte veces repite este tipo de mensaje. Lo debemos recordar:
Jesús advierte contra los obstáculos que suponen las riquezas, para entrar en
la vida...
Y,
sin embargo, Jesús amó y llamó a hombres ricos, sin exigirles que abandonaran
sus responsabilidades. La riqueza en sí misma no es mala, sino su origen si fue
injustamente adquirida, o su destino, si se utiliza egoístamente sin tener en
cuenta a los más desfavorecidos, si cierra el corazón a los verdaderos valores
espirituales (donde no hay necesidad de Dios).
«¿Quién
se podrá salvar?». Jesús responde: «Para los hombres eso es imposible, mas para
Dios todo es posible» (Mt 19,26). —Señor, Tú conoces bien las habilidades de
los hombres para atenuar tu Palabra. Tengo que decírtelo, ¡Señor, ayúdame!
Convierte mi corazón.
Después
de marchar el joven rico, entristecido por su apego a sus riquezas, Pedro tomó
la palabra y dijo: —Concede, Señor, a tu Iglesia, a tus Apóstoles ser capaces
de dejarlo todo por Ti.
«En
la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria...»
(Mt 19,28). Tu pensamiento se dirige a ese “día”, hacia ese futuro. Tú eres un
hombre con tendencia hacia el fin del mundo, hacia la plenitud del hombre. En
ese tiempo, Señor, todo será nuevo, renovado, bello.
Jesucristo
nos dice: —Vosotros, que lo habéis dejado todo por el Reino, os sentaréis con
el Hijo del Hombre... Recibiréis el ciento por uno de lo que habéis dejado... Y
heredaréis la vida eterna... (cf. Mt 19,28-29).
El
futuro que Tú prometes a los tuyos, a los que te han seguido renunciando a
todos los obstáculos... es un futuro feliz, es la abundancia de la vida, es la
plenitud divina.
—Gracias,
Señor. ¡Condúceme hasta ese día!
* Rev. D. Fernando PERALES i Madueño (Terrassa,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Esteban de Hungría
Rey
Nació
en Esztergom (Hungría) hacia el año 969, de padre pagano y madre cristiana, de
la alta nobleza. De joven recibió el bautismo junto con su padre, duque de
Hungría. El año 997, tras la muerte de su padre, le sucedió en el gobierno y
emprendió la evangelización de su país sirviéndose particularmente de los
benedictinos de Cluny. Fundó monasterios, que fueron grandes centros
misioneros, y creó obispados. Contrajo matrimonio con Gisela, hija del
emperador Enrique II, y vio morir prematuramente a su hijo san Emerico, de extraordinarias
virtudes y a quien preparaba para que le sucediera. Fue coronado rey de Hungría
el año 1000 con la corona que le envió el papa Silvestre II. En el gobierno de
su reino fue justo, pacífico y piadoso, observando fielmente las leyes de la
Iglesia y procurando siempre el bien de los súbditos. Murió el 15 de agosto de
1038 en Szekesfehérvar (abadía de Alba Real) de Buda, en la actual Hungría. [Murió el 15 de agosto y su memoria se
celebra el 16 de agosto]. Fue canonizado el año 1083 junto con su hijo Emerico.
Oración: Dios todopoderoso, te rogamos que tu Iglesia
tenga como glorioso intercesor en el cielo a san Esteban de Hungría, que
durante su reinado se consagró a propagarla en este mundo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
San Roque
Peregrino
Son pocas las noticias históricas precisas que tenemos
sobre su vida. Nació en Montpellier (Francia) el año 1295, de familia noble. Al
quedar huérfano de padre y madre, profesó la Regla de la Tercera Orden
Franciscana y distribuyó sus cuantiosos bienes entre los pobres. Luego
emprendió una vida de peregrino, dedicado a la penitencia y a las obras de
misericordia. Cuando la peste se extendió por Italia, recorrió los pueblos
aliviando a los enfermos y curando a muchos de ellos. De regreso a su patria,
fue atacado por la peste y se retiró a un bosque cerca de Piacenza. Cuando
recuperada la salud regresaba a su patria, fue detenido como espía y llevado a
prisión. Allí, en medio de malhechores, olvidado de todos, sufriendo lo
indecible y confiado sólo en las manos de Dios, pasó los cinco últimos años de
su vida. Murió en Montpellier el 16 de agosto de 1327 y pronto se encargó Dios
de hacer brillar con prodigios la santidad de su siervo.
Oración: Guarda,
Señor, a tu pueblo con bondad, y, por la intercesión de san Roque, líbrale de
todo contagio del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
“Hay
genios sin estudio e idiotas con doctorados.
La
verdadera sabiduría no te la otorga un título
sino
lo que haces con lo has aprendido a lo largo de tu vida
y
la manera en cómo tratas a los demás”
-Joseph Kapone-
Tema del día:
Creo con María subiendo al cielo
Creo, contigo María, que si camino como Tú en la
tierra
me aguarda lo que, Tú ahora, vives en el cielo
Creo, contigo María, que si
en mis entrañas acojo a Cristo
con la misma verdad que Tú lo acogiste en tu seno
disfrutaré de esa eternidad que, ahora Tú, vives en la
Ciudad Celeste
Creo, contigo María, que si abro los oídos
como Tú lo hiciste a la voz del Ángel, soplo del
Espíritu Santo,
estaré llamado a compartir esa misma suerte
que, ahora Tú, acoges
asombrada ante la magnitud del Misterio del cielo
Creo, contigo María, que tu
corona –no de oro ni de plata–
fue el servir a Dios con todas mis fuerzas.
Sentirme Iglesia viva,
valiente y decidida
ante un mundo que, en medio
de tanto ruido,
pretende silenciar el Amor
que nació en Belén.
Creo, contigo María, en este
Año Santo de la Misericordia
que para subir hacia el
cielo,
hay que bajar peldaños en la tierra
que para ascender hacia Dios,
hay que descender hacia el
corazón de los sufridos
que para escalar en medio de
las nubes,
hay que pisar la realidad de
cada día.
Creo, contigo María, en este
Año de la Misericordia
que, conocer a Cristo, es
algo grande y es gracia divina.
Que, servirle, es privilegio
y altura de miras
Que, escucharle, es dar
oxígeno a nuestras almas
Que, amarle, conlleva abrir
los brazos a los que me rodean
¡SÍ, MARÍA! ¡CREO CONTIGO EN DIOS!
¡SÍ, MARÍA! ¡CREO CONTIGO EN CRISTO!
¡SÍ, MARÍA! ¡CREO CONTIGO EN EL ESPÍRITU SANTO!
Porque, los tres en uno, dieron VIDA a tu vida
Esplendor y hermosura a tu
figura
Eternidad para siempre a tus
pocas palabras
Corona de triunfo que nunca
se marchita
a tu cabeza amueblada con
palabras con sabor
a obediencia, humildad,
sencillez, silencio, evangelio,
camino, Dios, Jesús, Espíritu
e Iglesia.
¡CONTIGO, MARÍA, SE PUEDE CREER MÁS Y MEJOR!
¡CONTIGO, MARIA, AL CIELO!
P.
Javier Leoz
Los cinco minutos de Dios
Agosto 16
No
me digas que no te gusta ser tenido por simpático, porque no te lo voy a creer.
Si no lo eres, voy a darte unos pocos medios para conseguirlo:
1.
Muéstrate agradable cuando te sientas inclinado a estar de mal humor.
2.
Escucha con alegría a los que te hablan de sus problemas, aun cuando tú tengas
mayores que ellos.
3.
Hazte cargo de las tareas que los demás rehúsan y tratan de evadir, aun cuando
para ello debas postergar tus gustos.
4.
Habla siempre bien de todos, pero en particular de aquella persona que en tu
presencia es criticada.
5.
Mira siempre el lado bueno de las cosas y sobre todo de las personas, y trata
de hacer resaltar precisamente el lado bueno de todo y sobre todo de todos.
6.
Laméntate menos y actúa más; el éxito y el triunfo no es de los que hablan sino
de los que hacen.
“El que se tenga por sabio o prudente, demuestre con
su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría… La
sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además pacífica, benévola
y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es
imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que
trabajan por la paz” (Sant 3,13-18)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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