viernes, 19 de agosto de 2016

Pequeñas Semillitas 3104

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3104 ~ Viernes 19 de Agosto de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuando las hojas secas caen de los árboles en el otoño el árbol queda desnudo por varios días... si alguien lo viera en esos momentos y no supiera que después, en la primavera va a reverdecer con nuevas hojas y nuevos bríos, flores y frutos, pensaría que está muerto... pero no es así.
En la vida nosotros todos tenemos esos períodos en que las hojas se caen y nos quedamos desnudos... algunos por haber perdido un amor o un ser querido, bien sea por la separación definitiva de la muerte, o la separación terrenal de los alejamientos...
Ese período desnudo puede ser causado por una etapa de mucha necesidad económica... o tal vez de una enfermedad, un accidente... o de pérdida de valores, status, una prisión u hospitalización... Sin embargo, siempre hay que tomar el ejemplo en la naturaleza y vivir armoniosamente con ella; y de la misma manera que un árbol desnudo después va a reverdecer, asimismo tenemos que pensar que en esos períodos de desnudez ya bien sea espiritual, económica, sentimental o de cualquier otro tipo, después vendrán nuevamente las hojas, las flores y los frutos... y el árbol habrá aprendido su lección y ya no estará triste cuando pierda las hojas.
Nunca pierdas la fe... recuerda siempre que cuando una puerta se cierra hay muchas otras que se están abriendo y que el secreto consiste en apartar la vista triste de esa puerta cerrada y llevarla a las otras... en esos momentos es cuando se empieza a ver la luz al final del túnel y el árbol comienza a reverdecer nuevamente.

¡Buenos días!

Dar la cara…
Qué valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras “fortalezas” y “debilidades”. No es fácil porque vivimos en un entorno de convencionalismos y máscaras.

Una persona refirió que un día dejó el coche aparcado junto al hospital. Al volver, vio que alguien había arrancado el paragolpes y lo había dejado sobre el capó. Había una nota en el parabrisas que decía: “Ha sido una furgoneta, que se fue sin decir nada. Sus datos son... Puedo testificar si lo desea” Y firmaba. La nota la había escrito la madre de un niño con síndrome de Down que esa misma mañana había venido al hospital por una urgencia de su hijo. Esto hace pensar que las personas que sufren la enfermedad de un paciente, son las que más pendientes están de los demás.

La persona honesta es coherente entre lo que hace y lo que dice. Vive de principios. Vive auténticamente como un ser humano. No se justifica diciendo que todos actúan así; o que es la única forma de salir adelante. Se atreve a ir “contra corriente”. Y se abstiene de mentir con firme decisión. Sabe asumir las consecuencias de sus actos, sin excusas. Da la cara.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas». (Mt 22,34-40)

Comentario:
Hoy, el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» (Mt 22,36), el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante» (Mt 22,39). Dos anillas inseparables que son una sola cosa. Inseparables, pero una primera y una segunda, una de oro y la otra de plata. El Señor nos lleva hasta la profundidad de la catequesis cristiana, porque «de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22,40).
He aquí la razón de ser del comentario clásico de los dos palos de la Cruz del Señor: el que está cavado en tierra es la verticalidad, que mira hacia el cielo a Dios. El travesero representa la horizontalidad, el trato con nuestros iguales. También en esta imagen hay un primero y un segundo. La horizontalidad estaría a nivel de tierra si antes no poseyésemos un palo derecho, y cuanto más queramos elevar el nivel de nuestro servicio a los otros —la horizontalidad— más elevado deberá ser nuestro amor a Dios. Si no, fácilmente viene el desánimo, la inconstancia, la exigencia de compensaciones del orden que sea. Dice san Juan de la Cruz: «Cuanto más ama un alma, tanto más perfecta es en aquello que ama; de aquí que esta alma, que ya es perfecta, toda ella es amor y todas sus acciones son amor».
Efectivamente, en los santos que conocemos vemos cómo el amor a Dios, que saben manifestarle de muchas maneras, les otorga una gran iniciativa a la hora de ayudar al prójimo. Pidámosle hoy a la Virgen Santísima que nos llene del deseo de sorprender a Nuestro Señor con obras y palabras de afecto. Así, nuestro corazón será capaz de descubrir cómo sorprender con algún detalle simpático a los que viven y trabajan a nuestro lado, y no solamente en los días señalados, que eso lo sabe hacer cualquiera. ¡Sorprender!: forma práctica de pensar menos en nosotros mismos.
* Rev. D. Pere CALMELL i Turet (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Juan Eudes
Presbítero y Fundador
Nació en Ri, diócesis francesa de Séez (Normandía), el año 1601. Estudió en los jesuitas y rehusó el matrimonio ventajoso que se le ofrecía, para consagrarse al Señor. Recibió las órdenes menores e ingresó en la Congregación del Oratorio fundada por el Card. De Bérulle. Ordenado sacerdote en 1625, se dedicó de manera intensa a las misiones populares y la predicación en las parroquias de extensas zonas rurales de Normandía, con mucho fruto de vida cristiana. Para mejor responder a las urgencias de la Iglesia, dejó el Oratorio y fundó dos congregaciones religiosas: una dedicada a las misiones populares y a la formación de los seminaristas, la Congregación de Jesús y María (los Eudistas); y la otra a la reeducación de las jóvenes extraviadas, la de Nuestra Señora de la Caridad. En sus escritos nos dejó constancia de su profundo conocimiento del misterio de Cristo. Fomentó con entusiasmo la devoción a los Corazones de Jesús y de María. Murió en Caen (Normandía) el 19 de agosto de 1680.
Oración: Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para anunciar al mundo las insondables riquezas del misterio de Cristo, concédenos, te rogamos, que, por su palabra y su ejemplo, crezcamos en el conocimiento de tu verdad y vivamos según el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

El pensamiento del día

“Hoy te bendigo…
Bendigo tu vida y la de los seres que amas.
Bendigo la tierra que pisas y el aire que respiras.
Bendigo el alimento que comes y la palabra que sale de tu boca.
Bendigo tu futuro para que sea mejor que tu pasado.
Bendigo cada sentimiento y emoción de tu corazón y....
Bendigo al hermoso Ser de luz que Tú eres"

Historias:
Servir es un placer
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Dicen que en ese lugar llueve todos los días; yo nunca he ido allá, pero tengo amigos que sí y ellos me han dicho que eso es verdad. 

Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limusina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el carro fue conducido hasta el estacionamiento.

- ¡Oye tú! ¡Agárrame las maletas! -gritó el británico a Gandhi quien no sabía si era con él; miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate-, ¡eh tú, hindú! -repitió el inglés con fuerza-, ¡He dicho que me agarres las maletas!

Gandhi se dio cuenta de que era con él con quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras porque en esa época los hindúes eran considerados menos que los demás...

Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.

- ¡Mira tú, indio!  ¿Cuánto te debo? - dijo el magnate.

- Señor, usted no me debe nada -Gandhi contestó cortésmente.

- ¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas? - insistió el hombre.

- Señor - repitió Gandhi -, yo no voy a cobrarle nada.

- ¿Tú trabajas aquí?  ¿No?

- No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.

- Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas?

- Porque usted me pidió que lo hiciera... y lo hice.

- ¡¿Quién eres tú?!

- Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India.

- Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar?

- Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle - dijo Gandhi.

- Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas -dijo nuevamente el inglés-, entonces ¿por qué me la subiste?

- Señor -expresó el futuro Mahatma - yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.  Si, servir es un placer: ¡Que inmenso placer!

Después de esto, Gandhi nos dejaría este pensamiento:  "Todos los placeres y satisfacciones palidecen y se convierten en nada ante el servicio abnegado que se presta con alegría".

Amar también es un placer.  El trabajo no se paga con dinero sino con placer de servir a los demás.  El dinero cubre las necesidades, mientras que el servicio a los demás proporciona satisfacción personal.  No existe un sueldo en el mundo que sea capaz de pagarte lo que tú estás haciendo, porque el dinero que te dan como salario no es para retribuir tu trabajo sino para que sigas trabajando en lo que estás haciendo.  Algunas personas trabajan por placer y por necesidad, hay quienes trabajan por la satisfacción de servir y otras solamente por dinero.  El oficio no se paga con dinero y nadie te lo puede remunerar; tú eres el único que te puedes recompensar con la satisfacción de hacer bien las cosas. ¡Qué placer!
* Padre Ricardo Bulmez

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para María Victoria G. M., médica guatemalteca, actualmente residiendo en Oviedo, España para que tenga éxito en sus exámenes para poder optar a una plaza y efectuar su especialización médica en España.

Pedimos oración por la recuperación de Pablo R., que vive en Guatemala, es un muchacho ciego, ha padecido peritonitis, está con traqueotomía y su recuperación es muy lenta.

Pedimos oración para María Blanca Guadalupe R. G., de México, tiene 81 y por una caída ha sufrido diversos golpes y fractura de un tobillo. Que el Señor la asista para que consiga recuperarse pronto

Pedimos oración por la salud Laura M. y Roberto M., de México, que padecen Depresión Endógena y Bipolaridad, respectivamente.  Ambos tienen hijos pequeños que los necesitan.  Santísima Virgen María, pedimos tu intercesión.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Agosto 19
Las trilogías, que bien pueden ser símbolos de la Trinidad, tienen la capacidad de explicarnos muchas cosas…
Tres cosas debemos ser: íntegros, justos y honrados.
Tres cosas debemos tener: valor, afecto y amabilidad.
Tres cosas debemos dar: limosna al necesitado, consuelo al triste y estima a quien la merece.
Tres cosas debemos amar: la sabiduría, la virtud y la inocencia.
Tres cosas debemos ensalzar: la frugalidad, la laboriosidad y la presteza.
Tres cosas debemos despreciar: la crueldad, la arrogancia y la ingratitud.
Tres cosas debemos lograr: la bondad de corazón, la integridad de nuestros propósitos y la alegría.
Si a eso añades las Bienaventuranzas, habrás duplicado el mérito.
“El tiempo de nuestra vida es una sombra fugaz y nuestro fin no puede ser retrasado: una vez puesto el sello, nadie vuelve sobre sus pasos” (Sab 2,5). Es prudente aprovechar el tiempo que Dios nos concede para la práctica del bien; porque aunque todo pasa, el bien que hagamos nunca pasará.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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