PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3104 ~ Viernes 19 de Agosto de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuando
las hojas secas caen de los árboles en el otoño el árbol queda desnudo por
varios días... si alguien lo viera en esos momentos y no supiera que después,
en la primavera va a reverdecer con nuevas hojas y nuevos bríos, flores y
frutos, pensaría que está muerto... pero no es así.
En
la vida nosotros todos tenemos esos períodos en que las hojas se caen y nos
quedamos desnudos... algunos por haber perdido un amor o un ser querido, bien
sea por la separación definitiva de la muerte, o la separación terrenal de los
alejamientos...
Ese
período desnudo puede ser causado por una etapa de mucha necesidad económica...
o tal vez de una enfermedad, un accidente... o de pérdida de valores, status,
una prisión u hospitalización... Sin embargo, siempre hay que tomar el ejemplo
en la naturaleza y vivir armoniosamente con ella; y de la misma manera que un
árbol desnudo después va a reverdecer, asimismo tenemos que pensar que en esos
períodos de desnudez ya bien sea espiritual, económica, sentimental o de
cualquier otro tipo, después vendrán nuevamente las hojas, las flores y los
frutos... y el árbol habrá aprendido su lección y ya no estará triste cuando
pierda las hojas.
Nunca
pierdas la fe... recuerda siempre que cuando una puerta se cierra hay muchas
otras que se están abriendo y que el secreto consiste en apartar la vista
triste de esa puerta cerrada y llevarla a las otras... en esos momentos es
cuando se empieza a ver la luz al final del túnel y el árbol comienza a
reverdecer nuevamente.
¡Buenos días!
Dar la cara…
Qué
valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que
nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo
Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras “fortalezas” y
“debilidades”. No es fácil porque vivimos en un entorno de convencionalismos y
máscaras.
Una persona refirió que un día dejó el coche aparcado
junto al hospital. Al volver, vio que alguien había arrancado el paragolpes y
lo había dejado sobre el capó. Había una nota en el parabrisas que decía: “Ha
sido una furgoneta, que se fue sin decir nada. Sus datos son... Puedo
testificar si lo desea” Y firmaba. La nota la había escrito la madre de un niño
con síndrome de Down que esa misma mañana había venido al hospital por una
urgencia de su hijo. Esto hace pensar que las personas que sufren la enfermedad
de un paciente, son las que más pendientes están de los demás.
La
persona honesta es coherente entre lo que hace y lo que dice. Vive de
principios. Vive auténticamente como un ser humano. No se justifica diciendo
que todos actúan así; o que es la única forma de salir adelante. Se atreve a ir
“contra corriente”. Y se abstiene de mentir con firme decisión. Sabe asumir las
consecuencias de sus actos, sin excusas. Da la cara.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la
boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con
ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?».
Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y
con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es
semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos penden toda la Ley y los Profetas». (Mt 22,34-40)
Comentario:
Hoy,
el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿Cuál es el mandamiento mayor de la
Ley?» (Mt 22,36), el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla
de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante» (Mt 22,39). Dos
anillas inseparables que son una sola cosa. Inseparables, pero una primera y
una segunda, una de oro y la otra de plata. El Señor nos lleva hasta la
profundidad de la catequesis cristiana, porque «de estos dos mandamientos
penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22,40).
He
aquí la razón de ser del comentario clásico de los dos palos de la Cruz del
Señor: el que está cavado en tierra es la verticalidad, que mira hacia el cielo
a Dios. El travesero representa la horizontalidad, el trato con nuestros
iguales. También en esta imagen hay un primero y un segundo. La horizontalidad
estaría a nivel de tierra si antes no poseyésemos un palo derecho, y cuanto más
queramos elevar el nivel de nuestro servicio a los otros —la horizontalidad—
más elevado deberá ser nuestro amor a Dios. Si no, fácilmente viene el
desánimo, la inconstancia, la exigencia de compensaciones del orden que sea.
Dice san Juan de la Cruz: «Cuanto más ama un alma, tanto más perfecta es en
aquello que ama; de aquí que esta alma, que ya es perfecta, toda ella es amor y
todas sus acciones son amor».
Efectivamente,
en los santos que conocemos vemos cómo el amor a Dios, que saben manifestarle
de muchas maneras, les otorga una gran iniciativa a la hora de ayudar al
prójimo. Pidámosle hoy a la Virgen Santísima que nos llene del deseo de
sorprender a Nuestro Señor con obras y palabras de afecto. Así, nuestro corazón
será capaz de descubrir cómo sorprender con algún detalle simpático a los que
viven y trabajan a nuestro lado, y no solamente en los días señalados, que eso
lo sabe hacer cualquiera. ¡Sorprender!: forma práctica de pensar menos en
nosotros mismos.
* Rev. D. Pere CALMELL i Turet (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Juan Eudes
Presbítero y Fundador
Nació
en Ri, diócesis francesa de Séez (Normandía), el año 1601. Estudió en los
jesuitas y rehusó el matrimonio ventajoso que se le ofrecía, para consagrarse
al Señor. Recibió las órdenes menores e ingresó en la Congregación del Oratorio
fundada por el Card. De Bérulle. Ordenado sacerdote en 1625, se dedicó de
manera intensa a las misiones populares y la predicación en las parroquias de
extensas zonas rurales de Normandía, con mucho fruto de vida cristiana. Para
mejor responder a las urgencias de la Iglesia, dejó el Oratorio y fundó dos
congregaciones religiosas: una dedicada a las misiones populares y a la
formación de los seminaristas, la Congregación de Jesús y María (los Eudistas);
y la otra a la reeducación de las jóvenes extraviadas, la de Nuestra Señora de
la Caridad. En sus escritos nos dejó constancia de su profundo conocimiento del
misterio de Cristo. Fomentó con entusiasmo la devoción a los Corazones de Jesús
y de María. Murió en Caen (Normandía) el 19 de agosto de 1680.
Oración: Oh Dios, que elegiste a san Juan Eudes para
anunciar al mundo las insondables riquezas del misterio de Cristo, concédenos,
te rogamos, que, por su palabra y su ejemplo, crezcamos en el conocimiento de
tu verdad y vivamos según el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
“Hoy
te bendigo…
Bendigo
tu vida y la de los seres que amas.
Bendigo
la tierra que pisas y el aire que respiras.
Bendigo
el alimento que comes y la palabra que sale de tu boca.
Bendigo
tu futuro para que sea mejor que tu pasado.
Bendigo
cada sentimiento y emoción de tu corazón y....
Bendigo
al hermoso Ser de luz que Tú eres"
Historias:
Servir es un placer
En
1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba
caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua.
Dicen que en ese lugar llueve todos los días; yo nunca he ido allá, pero tengo
amigos que sí y ellos me han dicho que eso es verdad.
Gandhi
empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de
un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos
minutos apareció una lujosa limusina y de ella salió un magnate inglés, le
bajaron las maletas y el carro fue conducido hasta el estacionamiento.
-
¡Oye tú! ¡Agárrame las maletas! -gritó el británico a Gandhi quien no sabía si
era con él; miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el
magnate-, ¡eh tú, hindú! -repitió el inglés con fuerza-, ¡He dicho que me
agarres las maletas!
Gandhi
se dio cuenta de que era con él con quien hablaba el potentado, y entonces se
acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso;
él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras porque en esa época los
hindúes eran considerados menos que los demás...
Una
vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
-
¡Mira tú, indio! ¿Cuánto te debo? - dijo
el magnate.
-
Señor, usted no me debe nada -Gandhi contestó cortésmente.
-
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas? - insistió el hombre.
-
Señor - repitió Gandhi -, yo no voy a cobrarle nada.
-
¿Tú trabajas aquí? ¿No?
-
No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de
llover para continuar mi camino.
-
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas?
-
Porque usted me pidió que lo hiciera... y lo hice.
-
¡¿Quién eres tú?!
-
Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India.
-
Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar?
-
Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle - dijo
Gandhi.
-
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas -dijo nuevamente el
inglés-, entonces ¿por qué me la subiste?
-
Señor -expresó el futuro Mahatma - yo le subí las maletas a usted por el
inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque
para mí servir es un placer. Si, servir
es un placer: ¡Que inmenso placer!
Después
de esto, Gandhi nos dejaría este pensamiento:
"Todos los placeres y satisfacciones palidecen y se convierten en
nada ante el servicio abnegado que se presta con alegría".
Amar
también es un placer. El trabajo no se
paga con dinero sino con placer de servir a los demás. El dinero cubre las necesidades, mientras que
el servicio a los demás proporciona satisfacción personal. No existe un sueldo en el mundo que sea capaz
de pagarte lo que tú estás haciendo, porque el dinero que te dan como salario
no es para retribuir tu trabajo sino para que sigas trabajando en lo que estás
haciendo. Algunas personas trabajan por
placer y por necesidad, hay quienes trabajan por la satisfacción de servir y otras
solamente por dinero. El oficio no se
paga con dinero y nadie te lo puede remunerar; tú eres el único que te puedes
recompensar con la satisfacción de hacer bien las cosas. ¡Qué placer!
* Padre Ricardo Bulmez
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para María Victoria G. M.,
médica guatemalteca, actualmente residiendo en Oviedo, España para que tenga
éxito en sus exámenes para poder optar a una plaza y efectuar su
especialización médica en España.
Pedimos oración por la
recuperación de Pablo R., que vive
en Guatemala, es un muchacho ciego, ha padecido peritonitis, está con traqueotomía
y su recuperación es muy lenta.
Pedimos oración para María Blanca Guadalupe R. G., de México, tiene 81 y por una caída ha sufrido diversos golpes y fractura de un tobillo. Que el Señor la asista para que consiga recuperarse pronto
Pedimos oración por la salud Laura M. y Roberto M., de México, que padecen Depresión Endógena y Bipolaridad, respectivamente. Ambos tienen hijos pequeños que los necesitan. Santísima Virgen María, pedimos tu intercesión.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Agosto 19
Las
trilogías, que bien pueden ser símbolos de la Trinidad, tienen la capacidad de
explicarnos muchas cosas…
Tres
cosas debemos ser: íntegros, justos y honrados.
Tres
cosas debemos tener: valor, afecto y amabilidad.
Tres
cosas debemos dar: limosna al necesitado, consuelo al triste y estima a quien
la merece.
Tres
cosas debemos amar: la sabiduría, la virtud y la inocencia.
Tres
cosas debemos ensalzar: la frugalidad, la laboriosidad y la presteza.
Tres
cosas debemos despreciar: la crueldad, la arrogancia y la ingratitud.
Tres
cosas debemos lograr: la bondad de corazón, la integridad de nuestros
propósitos y la alegría.
Si
a eso añades las Bienaventuranzas, habrás duplicado el mérito.
“El tiempo de nuestra vida es una sombra fugaz y
nuestro fin no puede ser retrasado: una vez puesto el sello, nadie vuelve sobre
sus pasos” (Sab 2,5). Es prudente aprovechar el tiempo que Dios nos concede
para la práctica del bien; porque aunque todo pasa, el bien que hagamos nunca
pasará.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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