PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3091 ~ Sábado 6 de Agosto de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
un viaje por el océano, una señora se puso tan enferma por el mareo que el
médico le dijo que solo comiendo naranjas podría restablecerse. La señora, en
su debilidad dijo:
—Doctor
no se preocupe. Mi padre celestial me las enviará. Yo voy a pedírselo ahora.
—Pero,
querida señora —contestó él— no olvide que nos encontramos en medio del océano.
—No importa, amigo mío; para Dios todo es posible.
Unas
horas más tarde, el mismo doctor entraba corriendo hasta la enferma, para poner
a los pies de su cama un cesto colmado de naranjas. Como pudo, nervioso y
maravillado, explicó su procedencia.
—Un
buque averiado… Un cargamento de naranjas en el buque… Un… — ¡Un milagro de mi Padre celestial, doctor!
—le interrumpió la enferma.
Es
muy oportuno para crecer en la fe, practicar la oración de petición. Por ella
permites a Dios entrar en la trama concreta de tu vida. Sientes así la
presencia y cercanía del Señor en tus problemas cotidianos.
¡Buenos días!
Alegría y buen humor
Esta
mañana te sugiero medir el nivel de tu alegría y, si lo encuentras algún tanto
más bajo de lo conveniente, esboza una sonrisa frente al espejo y mantenla por
un minuto, mientras te repites “así quiero estar hoy, y así estaré con tu
ayuda, Señor”. Esto es tan efectivo como tomar una aspirina para sacarse el
dolor de cabeza. La alegría es también una opción.
Don Bosco a los jóvenes de sus oratorios y colegios
les recomendaba: “Estén siempre alegres”. Y les organizaba el tiempo con
valiosos elementos de recreación y alegría: teatro, música, paseos,
campeonatos, juegos variados, y alegres celebraciones religiosas. Un salesiano,
amigo mío, en los largos viajes de estudio de los alumnos de séptimo, pasaba
casetes con los cuentos de Landriscina. Es tan importante hacer del buen humor
un modo de vida que un obispo, Mons. Benson, expresó en cierta ocasión: “He
aquí las cuatro virtudes cristianas: la fe, la esperanza, la caridad… y el buen
humor”.
Un
autor espiritual dice: “Si sucede alguna vez que no te dan la sonrisa esperada,
sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa,
como aquel que no sabe sonreír a los demás”. Pide al Espíritu Santo el don de
la alegría cada día y, si no te sientes alegre, empieza a sonreír y una fresca
alegría surgirá de tu alma.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a
orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus
vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con Él dos
hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de
su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.
Pedro
y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y
vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Él. Y sucedió que, al
separarse ellos de Él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí.
Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»,
sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y
los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino
una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle». Y
cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por
aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. (Lc 9,28-36)
Comentario:
Hoy,
meditando la Transfiguración, intuimos la situación del hombre en el Cielo. Lo
que más nos interesa es contemplar la espontánea reacción de los
“interlocutores terrenales” de esa escena. Una vez más, es Simón Pedro quien
toma la palabra: «Maestro, bueno es estarnos aquí» (Lc 9,33). Es maravilloso
comprobar que, sólo con ver el Cuerpo de Cristo en estado glorioso, Pedro se
siente plenamente feliz: no echa en falta nada más.
«Vamos
a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». La
reacción de Pedro muestra el dinamismo más auténtico del amor: él ya no piensa
en su propia comodidad; él quiere retener aquella situación de profunda
felicidad, procurando el bien de los otros (en este caso, interpretado de una
manera muy humana: ¡unas tiendas!). Es la manifestación más clara del verdadero
amor: soy feliz porque te hago feliz; soy feliz entregándome a tu felicidad.
Además,
es muy revelador el hecho de que Simón reconozca intuitivamente a Moisés y
Elías. Pedro, lógicamente, tenía noticia de ellos, pero nunca los había visto
(¡habían vivido siglos antes!) y, en cambio, los reconoce inmediatamente (como
si los hubiese conocido desde siempre). He ahí una muestra del elevado grado de
conocimiento del hombre en el Cielo: al contemplar a Dios “cara a cara”,
experimentará una inimaginable ampliación de su saber (una participación mucho
más profunda en la Verdad). En fin, «la “divinización” en el otro mundo
aportará al espíritu humano una tal “gama de experiencias” de la verdad y del
amor, que el hombre nunca habría podido alcanzar en la vida terrena» (San Juan
Pablo II).
Finalmente,
Simón, sólo con ver a Moisés y a Elías, no solamente los conoce al instante,
sino que también los ama inmediatamente (piensa en hacer una tienda para cada
uno de ellos). San Pedro, Papa (el primero de la Iglesia), pero pescador,
expresa este amor de una manera sencilla; santa Teresa, monja, pero Doctora (de
la Iglesia) expresó la lógica del amor de manera profunda: «El contento de
contentar al otro excede a mi contento».
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
La Transfiguración del Señor
Esta
fiesta celebra el misterio de la vida de Cristo en el que su gloria y divinidad
se asoman al tiempo y al mundo, permitiéndonos adivinar su identidad: Dios a la
vez que hombre. El hecho nos lo refieren los evangelios. Camino de Jerusalén
para sufrir la pasión, Jesús se retiró a un monte alto, el Tabor, con sus discípulos
predilectos, Pedro, Santiago y Juan, para orar. Allí se transfiguró, y
aparecieron Moisés y Elías, personificación de la Ley y los Profetas del
Antiguo Testamento, que hablaban con Jesús de su muerte. Los apóstoles quedaron
atónitos. Y oyeron una voz que salía de la nube que los envolvía: «Éste es mi
Hijo, el amado, el predilecto, en quien me complazco. Escuchadle». La gloria de
la divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita
ante los apóstoles para que lo escuchen.
Oración: Oh Dios, que en la gloriosa transfiguración
de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los
profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta adopción como hijos
tuyos, concédenos, te rogamos, que, escuchando siempre la palabra de tu Hijo,
el predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
"El
maligno quiere convencerte
de
que eres víctima de sus ataques y del abandono divino;
no
le creas, porque te quiere engañar;
desprécialo
en nombre de Jesús y de su Santísima Madre"
-Santo Padre Pío-
Temas Médicos:
Contra la placa dental
1.
Cepillarse los dientes con bicarbonato de sodio y sal
La
combinación de estos dos ingredientes es una de las maneras más seguras y
eficaces para ayudar a eliminar la placa. Combina una cucharada de bicarbonato
con media cucharadita de sal en un tazón. Sumerge un cepillo de dientes y lava
tus dientes con esta mezcla. Repite esto un par de veces por semana para lograr
grandes resultados visibles.
2.
Comer manzanas
En
este caso la solución la tienes en tu propio postre. Comer manzanas o melón
justo después de una comida es una de las mejores maneras de retirar los restos
de comidas de tus dientes y encías, así como de retirar la placa.
3.
Frotar con la piel de una naranja
Antes
de lavarte los dientes, toma un pedazo de cáscara de naranja y frotar la parte
blanca por la superficie de tus dientes durante unos dos minutos. La práctica
de este ritual de manera regular no sólo hará que tus dientes estén más blancos
sino que evitará la acumulación de placa debido a la vitamina C que se
encuentra en la piel de la naranja.
4.
Consumir frutas ricas en vitamina C
Además
de las naranjas, hay varias otras frutas que pueden hacer maravillas por tu
salud dental. Opta por la vitamina C presente en las frutas, como las fresas,
para estimular tu sistema inmunológico y ayudar a combatir las infecciones
orales.
5.
Frotar con semillas de sésamo
Las
semillas de sésamo te pueden ayudar a combatir la placa, debido a sus
propiedades que actúan como abrasivo y limpian los dientes. Simplemente frota
un puñado de semillas contra tus dientes y luego retira los pedazos con hilo
dental.
6.
Cepillar tus dientes con pasta de aceite de coco
Sorprendentemente,
el coco es muy beneficioso para tu salud dental. Protege los dientes de la
placa creando una pasta mediante la combinación de dos cucharadas de aceite de
coco virgen y dos cucharadas de bicarbonato de sodio en un recipiente. A
continuación, cepíllate los dientes de manera regular. Puedes añadir, si lo
deseas, algún aceite esencial a esta mezcla como menta para mejorar su sabor.
7.
Uso de aloe vera
Así
como el aloe vera es muy beneficioso para nuestra piel, es también perfecto
para calmar nuestros dientes y encías. Los estudios han demostrado que el aloe
vera puede mejorar la placa y las condiciones periodontales, así como mantener
la higiene bucal. Basta con aplicar un poco de aloe vera en el cepillo de
dientes y utilizarlo como pasta.
8.
Enjuagues de agua oxigenada
Las
propiedades del agua oxigenada la convierten en un enjuague ideal para mejorar
la salud bucal. Puedes preparar un combinado de tres partes de agua y una parte
de agua oxigenada y hacer gárgaras y enjuagar una vez al día. No solo
eliminarás la placa dental sino que también blanquearás tus dientes.
Recuerda
algunos otros consejos importantes:
• Cepilla tus dientes con regularidad y eficacia: si
quieres evitar la acumulación de placa, esta es la regla fundamental. Usa un
cepillo de cerda suave y cepilla hacia arriba y abajo, alcanzando con cuidado y
cepillando cada diente.
• Visita a tu dentista regularmente: No te olvides de
acudir a tu dentista cada cierto tiempo.
• Bebe agua: El agua limpia tu boca de partículas de
alimentos después de cada comida.
• No te olvides de usar el hilo dental: Utiliza el
hilo dental para limpiar las áreas entre los dientes al menos una vez al día
(aunque dos veces sería lo ideal).
Humor:
Adán y Eva
Un
alemán, un francés, un inglés, y un argentino convergieron en el Museo del
Louvre delante de un cuadro de Adán y Eva en el Paraíso.
El
alemán dice:
-
Mirad que perfección de cuerpos: Ella, esbelta y espigada, y él con ese cuerpo
atlético, los músculos perfilados... Deben de ser alemanes.
Inmediatamente,
el francés retrucó:
-
No lo creo. Es claro el erotismo que se desprende de ambas figuras... Ella tan
femenina... El tan masculino... Saben que pronto llegará la tentación. Deben
ser franceses.
Moviendo
negativamente la cabeza el inglés comenta:
-
Para nada. No habéis sabido captar la serenidad de sus rostros, la delicadeza
de la pose, la sobriedad del gesto. Solo pueden ser ingleses.
Después
de otro instante de contemplación, el argentino exclama:
-
No estoy de acuerdo. Miren bien: No tienen ropa, no tienen zapatos, no tienen
casa. Solo tienen una mísera manzana para comer y todavía piensan, los muy tontos,
que están en el Paraíso. ¡Esos sólo pueden ser Argentinos!
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Los cinco minutos de Dios
Agosto 6
Al estilo de las Bienaventuranzas del Evangelio son las
de la “Imitación de Cristo”, de Kempis:
“Bienaventurado el hombre que escucha al Señor, que le
habla interiormente y de su boca recibe palabras de consolación.
Bienaventurados los oídos que perciben lo sutil de la
inspiración de Dios y no escuchan los susurros mundanos.
Bienaventurados ciertamente los oídos que no escuchan la
voz de afuera, sino la verdad que enseña dentro.
Bienaventurados los ojos que, juzgando las cosas
exteriores, sólo están atentos a las interiores.
Bienaventurados los que penetran las cosas interiores y
las meditan, para prepararse a entender cada día más los secretos que proceden
de lo alto”
“El fruto del Espíritu es amor,
alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y
templanza; frente a estas cosas la Ley está demás. Porque los que pertenecen a
Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos” (Gal
5,22-24)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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