miércoles, 17 de agosto de 2016

Pequeñas Semillitas 3102

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3102 ~ Miércoles 17 de Agosto de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Una religiosa contó al P. Ángel Peña lo sucedido a una niña de cuatro años. Esta niña había sido bautizada, pero sus padres eran no creyentes y no practicantes. Apenas si la niña podía conocer el nombre de Jesús, por haberlo oído ocasionalmente alguna vez a otras personas. Un día, la familia va en gira turística a otra ciudad. Entre los lugares turísticos desean visitar una iglesia. Pero, en el momento en que llegan, el párroco está cerrando la puerta y piensan retirarse para no ser inoportunos. Sin embargo, la niña se pone a llorar, diciendo: “Jesús, Jesús, Jesús...”
El párroco, al escucharla llorar, se acerca a la familia y accede a abrir la puerta y a explicarles las obras de arte de la iglesia. Pero a la niña no le interesa lo que dice, sino que apunta con el dedo al sagrario y sigue diciendo: “Jesús, Jesús, Jesús...”, dejando asombrados a sus padres, que nunca le habían hablado de que allí en la Eucaristía estuviera Jesús. La niña sentía una misteriosa fuerza de atracción hacia el sagrario y no se calmó hasta que estuvo delante de él y pudo sonreír a Jesús, y mandarle besos con amor. El párroco se quedó asombrado y su familia mucho más.

¡Buenos días!

Transforma mi vida
En tu vida se van dando posibilidades de cambiar para bien. Conviene que te detengas, evalúes con detención las ventajas, y tomes decisiones sabias y prudentes, porque ésa es la forma normal de progresar. No caigas en el error de desechar todo cambio por principio; ni tampoco en el otro extremo, de creer que toda novedad es mejor.

Señor, tú conoces mis vanidades y mis egoísmos, pero sabes que deseo entregarme más. Quiero penetrar un poco más en tu amistad y en tu camino. Por eso te pido que recibas el humilde ofrecimiento de mi vida, para que tú la transformes. Te entrego, Señor, mis esfuerzos y mis trabajos, mis cansancios y mis intentos. Sabes que todo tiene manchas, pero te lo entrego, para que sanes lo que no te agrade y bendigas lo que te glorifique. Toma mis pensamientos y afectos, mis búsquedas y mis deseos. Derrama la claridad de tu luz para que utilice mejor las capacidades que me regalaste y para que mi energía no se desgaste en metas egoístas. Toma todo mi ser, Dios mío, y manifiesta en mi vida tu gloria. Amén.

Responsabilidad, valor de las pequeñas tareas cotidianas, manifestaciones de bondad, superación del egoísmo, son líneas maestras de un serio programa espiritual que ayuda a crecer y madurar cada día. “Ser maduro es un aprendizaje constante y culmina cuando nos retiramos de esta fiesta que es la vida”. El Señor te acompañe con su gracia.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día parados?’. Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Díceles: ‘Id también vosotros a la viña’.
»Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor’. Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos». (Mt 20,1-16)

Comentario:
Hoy, la Palabra de Dios nos invita a ver que la “lógica” divina va mucho más allá de la lógica meramente humana. Mientras que los hombres calculamos («Pensaron que cobrarían más»: Mt 20,10), Dios —que es Padre entrañable—, simplemente, ama («¿Va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?»: Mt 20,15). Y la medida del Amor es no tener medida: «Amo porque amo, amo para amar» (San Bernardo).
Pero esto no hace inútil la justicia: «Os daré lo que sea justo» (Mt 20,4). Dios no es arbitrario y nos quiere tratar como hijos inteligentes: por esto es lógico que haga “tratos” con nosotros. De hecho, en otros momentos, las enseñanzas de Jesús dejan claro que a quien ha recibido más también se le exigirá más (recordemos la parábola de los talentos). En fin, Dios es justo, pero la caridad no se desentiende de la justicia; más bien la supera (cf. 1Cor 13,5).
Un dicho popular afirma que «la justicia por la justicia es la peor de las injusticias». Afortunadamente para nosotros, la justicia de Dios —repitámoslo, desbordada por su Amor— supera nuestros esquemas. Si de mera y estricta justicia se tratara, nosotros todavía estaríamos pendientes de redención. Es más, no tendríamos ninguna esperanza de redención. En justicia estricta no mereceríamos ninguna redención: simplemente, quedaríamos desposeídos de aquello que se nos había regalado en el momento de la creación y que rechazamos en el momento del pecado original. Examinémonos, por tanto, de cómo andamos de juicios, comparaciones y cálculos cuando tratamos con los demás.
Además, si de santidad hablamos, hemos de partir de la base de que todo es gracia. La muestra más clara es el caso de Dimas, el buen ladrón. Incluso, la posibilidad de merecer ante Dios es también una gracia (algo que se nos concede gratuitamente). Dios es el amo, nuestro «propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña» (Mt 20,1). La viña (es decir, la vida, el cielo...) es de Él; a nosotros se nos invita, y no de cualquier manera: es un honor poder trabajar ahí y podernos “ganar” el cielo.
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Jacinto de Polonia
Presbítero
En Cracovia, en Polonia, san Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en Bohemia y Silesia (1257).
Información más amplia hacer clic acá.

Palabras del Papa Francisco
“La Iglesia no necesita burócratas o funcionarios diligentes, sino misioneros apasionados devorados por el ardor de llevar a todos la consoladora Palabra de Jesús y su gracia. Más que nunca se necesitan sacerdotes, consagrados y fieles laicos con la mirada atenta del apóstol para conmoverse y ponerse delante de las dificultades y la pobreza material y espiritual, caracterizando así el camino de la evangelización y de la misión con el ritmo curativo de la proximidad”

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes santos de la Iglesia.

Tema del día:
Jubileo de la Misericordia en América
La Pontificia Comisión para América Latina (CAL) anunció la realización de una gran celebración continental del Jubileo de la Misericordia del 27 al 30 de agosto en Bogotá, Colombia.

La celebración es convocada y organizada conjuntamente por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en contacto y colaboración con los episcopados de Estados Unidos y Canadá.

Hasta el momento ya hay inscritos 15 cardenales y más de 120 obispos. Se espera además la participación de rectores de santuarios nacionales marianos, superiores religiosos, dirigentes de movimientos eclesiales, entre otros.

El evento estará presidido por el Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la CAL; y por el Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y Presidente del CELAM.

Se espera un importante video mensaje del Papa Francisco para la inauguración del evento.

En esta celebración habrá una liturgia penitencial y confesiones al comienzo; además de cuatro conferencias y diversos grupos de trabajo.

La primera lleva como título “Este es el gran tiempo de la misericordia” y estará a cargo del Arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, a quien el Santo Padre encomendó todo lo relativo al Jubileo.

La segunda conferencia, sobre “La Iglesia, sacramento de misericordia”, estará a cargo del Cardenal Marc Ouellet.

La tercera conferencia, a cargo del P. Eduardo Chávez, canónigo de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, máximo experto sobre la Virgen del Tepeyac, se titula “La santidad en tiempos de Francisco”.

Una jornada entera será dedicada a las Obras de Misericordia en el continente americano como el “Hogar de Cristo” en Chile, las “Fazendas da Esperanza” en Brasil, el “Proyecto Raquel”, entre otros. Además, todos los participantes se organizarán por grupos que visitarán diversas obras de misericordia en las periferias de Bogotá.

La última conferencia se titula “La Misericordia como alma de una cultura del encuentro, del perdón y de la reconciliación en el continente americano”, que será presentado por Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, y Mons. José Horacio Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos).

La celebración americana del Jubileo de la Misericordia concluirá con un “Rosario continental por la paz”, seguido de la Santa Eucaristía presidida por el Cardenal Rubén Salazar Gómez.
* Fuente: ACI

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por tres personas de México: Alejandro G. R., a quien operan para reconectarle el colon; Carmelita M., que sigue mal en su salud; y el bebé Jesús A., para que Dios decida lo mejor para él. A los tres los encomendamos a la infinita misericordia del Padre celestial, con la mediación de la Virgen de Guadalupe.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Agosto 17
Aquí tienes las ocho leyes que dio Abraham Lincoln y que, a no dudarlo, son de gran sabiduría:
1. No llegarás a la prosperidad despreciando la economía.
2. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.
3. No puedes ayudar al obrero degradando al que le paga su salario.
4. No promuevas la hermandad de los hombres incitando al odio de las clases.
5. No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico.
6. No puedes establecer una seguridad bien fundada con dinero prestado.
7. No puedes dar al hombre valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia.
8. No puedes ayudar a los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer.
Consejos a nivel humano; pero si sobre ellos proyectamos la luz del Evangelio cobrarán nuevo sentido y trascendencia.
“Señor, los trabajos y el dolor tú los estás viendo y los consideras para tomarlos en tu propias manos. El débil se encomienda a ti; tú eres el protector del huérfano… Señor, tú escuchas los deseos de los pobres, los reconfortas y les prestas atención. Tú haces justicia al huérfano y al oprimido: ¡que el hombre hecho de tierra no infunda más temor!” (Sal 10,14-18)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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