PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3050 ~ Domingo 26 de Junio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Seguir
a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más
importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas
escenas para que las comunidades que lean su Evangelio, tomen conciencia de
que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
Jesús
emplea imágenes duras y escandalosas. Se ve que quiere sacudir las conciencias.
No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin
reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias.
No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos
al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre
pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar
tras los pasos de Jesús.
Sus
palabras también nos interpelan a nosotros y plantean en el fondo una sola
cuestión: ¿qué relación queremos establecer con Él quienes nos decimos
seguidores suyos?
* José A. Pagola
¡Buenos días!
No digas nunca…
Es
maravilloso el número de cosas imposibles que la gente entusiasta y decidida
logra realizar. “El entusiasmo es el
brillo en nuestros ojos, la vivacidad en nuestro andar, la fuerza en nuestras
manos, el ímpetu irresistible de nuestra voluntad y de nuestras energías que
nos lleva a realizar nuestras ideas. El entusiasmo es la levadura que hace
crecer nuestras esperanzas hasta alcanzar las estrellas”.
No digas nunca: "Es imposible". Propón
soluciones concretas. Tampoco digas: "No soy capaz de lograrlo".
Busca cómo dar pequeños pasos. No te excuses, diciendo: "No me acompaña la
suerte". La suerte la haces tú, no ella a ti. No te acostumbres a decir:
"Lo dejaré para mañana". Recuerda que el hoy es lo que importa. No
digas nunca: "No me van a comprender". Explica lo que quieres una y
otra vez. No te encierres en el: "No me servirá de nada". Te
sorprenderás de lo mucho que sirve. No te excuses: "Lo he intentado muchas
veces". Te falta la siguiente y la definitiva. No digas nunca: "Nadie
me apoya". Cuenta tú con ti mismo y los demás te ayudarán. No digas nunca:
"Ya no puedo más". Tú puedes si quieres: rebaja y revisa las metas.
“Los
entusiastas son los triunfadores. Ellos tienen fortaleza, tienen tenacidad. El
entusiasmo es la base de todo progreso. Con él se consigue crear. Sin él, todo
son excusas”. El entusiasta tiene una gran confianza en Dios, que es también
sana confianza en sí mismo, en los demás y en la vida. Sentimiento poderoso que
disipa los fantasmas nefastos de los temores.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Sucedió
que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su
voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y
entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le
recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos
Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo
y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.
Mientras
iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le
dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del
hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». Él
respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que
los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios».
También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los
de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia
atrás es apto para el Reino de Dios». (Lc 9,51-62)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo.
Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían
aprendido el mensaje de amor y de perdón: «Señor, ¿quieres que digamos que baje
fuego del cielo y los consuma?» (Lc 9,54). Los otros convocados aún no se
desprendían realmente de sus lazos familiares. Para seguir a Jesucristo y
cumplir con nuestra misión, hay que hacerlo libres de toda atadura: «Nadie que
(...) mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc 9,62).
Con
motivo de una Jornada Misionera Mundial, Juan Pablo II hizo un llamamiento a
los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y
el perdón. El lema había sido: «La misión es anuncio de perdón». Dijo el Papa
que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y
cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes
ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que
oprimen todavía a la Humanidad. Mediante la evangelización, los creyentes
ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.
Si
nos sentimos verdaderos hermanos, podremos comenzar a comprendernos y a
dialogar con respeto. El Papa ha subrayado que el empeño por un diálogo atento
y respetuoso es una condición para un auténtico testimonio del amor salvífico
de Dios, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de
amar. El Señor nos lo dejó dicho en la Última Cena: «Que os améis los unos a
los otros, así como Yo os he amado (...). En esto reconocerán todos que sois
discípulos míos» (Jn 13,34-35).
Evangelizar
es tarea de todos, aunque de modo diferente. Para algunos será acudir a muchos
países donde aún no conocen a Jesús. A otros, en cambio, les corresponde
evangelizar a su alrededor. Preguntémonos, por ejemplo, si quienes nos rodean
saben y viven las verdades fundamentales de nuestra fe. Todos podemos y debemos
apoyar, con nuestra oración, sacrificio y acción, la labor misionera, además
del testimonio de nuestro perdón y comprensión para con los demás.
* Pbro. José MARTÍNEZ Colín (Culiacán, México)
Palabras de San Juan Pablo II
«Misterio
de luz es la predicación con la que Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios
e invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con fe
humilde, iniciando así el misterio de misericordia que Él continuará ejerciendo
hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la
Reconciliación confiado a la Iglesia».
Predicación del Evangelio
Seguir a Jesús
El
evangelio de este día tiene dos partes bien diferenciadas con dos temas de los
que comentaremos algo, para que cada uno medite ante el Señor lo más
conveniente.
En
la primera parte se habla del camino que iba haciendo Jesús, ya el último, hacia
Jerusalén. Al pasar por terreno de los samaritanos manda unos mensajeros a una
aldea para pedir posada; pero es rechazado por el hecho de que iba a Jerusalén.
Los samaritanos eran enemigos de los judíos y les molestaba que fueran a dar
culto en Jerusalén, despreciando quizá el templo de los samaritanos. Los
hermanos Santiago y Juan quieren que mande bajar fuego del cielo para que les
aniquile, recordando el estilo profético de Elías; pero Jesús les reprende. No
habían entendido que el espíritu de Jesús no es de venganza. La religión de
Jesús es sobre todo de amor y perdón.
A
través de la historia se han hecho muchos atropellos con motivo de la religión.
A veces hasta guerras que llaman “de religión”. Pero eso no es religión, al menos
la de Jesucristo. Jesús está en contra de todo lo que es fanatismo e
intransigencia, pues más que religión es exaltación del propio egoísmo y de
intereses materiales.
En
la segunda parte se habla de tres personas que quieren seguir a Jesús o Jesús se lo
pide; pero en definitiva no le siguen. A veces creemos que todo aquel que oía
el llamado de Jesús le seguía; pero no es así. Y de los que le siguieron alguno
le traicionó, otros le dejaron y los mismos apóstoles tenían muchos defectos,
que sólo los pudieron dejar con la venida del Espíritu Santo. Jesús se muestra
exigente y quizá nos puede parecer hasta duro e incomprensible o poco
condescendiente para aquellos tres.
El
primero parece que tiene buenas intenciones; pero, al presentarle Jesús lo más
duro del seguimiento, se retira. Al segundo le invita el mismo Jesús; pero
quiere ir a enterrar a su padre y Jesús no se lo permite. Ya sabemos que esto
es una manera de hablar oriental para decir no que hubiera muerto ya su padre,
sino que le seguiría cuando su padre hubiera muerto y hubiera sido enterrado.
Quizá podrían pasar muchos años. Al tercero no le deja ni despedirse de su
familia. Era una manera de expresar que aquella persona estaba demasiado
apegada a su familia como para seguir con plenitud al Señor. Jesús no habla de
un despedirse físicamente, que es bueno, sino de una actitud interior de
demasiado apego a las personas y a las comodidades materiales.
Cuando
hablamos de llamadas de Jesucristo para ser sus discípulos, no sólo pensamos en
los que materialmente dejan todo para seguirle como religiosos..., sino que es
para todos los que quieran llamarse de verdad cristianos o discípulos de
Cristo. Jesús es exigente, quiere generosidad en la entrega y en el amor. Para
el apostolado o para la vida cristiana no valen las medias tintas, o como suele
decirse: encender una vela a Dios y otra al diablo. Jesús quiere una entrega
libre, consciente y sobre todo con pleno amor.
Jesús
parece como que desilusiona a quien quiere seguirle; pero en realidad no apaga
el entusiasmo verdadero, sino las falsas ilusiones y los triunfalismos
mesiánicos, que eran abundantes en el tiempo de Jesús. Sigámosle y lo
comprobaremos.
* P. Silverio Velasco
Poesía
Yo quisiera ser
Yo
quisiera ser plato de sopa caliente para el mendigo,
sonrisa
joven para el anciano,
mano
blanca que estrecha la del hermano de color,
voz
que tranquiliza en el miedo de la noche,
palabra
de consuelo para secar una lágrima,
palabra
de amor que desarma,
brisa
marina en la frente del drogadicto,
un
barrote de menos para el prisionero,
humilde
flor en una choza,
viento
cálido en la tundra,
lluvia
fina en el desierto,
y,
para quien desee ascender al Cielo,
querría
ser escalera.
Javier López
Junio mes del Sagrado Corazón de Jesús
¡Oh Corazón Sagrado,
amado reposo de las almas!
- Meditación:
¿Sabes, Señor?, cuando te miro Tú sabes que sonrío, pues veo Tu Dulzura y
Poder. Yo sé que eres mi Rey, sé cuánto me conoces y me quieres, que estás
junto a mí y me sigues, que evitas que caiga, y que consuelas mi alma. Cuando
tengo dolor, cuando la oscuridad me quiere atrapar, Te me acercas y Tu mano me
das, y es entonces cuando siento cuánto me cuidas. Y me dices: “descansa ya,
pues Yo, el Amor, estoy junto a vos”. Es allí cuando se disipa mi aflicción y
siento Tu calor, me siento dichoso y mi alma goza. Y el dolor y la noche ya no
están, pues Tú lo permitiste para que vea mi debilidad y conozca Tu Fortaleza.
El sufrimiento que purifica, la oscuridad que hace ver la Luz, porque allí
siempre estás Tú.
- Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh
Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en
mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el
Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este
modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
- Florecilla:
Preparemos y seamos un Altar a Jesús, tanto físico como espiritual, para
agradecer cuánto nos da.
- Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
* Reina del
Cielo
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página.
Agradecimientos
Dicen
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
Desde
Mar del Plata, Argentina, nos llega el agradecimiento de la abuela del niño Gabrielito F., de cinco años de edad,
por el que estuvimos rezando cuando le hacían quimio y radio terapia por un
tumor cerebral. Nos informa Nélida que la resonancia de control ha salido muy
bien. Damos gracias a Dios y a la Santísima Virgen.
Nos
escribe Lilian y dice que su amigo José
Eduardo R., de Puerto Rico fue dado de alta del hospital. Su corazón está
bien. Hay que vigilarle los riñones y el páncreas, según sus médicos, pero está
fuera de peligro ya. José se siente fuerte y con ánimo para seguir las
instrucciones sus médicos para seguir mejorando y agradece las oraciones.
Desde
Buenos Aires, Argentina, Cecilia Claudia
expresa su agradecimiento a Dios porque está saliendo de una infección renal
que la ha tenido mal durante días, en un año en el que su sistema inmunológico
no ha estado en su mejor momento.
Los cinco minutos de Dios
Junio 26
Creo
no equivocarme, si pienso que tú eres enemigo de la violencia, y estoy contigo;
pero quizá no has detenido tu reflexión en la raíz de toda violencia, que es el
pecado; y, en consecuencia, si eres enemigo del efecto (que es la violencia)
debes serlo de la causa que es el pecado.
Todo
pecado violenta los derechos de Dios y de los hombres; si debemos erradicar del
mundo toda violencia, hemos de comenzar haciendo desaparecer el pecado; pues,
mientras permanezca la causa, producirá sus efectos; mientras dure el pecado,
no podremos esperar que desaparezca la violencia.
La
violencia tiene que hacérsela personalmente cada uno a sí mismo: a sus propias
inclinaciones, cuando no sean rectas; al propio egoísmo, que enerva y
desorienta; a las pasiones que nos apartan de nuestro fin; contra todo esto,
cuanta más violencia ejerzamos, mejor.
“El reino de los cielos sufre violencia y los
violentos lo conquistan” (Mt 11,12). La violencia que debemos hacernos a nosotros mismos para ser justos en
la presencia de Dios; no la violencia que podemos ejercer sobre los demás. La
violencia que responde a la monición del Señor, que nos pide tomar nuestra cruz
y seguirlo (Mt 16,24).
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.