PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3049 ~ Sábado 25 de Junio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi
buen Jesús, quiero aprender a vivir feliz con todo lo que me has dado y con la
libertad con la que me has permitido pasar por esta vida haciendo el bien a
todos. Dame la generosidad para poner todos mis talentos y dones al servicio de
los que necesitan de tu poder, sembrar el bien y la justicia, acompañando con
honestidad a mis hermanos en sus penas y sufrimientos. Quiero ser Santo como Tú
Señor, conviérteme en uno más de los que siguen con fidelidad tus mandatos,
aliviando las heridas de los que sufren, consolando a los afligidos y
asistiendo a los necesitados. Quiero ser coherente a tu Palabra, dar ejemplo de
Ti en todos mis ambientes, en el hogar, en el trabajo y también, en las
situaciones que vivo, en la alegría y en el dolor, ¿cómo hablar de tu esperanza
a otros cuando vivo quejándome por todo? Mi Dios, sana mis dolencias para ser
entusiasta cuando hablo de Ti a los otros, que pueda ser testimonio vivo de tu
amor y pueda tener la coherencia de la alegría de los viven locos de amor por
Ti. Te entrego mis problemas y dificultades, sé que contigo puedo superar todo
los obstáculos que no me permiten anunciarte como corresponde. Confío en tu
asistencia divina y en tu gracia que me acompaña. Amén.
¡Buenos días!
Comenzar de nuevo
La
constancia es fundamental porque da un toque de perfección a todos los talentos
del hombre. Sin ella nada vale ser un genio en el arte, en la ciencia, en la
literatura o en los negocios. No se llega a ninguna meta. Queda uno vencido por
el camino.
En 1914 un incendio dejó en ruinas las grandes
industrias de Tomás Edison. En una noche perdió una fortuna en valiosos
equipos. Las llamas consumieron documentos de toda su vida. Tenía entonces 67
años. Su hijo Carlos corría angustiado buscando al padre. Al fin lo encontró en
medio del desastre, el rostro iluminado por el resplandor rojizo de las llamas,
con su cabellera blanca flotando al viento invernal. “Me partía el corazón
verlo —contaba después Carlos—. Ya no era joven, y todo aquello era reducido a
cenizas. Al verme me gritó: ¿Dónde está tu madre? Corre a buscarla. Jamás
volverá a ver un espectáculo semejante. Y añadió: “Los desastres tienen un gran
valor: se queman todos nuestros errores. Gracias a Dios podemos comenzar de
nuevo”.
No
olvides que una voluntad firme y valiente “puede transformar tus lágrimas en
sudor, tu desgano en sacrificio, tu duda en convicción”. Que también tú, como
esos soldados que hallan un gozo especial en los más duros combates, sepas
entrenar y desarrollar una voluntad recia para salir, de la mano de Dios,
victorioso de las adversidades.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó
diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles
sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor,
no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi
criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a
mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo:
‘Haz esto’, y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le
seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.
Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con
Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del
Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar
de dientes». Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído».
Y en aquella hora sanó el criado.
Al
llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le
tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a servirle. Al
atardecer, le trajeron muchos endemoniados; Él expulsó a los espíritus con una
palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del
profeta Isaías: «Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades».
(Mt
8,5-17)
Comentario:
Hoy,
en el Evangelio, vemos el amor, la fe, la confianza y la humildad de un
centurión, que siente una profunda estima hacia su criado. Se preocupa tanto de
él, que es capaz de humillarse ante Jesús y pedirle: «Señor, mi criado yace en
casa paralítico con terribles sufrimientos» (Mt 8,6). Esta solicitud por los
demás, especialmente para con un siervo, obtiene de Jesús una pronta respuesta:
«Yo iré a curarle» (Mt 8,7). Y todo desemboca en una serie de actos de fe y
confianza. El centurión no se considera digno y, al lado de este sentimiento,
manifiesta su fe ante Jesús y ante todos los que estaban allí presentes, de tal
manera que Jesús dice: «En Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande»
(Mt 8,10).
Podemos
preguntarnos qué mueve a Jesús para realizar el milagro. ¡Cuántas veces pedimos
y parece que Dios no nos atiende!, y eso que sabemos que Dios siempre nos
escucha. ¿Qué sucede, pues? Creemos que pedimos bien, pero, ¿lo hacemos como el
centurión? Su oración no es egoísta, sino que está llena de amor, humildad y
confianza. Dice san Pedro Crisólogo: «La fuerza del amor no mide las
posibilidades (...). El amor no discierne, no reflexiona, no conoce razones. El
amor no es resignación ante la imposibilidad, no se intimida ante dificultad
alguna». ¿Es así mi oración?
«Señor,
no soy digno de que entres bajo mi techo...» (Mt 8,8). Es la respuesta del
centurión. ¿Son así tus sentimientos? ¿Es así tu fe? «Sólo la fe puede captar
este misterio, esta fe que es el fundamento y la base de cuanto sobrepasa a la
experiencia y al conocimiento natural» (San Máximo). Si es así, también
escucharás: «‘Anda; que te suceda como has creído’. Y en aquella hora sanó el
criado» (Mt 8,13).
¡Santa
María, Virgen y Madre!, maestra de fe, de esperanza y de amor solícito,
enséñanos a orar como conviene para conseguir del Señor todo cuanto
necesitamos.
* Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)
Santoral Católico:
San Próspero de Aquitania
Monje
Nació
en Limoges (Francia) a finales del siglo IV. Fue un hombre docto en filosofía y
letras. Contrajo matrimonio y llevó una vida virtuosa con su mujer. Después se
hizo monje en Marsella, pero no sacerdote. Vio que entre los monjes se difundía
el pelagianismo, doctrina según la cual el hombre es capaz de querer el bien y
de salvarse con su sola voluntad, de suerte que la gracia divina es preciosa,
pero no indispensable. Ante el peligro que esto significaba para la fe, se
dedicó a defender la doctrina católica tal como la enseñaba san Agustín, autor
de varias obras sobre el tema y con quien estuvo en estrecha relación. Mucho
tuvo que trabajar para explicar la recta doctrina agustiniana sobre la gracia,
la perseverancia, la predestinación, y conseguir que la aceptaran. El año 440
acompañó a Roma al que iba a ser el papa san León Magno, quien lo nombró
canciller y escribano suyo. Fue un gran trabajador, que escribió también sobre
la historia romana y la salvación de los no cristianos. Murió en Roma en torno
al año 463.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Escondedme,
dulce Salvador mío,
en
el sagrario de vuestro costado
y
en vuestro adorable Corazón,
fragua
encendida del puro amor
y
así estaré seguro”
Margarita de Alacoque
Temas Médicos:
Estructuras corporales poco útiles
El cuerpo humano es un complicado conjunto de
piezas que al encajar nos permiten no sólo existir, sino que también funcionar
y aportar al resto de los seres vivos. Si una de estas piezas falta, las cosas
se complican. Aunque, muchas veces, los puzzles traen piezas sobrantes. Lo
mismo ocurre con el cuerpo humano. Hoy queremos hablarles de cinco partes de
nuestro organismo que no sirven para casi nada, es decir que, al menos por
ahora, no tienen ninguna función concreta.
1 Apéndice
Una
de las cirugías más comunes es la apendicectomía, en la que se remueve el
apéndice, que cuando se inflama puede reventarse y provocar graves infecciones,
incluso la muerte por peritonitis.
Para
algunos, la única función que tiene el apéndice es molestar y los científicos
creen que es un sobrante de algún órgano que quizá tuvo utilidad en el proceso
evolutivo. Extraerlo no provoca ningún cambio. Sin embargo, debo decir que
existen algunas pruebas sobre las funciones del apéndice que pueden desmentir
la inutilidad de este órgano. ¿Tú qué crees?
2 Pezones masculinos
Los
pezones sirven para que las madres amamanten a sus bebés, pero en el hombre no
tienen ninguna utilidad. Están presentes, ya que se forman antes de que se
diferencien bien los sexos en la etapa embrionaria.
En
casos anormales, cuando el hombre tiene una concentración de progesterona mucho
más alta que la habitual, pueden crecer senos e, incluso, los varones podrían
producir leche.
3 Vello Corporal
La
aparición de vello en el cuerpo, es una característica presente tanto en
hombres como mujeres y que, hoy en día, no tiene mayor función que hacer que
gastemos dinero en depilaciones.
En
etapas evolutivas anteriores, el vello corporal servía para guarecernos del
frío y los machos lo utilizaban a la hora de cortejar a las hembras. Hoy, no
tiene uso, con excepción de las cejas y pestañas.
Las
cejas, son la única porción de vello que tiene una función, ya que protege los
ojos del sudor que cae desde la frente y las pestañas nos protegen de posibles
basuritas que puedan entrar en nuestros ojos.
4 Muelas del juicio
Los
humanos, obtenemos nuestra dentadura definitiva alrededor de los 10 años de
edad, pero pasada la adolescencia aparecen las llamadas muelas del juicio, un
conjunto de molares que en vez de ser útiles, molestan.
Son
muchas las personas que no tienen espacio en la boca para estas cuatro muelas,
por lo que provocan dolor y pueden incluso desplazar otros dientes, torciendo
la dentadura. Muchos dentistas optan por sacarlas apenas comienzan a asomarse.
5 Cóccix
En
etapas evolutivas anteriores, los humanos tenían una especie de cola que les
ayudaba a mantener el equilibrio. De esa cola nos queda sólo el cóccix, la
última vertebra de la espina y que ahora está de adorno.
Si
bien algunos sostienen que el cóccix aún ayuda al equilibrio, su principal
función está en provocarnos dolor cada vez que nos caemos sentados.
Humor:
Doce respuestas insólitas
P1.
¿En qué batalla murió el Cid Campeador?
*
En la última
P2.
¿Dónde fue firmada la Declaración de la Independencia?
*
Al final de la página
P3.
¿En qué estado corre río Ravi?
*
Líquido
P4.
¿Cuál es la primera causa de divorcio?
*
El matrimonio
P5.
¿Qué no se puede comer nunca al desayuno?
*
El almuerzo y la cena
P6.
¿A qué se parece la mitad de una manzana?
*
A la otra mitad
P7.
Si tiramos una piedra roja en el mar azul, ¿qué le pasará?
*
Se mojará
P8.
¿Cómo puede permanecer un hombre 8 días sin dormir?
*
Durmiendo de noche
P9.
¿Cómo podemos levantar un elefante con una sola mano?
*
Nunca vamos a encontrar un elefante que tenga una sola mano.
P10.
Si usted tuviera tres manzanas y cuatro naranjas en una mano, y cuatro manzanas
y tres naranjas en la otra, ¿qué tendría?
*
Unas manos muy grandes
P11.
Si se necesitaron ocho hombres para construir un muro en diez horas, ¿cuánto
tiempo necesitarían cuatro hombres para construir el mismo muro?
*
Ningún tiempo, el muro ya está construido.
P12.
¿Cómo se puede dejar caer un huevo en un piso de mármol sin romperlo?
*
De cualquier manera, un huevo no puede romper un piso de mármol.
Junio mes del Sagrado Corazón de Jesús
¡Oh Sagrado Corazón, fuente de unión!
- Meditación:
¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida…? Te veo caminando por la
pequeña Nazaret, pero no pareces un rey… tampoco un juez. Te ves esbelto,
fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda… miras los corazones de todos
los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro,
Santiago y Juan… los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y
dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz
interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: “no os quiero ver juzgar,
sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal…”. Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado
el Maestro.
Y
ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí… a mi lado, y que yo también voy
hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus
enseñanzas: “…así como juzguéis seréis juzgados…”, o aquella otra: “…el que
esté libre de pecado, que tire la primera piedra…”. Señor, creo que no
soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo
también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno
y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo
ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión
como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu
de Santificación.
- Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh
Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en
mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el
Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este
modo vivas en mí y te pueda decir siempre sí. Amén.
- Florecilla:
Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su
intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo aquello en lo que a Dios no
agradamos.
- Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
* Reina del Cielo
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Los cinco minutos de Dios
Junio 25
Nada
hay más repugnante que el egoísmo, ese vicio que nos hace mirarnos a nosotros
mismos sin dignarnos a prestar atención a los demás, sean ellos quienes fueren.
El
egoísmo constituye a nuestra persona en centro de la vida, independizándose de
Dios en el campo de la conciencia y de la comunidad humana, en el ámbito
social; el egoísta piensa en los demás en tanto y en cuanto pueden serle útiles
para su conveniencia y avaricia. El egoísta quita a Dios el incienso de la
adoración y a la comunidad el servicio que le corresponde y necesita.
No
conoce el egoísmo otra norma que la especulación del interés personal: el
fraude al ciudadano o a la patria, el abuso y la opresión de los necesitados y
humildes, el cálculo usurero.
Será
bueno que examinemos si tenemos en nuestro corazón algunas raicillas de
egoísmo.
“Si alguien cree que es un hombre religioso, pero no
domina a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religiosidad es vacía” (Sant
1,26). Las palabras egoístas salen de un corazón egoísta y el corazón egoísta
seca las fuentes de la vida, de esa vida que es la gracia del Señor.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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