PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3037 ~ Lunes 13 de Junio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Es
triste que haya muchos católicos que son vecinos de Jesús, que viven muy cerca
de Jesús, y no tengan tiempo para ir a visitarlo. Por eso, al menos, al pasar
delante de una iglesia, tengamos el detalle de saludar a distancia a Jesús. Y,
cuando por enfermedad o vejez no podamos salir de casa, pensemos que podemos
hacerle visitas espirituales, pensando en el sagrario más cercano. Incluso
podemos pedir que algún ministro extraordinario de la Comunión venga a nuestra
casa para poder recibir a Jesús en comunión. En ese momento, pensemos que
debemos hacerle un recibimiento lo mejor posible, colocando una mesita con un
mantel nuevo, una vela encendida… Y todo aquello que nos dicte nuestro amor a
Jesús.
¡Cuántas
gracias recibimos los ministros de la Eucaristía que llevamos a Jesús a los
enfermos por la calle, acompañados de millones de ángeles! Permítaseme hablar
en primera persona para referir que el acto de llevar a Jesús Eucaristía a una
persona enferma en su domicilio o a los pacientes de los hogares de ancianos
(cosa que hago todas las semanas desde hace ya cuatro años), es una gracia
inmensa, un honor inmerecido por mí, y a la vez un acto que llena de alegría mi
corazón de cristiano.
En
este día de San Antonio de Padua, sobre cuya tumba de piedra pude estar rezando
hace dos años, le doy gracias a Dios que miró mi pequeñez y mi pecado, y a
pesar de ello, me permite ser uno de sus ministros para llevar su presencia
eucarística a mis hermanos necesitados de Él.
¡Buenos días!
Ahora mismo
Al
iniciar este día te comparto unas consignas que me han movilizado a lo largo de
los años: “Saludaré con gozo y agradecimiento el don inapreciable de este nuevo
día. Trataré con ternura cada hora porque sé que no retornará jamás. Eludiré
con ahínco todo aquello que mata el tiempo. A la indecisión la destruiré con la
acción. Sepultaré las dudas bajo la fe”.
No esperes una sonrisa, para ser gentil. No esperes
ser amado, para amar. No esperes quedarte solo, para reconocer el valor de un
amigo. No esperes el mejor empleo, para comenzar a trabajar. No esperes tener
mucho, para compartir algo. No esperes un doloroso tropezón, para recordar un
consejo. No esperes el dolor, para rezar una oración. No esperes tener tiempo,
para poder servir. No esperes ser herido por otro, para pedir perdón. No
esperes una separación, para reconciliarte. No esperes… porque el tiempo es un
regalo que se va y no espera.
“No
perderé un momento en lamentar las desgracias del ayer, las derrotas del ayer,
los sufrimientos del ayer. Haré de este día el mejor de mi vida. Los deberes de
hoy los cumpliré hoy. Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo. Hoy tengo
la oportunidad de convertirme en el hombre que yo sé que puedo ser” (Og
Mandino). Que seas hoy decido y entusiasta.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por
ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al
que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te
obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee
que le prestes algo no le vuelvas la espalda». (Mt 5,38-42)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos enseña que el odio se supera en el perdón. La ley del talión era un
progreso, pues limitaba el derecho de venganza a una justa proporción: sólo
puedes hacer al prójimo lo que él te ha hecho a ti, de lo contrario cometerías
una injusticia; esto es lo que significa el aforismo de «ojo por ojo, diente
por diente». Aun así, era un progreso limitado, ya que Jesucristo en el
Evangelio afirma la necesidad de superar la venganza con el amor; así lo
expresó Él mismo cuando, en la Cruz, intercedió por sus verdugos: «Padre,
perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34).
No
obstante, el perdón debe acompañarse con la verdad. No perdonamos tan sólo
porque nos vemos impotentes o acomplejados. A menudo se ha confundido la
expresión “poner la otra mejilla” con la idea de la renuncia a nuestros
derechos legítimos. No es eso. Poner la otra mejilla quiere decir denunciar e
interpelar a quien lo ha hecho, con un gesto pacífico pero decidido, la
injusticia que ha cometido; es como decirle: «Me has pegado en una mejilla,
¿qué, quieres pegarme también en la otra?, ¿te parece bien tu proceder?». Jesús
respondió con serenidad al criado insolente del sumo sacerdote: «Si he hablado
mal, demuéstrame en qué, pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?» (Jn
18,23).
Vemos,
pues, cuál debe ser la conducta del cristiano: no buscar revancha, pero sí
mantenerse firme; estar abierto al perdón y decir las cosas claramente.
Ciertamente no es un arte fácil, pero es el único modo de frenar la violencia y
manifestar la gracia divina a un mundo a menudo carente de gracia. San Basilio
nos aconseja: «Haced caso y olvidaréis las injurias y agravios que os vengan
del prójimo. Podréis ver los nombres diversos que tendréis uno y otro; a él lo
llamarán colérico y violento, y a vosotros mansos y pacíficos. Él se
arrepentirá un día de su violencia, y vosotros no os arrepentiréis nunca de
vuestra mansedumbre».
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Antonio de Padua
Presbítero y Doctor de la Iglesia
Nació
en Lisboa a finales del siglo XII. Muy joven ingresó en los Canónigos Regulares
de San Agustín en Lisboa y después pidió el traslado a Coimbra. Aquí conoció a
los franciscanos que se dirigían a Marruecos, cuyas reliquias contempló después
de su martirio. Ansioso de propagar la fe entre los Musulmanes y de sufrir él
mismo el martirio, se pasó a la Orden de Hermanos Menores. No logró su intento
de dar la vida por Cristo: cayó enfermo en Marruecos, y la nave en que
regresaba a su patria fue a parar a Sicilia. Estaba destinado a desplegar su
apostolado en regiones del mediodía de Francia y en Italia, infestadas por la
herejía, y a ello se dedicó, tras un período de vida eremítica, cuando la
Providencia quiso poner de manifiesto los talentos de que le había dotado. Fue
el primer profesor de teología de la Orden. Escribió sermones llenos de
ciencia, elegancia y unción. Murió en Padua el 13 de junio de 1231. Tras su
muerte, el Señor multiplicó los milagros debidos a su intercesión. Lo canonizó
Gregorio IX en 1232 y Pío XII lo proclamó doctor de la Iglesia en 1946.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado
a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un
intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida
cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las
adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Información amplia sobre San Antonio
de Padua haciendo clic acá.
La frase de hoy
"El
nombre de Jesús es superior a todo nombre,
porque
delante de él se dobla toda rodilla.
Si
lo predicas, ablanda las voluntades más obstinadas.
Si
lo invocas, dulcifica las más ásperas tentaciones.
Si
piensas en él, se te ilumina la inteligencia.
Si lo lees, te alimenta el
corazón."
San Antonio de Padua
Historias:
San Antonio y la mula
Por
dondequiera que pasaba, san Antonio de Padua era el flagelo de los herejes en
virtud del maravilloso don con que refutaba sus objeciones y desenmascaraba sus
calumnias contra la fe católica. Habiendo llegado un día a Toulouse (Francia)
para combatir los errores de los enemigos de la santa Iglesia, tuvo que disputar
contra uno de los más tenaces albigenses. La larga discusión terminó por recaer
sobre el Augusto Sacramento de la Eucaristía. Luego de grandes dificultades, el
defensor del error fue reducido al silencio. Pero, si bien estaba derrotado no
se había convertido; y recurrió a un argumento extremo en desafío al santo:
–Dejémonos
de palabras y vayamos a los hechos. Si con algún milagro puedes probar frente a
todo el pueblo que el cuerpo de Cristo está presente de verdad en la Hostia
consagrada, yo renegaré de mis ideas y aceptaré las tuyas.
–Acepto
el desafío –replicó enseguida san Antonio, lleno de confianza en la
omnipotencia y la misericordia del Divino Maestro.
–Escucha,
pues, mi propuesta: tengo una mula en mi casa. La dejaré encerrada durante tres
días sin alimento alguno, y así la traeré a esta plaza. Entonces, en presencia
de todos, le ofreceré una abundante cantidad de avena, y tú le presentarás eso
que, según dices, es el cuerpo de Jesucristo. Si el animal hambriento abandona
la comida para correr donde ese Dios que todas las criaturas deben adorar,
conforme a tu doctrina, yo creeré de todo corazón la enseñanza de la Iglesia
Católica.
El
día fijado vino gente de todas partes. No era posible confundir la plaza en que
se realizaría la gran prueba; católicos y herejes la desbordaban, presos de una
expectativa fácil de imaginar. En una capilla cercana, Fray Antonio celebraba
la santa Misa con angelical fervor.
Llegó
entonces el albigense tirando su mula, mientras un compinche traía el alimento
favorito del animal, escoltado por una multitud de herejes que auguraban su
victoria.
En
ese momento, san Antonio salió de la capilla portando el cáliz con el Santísimo
Sacramento. La plaza quedó en silencio. Dirigiéndose a la mula, el santo clamó
con fuerte voz:
–¡En
el nombre y por el poder de tu Creador, el que pese a mi indignidad sostengo
realmente presente en mis manos, yo te ordeno, pobre animal, que vengas sin demora a inclinarte
humildemente frente a Él, y así los herejes reconozcan que toda criatura se
somete a Jesucristo, Dios Creador que el sacerdote católico tiene la honra de
hacer descender sobre el altar!
Al
mismo tiempo, el albigense puso el montón de avena bajo el hocico de la bestia
hambrienta, incitándola a comer.
¡Oh
prodigio! Sin prestar atención alguna al alimento que se le ofrecía, sin
escuchar más que la voz de Fray Antonio, el animal se inclinó ante el nombre de
Jesucristo y después se arrodilló delante del Sacramento de Vida, como si lo
adorara.
Al
ver esto los católicos estallaron en muestras de entusiasmo, al paso que los
herejes se sentían aplastados por el estupor y la confusión.
Junio mes del Sagrado Corazón de Jesús
¡Oh Sagrado Corazón,
obediente hasta la muerte!
- Meditación: La oscuridad del Huerto parece que se hace más espesa… y
allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza. La Sangre Bendita cae sobre la
roca fría, y hasta parece una alegoría, el corazón del hombre endurecido cual
piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el Llanto Santo que del pecado nos
limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo decir: “Padre, si es posible que
pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu Voluntad y no la Mía”. La Oblación
de Amor ya ha sido dada… se entrega el Hijo… se desgarra el Padre… “por Amor, a
Su propio Hijo entregó”. La Voluntad de Nuestro Único y Trino Dios es dar todo
por amor. Si, por amor a esta pobre criatura que soy yo, que tantas veces lo
negó, que solo quiere bien vivir, y que me sirvan a mí, que no me importa
conocerlo y que con mis miserias y egoísmos he construido ídolos en el lugar
del Santo Templo.
- Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh
Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en
mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el
Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este
modo vivas en mí y te pueda decir siempre sí. Amén.
- Florecilla:
Pidamos al Señor vivir cumpliendo Su Santa Voluntad, y aprender a amar. Leamos
y reflexionemos la Primera Carta a los Corintios, 13.
- Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
* Reina del
Cielo
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por Lázaro, de La Pampa,
Argentina, que está privado de libertad por droga, para que tenga paz en ese lugar,
pueda recuperar pronto la libertad y hacer inmediatamente un tratamiento de
rehabilitación. También rezamos por su hermano Zaqueo, para que no tenga problemas similares. Que el Señor los
fortalezca a ellos y a su familia.
Seguimos
rezando por Paola, de España, que
está en su segunda semana de tratamiento oncológico. Que la Virgen de Lourdes
le conceda toda la fortaleza necesaria y a la vez siga intercediendo ante Jesús
para conseguir su completa curación. También rezamos por su hermano Alfonso,
con enfermedad neurológica, encomendando su salud al Sagrado Corazón de Jesús.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Junio 13
¿Estás
dispuesto a colocar la felicidad de los otros por encima de la tuya, a buscar
la felicidad de los otros antes que la tuya?
¿Eres
capaz de ir más allá, procurando la felicidad de los que te rodean, aún a costa
de la tuya?
Aceptar
a los otros no es otra cosa que cederles un lugarcito en nuestro corazón; pero
para cederles un lugar es preciso arrinconar algunas cosas nuestras, nuestros
propios sentimientos y conveniencias. Todo esto es lisa y llanamente amar; y,
en consecuencia, amar es negarse a sí mismo, olvidarse de sí, inmolarse,
sacrificarse, amar, en resumidas cuentas, no es otra cosa que sufrir por la
persona que uno ama.
Ya
tienes un buen test: ¿sufres, te molestas, te niegas por las personas que dices
que amas?
“Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me
recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió” (Jn 13,20). Hemos de
olvidarnos de todos los odios, de toda mentira, de toda ruindad; hemos de
abrazarnos en el santo fuego de un amor inmenso, dulce, fraternal.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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