PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2860
~ Viernes 27 de Noviembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Hoy 27 de noviembre celebraremos la
fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Entre las medallas marianas
destaca, por su extraordinaria difusión, la denominada "Medalla
Milagrosa".
Tuvo su origen en las apariciones de la
Virgen María, en 1830, a una humilde novicia de las Hijas de la Caridad, la
futura Santa Catalina Labouré. La Medalla, acuñada conforme a las indicaciones
de la Santísima Virgen a la Santa, ha sido llamada "microcosmos
mariano" a causa de su rico simbolismo: recuerda el misterio de la
Redención, el amor del Corazón de Cristo y del Corazón doloroso de María, la
función Mediadora de la Virgen, el misterio de la Iglesia, la relación entre el
Cielo y la tierra, entre la vida eterna y la vida temporal.
El mensaje principal de estas apariciones
ocurridas el 18 de julio y el 27 de noviembre de dicho año fue presentar al
mundo una medalla en que la Virgen aparece como Inmaculada, Reina, Corredentora
y Mediadora de las Gracias.
Recemos a la Virgen con la oración que
está acuñada en la Medalla Milagrosa: "Oh
María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos".
¡Buenos días!
Las dos alforjas
Jesús
dijo “No juzguen y no serán juzgados”, y también “Felices los misericordiosos
porque obtendrán misericordia”. El que critica es porque antes ha juzgado al
prójimo. No juzgues porque no conoces la situación real de cada uno. Eso sólo
lo sabe Dios. Júzgate en cambio a ti mismo: es lo más acertado, es el tiempo
mejor empleado.
Cuenta una fábula que Zeus colocó dos
alforjas a cada ser humano: una delante, sobre el pecho y otra atrás a la
espalda. Los hombres, imprudentemente, todos han puesto en la alforja que está
a la vista los defectos de las personas que van conociendo, mientras que los
defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso conocen tan
bien y tienen siempre presente los defectos ajenos, pero conocen poco y se
olvidan de los defectos propios.
El
conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu realidad
personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo griego, escribió que “La
cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal
de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y fragilidades, y
también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús puso a sus
discípulos esta comparación: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya
echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también
vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca.
Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». (Lc
21,29-33)
Comentario
Hoy somos invitados por Jesús a ver las
señales que se muestran en nuestro tiempo y época y, a reconocer en ellas la
cercanía del Reino de Dios. La invitación es para que fijemos nuestra mirada en
la higuera y en otros árboles —«Mirad la higuera y todos los árboles» (Lc
21,29)— y para fijar nuestra atención en aquello que percibimos que sucede en
ellos: «Al verlos, sabéis que el verano está ya cerca» (Lc 21,30). Las higueras
empezaban a brotar. Los brotes empezaban a surgir. No era apenas la expectativa
de las flores o de los frutos que surgirían, era también el pronóstico del
verano, en el que todos los árboles "empiezan a brotar".
Según Benedicto XVI, «la Palabra de Dios
nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo». En efecto, «realista es
quien reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo». Esa Palabra viva que
nos muestra el verano como señal de proximidad y de exuberancia de la
luminosidad es la propia Luz: «Cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino
de Dios está cerca» (Lc 21,31). En ese sentido, «ahora, la Palabra no sólo se
puede oír, no sólo tiene una voz, sino que tiene un rostro (...) que podemos
ver: Jesús de Nazaret» (Benedicto XVI).
La comunicación de Jesús con el Padre
fue perfecta; y todo lo que Él recibió del Padre, Él nos lo dio, comunicándose
de la misma forma con nosotros. De esta manera, la cercanía del Reino de Dios,
—que manifiesta la libre iniciativa de Dios que viene a nuestro encuentro— debe
movernos a reconocer la proximidad del Reino, para que también nosotros nos
comuniquemos con el Padre por medio de la Palabra del Señor —Verbum Domini—,
reconociendo en todo ello la realización de las promesas del Padre en Cristo
Jesús.
Diácono D. Evaldo PINA FILHO (Brasilia, Brasil)
Santoral Católico:
Virgen de la
Medalla Milagrosa
Advocación Mariana
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen
Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y
se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella
había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus
manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia
la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este
globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos
luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que
me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que
me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de
estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Entonces alrededor de la cabeza de la
Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin
pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y una voz dijo
a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estás viendo.
Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y
apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.
Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.
© aciprensa
La frase de hoy
"Da de lo que tienes
para que merezcas
recibir lo que te falta".
~ San Agustín ~
Tema del día:
¡El domingo ya
empieza el Adviento!
Cuatro domingos de Adviento tendrán que
pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...
El próximo domingo será el primero y el
advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de
Dios a la Tierra. Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos
recibir a una persona importante, nos preparamos.
La Iglesia nos invita a que
introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto
disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su
llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el
recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el
ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando
así los Caminos del Señor.
Caminos que llevamos en nuestro interior
y que tenemos que luchar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de
lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de
nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan
a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo.
Hace unos días celebrábamos el día de
Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que Él nos vino
a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores
arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y los declara
bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos".... y a
los "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas
ocultas a los sabios y a los ricos.
Es preciso entrar en ese Reino y para
eso hay que hacerse discípulo de Cristo. A nosotros no toca ser portadores del
mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.
Cristo no vivió su vida para sí mismo,
sino para nosotros desde su Encarnación por "nosotros los hombres y por
nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1Co 15,3) y en
su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre
vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y
sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre
"ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24).
Cuatro domingos faltan para que
celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos
cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y
gastos superfluos... mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás
lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se
hace hombre. Preparémonos con ilusión y con fe.
Autor: Ma Esther De Ariño |
Fuente: Catholic.net
El rincón del
lector
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sección llamada “El rincón del lector”
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propietario de esta página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio
en la misma lo permitan, y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a
mensajes anteriores de otros lectores.
Unidos a María
Marta
Robin es ciertamente una de las grandes almas marianas de la historia de la
Iglesia. Varias veces vimos que ella vivía con Maria y que la conocía
íntimamente. Los testimonios que confirman esta impresión son numerosos, aun
cuando Marta se mostraba discreta sobre este tema, salvo con algunos. En
efecto, Marta no negó a sus amigos cercanos que la Virgen María la visitaba.
Marta
insistía ante los educadores en que le hablaran de la Santa Virgen a los niños:
«Hacerles conocer la Santa Virgen, enseñarles a amarla.., pues su gracia de
Virgen es de virginizar las almas, con ella sentimos la necesidad de purificar
el corazón. Con ella el alma irradia de forma que por ella sola no podría
lograr»
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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