jueves, 19 de noviembre de 2015

Pequeñas Semillitas 2852

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2852 ~ Jueves 19 de Noviembre de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús,  te alabo por todas las cosas hermosas que has hecho en mi vida y por las que me vas a seguir dando hoy. Cada día me convenzo más de que Tú me llamaste para ser instrumento de tu gracia para anunciar la buena nueva, para ayudar a sanar a mis hermanos, ser pregonero de todas tus palabras, mano que bendice y que ama. Tú me llamaste para curar los corazones heridos, para gritar en medio de las plazas, que el amor está vivo, para sacar del sueño a los que duermen y liberar al cautivo. Soy cera blanda entre tus dedos, haz lo que quieras conmigo. Por eso, en esta mañana me entrego sólo a ti, para que hagas de mí lo que quieras. Soy tuyo y confío plenamente en tu amor que lo todo lo transforma y lo renueva entero. Amén.

¡Buenos días!

Cómo ganar amigos
Respetar las opiniones del otro es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, por lo tanto piensan y actúan de modo diferente. No juzgues, tan sólo comprende. Alguien escribió con acierto: "Comprender es una palabra viva y la carne de esa palabra es amor”. 

El presidente de los EE.UU, Abraham Lincoln, era famoso por la extrema cortesía que dispensaba a sus adversarios políticos. La conducta del presidente no siempre era compartida por sus propios ministros. Uno de ellos, un día, le dijo fastidiado: ¿Por qué los tratas como si fueran tus amigos? ¡Merecerían más bien que los eliminaras! "Es lo que hago" respondió Lincoln. "¿Acaso no elimino a un enemigo cada vez que lo convierto en amigo?”

“Urbanidad y buenos modales abren puertas principales”, dice un refrán español. La convivencia humana se hace más fácil y agradable si, además de la sinceridad y sencillez del trato, procuramos no molestar con modales o expresiones que hieren la sensibilidad de los demás. Una persona afable, serena, respetuosa es bien recibida por todos.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita». (Lc 19,41-44)

Comentario
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Odón de Cluny
Abad
 
Información 

Palabras del Papa Francisco
“Para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios ya las necesidades y dificultades de sus hijos. María, animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de sí misma y se encamina rápidamente de Galilea a Judá para encontrar y ayudar a su prima Isabel; intercede ante su Hijo en las bodas de Caná cuando ve que falta vino para la fiesta; a lo largo de su vida, lleva en su corazón las palabras del anciano Simeón anunciando que una espada atravesará su alma, y permanece con fortaleza a los pies de la cruz de Jesús”

Tema del día:
Hay vida más allá del WhatsApp
Luego de un tiempo de esfuerzo tuve que darme por vencido y volver a instalar WhatsApp en mi celular. Saturado al recibir demasiados mensajes innecesarios e inoportunos y por leer toda la basura que manda gente más desocupada que uno, a mediados de agosto decidí borrar la bendita aplicación, convertida en un motivo de molestia permanente.

El hecho de que cualquier persona que tenga el número celular de uno se sienta con derecho a escribirle a cualquier hora para decirle cualquier cosa, o para incluirlo en un grupo que a usted no le interesa, me resultaba muy molesto. Si a eso se suma la ansiedad que causamos o que sentimos cuando no hay respuesta inmediata a ese mensaje que ya tiene doble chulo azul, la situación se vuelve aún más crítica.

Para acabar de completar, la adicción a WhatsApp no solo lo convierte a uno en una persona menos productiva sino que puede transformarlo en un perfecto antisocial que no se relaciona cara a cara con nadie y en un maleducado que nunca levanta la mirada por estar tecleando frenéticamente con sus pulgares.

Sin embargo, aunque tuve que dar marcha atrás –sobre todo por razones de trabajo– este breve autoexilio digital me dejó varias enseñanzas. En primer lugar, las semanas que estuve alejado de WhatsApp me sirvieron para recuperar buena parte de mi tranquilidad cotidiana. Los valiosos minutos que antes dedicaba a revisar periódicamente el teléfono para ver si me habían entrado mensajes los pude destinar a otras actividades más gratas o más fructíferas.

También me di cuenta de que en un alto porcentaje los chats, lejos de ser imprescindibles, terminan convertidos en una perdedera de tiempo. Asuntos que para su trámite requieren treinta minutos por WhatsApp se pueden resolver en treinta segundos con una simple llamada.

Además, las cuestiones de veras importantes no llegan por un chat y muchas de las que llegan por esa vía pierden su intensidad o su verdadero significado. La vida real no está en las redes sociales, sino en las miradas, en el contacto, en el aliento, en la voz, en las sonrisas, en los gestos, en los suspiros, en los abrazos o en las lágrimas; no en unas figuritas amarillas que hoy por hoy se les mandan por igual al compañero de trabajo, a la familia, a la novia o al señor que cuida el perro.

No es lo mismo decir “te quiero” en persona –o incluso por teléfono– que enviar corazoncitos o caritas felices por WhatsApp. No nos digamos mentiras: ninguna colección de ‘emojis’ va a reemplazar jamás el impacto de unos ojos aguados ni la emoción de una voz entrecortada por la alegría o el dolor.

No puedo negar que WhatsApp es una plataforma muy útil, sobre todo para comunicarse desde y hacia otro país, pero sería interesante saber qué porcentaje de los 54.000 millones de mensajes que se envían a diario valen la pena o cuántos de sus más de 800 millones de usuarios están dejando pasar la vida sin darse cuenta, por estar pegados a la pantalla del celular.
Vladdo en El Tiempo

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Mónica R., de Argentina, que tiene diagnóstico de cáncer de colon, con estudios de tomografía la próxima semana para definir si está limitado a ese solo órgano y se puede operar. La encomendamos a la Virgen de Luján para que interceda por su curación. 

Pedimos oración por Norman J., de 75 años, de Canadá, afectado de cáncer linfático y en plan de cirugía. Que el Señor lo proteja y la Santísima Virgen fortalezca a su esposa Shirley.

Pedimos oración para Robert O., de 69 años de edad, de Canadá, que ha sido operado de cáncer en la garganta y ahora tiene dificultades para alimentarse. Dios misericordioso lo ayude y María Santísima acompañe a su esposa Kelley.

Pedimos oración para las siguientes personas: Nuria, de España; Ana A. y familia y Jorge M. M., de Argentina; Sil y Norita, de Argentina; Violeta, de Miami; Josep de Barcelona. Que la bendición de Dios descienda sobre todos ellos. Amén.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
La devoción de John Henry Newman hacia la Santísima Virgen es muy conocida. ¡Desde joven, aun siendo anglicano, veneraba a la Madre del Salvador! Antes de su conversión, no admitía la doctrina católica del culto de los santos, pero reconocía a la Virgen María un papel prominente de intercesión en nuestro favor.
Cuando se unió a la Iglesia romana, Newman hizo suyas las formas católicas tradicionales de devoción a Nuestra Señora. Su confianza en ella estribaba en su certeza de fe que era la mediadora que intercedía por los hombres a causa del papel que desempeñaba en la redención, como la Nueva Eva.
Entre las numerosas prácticas de devoción mariana que apreciaba Newman, el Rosario era su preferencia. Tenía la impresión de que de todas las formas de devoción privada, el Rosario era la más hermosa, la más sencilla y la más efectiva, de una “dulzura apaciguante” que no se encontraba en ninguna otra. El Rosario no era para él una mera repetición mecánica, sino una contemplación y degustación de los misterios de la vida de Jesús a la mano de su madre María.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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