PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2391 ~ Viernes
27 de Junio de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy se celebra el día del Sagrado Corazón de Jesús.
Esta devoción ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que
se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre
y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las
puertas del Cielo. La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús es una solemnidad
movible dentro del calendario litúrgico, y se celebra el tercer viernes después
de Pentecostés.
Iniciemos entonces esta edición de “Pequeñas Semillitas” con
una oración:
“Corazón de Jesús,
llena nuestro mundo de tu amor. Tú que, a pesar de las debilidades y egoísmos
de los hombres, haces comprender que se ensancha tu Corazón, cuando ves crecer
la Civilización del Amor. Haz de nosotros almas generosas que se entreguen por
entero a tu proyecto de salvación sobre la humanidad. Sagrado Corazón de Jesús
en ti confío. Amén”.
Para información amplia sobre esta Fiesta, entrar en la
página de EWTN o en Radio María Argentina.
¡Buenos días!
Como una escoba
El humilde
reconoce a Dios como autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y
somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido
competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y
envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino
crear distancia respecto de los otros.
Cuando Bernardita Soubirous era religiosa de
las Hermanas de la Caridad, una hermana de la comunidad le enseñó una foto de
los lugares de Lourdes y manifestaba la grandeza de haber sido elegida para tan
gran don como es la visión de la Virgen. Bernardita se limitó a sonreír y, con
aparente ingenuidad, preguntó: —Hermana, ¿para qué sirve una escoba? —Para
barrer. Bernardita siguió preguntando: — ¿Y después? —Se guarda en su sitio,
detrás de la puerta. —Así ha hecho la Virgen conmigo. Me usó y me ha vuelto a
poner en mi sitio. Y yo estoy muy bien.
Santo Tomás de
Aquino afirma que Cristo recomendó tanto la humildad, porque ella anula el principal impedimento
para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor.
Sólo a ella le concede Dios sus dones, y los retira cuando ella desaparece.
Bernardita fue instrumento de la Virgen María por su humildad.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas
a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal
ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce
bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
»Venid a mí todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». (Mt 11,25-30)
Comentario
Hoy, cuando nos encontremos cansados por el quehacer de
cada día —porque todos tenemos cargas pesadas y a veces difíciles de soportar—
pensemos en estas palabras de Jesús: «Venid a mí todos los que estáis fatigados
y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,28). Reposemos en Él, que es el
único que nos puede descansar de todo lo que nos preocupa, y así encontrar la
paz y todo el amor que no siempre nos da el mundo.
El descanso auténticamente humano necesita una dosis de
“contemplación”. Si elevamos los ojos al cielo y rogamos con el corazón, y
somos sencillos, seguro que encontraremos y veremos a Dios, porque allí está
(«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo»: Mt 11,25). Pero no sólo está allí,
encontrémosle también en el “suave yugo” de las pequeñas cosas de cada día:
veámoslo en la sonrisa de aquel niño pequeño lleno de inocencia, en la mirada
agradecida de aquel enfermo que hemos visitado, en los ojos de aquel pobre que
nos pide nuestra ayuda, nuestra bondad…
Reposemos todo nuestro ser, y confiémonos plenamente a
Dios que es nuestra única salvación y salvación del mundo. Tal como lo
recomendaba Juan Pablo II, para reposar verdaderamente, nos es necesario
dirigir «una mirada llena de gozosa complacencia [al trabajo bien hecho]: una
mirada “contemplativa”, que ya no aspira a nuevas obras, sino más bien a gozar
de la belleza de lo que se ha realizado» en la presencia de Dios. A Él, además,
hay que dirigirle una acción de gracias: todo nos viene del Altísimo y, sin Él,
nada podríamos hacer.
Precisamente, uno de los grandes peligros actuales es que
«el nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que frecuentemente desemboca
en el activismo, con el fácil riesgo del “hacer por hacer”. Hemos de resistir
esta tentación buscando “ser” antes que “hacer” (Juan Pablo II). Porque, en
realidad, como nos dice Jesús, sólo hay una cosa necesaria (cf. Lc 10,42):
«Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí (…) y hallaréis descanso para
vuestras almas» (Mt 11,29).
Rev. D. Antoni DEULOFEU i González (Barcelona, España)
Frases de
Santa Margarita María de
Alacoque
“El Corazón de Jesús os pide confianza en su bondad
para que experimentéis la dulzura
y fuerza de su asistencia en vuestras necesidades,
la cual irá siempre al paso de la confianza”
“Solo el corazón humilde puede entrar
en el Sagrado Corazón de Jesús,
conversar con Él, amarle y ser amado de Él”
“Cuando te levantes, entra en el Sagrado Corazón de Jesús
y conságrale tu cuerpo, tu alma,
tu corazón y tu ser por completo,
para solamente vivir por su amor y gloria”
“Hemos de procurar en lo posible
penetrar dentro de este Corazón adorable,
haciéndonos muy pequeños,
por la humilde confesión de nuestra nada”
“Que el Sagrado Corazón logre en ti todos sus designios
y que Él sea tu fortaleza, para que tu puedas con
valentía
cargar el peso de tus responsabilidades”
Tema del día:
Consagraciones al
Sagrado
Corazón de Jesús
• Consagración de la
casa
Sagrado Corazón de Jesús:
Nos hemos reunido aquí para ofrecerte nuestra casa. Hoy,
que te echan de tantos sitios, nosotros te recibimos encantados en nuestro
hogar.
Queremos que vivas a nuestro lado; que participes de
nuestras alegrías y de nuestras penas; de nuestra riqueza y de nuestra pobreza;
de nuestros triunfos y de nuestros fracasos.
Queremos que nos ilumines en nuestras dudas, que nos
adviertas en nuestros peligros, que nos ayudes en nuestras tentaciones, que nos
alientes en nuestros contratiempos, que nos orientes en nuestras resoluciones
y, sobre todo, que nos enciendas en un gran amor a Ti, que nos lleve a servirte
siempre con toda fidelidad.
Concédenos, Señor, que seamos cada día mejores
cristianos, que nuestra vida sea un auténtico testimonio de nuestra fe, que
aprendamos a verte en los demás, que sepamos pedir perdón sinceramente de
nuestros pecados, y, finalmente, que consigamos la gracia suprema de una santa
muerte, que nos reúna contigo, en la Gloria, a todos los que ahora nos amamos
aquí.
Señor, no somos dignos de que entres en nuestra casa;
pero si fuiste a la del centurión, y entraste en la de Zaqueo, y viviste en la
de María Magdalena, dígnate quedarte aquí, con nosotros, para siempre.
Nosotros vamos a procurar siempre en esta casa: creer lo
que Tú quieres que creamos, pensar lo
que Tú quieres que pensemos, leer lo que Tú quieres que leamos, hablar lo que
Tú quieres que hablemos, amar lo que Tú quieres que amemos, y hacer lo que Tú quieres que hagamos.
Que toda esta familia sea conforme siempre a tus deseos.
Porque confiamos en Ti como en nuestro Padre. Y no te
hemos entronizado aquí para que presencies nuestras rebeldías y pecados, sino
para que bendigas la buena voluntad que tenemos de servirte.
Ayúdanos con tu gracia, pues reconocemos nuestra
debilidad. Pero en Ti ponemos nuestra confianza.
Sagrado Corazón de Jesús, en TI confío.
• Consagración del
género humano
Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos
arrodillados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y
para estar más firmemente unidos a Ti, hoy cada uno de nosotros se consagra
voluntariamente a Tu Sagrado Corazón.
Muchos nunca Te han conocido; muchos Te han rechazado,
despreciando tus mandamientos. Compadécete de unos y de otros, benignísimo
Jesús, y atráelos a todos a Tu Sagrado Corazón. Reina, Señor, no sólo sobre los
que nunca se han separado de Ti, sino también sobre los hijos pródigos que Te
han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de
miseria y de hambre. Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o
separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la
unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo
pastor. Concede, Señor, a Tu Iglesia una plena libertad y seguridad; concede a
todo el mundo la tranquilidad del orden; haz que desde un extremo al otro de la
tierra no se oiga más que una sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por
quien nos ha venido la salvación; a Él la gloria y el honor por los siglos de
los siglos. Amén.
• Consagración de la
Familia
Santísimo Amor de Jesús, te consagramos nuestros
corazones, nuestras vidas, y nuestras familias.
Conocemos que el ejemplo bello de Tu hogar en Nazaret,
fue un modelo para cada una de nuestras familias. Esperamos obtener con Tu
ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable que recibiste.
- Que nuestro hogar se llene de gozo.
- Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia y el
respeto mutuo, estén siempre presentes.
- Que nuestras oraciones incluyan las necesidades de los
otros, no sólo las nuestras.
- Que siempre estemos cerca de los Sacramentos.
- Que la paz esté con nosotros, y cuando vengan las
dificultades danos consuelo y esperanza.
Bendice a todos los que aquí habitamos y también a los
difuntos. Mantén nuestras familias cerca de tu Amor y que Tu protección esté
siempre con nosotros.
Amén.
• Consagración de
los jóvenes
Corazón divino de Jesús, por el Corazón de María, la
mujer nueva de Nazaret, nos consagramos a tu Corazón para ser en nuestro mundo
antorcha de esperanza para los decaídos, alegría para tantos jóvenes que se
encuentran solos y desesperados. No nos dejes caer en la tentación de no hacer
nada. Ayúdanos a sembrar los caminos de amor a los que sufren y ser entre los
jóvenes constructores de la Civilización del Amor. Amén.
Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 27.- El premio
final
¡Qué premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado
Corazón!
Es el momento en que, el solo pensamiento hace
estremecerse: el momento de la muerte. Ante este pensamiento, el hombre
tiembla, se agita; sin embargo, debe afrontarlo con amor y con la esperanza
puesta en la misericordia de Dios.
Jesús te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la
muerte del justo. Entre las promesas que hizo a Santa Margarita María quiere
recordar este punto: "Mi corazón será para todos mis devotos el seguro
asilo en vida y especialmente en el momento de la muerte".
Si quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del
justo, trata de creer en Jesús, de vivir en Jesús. Entonces será cuando Él te
dirá estas dulces palabras: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".
Fuente: Web Católico de Javier
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"Juan Pablo
II inolvidable"
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de las siguientes personas: Carlos Daniel (18 años), José Alejandro (24 años), José Manuel (58 años) y Margot Josefina (51 años), solicitando
para ellos toda la protección del Sagrado Corazón de Jesús.
Tú quisiste,
Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de
manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora
las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a
cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de
sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse
unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos
por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Junio 27
Estás en un mundo lleno de vida, donde permanentemente
nace, crece y triunfa la vida en medio de la muerte. Pero Dios mostró toda su
gloria cuando creó al varón y a la mujer. En ellos colocó las semillas de
hermosura más preciosas que puede contener la vida. ¿Te has detenido a dar
gracias por esa vida que el Señor te regala? No te pregunto si lo has hecho
rápidamente en la oración. Te pregunto si te has detenido a dar gracias.
Es una hermosa experiencia. Recorre tu cuerpo lentamente
y da gracias. “Gracias, Señor, por mi piel, gracias por la sangre que corre por
mis venas, gracias por la sensibilidad que hay en mis dedos, gracias por mis
pulmones que respiran, gracias por los constantes latidos de mi corazón”.
Realiza un paseo sin prisa por todo tu ser y da gracias
sinceramente, disfrutando de esa preciosa sensación de estar vivo.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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