domingo, 15 de junio de 2014

Pequeñas Semillitas 2379

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2379 ~ Domingo 15 de Junio de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Celebramos hoy a la Santísima Trinidad.
Entiende la Trinidad, quien ofrece amistad, quien construye humanidad, quien cultiva el perdón, quien promueve solidaridad, quien lucha por la justicia, quien acompaña en procesos de liberación, quien no vive para sí mismo, quien se gasta por los demás, quien es capaz de dar vida y dar la vida.
Y ¿qué significa, entre otras cosas, la Santísima Trinidad? Pueden pensar: es muy sencillo, Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Padre creador que está en los cielos; el Hijo, Dios hecho carne; el Espíritu Santo representado por una paloma, que es fuente de todas las gracias. No, amigos, esto no nos basta. Esto parece como si creyéramos en tres, en tres dioses.
Nuestra fe es mucho más bella y fácil de entender. Creemos en Dios, nuestra Madre y nuestro Médico, un solo Dios. A Dios nadie le ha visto jamás, nuestros ojos no pueden sentirle, pero en el mundo, en la vida de las personas, se nota su presencia, como un viento que no se ve y está ahí, dobla los árboles y levanta las olas. Lo sentimos soplar en el mundo, en el amor de las madres y de los padres, en la bondad, en la ayuda, en la ciencia, en la inteligencia, en la compasión…
Somos la presencia del Viento de Dios, que hincha las velas de nuestras barcas y las lleva hacia buen puerto. Y así, creemos en un solo Dios, el Padre-Madre-Médico-Luz-Pan-Agua, principio y origen y destino y sentido de todas las cosas y de todas nuestras vidas. Jesús nos muestra cómo es Dios y qué es el ser humano. Y se nos llena el corazón de gratitud. Y damos gracias a Dios por Jesús, porque por Él sabemos cómo es Dios y quiénes somos nosotros.
José Enrique Ruiz de Galarreta

¡Buenos días!

Elegir bien
Con el salmo 119 suplica a Dios: “Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos; dame vida con tu palabra”. Es una realidad que muchas veces nos rebelamos contra la voluntad de Dios. Sabemos que está escrito en su ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con todas tus fuerzas”. Pero es necesario pedirle nos ayude a elegir correctamente.

Un día el Abba Macario estaba de viaje con sus monjes y oyó a una joven que le decía a su madre: —Hay un muchacho muy guapo, bueno y rico que me quiere, pero yo lo odio; y hay otro muchacho que es un canalla y me odia, pero yo lo quiero.
Macario se sorprendió mucho por tales palabras. Los monjes le preguntaron: — ¿Por qué te sorprendiste tanto, Abba? Macario les explicó: —Es porque los cristianos cometemos igual barbaridad: Dios es hermoso, bueno y rico, y nosotros no queremos a Dios; el demonio es nuestro miserable enemigo, y, sin embargo, lo queremos con insensata locura.

Cuando cesó el diluvio, Noé salió del arca y ofreció un sacrificio de gratitud a Dios. La fragancia de la víctima inmolada subió al Señor que complacido dijo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud». Que el Señor sea siempre la alegría de tu corazón.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios». (Jn 3,16-18)

Comentario
Hoy nos viene bien volver a escuchar que «tanto amó Dios al mundo…» (Jn 3,16) porque, en la fiesta de la Santísima Trinidad, Dios es adorado y amado y servido, porque Dios es el Amor. En Él hay unas relaciones que son de Amor, y todo lo que hace, activamente, lo hace por Amor. Dios ama. Nos ama. Esta gran verdad es de aquellas que nos transforman, que nos hacen mejores. Porque penetran en el entendimiento, se nos hacen del todo evidentes. Y penetran nuestra acción, y la van perfeccionando hacia una acción toda de amor. Y como más puro, se hace más grande y más perfecto.
San Juan de la Cruz ha podido escribir: «Pon amor donde no hay amor, y encontrarás amor». Y esto es cierto, porque es lo que Dios hace siempre. Él «ha enviado a su Hijo al mundo (…) para que se salve» (Jn 3,17) gracias a la vida y al amor hasta la muerte en cruz de Jesucristo. Hoy le contemplamos como el único que nos revela el auténtico amor.
Se habla tanto del amor, que quizá pierde su originalidad. Amor es lo que Dios nos tiene. ¡Ama y serás feliz! Porque amor es dar la vida por aquellos que amamos. Amor es gratuidad y sencillez. Amor es vaciarse de uno mismo, para esperarlo todo de Dios. Amor es acudir con diligencia al servicio del otro que nos necesita. Amor es perder para recobrarlo al ciento por uno. Amor es vivir sin pasar cuentas de lo que uno va haciendo. Amor es lo que hace que nos parezcamos a Dios. Amor —y sólo el amor— es la ¡eternidad ya en medio de nosotros!
Vivamos la Eucaristía que es el sacramento del Amor, ya que nos regala el Amor de Dios hecho carne. Nos hace participar del fuego que quema en el Corazón de Jesús, y nos perdona y rehace, para que podamos amar con el Amor mismo con que somos amados.
Mons. Joan Enric VIVES i Sicília Obispo de Urgell (Lleida, España)

Palabras de San Juan Pablo II

"El mes de junio está dedicado, de modo especial, a la veneración del Corazón divino. No sólo un día, la fiesta litúrgica que, de ordinario, cae en junio, sino todos los días. Con esto se vincula la devota práctica de rezar o cantar cotidianamente las letanías al Sacratísimo Corazón de Jesús."
San Juan Pablo II

Tema del día:
Confiar en Dios
El esfuerzo realizado por los teólogos a lo largo de los siglos para exponer con conceptos humanos el misterio de la Trinidad apenas ayuda hoy a los cristianos a reavivar su confianza en Dios Padre, a reafirmar su adhesión a Jesús, el Hijo encarnado de Dios, y a acoger con fe viva la presencia del Espíritu de Dios en nosotros. Por eso puede ser bueno hacer un esfuerzo por acercarnos al misterio de Dios con palabras sencillas y corazón humilde siguiendo de cerca el mensaje, los gestos y la vida entera de Jesús: misterio del Hijo de Dios encarnado.

El misterio del Padre es amor entrañable y perdón continuo. Nadie está excluido de su amor, a nadie le niega su perdón. El Padre nos ama y nos busca a cada uno de sus hijos e hijas por caminos que sólo él conoce. Mira a todo ser humano con ternura infinita y profunda compasión. Por eso, Jesús lo invoca siempre con una palabra: “Padre”.

Nuestra primera actitud ante ese Padre ha de ser la confianza. El misterio último de la realidad, que los creyentes llamamos “Dios”, no nos ha de causar nunca miedo o angustia: Dios solo puede amarnos. Él entiende nuestra fe pequeña y vacilante. No hemos de sentirnos tristes por nuestra vida, casi siempre tan mediocre, ni desalentarnos al descubrir que hemos vivido durante años alejados de ese Padre. Podemos abandonarnos a él con sencillez. Nuestra poca fe basta.

También Jesús nos invita a la confianza. Estas son sus palabras: “No viváis con el corazón turbado. Creéis en Dios. Creed también en mí”. Jesús es el vivo retrato del Padre. En sus palabras estamos escuchando lo que nos dice el Padre. En sus gestos y su modo de actuar, entregado totalmente a hacer la vida más humana, se nos descubre cómo nos quiere Dios.

Por eso, en Jesús podemos encontrarnos en cualquier situación con un Dios concreto, amigo y cercano. Él pone paz en nuestra vida. Nos hace pasar del miedo a la confianza, del recelo a la fe sencilla en el misterio último de la vida que es solo Amor.

Acoger el Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús, es acoger dentro de nosotros la presencia invisible, callada, pero real del misterio de Dios. Cuando nos hacemos conscientes de esta presencia continua, comienza a despertarse en nosotros una confianza nueva en Dios.

Nuestra vida es frágil, llena de contradicciones e incertidumbre: creyentes y no creyentes, vivimos rodeados de misterio. Pero la presencia, también misteriosa del Espíritu en nosotros, aunque débil, es suficiente para sostener nuestra confianza en el Misterio último de la vida que es solo Amor.
José Antonio Pagola

Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 15. El valor de la oración
Jesús invita, recomienda, impone la oración, une a ella toda gracia, toda bendición hasta la salvación eterna. Él mismo reza por todas partes y siempre: en el templo, en el Huerto de los Olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas y en las sinagogas.
San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la oración las consuela.
Rezan los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con sus dones celestiales. Y tú, ¿cuándo rezas? ¿Sólo cuando estás enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?
Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.
Fuente: Web Católico de Javier

Nuevo video y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Nunca olvidemos agradecer
Una vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde México llega el siguiente mensaje: Te informo, para que des a tu vez testimonio y agradezcas profundamente a las bellas divinas personas de la lista de oración, que Fidel Adón Cuéllar Villarreal, detectado con cáncer en la biopsia de lo que extrajeron de su próstata, hoy recibió la buena nueva por parte del especialista, el oncólogo, que no es tan grave como parecía y con un tratamiento a base de unas inyecciones y pastillas saldrá adelante haciendo que ese cáncer se detenga y no de más problemas. Un milagro más. No hay forma de agradecer tanta bondad desinteresada sino siguiendo orando por todos y sirviendo así a Dios. Que el Espíritu Santo a través de nuestro amado Jesús nos siga dando salud y unión y paz.

La feligresía del pueblo de Punto Fijo, estado Falcón, Venezuela, se siente infinitamente agradecida con Dios por habernos enviado a un pastor generoso y humilde de corazón, sonrisa abierta, amable y cariñosa. Digno representante de Dios en la tierra, luchador constante, atento al pueblo que le tocó dirigir durante 17 años. Monseñor Juan María Leonardi, partió a su encuentro con Dios. Seguros estamos que desde su eterna morada nos seguirá guiando en nuestro caminar por la vida. Alabanzas y gracias sean dadas a Dios en todo momento.

Desde Corrientes, Argentina, agradecen a Dios y a las personas que rezaron por la operación de Carmen Teresa B., a quien hace un mes extirparon un tumor canceroso del ciego con muy buen pronóstico evolutivo. 

Desde Buenos Aires, Argentina, agradecen a Dios y a los que rezaron por la salud de Héctor, que ya se ha recuperado de la pancreatitis y ha sido operado de vesícula.

Un estímulo todos los días
Junio 15
Vivir en comunidad es un llamado interior. Esa comunidad puede ser tu lugar de trabajo, o un grupo, o un barrio. Pero todos estamos convocados a ir más allá de las paredes de nuestra casa y a superar los límites de nuestra familia.
Es algo que forma parte de nuestra vida, es una necesidad, así como sentimos el llamado a comer o a beber agua. Si una persona ya no siente hambre y sed, estamos ante una enfermedad que hay que curar. Igualmente, si ya no sentimos ese llamado a vivir en comunidad y a compartir la vida, es porque hay algo enfermo en nuestro interior, porque nos hemos dejado atrapar por el individualismo, por un espíritu egoísta y cerrado.
Pero así como te mueres si no comes o no bebes, del mismo modo hay algo que se muere en tu vida si renuncias a vivir en comunidad. Si eso te está sucediendo, pídele a Jesús que derrame su amor en tu interior. Él te sigue llamando a compartir tu existencia con los otros, aunque ya no escuches ese llamado.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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