PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2370 ~ Viernes
6 de Junio de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Espíritu Santo, Padre de los pobres, así te llama la
Iglesia dando a entender con ello que Tú eres el único tesoro de los pobres,
que en este mundo no tienen nada, pero que teniéndote a Ti, lo tienen todo.
Ojalá yo sea también del número de los pobres de quien
eres Padre, puesto que si tal vez tengo un bienestar material, muchas veces me
siento pobre de espíritu, porque no tengo nada y no soy nada sin Ti, Espíritu
de amor. Ven a encenderme el corazón con el fuego de tu amor, y con tu soplo
divino crea en mí una nueva criatura, capaz de ofrecerse por la salvación de
las almas.
Espíritu divino ven a regalarme tus siete sagrados dones,
que regalas a tus hijos, los pobres de espíritu. Y junto con esos dones, tráeme
también los bienes que necesite para vivir con decoro la vida, haciendo el bien
con las ayudas espirituales y materiales que me prodigas, porque todos los
tesoros del Cielo y de la tierra están en tus manos, y en un instante Tú puedes
enriquecer a los pobres, o empobrecer a los ricos.
Que yo recuerde el cántico de María, cuando Ella dice que
Dios colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos
vacías. Que yo sea uno de esos hambrientos de verdad, de amor, de riquezas,
sobre todo espirituales, para que Tú, Espíritu de Dios, me colmes con todo eso.
¡Buenos días!
Pisa fuerte
y deja huellas
El egoísmo
atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás encuentra su
madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno,
si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los
demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la
vida sin amor no vale nada.
Pisa fuerte el que sabe lo que quiere, lo que
busca, lo que espera. Pisa fuerte el que encontró un sentido a su vida, una
razón de vivir, un por qué a cada una de las cosas y de los hechos de la vida.
Pisa fuerte y muy fuerte, el que en los momentos de dolor o de angustia no se
deja aplastar, ni desorientar, sino que en esos precisos momentos levanta más
alto su cabeza, clava su mirada en el
Corazón del Padre celestial y apretando los dientes, las manos tensas y
los ojos nublados por las lágrimas, o el corazón lleno de pena, no disminuye su
marcha a la meta, ni la desvía; sino con paso firme y resuelto se va acercando
a Dios. Y porque pisa fuerte en la vida, va dejando huellas luminosas que servirán
de ruta para muchos otros.
“Triste suerte la
del hombre que sólo trabaja para vivir, pero no sabe para qué vive. Triste
suerte la de quien ha hecho del "tener y retener" el objetivo de su
vida. Dichoso, más bien, el que, mientras gana su pan o acrecienta su fortuna,
sabe hacer del trabajo una ocasión de servicio al prójimo, cooperando con el
proyecto de Dios Creador, para hermosear al mundo”.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos y comiendo
con ellos, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis
corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?». Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas».
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú
mismo te ceñías, e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo,
extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras». Con
esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto,
añadió: «Sígueme». (Jn 21,15-19)
Comentario
Hoy hemos de agradecer a san Juan que nos deje constancia
de la íntima conversación entre Jesús y Pedro: «‘Simón de Juan, ¿me amas más
que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús:
‘Apacienta mis corderos’» (Jn 21,15). —Desde los más pequeños, recién nacidos a
la Vida de la Gracia... has de tener cuidado, como si fueras Yo mismo... Cuando
por segunda vez... «le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’», Él le está diciendo
a Simón Pedro: —A todos los que me sigan, tú los has de presidir en mi Amor,
debes procurar que tengan la caridad ordenada. Así, todos conocerán por ti que
me siguen a Mí; que mi voluntad es que pases por delante siempre, administrando
los méritos que —para cada uno— Yo he ganado.
«Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera
vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
quiero’» (Jn 21,17). Le hace rectificar su triple negación y, solamente
recordarla, le entristece. —Te amo totalmente, aunque te he negado..., ya sabes
cómo he llorado mi traición, ya sabes cómo he encontrado consuelo solamente
estando con tu Madre y con los hermanos.
Encontramos consuelo al recordar que el Señor estableció
el poder de borrar el pecado que separa, mucho o poco, de su Amor y del amor a
los hermanos. —Encuentro consuelo al admitir la verdad de mi alejamiento
respecto de Ti y al sentir de tus labios sacerdotales el «Yo te absuelvo» “a
modo de juicio”.
Encontramos consuelo en este poder de las llaves que
Jesucristo otorga a todos sus sacerdotes-ministros, para volver a abrir las
puertas de su amistad. —Señor, veo que un desamor se arregla con un acto de
amor inmenso. Todo ello, nos conduce a valorar la joya inmensa del sacramento
del perdón para confesar nuestros pecados, que realmente son “des-amor”.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Marcelino Champagnat
Fundador de la Sociedad de
María (Maristas)
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Frases Marcelino Champagnat
“La educación es para el niño lo que el cultivo para el
campo. Por muy bueno que éste sea, si se deja de arar, no produce más que
zarzas y malas hierbas.”
“Enseñar a un niño una lección del catecismo, una oración
como el Padrenuestro o el Avemaría, es una acción mucho mayor y más meritoria a
los ojos de Dios que ganar una batalla.”
“No puedo ver a un niño o a un joven sin sentir profundas
ganas de gritarle lo hermoso que es vivir y el gran amor que el Padre Dios nos
tiene.”
“He ahí un corazón creado a imagen de Dios, salvado con
la sangre de Jesús y destinado a ser inmensamente feliz; sin embargo, tal vez
ese niño ignore esas verdades y nadie se preocupe de enseñárselas.”
“María no se queda con nada: cuando la servimos, cuando
nos consagramos a ella, nos recibe para entregamos a Jesús y llenamos de
Jesús.”
San Marcelino Champagnat
Tema del día:
Dones del Espíritu Santo
EL DON DE
SABIDURÍA: le proporciona al hombre una especie de con naturalidad con las
cosas de Dios, haciéndole saborear, con deleite inefable, "las cosas de arriba, no las de la tierra" (Col 3,1-2),
dándole un sentido de eternidad que le hace ver todas las cosas a través de Dios,
como por instinto sobrenatural y divino.
EL DON DE
ENTENDIMIENTO: proporciona al alma fiel una penetración profundísima en los
grandes misterios de la fe: la inhabitación trinitaria, el misterio redentor,
nuestra incorporación a Cristo, el valor infinito de la misa, etc.,
haciéndoselos vivir con gran intensidad y perfección.
EL DON DE CIENCIA:
le enseña a juzgar rectamente de las cosas creadas, viendo en ellas una huella
o vestigio de Dios, que pregona su hermosura y bondad inefables. Con él veía
San Francisco de Asís al hermano lobo, la hermana flor, la hermana fuente. Es
la "ciencia de los santos", que será siempre una locura ante la
increíble estulticia del mundo (cf. 1 Cor 3,19).
EL DON DE CONSEJO:
marca la orientación que debemos seguir en cada caso para entrar en los
designios eternos de Dios sobre nosotros. Son corazonadas, golpes de vista
intuitivos, cuyo acierto y oportunidad se encargan más tarde de descubrir los
acontecimientos.
EL DON DE PIEDAD:
tiene por objeto excitar en la voluntad, por inspiración del Espíritu Santo, un
afecto filial hacia Dios, considerado como Padre amorosísimo, y un sentimiento
de fraternidad universal para con todos los hombres en cuanto hermanos nuestros
e hijos del mismo Padre, que está en los cielos. Nos hace sentir también una
ternura especial hacia la Virgen María, Madre de la Iglesia y dulcísima Madre
nuestra.
EL DON DE
FORTALEZA: brilla en la frente de los mártires y en la práctica callada y
heroica de las virtudes de la vida cristiana ordinaria, que constituyen el
"heroísmo de lo pequeño", con frecuencia más difícil y penoso que el
de las cosas grandes.
EL DON DE TEMOR:
en fin, llena el alma de respeto reverencial ante la majestad infinita de Dios,
dejándola dispuesta a morir mil veces antes que ofenderla por el pecado.
www.santisimavirgen.com.ar
Junio, mes del Corazón de
Jesús
Día 6.- La agonía
del Corazón de Jesús
También Jesús llora. ¿Recordáis el Huerto de los Olivos?
Allí, el Corazón de Jesús fue expuesto al dolor, al miedo, a la tristeza. Aquí
Jesús te renueva aquella triste escena. Pide adoradores, tiene sed de almas, y
está solo, abandonado, olvidado. Solo en la noche. Solo en las largas jornadas.
Siempre solo. ¿Irá quizá alguno a hacerle compañía?
Jesús vive en el sagrario y es abandonado por el hombre.
Quiere ser su comida y sufre el rechazo. Derrama por él su sangre y la derrama
inútilmente.
En vano el señor llama adoradores a su altar. En vano
llama a las almas a la comunión; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de
Él. Por eso, Él está triste.
Fuente: Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Néstor,
un querido amigo de Tucumán, Argentina, afectado de problemas pulmonares y
cardíacos, rogando a la Santísima Virgen de la Merced que sea intercesora ante
Dios Padre por su salud y lo proteja de todo mal.
Pedimos oración para Marta
Patricia, de Bogotá, Colombia, pidiendo al Señor Jesús que atienda sus
necesidades de salud.
Pedimos oración por Eduardo R., de México, que está con radio y quimioterapia luego de haber sido operado de un tumor cerebral. Que la intercesión de San Juan Pablo II permita que el Señor lo cure.
Pedimos oración por Eduardo R., de México, que está con radio y quimioterapia luego de haber sido operado de un tumor cerebral. Que la intercesión de San Juan Pablo II permita que el Señor lo cure.
Tú quisiste,
Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de
manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora
las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a
cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de
sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse
unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos
por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Junio 6
“Señor, reconozco que a veces el orgullo me hace doler el
alma cuando los que me quieren me critican o me ignoran. Pero quiero vencer ese
orgullo y conocer la libertad de un corazón simple y humilde. Hoy levanto la
cabeza, Señor, y decido caminar erguido, seguro, con dignidad, como hijo tuyo
amado, como tú quieres que camine, porque tú me amas.
Tú sabes cómo el corazón se me llena de temor, de
tristeza y de dolor cuando creo que me tienen envidia o que desean hacerme
daño. Pero yo confío en ti, mi Dios, que eres infinitamente más poderoso que
cualquier ser humano. Quiero que estén en tus manos todas mis cosas, mis
trabajos, mi vida, mis seres queridos. Todo te lo confío, mi Dios.
Y toca mi corazón con tu gracia para que conozca tu paz,
para que de verdad confíe en ti con toda mi alma y no me debilite con temores y
sospechas. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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