PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2225 ~ Martes
17 de Diciembre de 2013
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
No hay límites para lo que puedo lograr o vencer cuando
enfoco mi atención en Dios como la fuente de todo lo que necesito. Cualquiera
que sea el reto que surja en mi vida o en el mundo, mi fe me ayuda a superarlo.
Dios es la fuente de mi fortaleza, valor, vitalidad y paz mental.
Al pensar en la familia, los amigos y toda la humanidad,
recuerdo que Dios también es la fuente divina de todo lo que ellos necesitan.
Pongo cualquier preocupación a Su cuidado amoroso y siento gratitud.
El recordar que Dios es nuestra fuente única me cambia
profundamente y me da la confianza para atreverme a exclamar: “¡Soy fe en
acción!” Y con fe, me convierto en un agente para el cambio positivo en el
mundo.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo
de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a
Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares
engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab
engrendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a
Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey
David.
David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón,
Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf
engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías
engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías
engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías
engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró
a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud
engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq
engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar
engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo
de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las
generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a
Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
(Mt 1,1-17)
Comentario
Hoy, en la liturgia de la misa leemos la genealogía de
Jesús, y viene al pensamiento una frase que se repite en los ambientes rurales
catalanes: «De Josés, burros y Juanes, los hay en todos los hogares». Por eso,
para distinguirlos, se usa como motivo el nombre de las casas. Así, se habla,
por ejemplo: José, el de la casa de Filomena; José, el de la casa de Soledad...
De esta manera, una persona queda fácilmente identificada. El problema es que
uno queda marcado por la buena o mala fama de sus antepasados. Es lo que sucede
con el «Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham»
(Mt 1,1).
San Mateo nos está diciendo que Jesús es verdadero
Hombre. Dicho de otro modo, que Jesús —como todo hombre y como toda mujer que
llega a este mundo— no parte de cero, sino que trae ya tras de sí toda una
historia. Esto quiere decir que la Encarnación va en serio, que cuando Dios se
hace hombre, lo hace con todas las consecuencias. El Hijo de Dios, al venir a
este mundo, asume también un pasado familiar.
Rastreando los personajes de la lista, podemos apreciar
que Jesús —por lo que se refiere a su genealogía familiar— no presenta un
“expediente inmaculado”. Como escribió el Cardenal Nguyen van Thuan, «en este
mundo, si un pueblo escribe su historia oficial, hablará de su grandeza... Es
un caso único, admirable y espléndido encontrar un pueblo cuya historia oficial
no esconde los pecados de sus antepasados». Aparecen pecados como el homicidio
(David), la idolatría (Salomón) o la prostitución (Rahab). Y junto con ello hay
momentos de gracia y de fidelidad a Dios, y sobre todo las figuras de José y
María, «de la que nació Jesús, llamado Cristo» (Mt 1,16).
En definitiva, la genealogía de Jesús nos ayuda a
contemplar el misterio que estamos próximos a celebrar: que Dios se hizo
Hombre, verdadero Hombre, que «habitó entre nosotros» (Jn 1,14).
Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santa Viviana
Abadesa
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Junto a los hijos
Cuando Dios
regala a una familia un hijo, es porque confía que lo cuidarán con amor y
responsabilidad hasta la edad adulta. Se ha escrito mucho sobre cómo educar a
los hijos. Por eso, cuando encuentro sobre el tema una orientación luminosa,
breve y perfecta, siento el deseo de compartirla para que todos aprovechen ese condensado
de sabiduría. Lee y medita.
Si el supremo Creador te da un hijo, tiembla
por el sagrado depósito que confía a tus cuidados. Haz que ese hijo hasta los
diez años, te admire. Hasta los veinte, te ame. Y hasta la muerte, te respete.
Sé para ese hijo hasta los diez años, su padre, hasta los veinte años, su
maestro y hasta la muerte, su amigo.
Qué metas simples
pero exigentes: ser para el hijo un padre, un maestro y un amigo, poniendo sin
embargo el acento hasta los diez años, en la paternidad protectora, hasta los
veinte en la docencia del difícil arte de vivir honestamente, y hasta la muerte
en la amistad que todo lo comparte con humildad y sabiduría. Es una buena
iluminación para orientarte.
Padre Natalio
Padres de familia:
la mejor escuela de
sexualidad
La sociedad actual ha sido golpeada duramente por el
exceso del factor sexual. Entre los muchos grupos sociales que se ven
afectados, el más vulnerable ha sido el de la juventud.
Prueba de ello son los numerosos casos de embarazos
precoces a nivel mundial. La tasa anual de embarazos de adolescentes entre 15 y
17 años en España ronda los 18.000 casos. La cuarta parte de los adolescentes
españoles entre 15 y 17 años reconocen ser sexualmente activos. Cerca de
100.000 británicas menores de 20 años quedan embarazadas cada año. Como
consecuencia lógica a estos embarazos se une también un alto porcentaje de
abortos. La tasa de 2008 era de 19,6 abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15
y 44 años.
Las causas que han permitido estos acontecimientos son
varias. Es necesario analizar la raíz del problema. Los adolescentes
desarrollan su vida en ambientes comunes: familia, escuela, entorno social. Las
tres poseen una influencia notable, pero ninguna tanto como la familia. Es por
ello que una falta de educación sexual a nivel familiar se convierte en una
primera mala impresión.
Conviene preguntarse cuáles han sido las razones por las
que no se ha dado una adecuada educación sexual dentro de la familia. Ante
todo, destaca lo escabroso del tema, lo cual impide de cierta forma un diálogo
abierto. Ante esto, el recurso que toman algunos matrimonios es confiar dicha
educación a instituciones, y en otros casos a la experiencia de la vida. En
ocasiones, dichas instituciones presentan el tema desde un punto de vista
crítico, pero no faltan aquellas que lo hacen bajo una visión reduccionista y
constructivista. Cabe recordar, como un botón de muestra, las palabras de Miren
Larrazábal, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS):
“Es necesario que se base (la educación sexual) en conocimientos científicos,
no en ideologías, moral o religión”.
Es natural que los padres no posean amplios conocimientos
para dar una educación sexual adecuada. A pesar ello, los padres de familia son
los que mejor conocen el momento y la forma para introducir a sus hijos en este
mundo que se abre ante sus ojos. Es necesario recurrir a una visión
equilibrada. Es decir, no reducir el acto sexual a una visión infantil (el
relato de la cigüeña) pero tampoco al de una “falsa previsión” (uso píldoras,
profilácticos, entre otros) lo cual es sinónimo de una falta de madurez y
pérdida del sentido original de la unión sexual.
No hay mejor visión del acto sexual que aquella que
respeta la dignidad de la persona, sin reducirla a un mero objeto de placer. La
unión sexual va mucho más allá del goce momentáneo, dado que es la muestra de
mayor entrega y de amor que puede mostrar una persona por otra.
Juan Fidel Medina
Palabras del Papa Francisco
“Si tienes un peso en tu conciencia,
si tienes vergüenza de tantas cosas que has hecho,
detente un poco.
No te asustes.
Piensa que hay uno que te espera.
Porque jamás ha dejado de acordarse de ti,
de pensarte. Y éste es tu Padre, es Dios,
es Jesús que te espera”
Papa Francisco
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, hoy de manera muy especial en su cumpleaños número 77; por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Rene Guadalupe quien el sábado 14 de
diciembre falleció repentinamente en San Salvador (El Salvador); y también por
el alma de Margarita, fallecida el
día 4 en Barcelona, España. Que el Señor los reciba en su reino y consuele a
sus familiares en este mundo.
Pedimos oración por María
Dolores, de Managua, Nicaragua, para que el Padre Celestial la ayude y le
dé fortaleza en la situación difícil que está pasando y que Él bien conoce.
Señor, atiende generosamente las necesidades de tu hija.
Pedimos oración por Luis
Fernando B., de México, para que Dios, en su infinita misericordia, le
conceda un trabajo digno. Por la familia Ruiz
González y la familia Barroso Vargas,
de México, para que Dios las siga bendiciendo con trabajo, techo y sustento.
Por Rosa R. G., de México, persona
de la tercera edad, para que el Señor la cuide y la bendiga.
Pedimos oración por un nene de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, llamado Martín, que ha tenido un accidente clavándose un objeto en la garganta, por lo que ha sido internado de urgencia. Que el Buen Jesús lo ayude a poder superar esta situación tan grave.
Pedimos oración por un nene de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, llamado Martín, que ha tenido un accidente clavándose un objeto en la garganta, por lo que ha sido internado de urgencia. Que el Buen Jesús lo ayude a poder superar esta situación tan grave.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
“Intimidad Divina”
La salvación a los
pobres
Un día Jesús dirigió este duro reproche a los fariseos y
a los jefes del pueblo: “Vino Juan a vosotros por el camino de la justicia y no
habéis creído en él; mientras que los publicanos y las meretrices creyeron en
él” (Mt 21, 32). En efecto, los publicanos se habían rendido a la predicación
del Bautista, habían confesado sus pecados, habían pedido el bautismo de
penitencia y preguntado: “¿qué hemos de hacer?” (Lc 3, 12). Pero los fariseos,
no; “no se habían arrepentido creyendo en él” (Mt 21, 32). La soberbia los
cegaba, y como les había impedido creer en el precursor, también ahora los
tenía cerrados y hostiles a Cristo. Por eso Jesús les dirá: “Los publicanos y
las meretrices os preceden en el reino de Dios” (ib 31). Una única salvación es
ofrecida a todos los hombres, pero sólo los humildes, los pobres y los pequeños
son aptos para acogerla.
Para hallar a Dios hay que ir a él con alma de pobre.
Dios ofrece al hombre la salvación y lo llama a la santidad y a la comunión con
él; pero todos estos inmensos bienes deben ser acogidos con corazón humilde,
convencidos de no poder nada sin la ayuda divina, pues sólo de Dios viene el
poder y el querer. Dios está dispuesto a todo en favor de una criatura que lo
busca sin pretensiones y en verdadera pobreza de espíritu, convencida de que el
buscarlo y el desearlo es ya un don y convencida igualmente de que sus propias
fuerzas son inadecuadas para salvarla, santificarla y conducirla a la intimidad
con Dios. Cuanto más indigna e impotente se reconoce ella, tanto más
estrechamente la atrae Dios a sí mismo.
Cuando vino al mundo el Hijo de Dios, quiso rodearse de
los pobres y humildes: María y José, descendientes sí de la casa de David, pero
tan pobres e ignorados que no hubo lugar para ellos en la posada; los pastores,
despreciados como gente sin importancia y tenidos frecuentemente aparte con
muestras de desconfianza y de recelo. Durante su ministerio Jesús fue en busca
de los pobres, de los oprimidos, de los pecadores y de los pequeños, diciendo:
“No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mt 9, 13). Quien se
cree justo y satisfecho de su propia virtud y hasta quizá desprecia a los demás
teniéndolos por inferiores a sí mismo, no sacará fruto alguno de la Navidad.
Jesús Salvador viene a todos, pero en un corazón lleno de sí no hay lugar para
recibirlo, o, por lo menos, existe sólo un lugar reducido y mezquino. Sólo
quien se acerca a Cristo con corazón de pobre le ofrece espacio suficiente para
la invasión de su gracia y de su amor, y es apto para acoger en beneficio
propio y de toda la Iglesia la redención, “la consolación de Israel” (Lc 2,
25).
¡Oh Señor, Jesús!,
que has venido al mundo para buscar y salvar lo perdido. Si yo no me hubiera
perdido, tú, Hijo del hombre, no habrías venido. Pero habiéndome perdido yo
hombre, has venido tú Dios y hombre, y yo hombre he sido hallado. Habíame
perdido yo hombre por mi propia voluntad, y tú te has hecho hombre para
librarme con tu gracia… El hombre primero se perdió por la soberbia, y ¿dónde
estaría yo de no haber venido tú, Hombre segundo? (San Agustín, Sermón)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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