martes, 30 de julio de 2013

Pequeñas Semillitas 2099

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2099 ~ Martes 30 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
En las relaciones interpersonales, conforme se va tejiendo una red de confianza lo suficientemente firme para ser transparentes, los seres humanos vamos aprendiendo a compartir nuestras penas y alegrías y a acoger las de nuestros amigos.
El amigo que toma la iniciativa y hace el primer movimiento de apertura y donación se juega un riesgo. Con el tiempo descubrirá si haber vaciado el corazón valió o no la pena. En cierta medida eso mismo ocurre en las relaciones con Dios, los grandes orantes, los autores de los salmos y los grandes místicos tienen una enorme confianza y cercanía en Dios.
Se dirigen a Él cuando su alma esta exultante o abatida, algunos lo tutean sin rubor alguno. Saben que del otro lado, está el amor palpitante que ama sin reservas. De esta experiencia profunda es oportuno partir cuando se trata de comprender el diálogo confiado, insistente y amoroso con Dios, que atiende con benevolencia nuestras súplicas, cada vez que le demandamos los bienes necesarios.
"La verdad católica"

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».
(Mt 13,36-43)

Comentario
Hoy, mediante la parábola de la cizaña y el trigo, la Iglesia nos invita a meditar acerca de la convivencia del bien y del mal. El bien y el mal dentro de nuestro corazón; el bien y el mal que vemos en los otros, el que vemos que hay en el mundo.
«Explícanos la parábola» (Mt 13,36), le piden a Jesús sus discípulos. Y nosotros, hoy, podemos hacer el propósito de tener más cuidado de nuestra oración personal, nuestro trato cotidiano con Dios. —Señor, le podemos decir, explícame por qué no avanzo suficientemente en mi vida interior. Explícame cómo puedo serte más fiel, cómo puedo buscarte en mi trabajo, o a través de esta circunstancia que no entiendo, o no quiero. Cómo puedo ser un apóstol cualificado. La oración es esto, pedirle “explicaciones” a Dios. ¿Cómo es mi oración? ¿Es sincera?, ¿es constante?, ¿es confiada?
Jesucristo nos invita a tener los ojos fijos en el Cielo, nuestra casa para siempre. Frecuentemente vivimos enloquecidos por la prisa, y casi nunca nos detenemos a pensar que un día —lejano o no, no lo sabemos— deberemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, de cómo hemos hecho fructificar las cualidades que nos ha dado. Y nos dice el Señor que al final de los tiempos habrá una tría. El Cielo nos lo hemos de ganar en la tierra, en el día a día, sin esperar situaciones que quizá nunca llegarán. Hemos de vivir heroicamente lo que es ordinario, lo que aparentemente no tiene ninguna trascendencia. ¡Vivir pensando en la eternidad y ayudar a los otros a pensar en ello!: paradójicamente, «se esfuerza para no morir el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar el hombre que ha de vivir eternamente» (San Julián de Toledo).
Recogeremos lo que hayamos sembrado. Hay que luchar por dar hoy el 100%. Y que cuando Dios nos llame a su presencia le podamos presentar las manos llenas: de actos de fe, de esperanza, de amor. Que se concretan en cosas muy pequeñas y en pequeños vencimientos que, vividos diariamente, nos hacen más cristianos, más santos, más humanos.
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Pedro Crisólogo
Doctor de la Iglesia
San Pedro, quien fue uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Ímola, Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios.

San Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno.

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar.

A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII.

Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

El jabalí la zorra

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto capitaliza las auténticas riquezas que, como todo lo esencial, “son invisibles a los ojos”; y persevera en el esfuerzo, aun si no ves resultados inmediatos.

Un jabalí estaba de pie bajo un árbol frotando sus colmillos contra el tronco. Una zorra que pasaba por allí le preguntó por qué él afilaba sus dientes cuando no se veía ningún peligro inminente de cazadores con sus perros. Él le contestó: —Lo hago con toda intención; ya que así nunca tendré que afilar mis armas justo en el momento que es urgente usarlas. (Esopo).

El futuro es un desafío a prepararte para los problemas que la vida te presente. Empieza afrontando los desafíos de cada día como una invaluable oportunidad para desarrollar las habilidades necesarias y así esperar tranquilo las pruebas que vendrán. Un proverbio chino dice: “Excava el pozo antes de que tengas sed”. Sabio y prudente consejo.
Padre Natalio

Palabras del Papa Francisco

“He regresado a casa, y les aseguro
que mi alegría es más grande que mi cansancio”
Papa Francisco
Vía Twitter

Tema del día:
Ecos de la JMJ Río 2013
La Jornada Mundial de la Juventud, edición número XXVIII, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, ha pasado. Y nos queda el eco emocionante de estos días tan llenos del Espíritu Santo manifestado en la persona del Papa Francisco y en los millones de personas (en su mayoría jóvenes) que se movilizaron en las calles, en los sitios de celebración, en las playas, en las iglesias…

Hemos intentado desde “Pequeñas Semillitas” dar una cobertura lo más completa posible de las actividades, y como resumen final queda este archivo en pdf que resume todos los discursos pronunciados por el Papa Francisco durante estos intensos días de encuentro y oración. Es una producción de ACI prensa y para acceder hay que hacer clic acá.  

Con toda humildad queremos destacar que “Pequeñas Semillitas” ha tenido la distinción de ser uno de los 28 sitios aliados de todo el mundo a los que Catholic.net permitió transmitir toda la cobertura de la JMJ incluyendo televisación en vivo de los distintos eventos con la presencia del Papa Francisco. Demás está decir que Ctholic.net es el portal católico más grande del mundo en internet en idioma español. Y que nos sentimos muy felices de haber podido brindar ese servicio para miles de lectores.
Renovamos pues el compromiso de seguir evangelizando por este medio, intentando cumplir con las palabras de Jesús en Mt. 28, 19: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones”, ratificado por el Papa Francisco como lema y envío en esta Jornada que acaba de concluir pero cuyos frutos germinarán fuertemente en el corazón de los católicos del mundo.

Damos gracias a Dios por todo ello…!!!

Madre ayuda nuestra fe
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra, para que
reconozcamos la Voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus
pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su Amor, para
que podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de Él, a creer
en su Amor, sobre todo en los momentos de tribulación
y de cruz, cuando nuestra fe es llamada
a crecer y a madurar.
Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.
Recuérdanos que quien cree no está nunca solo
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús,
para que Él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente
en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que
es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Papa Francisco

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Río de Janeiro, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud de Javier, internado en Buenos Aires, Argentina, que debe ser sometido a un segundo trasplante de riñón. Por tu misericordia Señor pasa tu mano sanadora en él.

Pedimos oración por Antonio E., de 91 años, de Buenos Aires, Argentina, que ha estado internado varios días y no logra recuperarse. Que el Señor le dé fuerzas físicas pero también espirituales para aceptar con fe y esperanza cristianas lo que Él decida.

Pedimos oración por Flor M., hermana servidora de Comunidad San Pablo Los Angeles, operada por cáncer de tiroides, para que Jesús le conceda la gracia de que el mismo haya sido totalmente extirpado y no queden secuelas.

Pedimos oración por María Julia de S., de Guatemala, que está teniendo complicaciones con su embarazo, encomendándola a la Santísima Virgen María para su protección y cuidado.

Pedimos oración por la salud física y emocional de Elsa S., de Buenos Aires, Argentina, y para que el Señor le dé fuerzas para salir a misionar tal como es su deseo, aun dentro de sus limitaciones, pero con inmensa fe y amor.

Pedimos oración por Laura, de México, a quien los médicos no han podido diagnosticar. Además ella sufre una depresión crónica de la que no sale. Padre de bondad, te pedimos por su salud en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

Pedimos oración por una bebita, María Pía, de 11 meses, de Córdoba, Argentina, que hoy será operada del corazón, rogando al Niño Jesús que la acompañe y la asista con su amor.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

“Intimidad Divina”

El amor del Padre

En el Antiguo Testamento Dios se reveló como el ser por excelencia: “Yo soy el que soy” (Ex 3, 14); en el Nuevo Testamento ha revelado la naturaleza profunda e intrínseca de su ser: “Dios es amor” (1 Jn 4, 16). Dios es amor en su vida íntima y precisamente por eso es Trinidad: Es Padre que engendra al Hijo dándole toda su naturaleza y vida divina, es Hijo que se devuelve totalmente al Padre, es Espíritu Santo que procede del amor y del don recíproco del Padre y del Hijo.  Dios es amor también fuera de sí, en sus obras: es amor en la creación de todos los seres que llama libremente a la vida y sobre todo en la creación del hombre al que plasma a su imagen y semejanza (Gn 1, 26). Pero Dios demuestra aún más su amor elevando al hombre del estado de simple criatura al de hijo suyo: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!” (1 Jn 3, 1). No se trata de un apelativo honorífico o simbólico, de “un modo de hablar”, sino de una realidad sublime, de un nuevo “modo de ser”, por el que el hombre es profundamente transformado y hecho partícipe de la naturaleza y de la vida de Dios, es decir, del ser de Dios que es amor.

“¡Dios es amor y quien permanece en amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4, 16). Ahora bien, Dios ha derramado largamente su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado; por consiguiente, el primero y más imprescindible don es la caridad, con la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por Él” (LG 42). La virtud de la caridad es la participación creada en el amor infinito con el que Dios se ama a sí mismo, o sea del amor con que el Padre ama al Hijo, el Hijo ama al Padre y uno y otro se aman en el Espíritu Santo. Mediante la caridad el cristiano es llamado a “permanecer en Dios” (1 Jn 4, 16), y a entrar en el círculo del amor eterno que une entre sí a las tres Personas de la Santísima Trinidad. Ya la fe, haciendo al hombre partícipe del conocimiento que Dios tiene de sí mismo, le introduce en la intimidad de la vida divina, mientras la esperanza le asegura que compartirá un día la felicidad eterna; pero la caridad lo lleva más adelante insertándolo, desde aquí abajo, en el movimiento de amor inefable que es la vida de la Santísima Trinidad. Mediante la caridad el cristiano mora en Dios hasta el punto de quedar asociado al amor del Padre para con el Hijo y del Hijo para con el Padre, amando al Padre y al Hijo en el Espíritu Santo.

Y pues el amor divino no se queda cerrado en el seno de la Trinidad, sino que de la Trinidad se derrama sobre los hombres, la caridad imprime también al cristiano un impulso semejante, abriendo su corazón al amor de todos los hermanos. Sólo mediante la caridad que lo hace partícipe del amor de Dios, el cristiano se hace capaz, se torna capaz de “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por amor de Dios”. La caridad es completa solamente cuando sube a Dios abarcando con, por él y en él todas las criaturas. Uno es el amor en Dios: en su vida íntima y en sus relaciones con los hombres; una e indivisible es la caridad en el cristiano; en su vuelo hacia Dios y en su impulso hacia los hermanos. “Hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a sus hermanos” (1 Jn 4, 21).

Gracias, gracias a ti, Padre eterno, que no me has despreciado a mí, que soy tu hechura, ni has apartado tus ojos de mí, ni menospreciaste mis deseos… Por todos estos y otros infinitos males y pecados que hay en mí, tu Sabiduría, tu Bondad, tu Clemencia y tu Bien infinito no me ha despreciado, sino que me ha dado luz en tu luz. En la Sabiduría he conocido la verdad, en tu Clemencia he encontrado la caridad y amor del prójimo. ¿Quién te ha obligado a ello? No mis virtudes, sino sólo tu caridad… Haz que mi memoria sea capaz de retener tus beneficios y arda la voluntad en el fuego de tu caridad… Confieso y no lo niego que tú amaste antes que yo fuese y que me amas infinitamente, como loco enamorado de la criatura. (Santa Catalina de Siena, Diálogo, 167)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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