sábado, 27 de julio de 2013

Pequeñas Semillitas 2096

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2096 ~ Sábado 27 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
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Alabado sea Jesucristo…
Ayer el Papa Francisco, en la celebración de Santa Ana y San Joaquín, abuelos de Jesús, tuvo palabras muy tiernas para con ellos marcando la importancia que tienen en la vida familiar. En la misa privada que celebró en la Residencia de Sumaré, dijo que “los abuelos son el buen vino de la sociedad, pues (el buen vino) cuando envejece mejora”. Por ello el Pontífice pidió que “el Señor bendiga a los abuelos” y que les permita “envejecer con sabiduría y con dignidad” para poder transmitírsela a los demás.
Hoy podríamos agregar a las palabras del Santo Padre, que los abuelos sin duda alguna son un regalo de Dios, ya que nos llenan de alegría con su cariño, siempre nos acompañan y nos miman en los momentos más difíciles y sus sabios consejos pueden ser de gran ayuda en decisiones cruciales para nuestras vidas.
Vaya pues un saludo lleno de afecto para todos los abuelos que leen estas “Pequeñas Semillitas” y que el Señor los colme de bendiciones.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’. Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto’. Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’. Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero’».
(Mt 13,24-30)

Comentario
Hoy consideramos una parábola que es ocasión para referirse a la vida de la comunidad en la que se mezclan, continuamente, el bien y el mal, el Evangelio y el pecado. La actitud lógica sería acabar con esta situación, tal como lo pretenden los criados: «¿Quieres que vayamos a recogerla?» (Mt 13,28). Pero la paciencia de Dios es infinita, espera hasta el último momento —como un padre bueno— la posibilidad del cambio: «Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega» (Mt 13,30).
Una realidad ambigua y mediocre, pero en ella crece el Reino. Se trata de sentirnos llamados a descubrir las señales del Reino de Dios para potenciarlo. Y, por otro lado, no favorecer nada que ayude a contentarnos en la mediocridad. No obstante, el hecho de vivir en una mezcla de bien y mal no debe impedir el avanzar en nuestra vida espiritual; lo contrario sería convertir nuestro trigo en cizaña. «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» (Mt 13,27). Es imposible crecer de otro modo, ni podemos buscar el Reino en ningún otro lugar que en esta sociedad en la que estamos. Nuestra tarea será hacer que nazca el Reino de Dios.
El Evangelio nos llama a no dar crédito a los “puros”, a superar los aspectos de puritanismo y de intolerancia que puedan haber en la comunidad cristiana. Fácilmente se dan actitudes de este tipo en todos los colectivos, por sanos que intenten ser. Encarados a un ideal, todos tenemos la tentación de pensar que unos ya lo hemos alcanzado, y que otros están lejos. Jesús constata que todos estamos en camino, absolutamente todos.
Vigilemos para no dejar que el maligno se cuele en nuestras vidas, cosa que ocurre cuando nos acomodamos al mundo. Decía santa Ángela de la Cruz que «no hay que dar oído a las voces del mundo, de que en todas partes se hace esto o aquello; nosotras siempre lo mismo, sin inventar variaciones, y siguiendo la manera de hacer las cosas, que son un tesoro escondido; son las que nos abrirán las puertas del cielo». Que la Santísima Virgen María nos conceda acomodarnos sólo al amor.
Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España)

Santoral Católico:
San Pantaleón
Mártir
Martirologio Romano: En Nicomedia, de Bitinia, san Pantaleón o Pantalaimón, mártir, venerado en Oriente como médico que ejercía su arte sin retribución alguna (c. 305). 
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

Si yo cambiara…

Crecer es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos; es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error, estamos evolucionando.

Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría más sereno. Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como  son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy, quitándome mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi hogar y todo mi medio ambiente! Si yo criticara menos y amara más, si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!

Resultado de los cambios positivos es la madurez. Serás maduro cuando tengas la habilidad de controlar la ira y resolver las discrepancias sin violencia o destrucción. Otro signo de madurez  es la voluntad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo. Acepta el desafío de cambiar un poco cada día y crecer en valores, sin pausa y sin prisa.
Padre Natalio

Palabras del Papa Francisco

“La Iglesia celebra a los padres de la Virgen María, los abuelos de Jesús: los santos Joaquín y Ana. ¡Qué importantes son en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad! ¡Y qué importante es el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro de la familia. El Documento conclusivo de Aparecida nos lo recuerda: ¡Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos!
Papa Francisco
Ángelus de ayer

Información JMJ Río 2013
 
Agenda de hoy

Las horas que van a ver a continuación corresponden a la hora local en Río de Janeiro, Brasil (similar en Argentina)
Para el resto de países consultar en: 

Sábado 27
09.00: Santa Misa con los obispos de la JMJ y con los sacerdotes, religiosos y seminaristas, en la Catedral de San Sebastián. Homilía del Santo Padre.
11.30: Encuentro con las autoridades políticas de Brasil, en el Teatro Municipal de Río de Janeiro. Discurso del Santo Padre.
13.30: Almuerzo con los cardenales brasileños, la presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, los obispos de la Región y el séquito papal, en el Gran Refectorio del Centro de Estudios de Sumaré.
19.30: Vigilia de oración con los jóvenes, en el Campus Fidei de Guaratiba. Discurso del Santo Padre.

Un viernes intenso
Francisco afirmó en la tarde del viernes que "cuando se pregunten porque hay hambre y tengan la respuesta estarán cerca de Dios", durante un almuerzo que mantuvo con una docena de peregrinos en el marco del Encuentro Mundial de la Juventud. En ese almuerzo participaron jóvenes de Brasil, Nueva Zelanda, Australia, Portugal, Francia, México, Estados Unidos, Sri Lanka, Rusia, Argentina, Colombia, quienes contaron a la prensa los detalles del encuentro con el Sumo Pontífice.

"Cuando llegamos estábamos todos nerviosos y como no hablábamos, nos preguntó que nos pasaba, y yo le contesté que `no todos los días se almuerza con el Papa`", señaló el argentino Marcelo Galeano quien definió a Francisco como un "pastor y un padre".

Luego una multitud acompañó en la noche del viernes sobre la avenida Atlántica, la principal de Copacabana, el Vía Crucis encabezado por el papa Francisco, durante la  XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, uno de los momentos más sugestivos de las JMJ, al que asisten varios cientos de miles de jóvenes de 190 países.

Como este viernes fue declarado feriado en esta ciudad, además de los peregrinos que llegaron para participar de la Jornada Mundial de la Juventud, los habitantes de Río de Janeiro no quisieron perderse la oportunidad de ver de cerca al primer papa latinoamericano.

Francisco partió en helicóptero desde la residencia Sumare donde se aloja, hasta el Fuerte de Copacabana, donde subido al papamóvil recorrió más de cinco kilómetros, hasta llegar al monumental escenario, donde al anochecer presidió el acto central.

El Papa advirtió, durante su mensaje tras la representación del Vía Crucis, que los jóvenes "perdieron su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción".

Asimismo, reconoció que también "han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio".

Además, afirmó que desde la época de Jesús hasta hoy "la cruz ha recorrido todos los continentes y ha atravesado los más variados mundos de la existencia humana".

"Me gustaría que resonasen en sus corazones tres preguntas: ¿Qué han dejado ustedes en la cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la cruz en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué nos enseña para nuestra vida esta cruz?", interpeló en su mensaje tras la representación del Vía Crucis en la playa de Copacabana.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Río de Janeiro, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso de Marta Mabel, de Córdoba, Argentina, que hace dos días partió de regreso a la casa del Padre celestial.

Pedimos oración por Mabel P., que vive en Maryland, USA, afectada de dolores crónicos y dificultades para moverse, rogando a Jesús que la toque con sus manos sanadoras.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

“Intimidad Divina”

Esperanza de la gloria

“El Padre de la gloria… ilumine los ojos de vuestro corazón, para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados, cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos” (Ef 1, 17-18). Sólo Dios puede dar a entender al cristiano la grandeza de su vocación a la esperanza que lo orienta sin más a la herencia de los santos, esto es, a la posesión beatificante de Dios en la vida eterna en comunión con toda la Iglesia triunfante. El cristiano es un hombre en camino hacia una meta ultraterrena; no tiene aquí morada permanente, su corazón no está atado a los bienes de la tierra, sino que se deshace de ellos, porque en la esperanza tiene “como una segura y sólida ancla de nuestra alma, que penetra más allá del velo [es decir, de los cielos], adonde entró por nosotros como precursor Jesús” (Hb 6, 19-20), a prepararnos un lugar en su gloria. Cuando la esperanza entra profundamente en la vida del cristiano, unifica todas sus aspiraciones y todos sus deseos, y los orienta hacia Dios. Entonces no queda lugar para mezquinas esperanzas terrenas: estima y aplauso de los hombres, vida más fácil y cómoda, pretensión d primeros puestos. El cristiano no desprecia las realidades terrenas, sino que se sirve de ellas y las valora con corazón libre; en vez de atarse a ellas, hace de ellas como una plataforma de lanzamiento para subir con mayor ímpetu a la conquista de Dios.

Hablando del testimonio de los laicos, dice el Vaticano II: “Se manifiestan como hijos de la promesa en la medida en que, fuertes en la fe y en la esperanza, aprovechan el tiempo presente y esperan con paciencia la gloria futura. Pero no escondan esa esperanza en el interior de su alma, antes bien manifiéstenla, incluso a través de estructuras de la vida secular, en una constante renovación y en un forcejeo “contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos” (Ef 6,12) (LG 35). El comportamiento del cristiano debe testimoniar que su esperanza no está encerrada en los estrechos límites de la vida terrena, que no se contenta, ni para sí ni para los demás, con el pan, la casa, el trabajo, la profesión o la estructura social más perfecta, sino que su eperanza va más allá apuntando a Dios por encima de todo bien terreno.

“Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los hombres”, dice San Pablo (1 Cr 15, 19). Pero en Cristo resucitado y glorificado la esperanza del cristiano alcanza el cielo. Y esta esperanza le infunde ánimo para afrontar no sólo las adversidades ordinarias de la vida, sino también, en caso necesario, las persecuciones y hasta el martirio. Sería entonces el momento de poner en práctica la exhortación de San Pedro, no escondiendo la propia esperanza, sino dando razón de ella a cara descubierta a cualquiera que lo pida. Las amenazas, los peligros y las adversidades no intimidan a quien ha puesto en Dios toda su esperanza, porque sabe que Dios puede hacerlo fuerte con su misma fortaleza y “que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros” (Rm 8, 18).

Dios mío tú quieres que te ame a ti más que a tus criaturas, y más a las cosas eternas que a las de este mundo, según está escrito: buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura… Haz que comprenda que mi fin es la eternidad y que las cosas del tiempo se me han dado en uso…  En cambio, muchas veces, buscando los bienes temporales, no me cuido de los premios eternos. Mas si buscase las cosas celestiales, mi fatiga sería ya fructífera, pues cuando el alma en oración suspira por tu belleza, Creador mío, inflamada de deseos divinos, se une a las realidades celestiales y se desapega de las cosas inferiores; en el gozo de su fervor se ensancha para mejor comprender, y comprendiendo se inflama. Amar las cosas de arriba es ya subir; y al aspirar con profundo deseo el hombre a las cosas celestiales, comienza ya de modo maravilloso a gustar lo mismo que pide recibir. (San Gregorio Magno)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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