PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2084 ~ Lunes
15 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Decía el gran científico Einstein: El problema de nuestro tiempo no es la bomba atómica sino el corazón
del hombre. ¡Nuestro corazón! Un corazón capaz de tener compasión de las
necesidades ajenas, un corazón capaz de imitar a Cristo, “el samaritano de toda
la humanidad”.
Dejemos que “el
cardiólogo” Jesús nos diga cómo anda nuestro corazón, nuestra capacidad de
compadecernos y amar. Escuchemos allí, en el corazón, su mandato: “Vé y haz tú también algo por los
necesitados”.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No penséis
que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.
Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la
nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es
digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su
vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a
vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me
ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta
recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo
recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de
estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa».
Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a
sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
(Mt 10,34--11,1)
Comentario
Hoy Jesús nos ofrece una mezcla explosiva de
recomendaciones; es como uno de esos banquetes de moda donde los platos son
pequeñas "tapas" para saborear. Se trata de consejos profundos y
duros de digerir, destinados a sus discípulos en el centro de su proceso de
formación y preparación misionera (cf. Mt 11,1). Para gustarlos, debemos
contemplar el texto en bloques separados.
Jesús empieza dando a conocer el efecto de su enseñanza.
Más allá de los efectos positivos, evidentes en la actuación del Señor, el
Evangelio evoca los contratiempos y los efectos secundarios de la predicación:
«Enemigos de cada cual serán los que conviven con él» (Mt 10,36). Ésta es la
paradoja de vivir la fe: la posibilidad de enfrentarnos, incluso con los más
próximos, cuando no entendemos quién es Jesús, el Señor, y no lo percibimos
como el Maestro de la comunión.
En un segundo momento, Jesús nos pide ocupar el grado
máximo en la escala del amor: «quien ama a su padre o a su madre más que a mí…»
(Mt 10,37), «quien ama a sus hijos más que a mí…» (Mt 10,37). Así, nos propone
dejarnos acompañar por Él como presencia de Dios, puesto que «quien me recibe a
mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mt 10,40). El efecto de vivir
acompañados por el Señor, acogido en nuestra casa, es gozar de la recompensa de
los profetas y los justos, porque hemos recibido a un profeta y un justo.
La recomendación del Maestro acaba valorando los pequeños
gestos de ayuda y apoyo a quienes viven acompañados por el Señor, a sus
discípulos, que somos todos los cristianos. «Y todo aquel que dé de beber tan
sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo...» (Mt
10,42). De este consejo nace una responsabilidad: respecto al prójimo, debemos
ser conscientes de que quien vive con el Señor, sea quien sea, ha de ser
tratado como le trataríamos a Él. Dice san Juan Crisóstomo: «Si el amor
estuviera esparcido por todas partes, nacerían de él una infinidad de bienes».
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Buenaventura
Obispo y Doctor de la Iglesia
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Compasivo con los animales
Grande es la
bondad de Dios que puso al hombre en medio de un escenario maravilloso: su
creación. Además de variadísimas especies de plantas, creó los animales,
siempre sorprendentes, en todas las zonas y paisajes de nuestro planeta.
Tratemos de no “hacer de la Tierra un Infierno para los pobres animales”.
San Martín de Porres, Hermano dominico, iba
un día camino del convento. En la calle divisó un perro sangrando por el cuello
y a punto de caer. Se dirigió a él y lo reprendió dulcemente:—Pobre viejo;
quisiste ser demasiado listo y provocaste la pelea. Mira ahora el espectáculo
que ofreces. Ven conmigo a ver si puedo remendarte. Fue con él al convento, lo
acostó en una esterilla de cáñamo, le revisó la herida y le aplicó sus
medicinas y ungüentos. Al cabo de una semana lo despidió con unas palmaditas en
el lomo, que él agradeció meneando la cola, y unos buenos consejos para el
futuro. —No vuelvas a las andadas —le dijo—, que ya estás viejo para pelear.
El filósofo
Arthur Schopenhauer escribió: “La compasión con los animales está íntimamente
ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que
quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una conmiseración
por todos los seres vivos es la prueba más firme y cierta de la conducta
moral”. Admiremos y respetemos la naturaleza.
Padre Natalio
La frase de hoy
“Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con
tu corazón.
En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con
el corazón”
San Pío de Pietrelcina
Tema del día:
Evangelización por Internet
“La Iglesia (…) no está llamada solamente a usar los
medios de comunicación para difundir el Evangelio sino, sobre todo hoy más que
nunca, a integrar el mensaje de salvación en la “nueva cultura” que estos
poderosos medios crean y amplifican. La Iglesia advierte que el uso de las
técnicas y tecnologías de comunicación contemporáneas forman parte de su propia
misión en el tercer milenio” (Juan Pablo
II, El rápido desarrollo, 2005, n.2).
1.- En el origen,
Cristo.
Jesús dice: “Id por todo el mundo y proclamad el
Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15).
Este es el mandato del que nace la llamada a la evangelización también en el
Continente Digital.
2.- Internet, un
“lugar”, no un medio.
La Red no es sólo un instrumento, es un lugar habitado.
Se trata de Evangelizar en Internet, no tanto de ‘usar’ Internet para
evangelizar.
3.- La clave, el
testimonio.
“Para la Iglesia el primer medio de evangelización
consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana…” (Evangelii Nuntiandi, n.41). Los
contenidos no evangelizan de modo auténtico si no los sostiene sino la forma en
que nos relacionamos, nuestro testimonio explícito del amor de Dios, en la Red.
4.- Nuestra
fuerza, la gracia.
“Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Sólo unidos a Cristo, viviendo una verdadera vida
cristiana, en fidelidad y amor a la Iglesia, el i-Misionero puede dar un fruto
abundante, rebosante y superar la tentación del desaliento y del activismo.
5.- Somos pueblo,
comunidad.
Tan impactante como el testimonio personal es el
testimonio comunitario. Una comunidad de testigos, acogedora y abierta, capaz
de acompañar hacia Cristo a los que se acercan tiene mucho más fuerza e impacto
para i-Evangelizar que los proyectos personales aislados.
6.- En todo, la
caridad.
La soberbia, la división y las críticas sin caridad entre
cristianos provoca un escandaloso espectáculo que engendra escepticismo, y a
veces hasta ateísmos. Construir Iglesia, pedir y trabajar la comunión, es una
urgencia si queremos ser apóstoles de Cristo y no esclavos del Malo que divide
también en la Red.
7.- Abiertos, para
todos.
i-Evangelizar exige abrirse al diálogo con una actitud
humilde a todos, no sólo a aquellos que acogen la fe de buen grado. El
i-Misionero permanece abierto y se acerca a aquellos que desconocen o están más
alejados.
8.- Lo importante
es el mensaje, no el mensajero.
Perseguir solo el tener más seguidores, amigos, visitas…
es una forma de idolatría. Debemos estar alertas para no dejarnos atrapar por
la fascinación del medio y que el mensaje cae en el olvido. El i-Misionero no
busca tener éxito personal sino dar los frutos del Reino.
9.- Por lo virtual
a lo presencial.
La i-Evangelización tiene su punto de partida en el mundo
digital, pero intenta traspasar sus fronteras y provocar el encuentro en el
mundo presencial. La i-Evangelización se verifica, se purifica y se potencia
con el encuentro presencial.
10.- Siempre
discípulos, siempre aprendiendo.
El Misionero siempre busca cuál es el lenguaje adecuado
para interpelar el corazón humano y anunciar a Cristo. La i-Evangelización
requiere formación y discernimiento continuos. Nunca debemos pensar que ya
tenemos la fórmula adecuada y estable. Para esto el Misionero necesita una
vivencia responsable de la fe y una formación continuada en el ámbito de la
comunicación y las nuevas tecnologías
(Material de internet)
Meditación breve
A veces estamos acostumbrados a decir oraciones ya hechas
y repetirlas muchas veces como en el rezo del Santo Rosario, y eso está muy
bien. Pero no debemos olvidar que a veces nos puede suceder que necesitemos
desahogar nuestro corazón con Dios de forma directa y sencilla, contándole lo
que nos pasa, e incluso rezando sin palabras, sino con una simple mirada al Señor,
a una imagen suya, o elevando los ojos al Cielo y también con llanto en los
ojos.
Tenemos que practicar este modo de oración personal con
Jesús, porque la oración nos ayuda a unirnos al Señor, y no interesa tanto con
qué oración nos unimos a Él, sino que lo que importa es que nos unamos, ya sea
de una manera o de otra.
Hay veces que estamos abatidos y no podemos rezar
oraciones hechas, y ni siquiera podemos hablar, por el gran dolor que nos
embarga o por el grave problema en que estamos. Es entonces cuando debemos
recostar la cabeza sobre el pecho de Jesús resucitado que está a nuestro lado
siempre, y descansar en él y tomar fuerzas de ese Corazón Sagrado, para seguir
en el combate de la vida y no claudicar ni ser arrastrados por el mal y la
desgracia, y recibir una caricia suya.
También habrá días en los que de tan cansados que estamos
no podemos ni elevar una oración al Señor. Pues bien, aunque no recemos
oraciones prefijadas, digámosle a Jesús, espontáneamente lo que sentimos, y así
estaremos rezando y muy bien.
Portal de Oración
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Sorlanda
N., que vive en Maracaibo, Venezuela, rogando que María Rosa Mística la
ayude en estos momentos, pues ha tenido
una recaída de la enfermedad que padece (Linfoma no Hodking).
Pedimos oración por Asunción,
que vive en Salamanca (España), tiene cáncer y ya le han suspendido la
quimioterapia pues ya no le hace efecto.
Pedimos oración por María
Angelina, quien vive en la ciudad de Guatemala, y está enferma del corazón,
por lo que rogamos a Nuestra Señora del Carmen que interceda para que Jesús la
sane, y le dé fe y esperanza a toda su familia.
Pedimos oración por Carlos,
de Buenos Aires, Argentina, que está muy grave por neumonía y diabetes, para
que Nuestra Señora de Lourdes lo proteja y pueda pasar este trance si es la
voluntad del Señor. También pedimos por la señora Elsa, de 88 años, que está pasando por problemas propios de su
edad, rogando que Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, de la cual es devota,
la cuide con su amor.
Pedimos oración por Paquita A., de Portoviejo, Ecuador, 40 años, madre de dos hijos, y enferma de cáncer de colon en estado muy avanzado, que según afirman los médicos sólo un milagro la puede salvar. Oramos al Señor Misericordioso para que si es Su voluntad le conceda esa gracia.
Pedimos oración por Paquita A., de Portoviejo, Ecuador, 40 años, madre de dos hijos, y enferma de cáncer de colon en estado muy avanzado, que según afirman los médicos sólo un milagro la puede salvar. Oramos al Señor Misericordioso para que si es Su voluntad le conceda esa gracia.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
Dios misericordioso y piadoso
Cuando se reveló a Moisés, Dios se declaró
“misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad, que
mantiene su amor por mil generaciones, que perdona la iniquidad, la rebeldía y
el pecado” (Ex 34, 6-7). El amor d dios al hombre asume una característica
particular, acorde a la debilidad del hombre,
la de la misericordia. La misericordia es el amor que se inclina hacia
los miserables para aliviarla, sanarla y enriquecerla. Dios, amor infinito,
quiere remediar la indigencia del hombre; con su bondad quiere sanar la
malicia, con su sabiduría la necedad, con su pureza la impureza, con su
fortaleza la fragilidad… La misericordia de Dios es tan grande, que ningún
pecado, ni siquiera el más ignominioso, con tal que sea llorado, puede agitarla
o detenerla. Sólo la voluntad soberbia del hombre, que se cierra en su miseria,
desdeñando la misericordia divina, tiene ese triste poder. El cántico de María
lo recuerda para admonición nuestra. El Señor “dispersa a los soberbios de corazón;
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos” (Lc 1, 51-53).
Con que deteste el hombre sus pecados, hallará
misericordia. Dios no rechaza a nadie por sus anteriores infidelidades, no le
rehusa su perdón, no le echa en cara su miseria, ni aun cuando haya caído luego
de haber sido perdonado. Aunque las criaturas condenen, Dios absuelve al
pecador y le despide justificado: “Vete y adelante no peques más” (Jn 8, 11).
La misericordia divina no puede ser nunca un pretexto para echarse a pecar,
sino una invitación a reconocer humildemente las propias culpas y a recurrir a
Dios con confianza plena. “No oculté mi culpa –declara el salmista–. Dije: Me
confesaré al Señor de mis rebeldías. Y tú me absolviste d culpa” (Sl 32, 5).
Entonces el perdón de Dios baja abundante y no sólo destruye el pecado, sino
devuelve la gracia y restituye la amistad divina.
Jesús ha completado con su ejemplo y su enseñanza la
revelación de la misericordia infinita de Dios, para concluir luego: “Sed
misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre” (Lc 6. 36). La medida de
nuestra misericordia con el prójimo será la medida de la misericordia de Dios
con nosotros, “Porque con la medida que midiereis, seréis medidos” (ib. 38).
Para derramar sobre el hombre la plenitud de su misericordia, no exige Dios que
sea impecable, sino que sea misericordioso con sus hermanos. Sólo así tiene el
hombre derecho a confiar totalmente en la misericordia divina, y ésta no le
será escatimada, y gozará de la felicidad de que habla el salmo: “¡Dichoso el
que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!” (Sl 32, 1).
¡Oh, eterna
misericordia!, que cubres los pecados de tus criaturas; no me maravillo que
digas de quienes salen del pecado mortal para retornar a ti: Yo no me acordaré
jamás de que me hayas ofendido. ¡Oh misericordia inefable! No me maravillo que
digas esto de quienes salen del pecado cuando dices refiriéndote a los que te
persiguen: Quiero que me roguéis por ellos, para que yo tenga con ellos
misericordia. ¡Oh misericordia, que nace de tu deidad, Padre Eterno, y que
gobierna con tu potencia el mundo entero! En tu misericordia fuimos creados; en
tu misericordia fuimos creados de nuevo en la sangre de tu Hijo. Tu
misericordia nos conserva. Tu misericordia puso a tu Hijo en los brazos de la
Cruz… La vida entonces derrotó a la muerte de nuestra culpa y la muerte de la
culpa arrancó la vida corporal al Cordero inmaculado. ¡Oh misericordia! El
corazón se pierde pensando en ti; a cualquier parte que me vuelva a pensar, no
hallo sino misericordia. ¡Oh Eterno Padre! Excusa mi ignorancia por haberme
atrevido a hablar en tu presencia; que el amor de tu misericordia me excuse por
ello delante de tu benignidad. (Santa Catalina de Siena, Diálogo.
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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