martes, 9 de julio de 2013

Pequeñas Semillitas 2078

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2078 ~ Martes 9 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
Hoy es el 197° aniversario de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Aquellos históricos congresales que se reunieron en una vieja casona de San Miguel de Tucumán, tuvieron entonces un propósito que fue la afirmación de la individualidad de una Nación latinoamericana que poco más adelante se denominaría República Argentina.
Hoy los argentinos recordamos esa fecha (no estamos en situación de “celebrar” nada) y estamos sumidos en una profunda crisis que abarca los más variados aspectos de este presente y compromete de un modo grave nuestro futuro, pero aunque tal vez no seamos hoy tan libres ni independientes, ni tan prósperos como nos soñaron aquellos próceres de ayer, igual somos una Nación, nos reconocemos como tal, y tenemos el firme compromiso de hacer todo lo necesario para alcanzar la plena libertad, la dignidad, y un futuro mejor para nuestros descendientes.
Parece una oportunidad propicia para recordar las palabras de Manuel Belgrano, creador de nuestra bandera: “La vida es nada si la libertad se pierde”.
Y también, citando a Ortega y Gasset, podríamos decir: “¡Argentinos, a las cosas! Déjense de cuestiones personales, de suspicacias, de narcisismos. No imaginan ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas las potencias espirituales que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por lo complejo de lo personal”.
En “Pequeñas Semillitas”, página sobre temas de interés general con orientación católica, vamos a pedir a la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, todas sus bendiciones para nuestra Patria y que Dios Misericordioso haga de nuestro suelo un lugar de paz, prosperidad, trabajo, justicia, igualdad y futuro, tal como lo soñaron aquellos patriotas de los primeros años del siglo XIX.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
(Mt 9,32-38)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos habla de la curación de un endemoniado mudo que provoca diferentes reacciones en los fariseos y en la multitud. Mientras que los fariseos, ante la evidencia de un prodigio innegable, lo atribuyen a poderes diabólicos —«Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios» (Mt 9,34)—, la multitud se maravilla: «Jamás se vio cosa igual en Israel» (Mt 9,33). San Juan Crisóstomo, comentando este pasaje, dice: «Lo que en verdad molestaba a los fariseos era que consideraran a Jesús como superior a todos, no sólo a los que entonces existían, sino a todos los que habían existido anteriormente».
A Jesús no le preocupaba la animadversión de los fariseos, Él continuaba fiel a su misión. Es más, Jesús, ante la evidencia de que los guías de Israel, en vez de cuidar y apacentar el rebaño, lo que hacían era descarriarlo, se apiadó de aquellas multitudes cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor. Que las multitudes desean y agradecen una buena guía quedó comprobado en las visitas pastorales del Papa Juan Pablo II a tantos países del mundo. ¡Cuántas multitudes reunidas a su alrededor! ¡Cómo escuchaban su palabra, sobre todo los jóvenes! Y eso que el Papa no rebajaba el Evangelio, sino que lo predicaba con todas sus exigencias.
Todos nosotros, «si fuéramos consecuentes con nuestra fe, —dice san Josemaría Escrivá— al mirar a nuestro alrededor y contemplar el espectáculo de la historia y del mundo, no podríamos menos de sentir que se elevan en nuestro corazón los mismos sentimientos que animaron al de Jesucristo», lo cual nos conduciría a una generosa tarea apostólica. Pero es evidente la desproporción que existe entre las multitudes que esperan la predicación de la Buena Nueva del Reino y la escasez de obreros. La solución nos la da Jesús al final del Evangelio: rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a sus campos (cf. Mt 9,38).
Rev. D. Joan SOLÀ i Triadú (Girona, España)

Santoral Católico:
Nuestra Señora de Itatí
Patrona de Corrientes, Argentina
Información amplia: clic acá

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
Patrona de Colombia
Información amplia: clic acá 

Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

“A mí me lo hicieron”

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “disculpar, soportar y esperar sin límites”.

Cuando llegaban voluntarios a la puerta de la casa de Madre Teresa para compartir con ella y las hermanas la ayuda a los más necesitados, solía decirles con las manos bien abiertas: “Lo primero que deben aprender es qué son los cinco dedos. Significan cinco palabras dichas por Jesús a sus discípulos: “A mí me lo hicieron”. Es decir, cada vez que hagan esto a uno de mis pequeños, es como si me lo hicieran a mí. No lo olviden. El agonizante cubierto de gusanos entre la inmundicia de Calcuta es Cristo mismo, así como lo es el niño leproso, el enfermo de Sida rechazado por su familia, el joven que muere en las aceras de
Nueva York, víctima de una sobredosis”.

Hay personas pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. Yo conozco personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Conozco todas esas personas… y su secreto es amar.
Padre Natalio

Palabras del Papa Francisco

"El peor riesgo, la peor enfermedad, es homogeneizar el pensamiento, el autismo del intelecto, del sentimiento, que nos lleva a concebir las cosas dentro de mi burbuja, por eso es importante recuperar la alteridad y el diálogo para no malversar. Sin diálogo vamos a terminar diciendo ‘se nos murió la Patria’… y es muy triste ser huérfanos de Patria"

"[Hay que] terminar con la crispación social… superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males… desde hace años el país no se hace cargo de la gente"
Cardenal Bergoglio
Hoy Papa Francisco

Tema del día:
Ama y haz lo que quieras

"Ama y haz lo que quieras" (San Agustín)

Mientras ames a Cristo y por Cristo a los hombres y por Cristo a la vocación de cristiano o de consagrado, puedes hacer lo que quieras; el amor te mantendrá en el justo orden.

Si se dice a la inversa: "Haz lo que quieras y no ames", estarás perdido; perdido estuviste tantas veces por querer hacer tu vida sin amor, perdido estás ahora por querer hacer y hacer, y no darte tiempo para amar.

Amar a Cristo es tarea sencilla. Se logra con los detalles de cada día. Sumados todos los pequeños sacrificios de una jornada, forman una gran cosecha. A veces hace uno las cosas, las tiene que hacer, pero el amor brilla por su ausencia; tantas otras el amor se supone, pero no existe, y las más, existe moribundo, enclenque, enflaquecido, que da pena.

Eres lo que amas, vives o mueres del corazón.

"Ama y haz lo que quieras": entonces, ama y despreocúpate de todo. Cada día es una oportunidad de amar, cada día debes verlo con la ambición, con la ilusión del enamorado, que no se conforma con un amorcillo cualquiera, sino que sólo descansa en el amor eterno y en el amor total.

El amor es la respuesta, amor apasionado, amor gigante al Gigante del amor. Si dejas de amar, nadie te salva, pero, si el amor vigila, no hay porqué temer.

Tienes un peligro ante la vista, el tomar los propósitos con estilo militar, el olvidarte del amor por anclarte en el hacer. Por amor te levantas y por amor te acuestas, por amor luchas y trabajas y por amor, descansas. La oración te lanza al amor y el apostolado lo haces por amor. Si el amor en ti es más fuerte que la muerte, también tú podrás gritar: "¿Quién me arrancará del amor a Cristo?"

"Ama y haz lo que quieras". No quieras complicar tu trabajo por las almas ni la vida misma, debes concentrarte en este sólo amar con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Pregúntate al despertar cada mañana: ¿De qué nueva forma voy a amar a Cristo? No seas prisionero de la rutina o del cansancio: algo nuevo, vivo, fresco debes encontrar cada día, que transforme esa jornada en una aventura.

"Ama y haz lo que quieras": Ama cuando rezas, cuando trabajas en el colegio o en la oficina, cuando te encierras en tu cuarto, cuando conduces el coche o caminas por los campos.

¡Ama! Ama todo lo que puedas, pon tu corazón a mil revoluciones; el amor, verás, terminará con todas tus cadenas, las cadenas antiguas que te hicieron agonizar en la mazmorra. El amor te llevará a la cumbre de la santidad, el amor te volverá intrépido en la batalla del Reino; ama y despreocúpate; pero, cuidado con los enemigos del amor. Si tu amor muere, habrás muerto tú, y asistirán a tu sepultura, la sepultura de tus grandes ideales, las pasiones guiadas por el Padre de la mentira.
Autor: P Mariano de Blas LC
Fuente: Catholic.net

Ama y haz lo que quieras

Si callas, callarás con amor,
si gritas, gritarás con amor,
si corriges, corregirás con amor,
si perdonas, perdonarás con amor.

Si está dentro de tí
la raíz del amor,
ninguna otra cosa sino el bien
podrá salir de tal raíz.

San Agustín

Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma del Obispo Emérito de Iguazú, Argentina, Mons. Joaquín Piña Ballevel SJ, que ayer fue llamado por el Padre celestial a su morada definitiva.

Pedimos oración por Liliana Z., de Bánfield, Buenos Aires, Argentina, que tiene un “bulto” en una mama y se ha realizado los estudios correspondientes para ir a la consulta con su médico dentro de unos días. Le pedimos a la Virgen y al Sagrado Corazón de Jesús que la acompañen para que todo sea benigno si así es Su santa voluntad.

Pedimos oración por Emilio, de Buenos Aires, Argentina, tío en el cariño del autor de esta página, que ha tenido complicaciones infecciosas luego de serle implantado un marcapasos cardíaco y será operado mañana. Que por la intercesión de San Juan Pablo II, el Señor Misericordioso le conceda a Emil una buena cirugía y una pronta recuperación, mientras la Virgen de Lourdes acompaña a María Rosa, su querida esposa, en estos momentos difíciles.

Pedimos oración por la salud y la pronta recuperación de Ana Silvia y sus mellizas Miranda y Regina, nacidas en San Salvador, El Salvador, el pasado 6 de julio. Que la Sagrada Familia de Nazaret las proteja y haga descender sobre ellas la bendición de Jesús.

Pedimos oración por la salud de la señora Bertha A. G. V., que vive en Lima, Perú, para que el Señor atienda amorosamente sus necesidades físicas y espirituales. 

Pedimos oración por Antonia, de 64 años, de Santa Fe, Argentina, que está sufriendo mucha angustia por su situación familiar, debido al fallecimiento de su esposo y de su madre. Rogamos a Jesús, el Señor de la vida, le conceda la gracia de recuperarse. 

Pedimos oración por el niño Franco, 11 años, de Argentina, que tuvo un accidente grave, ha estado en coma y su estado sigue siendo muy delicado. Que el Niño Jesús lo acompañe, lo sostenga y la Virgen Santísima fortalezca a su familia en este trance.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

Oración por la Patria

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

“Intimidad Divina”

“Dios no se muda”

Todo lo que ha sido creado está sujeto a mutación, variación, progreso, regresión y, en fin, a la muerte. Sólo Dios, vida increada, permanece eternamente sin variación alguna. La tierra y los cielos “perecerán –canta el salmista–, mas tú quedas… Tú siempre el mismo, no tienen fin tus años” (Sl 102, 27-28). Y San Agustín precisa: “Tus años son como un solo día, Señor; y no como un día que poco a poco se renueva, sino como un hoy inmutable, un hoy sin ayer y sin mañana”. En Dios no hay sucesión de tiempo, sino un eterno presente. El hombre, justamente porque es limitado, es sumamente mudable: varían sus opiniones, sus gustos, sus deseos; cambia su voluntad. En Dios no hay nada de esto: “Yo, el Señor, no cambio” (Ml 3, 6). No cambia su pensamiento porque su sabiduría divina es inmutable, abarcando a un tiempo toda la verdad y sólo la verdad; no cambia su voluntad, porque es una infinita voluntad de bien, que quiere siempre e indefectiblemente el bien supremo, absoluto e infinito.

“Dios –dice San Agustín– fue en los siglos pasados, es en el tiempo presente y será en el futuro. Fue, porque nunca dejó de ser; será, porque nunca dejará de ser; es, porque siempre es” (In Jo 99, 5). Es un hermoso comentario a la conocido proposición: “Dios siempre ha sido y siempre será; es eterno”. La eternidad de Dios “es la posesión entera, perfecta y simultánea de una vida interminable”… Vida plena y perfecta que subsiste por sí misma con un poder, un vigor y una perfección infinita; vida interminable que no tiene principio ni tiene fin, que no es susceptible de ninguna sucesión ni de ningún cambio, porque Dios posee la plenitud de su vida infinita “tota simul”, simultáneamente es un eterno presente. La inmutabilidad y eternidad de Dios no son, pues, algo materialmente estático y fijo con la inmovilidad de la materia, que supone negación más bien que afirmación, sino que son la característica de la vitalidad máxima y la plenitud de una vida infinita y perfectísima en la que no es posible ningún cambio, porque tiene en sí toda la perfección que puede existir.

El hombre, ser limitado, mudable y mortal, vive en el tiempo y está sujeto al acontecer del tiempo, pero con todo no está creado para el tiempo sino para la eternidad. Dios lo ha destinado a participar un día en su inmutabilidad y eternidad divinas; debe por lo tanto vivir orientado a su destino eterno, sin dejarse atrapar o detener por lo que es caduco y contingente. El Vaticano II exhorta: “Es necesario, según la amonestación del Señor, que velemos constantemente, para que, terminado el único plazo de nuestra vida terrena, merezcamos entrar con él a las bodas y ser contados entre los elegidos, y no se nos mande, como a siervos malos y perezosos, ir al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y rechinar de dientes” (Mt 22, 13; 25, 30) (LG 48). Para el cristiano el tiempo tiene la función de preparar la felicidad eterna.

Señor, tú eres siempre el mismo y tus años no mueren. Tus años ni van ni vienen, al contrario de estos nuestros que van y vienen, para que todos puedan ser. Tus años existen todos juntos, porque son estables; y no son excluidos los que van por los que vienen, porque no pasan; en cambio, los nuestros llegan a ser todos cuando ninguno de ellos existe ya. Tus años son un día, y tu día no es un cada día, sino un hoy, porque tu hoy no cede el paso al mañana ni sucede al día de ayer. Tu hoy es la eternidad. Mas ahora mis años se pasan en gemidos, mientras tú, consuelo mío, Señor y Padre mío, eres eterno. Yo, en cambio, ignoro, y mis pensamientos –las entrañas íntimas de mi alma– son despedazados por tumultuosas mudanzas, hasta que, purificado y derretido en el fuego de tu amor, sea fundido en ti. Señor, Dios mío, ¿cuál es el abismo de tu profundo secreto? ¡Y qué lejos de él me arrojaron las secuelas de mis pecados! Sana mis ojos y yo me gozaré con tu luz… Tú eres inmutablemente eterno… Pues así como conociste desde el principio el cielo y la tierra sin mutación alguna en tu conocimiento, así hiciste en el principio el cielo y la tierra, sin que en tu obra hubiese distinción. Quien entiende esto, que te alabe, y quien no lo entiende, que te alabe también. ¡Oh, qué excelso eres! Con todo, los humildes de corazón son tu morada. Porque tú levantas a los abatidos y no caen porque tú eres su elevación. (San Agustín, Confesiones)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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