PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2085 ~ Martes
16 de Julio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Dices que no tienes tiempo y es cierto. Además, el poco
que tienes lo empleas en sonseras y resulta que luego te quedas vacío y triste.
Mientras, a tu alrededor la vida fluye imparable e incontenible. No puedes
retenerla como el agua entre las junturas de tus dedos. Envidias a otros que la
aprovechan para sus logros, que a ti se te escapan. Lo peor de todo es que el
tiempo “mal-gastado” no se recupera. Son tantas y diversas las opciones que se
te presentan a diario que no las puedes abarcar. A veces, hasta llegas a
agobiarte por no lograr lo que con ilusión te propones…
Mira, te doy un consejo de buen amigo. No pretendas saber
ni estar enterado de todo lo que pasa, ni siquiera de muchas cosas. El mundo es
inmenso y tú muy pequeño y limitado. Busca un rato de silencio y te encontrarás
a ti mismo. Esto es lo importante. Solo una cosa necesitas: vivir en Dios y
como Dios te pide.
Tu tiempo es tu vida. Si lo pierdes, pierdes tu vida.
“Cada día tiene su afán”. ¿Merece la pena vivir estresado y tan aceleradamente?
Respóndete y desde ya empieza a saborear la vida dándote a Dios y a los que te
necesitan. Solo así vivirás feliz. Quien tiene a Dios, nada le falta. Solo Dios
basta.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se puso a maldecir a las ciudades
en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían
convertido: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha
que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del
Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm,
¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en
Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría
el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la
tierra de Sodoma que para ti».
(Mt 11,20-24)
Comentario
Hoy, Cristo reprende a dos ciudades de Galilea, Corozaín
y Betsaida, por su incredulidad: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!
Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en
vosotras, (...) se habrían convertido» (Mt 11,21). Jesús mismo da testimonio en
favor de las ciudades fenicias, Tyro y Sidón: éstas hubieran hecho penitencia,
con gran humildad, de haber experimentado las maravillas del poder divino.
Nadie es feliz recibiendo una buena reprimenda. En
efecto, tiene que ser especialmente doloroso ser reprendido por Cristo, Él que
nos ama con un corazón infinitamente misericordioso. Simplemente, no hay
excusa, no hay inmunidad cuando uno es reprendido por la mismísima Verdad.
Recibamos, pues, con humildad y responsabilidad cada día la llamada de Dios a
la conversión.
También notamos que Cristo no se anda con rodeos. Él
situó a su audiencia frente a frente ante la verdad. Debemos examinarnos sobre
cómo hablamos de Cristo a los demás. A menudo, también nosotros tenemos que
luchar contra nuestros respetos humanos para poner a nuestros amigos frente a
las verdades eternas, tales como la muerte y el juicio. El Papa Francisco,
conscientemente, describió a san Pablo como un “alborotador”: «El Señor siempre
quiere que vayamos más lejos... Que no nos refugiemos en una vida tranquila ni
en las estructuras caducas (…). Y Pablo, molestaba predicando al Señor. Pero él
iba hacia adelante, porque tenía dentro de sí aquella actitud cristiana que es
el celo apostólico. No era un “hombre de compromiso”». ¡No rehuyamos nuestro
deber de caridad!
Quizá, como yo, encontrarás iluminadoras estas palabras
de san Josemaría Escrivá: «(…) Se trata de hablar en sabio, en cristiano, pero
de modo asequible a todos». No podemos dormirnos en los laureles —acomodarnos—
para ser entendidos por muchos, sino que debemos pedir la gracia de ser
humildes instrumentos del Espíritu Santo, con el fin de situar de lleno a cada
hombre y a cada mujer ante la Verdad divina.
Fr. Damien LIN Yuanheng
(Singapur, Singapur)
Santoral Católico:
Nuestra Señora del Carmen
Advocación Mariana
Memoria de la
Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió
que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más
tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica,
dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa,
que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el
Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la
Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes
18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII,
cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía
una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de
Benedicto XVI, 15-VII-06:
"El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la
costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus
faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre
de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes
de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos
la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de
Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que
cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la
Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith
Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la
Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de
contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo
insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la
cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra,
«llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y
vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo
deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el
mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo
el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude
a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del
Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica,
dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí
la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las
aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se
vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice
que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina
y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre
conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella
junto al mar.
Los Carmelitas y
la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del
Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella
acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los
Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven
el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de
Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se
consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un
recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó
particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
España
Entre los lugares en que se venera en España la Virgen
del Carmen como patrona está Beniaján, Murcia.
América
Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región
de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del
2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más
de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.
¿Quieres saber más? Consulta acá: Nuestra Señora del Carmen
Fuente: Catholic.net
El Escapulario del Carmen
En la historia de la piedad mariana se destaca la
devoción al Escapulario de la Virgen del Carmen. Su difusión es verdaderamente
universal y sin duda se le aplican las palabras conciliares sobre las prácticas
y ejercicios de piedad "recomendados a lo largo de los siglos por el
Magisterio".
El Escapulario del Carmen es una forma reducida del
hábito religioso de la Orden de Hermanos de la bienaventurada Virgen del Monte
Carmelo: se ha convertido en una devoción muy extendida e incluso más allá de
la vinculación a la vida y espiritualidad de la familia carmelitana, el
escapulario conserva una especie de sintonía con la misma.
El Escapulario del Carmen es un signo exterior de la
relación especial, filial y confiada, que se establece entre la Virgen, Reina y
Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a ella con total entrega y
recurren con toda confianza a su intercesión maternal; recuerda la primacía de
la vida espiritual y la necesidad de la oración.
El Escapulario del Carmen se impone con un rito
particular de la Iglesia, en el que se declara que "recuerda el propósito
bautismal de revestirse de Cristo, con la ayuda de la Virgen Madre, solícita de
nuestra conformación con el Verbo hecho hombre, para alabanza de la Trinidad,
para que llevando el vestido nupcial, lleguemos a la patria del Cielo".
La imposición del Escapulario del Carmen, como la de
otros escapularios, "se debe reconducir a la seriedad de sus orígenes: no
debe ser un acto más o menos improvisado, sino el momento final de una
cuidadosa preparación, en la que el fiel se hace consciente de la naturaleza y
de los objetivos de la asociación a la que se adhiere y de los compromisos de
vida que asume".
Quienes reciben la imposición de este Escapulario y lo
visten habitualmente, necesitan saber las razones que la iglesia ha tenido para
autorizarlo y recomendarlo, bendiciendo e indulgenciando a sus devotos.
De este modo lograrán que les sirva de medio en su
perfeccionamiento en la fe de Cristo y alcanzarán con más facilidad la
saludable ayuda de la Virgen Santísima, Madre espiritual y medianera de todas
las gracias, a la que pretenden honrar. Ella, a los que vivan esta común
consagración carmelitana, significada en el Escapulario, los conducirá a una
más plena participación de los frutos del Misterio Pascual.
El Escapulario es un símbolo de la protección de la Madre
de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María. Nos lo dio La
Santísima Virgen. Se lo entregó al General de la Orden del Carmen; San Simón
Stock, según la tradición, el 16 de julio de 1251, con estas palabras: «Toma
este hábito, el que muera con él no padecerá el fuego eterno».
Alude a este hecho el Papa Pío XII cuando dice: «No se trata de un asunto de poca
importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa
hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen».
¡Buenos días!
Decisión y voluntad
“Un día Tamerlán,
conquistador tártaro, sufrió una seria derrota que lo deprimió a tal punto que
se encerró en su tienda. Pasaba las horas rumiando su desgracia y pensaba ya
desistir de su ambicioso plan, cuando se fijó en una hormiga que subía por la
lona de su carpa. Con un palito tiró al suelo la hormiga. Pero el insecto de
inmediato volvió a subir. El rey tártaro insistió en arrojarla otra vez al suelo.
- Uno no cae en el combate, sino cuando ha
dejado caer antes su ánimo (San Agustín).
- Un ejército está vencido a partir del
momento en que se cree vencido (Napoleón).
- Es maravilloso el número de cosas
imposibles que la gente decidida logra realizar.
- Nosotros deberíamos formar parte de ese
equipo (Raúl Plus).
- No se duerman pensando que una cosa es
imposible; podría despertarlos el ruido que otro hace al realizarla (Refrán
americano).
- La perseverancia es el alto precio que hay
que pagar por todas las conquistas de este mundo. Todo lo más grande en
cualquier ámbito se ha conseguido por una ardiente constancia (Ignacio
Larrañaga).
Sin desanimarse
la hormiga empezó de nuevo su ascensión. El rey se obstinó en proyectarla al
piso una y otra vez, hasta 80 veces. El rey se maravilló por la perseverancia
demostrada por aquel pequeño insecto y, recapacitando, se dijo: "La
imitaré y venceré". Y el rey tártaro se levantó, reorganizó su ejército, y
siguió con renovado empuje la invasión proyectada. Fue un conquistador invencible”.
¿Estás convencido del valor de la constancia?
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“Queridos hermanos y hermanas, los encomiendo a la
protección materna de la Virgen María – que pasado mañana honraremos con la
advocación de la Virgen del Monte Carmelo – para que puedan desempeñar sus
diferentes tareas de forma útil y serena. ¡Que Nuestra Señora vele siempre por
ustedes y sus familias! ¡No se olviden, también ustedes recen por mí - lo
necesito ¿eh?- y por mi servicio! Les renuevo mi gratitud a cada uno y los
bendigo de corazón. ¡Gracias!”
Papa Francisco
Ángelus del domingo pasado
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de Adrián, de Guayaquil, Ecuador, que ayer ha cumplido 14 años. Que la
Virgen del Carmen lo proteja siempre en su vida.
Pedimos oración por María
Angelina, que vive en Guatemala, y está enferma del corazón, para que Dios
Nuestro Señor la sane y le de fortaleza para seguir adelante. También
solicitamos oración por el padre José
Luis Colmenares, de Guatemala, y que fue operado de sus ojos para que se
reponga y pueda seguir sirviendo en su iglesia con la ayuda de Nuestra Señora
del Carmen.
Pedimos oración por Kenia
G., originaria de Nicaragua y que está residiendo en Francia, sin papeles,
por lo que tiene dificultades de empleo y de mantenimiento. Rogamos a Jesús que
las personas que pueden hacerlo abran su corazón tal como lo pide el Papa
Francisco, para derribar fronteras y dar acogida a los inmigrantes en todos los
países del mundo.
Pedimos oración por Miguel
y Juan Luis, de Guatemala, ambos con
problemas digestivos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
Nuestra Señora la
Virgen María del Monte Carmelo
María es en verdad “gloria y orgullo de nuestra raza”,
honrada no sólo por los Carmelitas sino por innumerables fieles esparcidos por
el mundo como Reina y hermosura del Carmelo. Su culto bajo esta advocación se
remonta a los orígenes de la Orden carmelitana, cuya tradición lo relaciona con
la nube blanca divisada desde la cumbre del Carmelo mientras el profeta Elías
suplicaba a Dios pusiese fin a una larga sequía. En esa nubecilla semejante “a
la palma de un hombre” (1 Re 18, 44) que subía del mar y cubría rápidamente el
cielo de grandes nubarrones preñados de lluvia, se reconoció una figura de la
Virgen María, la cual, dando el Salvador al mundo, fue portadora del agua
vivificante de la gracia. Sus hijos se complacen en aplicarle, junto con la
Liturgia, el cántico del profeta: “Me llena de gozo el Señor, mi alma se alegra
con mi Dios, porque me ha vestido un traje de triunfo, me ha cubierto con
túnica de justicia” (Is 61, 10). Estas palabras, que son como un preludio del Magnificat, expresan muy bien el
reconocimiento de la Virgen por los privilegios de que Dios la ha adornado,
preparándola a ser madre de su Hijo divino. De ella, en efecto, como de un
jardín maravilloso, “hará germinar la justicia” (ib. 11), este es, a Jesús, “al
cual hizo Dios para nosotros… justicia, santificación y redención” (1 Cr 1,
30).
María no retiene celosamente para sí sola los dones
insignes de que ha sido enriquecida, sino hace participantes de ellos a todos
los hombres; a todos ha dado a Jesús y a todos quiere revestir con su “traje de
triunfo” y su “túnica de justicia”, o sea de la gracia merecida por su Hijo.
Este es el significado del escapulario de la Virgen del Carmen, símbolo
expresivo de su acción maternal en favor de cuantos le son devotos y la eligen
por patrona espiritual. Los primeros
ermitaños del Carmelo que construyeron en medio de sus celdas un oratorio
dedicado a Santa María, honraban a la Madre de Dios como modelo perfecto de su
vida contemplativo-apostólica. Desde entonces la Virgen María del Monte Carmelo
fue considerada como tipo y reclamo luminoso de comunión íntima con Dios y de
penetración amorosa de los divinos misterios, lo cual está en perfecta sintonía
con el Evangelio que la presenta tana frecuentemente en oración. En la
anunciación del ángel, en la visita a Isabel, en el nacimiento de Jesús, en el
templo cuando ofrece al Hijo o cuando lo encuentra entre los doctores de la
Ley, en las bodas de Caná, al pie de la cruz o en el cenáculo, María siempre
aparece en oración.
Su actitud orante representa al vivo el ideal del
Carmelo, el cual, siguiendo las huellas de María, pone la oración en el centro
de su vida como medio esencial de unión con Dios y de apostolado fecundo. Por
ese motivo el Carmelo está todo lleno de María y vuelto constantemente a ella
como a Madre, modelo y guía de la vida de oración. Pero el aspecto de la
oración de María más especialmente considerado y amado en el Carmelo es el
asumido por ella al pie de la Cruz, cuando Jesús agonizante la proclama Madre
de los hombres diciendo a Juan y en él a todo creyente: “Ahí tienes a tu madre”
(Jn 19, 27). En aquel momento la oración a María alcanza la cumbre de la
oblación sacrificial: ofrece a su Hijo amadísimo al Padre por la salvación de
los nuevos hijos confiados a su amor materno; y en la oblación del Hijo va
incluida la suya propia íntimamente asociada a su pasión. Revivir la oración de
María significa acompañar la propia
oración con el sacrificio de sí, hasta transformarla en oblación de sí mismo
juntamente con la de la Madre bendita y con la de su Hijo divino. Esta es la
oración que, como la de María, atrae al Espíritu Santo sobre la Iglesia,
impetra gracia y salvación para toda la humanidad y da gloria a Dios.
¡Cuán familiar del
Señor fuiste hecha, oh Madre nuestra! ¡Cuán próxima, o mejor cuán íntima
mereciste ser hecha! ¡Cuánta gracia hallaste en Dios! En ti está y tú en él, a
él le viste y eres revestida por él. Le vistes con la sustancia de la carne y
él te viste con la gloria de la majestad suya. Vistes al sol de una nube y eres
vestida del sol… Y ahora, oh Madre de misericordia, postrada humildemente a tus
pies, como la luna, te ruega la Iglesia con devotísimas súplicas que, pues
estás constituida mediadora entre ella y el Sol de la justicia, por aquel
sincerísimo afecto de tu alma le alcances la gracia de que en tu luz llegue a
ver la luz de ese resplandeciente Sol, que te amó verdaderamente más que a
todas las demás criaturas y te adornó con las más preciosas galas de la gloria,
poniendo en tu cabeza la corona de hermosura. Llena estás de gracia, llena de
celestial rocío, sustentada por el Amado y rebosando delicias. Alimenta hoy,
Señora, a tus pobres; los mismos cachorrillos también coman de las migajas que
caen de la mesa, dales de beber de tu copiosa hidria. (San Bernardo)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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