lunes, 25 de febrero de 2013

Pequeñas Semillitas 1964


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1964 ~ Lunes 25 de Febrero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará. La medida que uséis, la usarán con vosotros”
Abre mi corazón cerrado Señor, sánalo de sus miserias, para que no mire a los demás con ojos crueles o indiferentes, sino comprensivos, generosos; así como tú me miras comprendiendo mi debilidad  y llenándome de tus dones.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
(Lc 6,36-38)

Comentario
Hoy, el Evangelio de Lucas nos proclama un mensaje más denso que breve, ¡y eso que es muy breve! Lo podemos reducir a dos puntos: un encuadramiento de misericordia y un contenido de justicia.
En primer lugar, un encuadramiento de misericordia. En efecto, la consigna de Jesús sobresale como una norma y resplandece como un ambiente. Norma absoluta: si nuestro Padre del cielo es misericordioso, nosotros, como hijos suyos, también lo hemos de ser. Y el Padre, ¡es tan misericordioso! El versículo anterior afirma: «(...) y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos» (Lc 6,35).
En segundo lugar, un contenido de justicia. En efecto, nos encontramos ante una especie de “ley del talión” en las antípodas de (inversa a) la rechazada por Jesús («Ojo por ojo, diente por diente»). Aquí, en cuatro momentos sucesivos, el divino Maestro nos alecciona, primero, con dos negaciones; después, con dos afirmaciones. Negaciones: «No juzguéis y no seréis juzgados»; «No condenéis y no seréis condenados». Afirmaciones: «Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará».
Apliquémoslo concisamente a nuestra vida de cada día, deteniéndonos especialmente en la cuarta consigna, como hace Jesús. Hagamos un valiente y claro examen de conciencia: si en materia familiar, cultural, económica y política el Señor juzgara y condenara nuestro mundo como el mundo juzga y condena, ¿quién podría sostenerse ante el tribunal? (Al volver a casa y leer el periódico o al escuchar las noticias, pensamos sólo en el mundo de la política). Si el Señor nos perdonara como lo hacen ordinariamente los hombres, ¿cuántas personas e instituciones alcanzarían la plena reconciliación?
Pero la cuarta consigna merece una reflexión particular, ya que, en ella, la buena ley del talión que estamos considerando deviene de alguna manera superada. En efecto, si damos, ¿nos darán en la misma proporción? ¡No! Si damos, recibiremos —notémoslo bien— «una medida buena, apretada, remecida, rebosante» (Lc 6,38). Y es que es a la luz de esta bendita desproporción que somos exhortados a dar previamente. Preguntémonos: cuando doy, ¿doy bien, doy mirando lo mejor, doy con plenitud?
Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)


Santoral Católico:

San Luis Versiglia
Obispo y Mártir

San Calixto Caravario
Presbítero y Mártir

Junto al río Beijiang, cerca de la ciudad de Shiuchow, en la provincia china de Guanddong, los santos mártires Luis Versiglia, obispo, y Calixto Caravario, presbítero, de la Sociedad Salesiana, sufrieron el martirio por causa de su acción pastoral en favor de las personas que les estaban confiadas (1930). Ambos fueron canonizados por Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000.

Para conocer más sobre sus biografías:

San Luis Versiglia  hacer clic acá.
San Calixto Caravario hacer clic acá.

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

La hormiga y el escarabajo

Las obligaciones asumidas constituyen lo que Dios espera de ti, porque son la expresión concreta de su voluntad. Son esas exigencias de la vida familiar, de tu trabajo o profesión, de las relaciones humanas que te envuelven. La paz y la felicidad no surgen de algunas grandes y espectaculares actuaciones, sino del cumplimiento de los deberes de cada día.

Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga: —Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento. (Esopo).

Aprecia la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar el tiempo, de concentrarte en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, y así crecerás en esta virtud con traje de faena.

Padre Natalio


La frase de hoy

“Queridos hermanos y hermanas: en este momento de mi vida el Señor me llama a "subir al monte", a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, al contrario, si Dios me pide esto es justamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero en un modo más adecuado a mi edad y mis fuerzas. Invoquemos la intercesión de la Virgen María: Ella nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa”

Benedicto XVI
Ángelus 24-Feb-2013


Tema del día:
Un rico legado por herencia


1) Para saber

En una de nuestras reflexiones pasadas acudíamos a una de las últimas intervenciones del Papa Benedicto XVI donde se cuestionaba cómo hablar de Dios hoy en día, cómo anunciar el Evangelio en nuestro tiempo. Y se consideraba que, para hablar de Dios, se requiere tener familiaridad con Él, tratarlo en la oración.

Ahora el Papa nos indica el camino a seguir: el de la humildad que Jesús mismo vivió. Dios, al hacerse uno de nosotros, vivió la humildad en la casa de Nazaret y en la gruta de Belén, y nos mostró el gran amor de Dios. En la medida en que seamos humildes, conoceremos mejor a nosotros y a Dios y lo podremos mostrar fidedignamente a los demás.

2) Para pensar

El Papa no solo nos ha dicho que la humildad es la manera más apropiada para mostrar a Dios, sino que él mismo la ha vivido. Estando cierto de quien es Dios y es quien gobierna la Iglesia como Pastor eterno, nos ha dejado el ejemplo de una gran humildad al saberse apartar.

Así como nuestro Señor Jesucristo en todo momento cumplió la voluntad de su Padre, aunque eso le traía enemistades, tanto que lo llevaron a ser crucificado, ahora el Papa quiso cumplir en todo la voluntad de Dios, como nos lo dejó escrito: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente…” No le fue fácil, pues sabía que suscitaría muchos comentarios respecto a su persona, algunos nada agradables, como desgraciadamente lo hemos comprobado. Sin embargo, puso en primer lugar la voluntad de Dios, antes que a sí mismo.

Las personas hemos de luchar por no querer ser el centro de todo. El famoso pintor surrealista Salvador Dalí no se caracterizaba precisamente por su humildad. En una ocasión le presentaron en París a una actriz llamada Madeleine Reanud. Ella le dijo: “Maestro, créame que yo le admiro mucho”. Contestó el pintor: “Yo también, señora”. La actriz quiso aclarar: “¿Me ha visto actuar?” A lo que Dalí respondió: “No hablo de usted, señora, sino de mí. Yo también me admiro mucho de mí”.

Pensemos si nuestros actos no están dirigidos a ser el centro de todo, en vez de buscar hacer la voluntad de Dios.

3) Para vivir

El Papa con su renuncia nos comunica, además, que es a Cristo a quien seguimos, que es Dios quien realmente importa, y el Papa, sea quien sea, deberá siempre centrar su pontificado en poner a Cristo en el centro, no en sí mismo.

De esa manera, nos ha mostrado a Dios mismo: “Para hablar de Dios, tenemos que dejarle espacio en la esperanza de que es Él quien actúa en nuestra debilidad: dejar espacio sin miedo, con sencillez y alegría, en la profunda convicción de que cuanto más lo pongamos en medio, y no a nosotros, nuestra comunicación será más fructífera… Tenemos que ser cada vez más anunciadores de Cristo y no de nosotros mismos”.

El Papa nos afirma que mostrar a Dios será comunicar, con la palabra y la vida, al “Dios que nos ha mostrado un amor tan grande, de encarnarse, morir y resucitar por nosotros; ese Dios que nos invita a seguirlo y dejarnos transformar por su amor inmenso para renovar nuestra vida y nuestras relaciones; el Dios que nos ha dado a la Iglesia, para caminar juntos y, a través de la Palabra y los Sacramentos, renovar la entera Ciudad de los hombres”.

José Martínez Colín


Cuaresma día por día:
Día 13º. Lunes segundo


Amar al enemigo.

Perdonar todo y siempre. El 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, miles de personas acuden a la plaza de San Pedro para ver a Juan Pablo II. Una niña rubia con un globo azul levanta sus manitas al Papa, que la toma en sus brazos y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía presentir -comenta el secretario del Papa, don Estanislao- lo que iba a suceder. Cuando el Santo Padre daba la segunda vuelta a la plaza, el turco Alí Agca disparó contra él, (...). Yo estaba sentado como de costumbre detrás del Santo Padre, y la bala, a pesar de su fuerza, cayó entre nosotros en el automóvil, a mis pies ( ... )".

"¿Qué pensé? Nadie creía que una cosa así fuera posible (...) Vi que el Santo Padre había sido alcanzado. Entonces le pregunté:

¿Dónde está herido?" Me respondió: "En el vientre". Todavía le pregunté: "¿Es doloroso?". Y me respondió: "Sí"."

"El Santo Padre no nos miraba. Con los ojos cerrados, sufría mucho y repetía breves plegarias exclamatorias. Si no recuerdo mal, eran sobre todo: "¡María, Madre mía! ¡María, Madre mía!"

"Cuando llegamos al hospital todo era confusión. Una cosa era prepararse para recibir a un Papa, y otra verle llegar exangüe e inconsciente La operación duró cinco horas y veinte minutos, el pulso era casi imperceptible. Todos temíamos lo peor. Le administré el sacramento de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo Padre estaba inconsciente."

"La esperanza renació durante la operación gradualmente. Al principio parecía que la muerte era inevitable: el Santo Padre había perdido las tres cuartas partes de su sangre".

"Es extraordinario que la bala no destruyese en su trayectoria ningún órgano esencial. Una bala de nueve milímetros es un proyectil de una brutalidad inaudita. Para no causar daños irreparables en una parte tan compleja del cuerpo, tuvo que seguir una trayectoria improbable. Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la hubiera alcanzado, habría sido la muerte instantánea. No tocó la espina dorsal ni ningún punto vital. Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "

El Papa estuvo en serio peligro de muerte hasta el 15 de julio. Pero en cuanto pudo, Juan Pablo II se desplazó hasta la cárcel donde estaba prisionero Alí Agca, quien le disparó. Habló con él, a solas, durante mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó.

Señor, qué ejemplo para mí. Como Tú, que perdonaste desde la Cruz a los que crucificaban: "Perdónales, Padre". iQue perdone siempre! ¡Ayúdame! Como cristiano no puedo guardar rencor nunca, me hagan lo que me hagan.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

P. José Pedro Manglano Castellary


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Isabel P., que vive en Santa Tecla, El Salvador, y está delicada de salud por insuficiencia renal bajo tratamiento de diálisis. Que Jesús Misericordioso la acompañe y la fortalezca en su dolor.

Pedimos oración por Patricia M., que vive en Cali, Colombia, y ha sido diagnosticada con cáncer de mama. Invocamos a la Santísima Virgen para que interceda por ella ante Jesús.

Pedimos oración por Esperanza (72 años, Miami USA) que en esta semana será sometida a pruebas médicas para evaluar el estado óseo y para descartar presencia de células malignas en su cuerpo. Rogamos a la Santísima Trinidad que las pruebas resulten favorables. Amén.

Pedimos oración por Mary de S., de Santa Fe, Argentina, (73 años), que va a ser operada para colocar una prótesis de cadera. Que Jesús bendiga las manos de los médicos y le conceda a Mary una pronta recuperación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


El rincón de los lectores


Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón de los lectores” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por mail a pequesemillitas@gmail.com con el título "El rincón de los lectores" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.

# Silvestre Villalba – 23 de Febrero de 2013 - San Lorenzo - Paraguay
Soy Catequista de la Capilla San Francisco de Asís (Reducto) - San Lorenzo, Paraguay. Todos los días desde mi lugar de trabajo para tener un día bendecido, estoy leyendo el Evangelio del día y las reflexiones y el Santoral que ayuda mucho a conocer más a nuestros Santos Católicos. Les agradezco por este hermoso servicio y desde la distancia les animo a seguir trabajando en pos de la Evangelización.
Silver Villalba

# Nota del autor:
Un abrazo en Cristo y abundantes bendiciones para ti…!!!
Felipe.


Oración por la Patria


Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.


“Intimidad Divina”

Hemos sido rebeldes

El pecado de la desobediencia a Dios, a sus leyes, a sus representantes, es de los más frecuentes y menos valorados. Y sin embargo el hombre no conseguirá la salvación sino por el camino de la obediencia. Es éste el camino que ha recorrido el Hijo de Dios: “Bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6, 38). Y aceptando libremente la voluntad del Padre que lo inmolaba por la salvación del mundo, quiso someterse a cuantos le representaban, dignos e indignos, hebreos o paganos, sacerdotes o funcionarios del imperio romano. Estilo de Dios es gobernar a los hombres sirviéndose de otros hombres que participan de su autoridad… Con mayor razón vale esto para los Pastores del rebaño, de quienes Jesús ha dicho: “Quien a vosotros escucha a mí me escucha, y quien a vosotros desprecia a mí me desprecia” (Lc 10, 16). En esta perspectiva el Concilio Vaticano II exhorta a todos los fieles a que “con cristiana obediencia abracen prontamente lo que los Pastores, en cuanto representantes de Cristo, ordenan como maestros y rectores en la Iglesia, siguiendo en esto el ejemplo de Cristo, quien con su obediencia hasta la muerte ha abierto a todos los hombres el camino libre de la libertad de los hijos de Dios” (LG 37).

No existe categoría alguna de personas que no tenga la obligación de practicar la virtud de la obediencia. “Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo –exhorta San Pablo–. Las mujeres se someten a sus maridos, como el Señor… Vosotros hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor… Vosotros esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de corazón, como a Cristo” (Ef 5, 21-22; 6, 1-5). En estos textos, la obediencia se recomienda a toda clase de personas siempre por motivo del Señor; el orden familiar y social es algo que el Señor quiere. Por lo tanto se impone la conclusión: obedeced a los hombres como se obedece a Cristo. La obediencia cristiana se caracteriza precisamente por este espíritu sobrenatural, en virtud del cual el hombre pasando por encima de la creatura que manda, fija la mirada en Dios, en cuyo honor ofrece el obsequio de la sumisión. Semejante obediencia no es un ejercicio reservado sólo a quienes han hecho un voto o promesa especial, sino que es obligación de todos. De hecho la Iglesia exhorta a todos los fieles a tener entre sí los mismos sentimientos que tuvo Cristo, quien se despojó de sí mismo tomando condición de siervo… obedeciendo hasta la muerte (LG 42).

Es evidente que nuestra primera obediencia debe rendirse a Dios, de tal manera que si alguna autoridad quisiera imponer algo que fuese contrario a la voluntad de Dios, tendríamos que responder que no es lícito obedecer a los hombres antes que a Dios (Ac 4, 19). Hecha esta excepción, la obediencia debe practicarse siempre, también cuando contraría nuestra propia voluntad, especialmente si está en juego la voluntad expresa de Dios, su ley, el bien de la Iglesia, la sumisión a los superiores religiosos. Precisamente porque el cristiano no es un hombre aislado, sino que está integrado en la comunidad eclesial, el bien común puede a veces exigir la renuncia de criterios, de aspiraciones y proyectos personales; pero no hay duda que esta renuncia es más agradable a Dios que cualquier obra buena e incluso que cualquier acto de culto. ¿Acaso se complace el Señor en los holocaustos y sacrificios más que en la obediencia a su palabra? Mejor es obedecer que sacrificar” (1 Sm 15, 22). Así apostrofaba Samuel a Saúl que había ofrecido en sacrificio a Dios las primicias de sus rebaños, pero había quebrantado sus órdenes. La obediencia no es sacrificio de cosas, sino de la propia voluntad, que vale más que todas las cosas.

¡Oh cuán dulce y gloriosa es esta virtud de la obediencia, que entraña todas las demás virtudes, porque la caridad la concibe y de ella nace. En ella se funda la piedra angular de la santísima fe. Es una reina tal, que quien con ella se desposa no sufre mal alguno, sino que siente paz y quietud. Las olas del mar encrespado no pueden perjudicarle, ni dañarle puede tempestad alguna… No siente odio frente a la injuria, porque quiere obedecer, y se le ha mandado que perdone. No se apena al no ver satisfechos sus deseos porque la obediencia le hace desearte solamente a ti, Señor, que eres el único que puede, sabe y quiere cumplir sus deseos… Y así, en todo halla paz y quietud. ¿Oh obediencia, que navegas sin fatiga, y sin peligro llegas al puerto acogedor! ¡Concuerdas con el Verbo unigénito Hijo de Dios; subes a la navecilla de la santísima cruz para mantenerte… en la obediencia del Verbo y no apartarte nunca de su doctrina. (Santa Catalina, Diálogo 155).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.