jueves, 21 de febrero de 2013

Pequeñas Semillitas 1960


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1960 ~ Jueves 21 de Febrero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Dice el Señor: “Pedid y se os dará,  buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.”
Señor, mío, pongo ante ti todas mis preocupaciones, dejo en tus manos todo lo que me inquieta, y también todos mis sueños y anhelos, porque lo que está en Tus manos termina bien.
Confío en Ti, Señor, creo en tu amor y en tu poder. Y te pido también la gracia de actuar con los demás como desearía que actuaran conmigo


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas».
(Mt 7,7-12)

Comentario
Hoy, Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender la vida cristiana sin relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los cristianos nos encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos abre las puertas de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo. Por esto, la vida cristiana es una continua petición y búsqueda: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.
Al mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de carne: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se encuentra en el Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10). Por tanto, no podemos pedir en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie desea un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los demás.
Hay quien se queja de que Dios no le escucha, porque no ve los resultados de manera inmediata o porque piensa que Dios no le ama. En casos así, no nos vendrá mal recordar este consejo de san Jerónimo: «Es cierto que Dios da a quien se lo pide, que quien busca encuentra, y a quien llama le abren: se ve claramente que aquel que no ha recibido, que no ha encontrado, ni tampoco le han abierto, es porque no ha pedido bien, no ha buscado bien, ni ha llamado bien a la puerta». Pidamos, pues, en primer lugar a Dios que haga bondadoso nuestro corazón como el de Jesucristo.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Pedro Damiani (o Damián)
Cardenal y Doctor de la Iglesia


Nació en Ravena y fue una de esas figuras severas que, como San Juan Bautista, surgen en las épocas de relajamiento para apartar a los hombres del error y traerles de nuevo al estrecho sendero de la virtud.

Debido a la prematura muerte de sus padres, el santo fue criado por su hermano, convirtiéndose en un excelente discípulo, y más tarde en un profundo servidor de Cristo.

Pedro decidió abandonar el mundo exterior y abrazar la vida religiosa en otra región, entrando al convento de Fonte Avellana, comunidad de ermitaños que gozaba de gran reputación. Allí se dedicó a la oración, lectura espiritual y estudios sagrados, viviendo con gran austeridad. Pese a su negativa, Pedro asumió la dirección de la abadía en 1043 gobernando con gran prudencia y piedad.

Fundó otras cinco comunidades de ermitaños, donde fomentó entre los monjes el espíritu de retiro, caridad y humildad y además estuvo al servicio de la Iglesia, siendo nombrado Cardenal y Obispo de Ostia en 1057.

San Pedro escribió varios documentos que ayudaron a mantener la observancia de la moral y de la disciplina, particularmente en lo que se refiere a los deberes de los clérigos y monjes.

A pesar de su severidad, el santo sabía tratar a los pecadores con bondad e indulgencia, cuando la caridad y la prudencia lo pedían. Murió el 21 de febrero de 1072. Inmediatamente la gente empezó a considerarlo como un gran santo y a conseguir favores de Dios por su intercesión.

El Papa León XII lo canonizó (1823) y, por los elocuentes sermones que compuso y por los libros tan sabios que escribió, lo declaró Doctor de la Iglesia (1828).

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Signos de madurez

Madurar es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos; es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes  de  lo que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error, estamos madurando.

Me sorprende cómo celebran nuestros jóvenes la llegada de sus 18 años: emborrachándose, fumando, con grandes fiestas, frecuentando lugares del todo impropios. Se presentan como adultos en la sociedad, rompiendo sus leyes. Cuando un joven aborigen de la tribu Maui de las islas del Pacífico llega a la mayoría de edad, las cosas son diferentes. Se le somete a una prueba, para comprobar si es realmente maduro, adulto, y capaz de llevar una vida responsable, y de formar una  familia. El joven tiene que construir una piragua con sus propias manos y navegar, totalmente solo, por más de 500 kilómetros de mar abierto, hasta una lejana isla, de la cual debe traer una flor exótica de vuelta a casa. Debe sortear todo tipo de peligros.

El conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu maduración armónica como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.

Padre Natalio


La frase de hoy
(muy oportuna para Cuaresma)

“Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación”

Charles Dickens


Historias:
Perdón y arrepentimiento


Un día fueron al convento donde estaban Francisco y sus hermanos tres ladrones, y pidieron al guardián, el hermano Ángel, que les diera de comer. El guardián les reprochó ásperamente por ser ladrones e ir a pedir de sus limosnas, y los despidió duramente, por lo que ellos se marcharon muy enojados. En esto regresó San Francisco que venía con la alforja del pan y con un recipiente de vino que había mendigado él y su compañero. El guardián le refirió cómo había despedido a aquella gente. Al oírle, San Francisco lo reprendió fuertemente, diciéndole que se había portado cruelmente, porque mejor se conduce a los pecadores a Dios con dulzura que con duros reproches; que Cristo, nuestro Maestro, cuyo Evangelio hemos prometido observar, dice que no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos, y que Él no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, y que por esto Jesús comía muchas veces con ellos. Por lo tanto, terminó diciendo:

- Ya que has obrado contra la caridad y contra el santo Evangelio, te mando, por santa obediencia, que, sin tardar, tomes esta alforja de pan que yo he mendigado y esta orza de vino y vayas buscándolos por montes y valles hasta dar con ellos; y les ofrecerás de mi parte todo este pan y este vino. Después te pondrás de rodillas ante ellos y confesarás humildemente tu culpa y tu dureza. Finalmente, les rogarás de mi parte que no hagan ningún daño en adelante, que honren a Dios y no ofendan al prójimo; y les dirás que, si lo hacen así, yo me comprometo a proveerles de lo que necesiten y a darles siempre de comer y de beber. Una vez que les hayas dicho esto con toda humildad, vuelve aquí.

Mientras el guardián iba a cumplir el mandato, San Francisco se puso en oración, pidiendo a Dios que ablandase los corazones de los ladrones y los convirtiese a penitencia. Llegó el obediente guardián a donde estaban ellos, les ofreció el pan y el vino e hizo y dijo lo que San Francisco le había ordenado. Y quiso Dios que, mientras comían la limosna de San Francisco, comenzaran a decir entre sí:

- ¡Ay de nosotros, miserables desventurados! ¡Qué duras penas nos esperan en el infierno a nosotros, que no sólo andamos robando, maltratando, hiriendo, sino también dando muerte a nuestro prójimo; y, en medio de tantas maldades y crímenes, no tenemos remordimiento alguno de conciencia ni temor de Dios! En cambio, este santo hermano ha venido a buscarnos por unas palabras que nos dijo justamente reprochando nuestra maldad, se ha acusado de ello con humildad, y, encima de esto, nos ha traído el pan y el vino, junto con una promesa tan generosa del Padre santo. Estos sí que son siervos de Dios merecedores del paraíso, pero nosotros somos hijos de la eterna perdición y no sabemos si podremos hallar misericordia ante Dios por los pecados que hasta ahora hemos cometido.

Los tres, de común acuerdo, marcharon apresuradamente a San Francisco y le hablaron así:

- Padre, nosotros hemos cometido muchos y abominables pecados; no creemos poder hallar misericordia ante Dios; pero, si tú tienes alguna esperanza de que Dios nos admita a misericordia, aquí nos tienes, prontos a hacer lo que tú nos digas y a vivir contigo en penitencia.

San Francisco los recibió con caridad y bondad, los animó con muchos ejemplos, les aseguró que la misericordia de Dios es infinita y les prometió con certeza que la obtendrían. Movidos de las palabras y obras de Francisco, los tres ladrones se convirtieron y entraron en la Orden.

Fuente: Recursos Católicos
Imagen: Google


Cuaresma día por día:
Día 9º. Jueves primero


Conversión.

La Cuaresma es buen momento para una profunda conversión. Conversión significa cambiar la dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que se necesita es amor, servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja: para vivir y ser feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en concreto, por si te sirve: morir a la ley del gusto.

Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque me gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano hace las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo haga esto, o lo otro.

Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de Dios. Prefiero esto último, María, pero ayúdame.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

P. José Pedro Manglano Castellary


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
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Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Hugo B., internado en Córdoba, Argentina, en cuidados intensivos por haber padecido un accidente cerebro vascular. Invocamos a María para que interceda ante Jesús por su recuperación.

Pedimos oración por Zoe Romina, una bebita luchadora que nació en la ciudad de Quito, Ecuador, el 2 de octubre del 2012, y en su corta edad ha pasado por cuatro intervenciones quirúrgicas: tejido redundante, traqueotomía, gastrostomía, funduplicatura. Roguemos al Señor por la amorosa intercesión de su Madre, que ponga sobre ella sus manos sanadoras y le permita recuperar la salud.

Pedimos oración por la niña Camila, de Las Tunas, Cuba, que será intervenida quirúrgicamente en La Habana para hacerle un implante coclear (en el oído interno). Señor tú que todo lo puedes envía sabiduría para el equipo médico que participará en esta operación y que todo salga bien.

Pedimos oración por Lisette F., que vive en Miami, USA, y tiene una prueba importante en su departamento de trabajo, rogando a Jesús Misericordioso que la ayude a superarla con todo éxito.

Pedimos oración por la salud del Padre Joaquín Guardiola, de Wilde, provincia de Buenos Aires, Argentina, que tiene una enfermedad complicada de la que le está costando mucho recuperarse. Que el Señor Jesús lo ayude con su amor.

Pedimos oración por Silvina de la provincia de Buenos Aires, Argentina, y también por su hija. Ambas atraviesan un momento difícil por problemas depresivos y mucha angustia acumulada por viejos problemas familiares, y necesitan de toda la fuerza de nuestras oraciones para poder superarlos con la ayuda de Jesús y de la Santísima Virgen, nuestra Madre amorosa.

Pedimos oración por José B., de San Salvador, El Salvador, para que el Señor lo ayude a encontrar un buen trabajo y proteja a su familia.

Pedimos oración por el alma de Augusto Abrahán V. G., de Ecuador, que ha sido llamado a la presencia de nuestro Padre celestial. Paz y consuelo para toda su familia.

Pedimos oración por Pablo C. y su familia, que trasladan su residencia de la provincia de Buenos Aires a la provincia de Córdoba, en Argentina. Para que el Señor los proteja en el viaje, les ayude a instalarse y conseguir trabajo y acompañe a la pequeña Rocío que el lunes inicia las clases en la nueva escuela.

Pedimos oración por Judith, M. Antonio y Alejandro de Guatemala, por que pronto se resuelva su situación laboral y así pueda mejorar la economía familiar.

Pedimos oración por la situación que atraviesa Billy, en California, USA, para que Dios lo ayude a salir con bien de este tiempo tan delicado.

Seguimos rezando por la niñita Celeste que vive en Lomas de Zamora, Argentina, que ha sido operada de una afección intestinal y está delicada, rogando a Jesús que la asista con su amor y sanación, mientras la Santísima Virgen acompaña a su familia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

Líbranos del mal

La oración es la grande fuerza del que confía en Dios. El cristiano sabe que puede depositar en el Señor sus tribulaciones, que puede contar con su ayuda en cualquier dificultad y de manera particular en la difícil empresa de su conversión. Cuando el hombre entra dentro de sí mismo y reflexiona sobre su miseria y debilidad, sobre las asechanzas que de todas las partes le asaltan “se reconoce incapaz de superar por sí mismo con seguridad los asaltos del mal” (GS 13). No le queda otro camino de salvación que refugiarse en Dios. “Señor… no tengo otro socorro sino en ti”. El hombre siente que en sí mismo no tiene fuerzas suficientes para llevar a feliz término el grande compromiso cuaresmal: morir completamente al pecado para vivir con plenitud en Cristo resucitado. Pero el mismo Cristo, antes de abandonar a los suyos, rogó al Padre que les preservase del Maligno (Jn 17, 15), es decir, de las seducciones del mundo, de los ataques de Satanás. Ya antes les había enseñado esta petición: “y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal” (Mt 6, 13). Es evidente que Jesús no pretendía que sus discípulos estuviesen libres de toda clase de tentaciones y de peligros, cosa por una parte de verdad imposible en esta vida y cuando sabemos por otra que el Señor permite estas tentaciones y peligros para probar la virtud del hombre. Lo que intentaba Jesús era asegurar a sus discípulos la fuerza que les hiciera capaces de resistir. El mal del cual quiere librarles es el pecado, que es la única verdadera desgracia que separa al hombre de Dios.

Entre las cosas buenas que el cristiano puede pedir al Señor están ciertamente en primer lugar la conversión y la liberación del pecado. Incluso a personas consagradas al servicio de Dios puede suceder que tengan que luchar fatigosamente para desprenderse de alguna debilidad aun no suficientemente vencida y que siempre rebrota; o también que se encuentren enredados en situaciones que amenazan derrumbar promesas hechas a Dios, propósitos y compromisos de santidad. Y tal vez en ese estado, no se ora bastante, no se recurre a Dios con plena confianza, no se pide, no se busca, no se golpea a la puerta, como quiere el Evangelio: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla y al que llama se la abrirá” (Mt ib. 8). ¿Acaso pueden fallar estas palabras del Señor?

El pecado, sin embargo no debe ser considerado sólo como un mal personal; cualquier pecado –más o menos grave, más o menos conocido–, grava sobre toda la sociedad, sobre la humanidad entera y trata de descolocar su centro fuera de Dios. Combatir al pecado es aliviar al mundo de un peso, es sanar a la Iglesia de una herida. Esta idea debe hacer al cristiano más celoso en la lucha contra el pecado en su propia persona y más fervoroso en la oración para que todos los hombres sean liberados del mismo. Siguiendo los pasos de la oración enseñada por Jesús, la Iglesia reza todos los días: “Líbranos Señor de todos los males… y que con la ayuda de tu misericordia seamos siempre libres del pecado” (MR). La Iglesia hace suya la certeza dada por Cristo y asegura a sus hijos que por muy graves que sean los peligros que les rodean, con la ayuda de Dios podrán verse siempre libres del pecado. Si el pecado causa tanta desgracia en el mundo es porque se ora muy poco. Se intenta combatirlo con medios buenos, pero demasiado humanos; se piensan muchas iniciativas, pero son muy pocos los que se empeñan a oponerse al pecado con la oración y la penitencia.

Señor, no me salvaré sino en ti. Si tú no eres mi descanso no podrá ser curada mi enfermedad… Sé para mí Dios protector y lugar defendido para salvarme. Si eligiere otro sitio, no podré salvarme… No hay manera de huir de ti si no es yendo a ti. Si huyo de ti airado, iré a ti aplacado. Porque tú eres mi firmeza y mi refugio. Para hacerme fuerte por ti, pues soy débil de mi propia cosecha, me refugiaré en ti. Que tu gracia me haga firme e inconmovible contra todas las tentaciones del enemigo. Pues en mí está la humana flaqueza, en mí está la primera cautividad, en mí está la ley de los miembros que se opone a la ley de la mente, y que pretende arrastrarme cautivo a la ley del pecado; todavía el cuerpo corruptible agrava al alma. Por muy firme que me sienta debido a tu gracia mientras lleve el cuerpo terreno, en el cual está depositado tu tesoro, seguiré temiendo por la fragilidad del recipiente. Luego tú eres mi firmeza para que sea fuerte en este mundo contra todas las tentaciones. Pero, si son muchas y me perturban, tú eres mi refugio. (San Agustín)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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