miércoles, 13 de febrero de 2013

Pequeñas Semillitas 1952


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1952 ~ Miércoles 13 de Febrero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Hoy, con el miércoles de la Ceniza, comenzamos el tiempo de Cuaresma, que nos preparará para vivir santamente el misterio de la redención: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
En este tiempo litúrgico, cada mañana al abrir “Pequeñas Semillitas”, lo haremos con una corta referencia al Evangelio y una breve oración preparadas por nuestra querida amiga Rocío (de Argentina) que tantas cosas lindas realiza en su tarea evangelizadora.
“Cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”
Señor, dame la gracia de renunciar al cuidado de la imagen, a la preocupación por la apariencia,  y concédeme que pueda hacer obras buenas sólo para Ti. Purifícame de la vanidad y libérame de desgastar mis energías pensando en la mirada de los demás.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».
(Mt 6,1-6.16-18)

Comentario
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20).
La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres.
Benedicto XVI ha insistido en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).
Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez (Campeche, México)


Santoral Católico:
Beato Jordán de Sajonia
Presbítero Dominico


Fue el sucesor de Santo Domingo de Guzmán, y el gran propagador de la Comunidad de Padres Dominicos.

Nació en Sajonia (al sur de Alemania) y se doctoró en la Universidad de París. Santo Domingo de Guzmán le envió a un hombre de toda su confianza (a Fray Reginaldo) a que le propusiera hacerse religioso dominico, y aceptó. El Miércoles de Ceniza del año 1220 entró a la Comunidad de Santo Domingo.

El caso de Jordán de Sajonia es uno de los más impresionantes de la historia. Un hombre que entra a una comunidad y a los solos tres años de estar de religioso reemplaza al santo Fundador y llega a ser Superior General de toda la Comunidad.

Jordán sobresalía por su gran elocuencia y por la eficacia maravillosa de su palabra para conmover los corazones de los creyentes.

Primero fue nombrado superior Provincial de la región más difícil de gobernar que tenía esa comunidad, que era la Lombardía, Italia. Luego al morir santo Domingo, en 1222, los delegados de toda su Orden religiosa lo eligen como Superior General y reemplazo del fundador. Y en este cargo dura 15 años, hasta su muerte en 1237. Santo Domingo tiene el honor de haber sido el fundador de la Comunidad de Padres Dominicos, pero Jordán de Sajonia fue el gran propagador de esta comunidad. Basta con recordar que durante su mandato se fundaron 249 Casas de Congregación y se hicieron seis nuevas provincias de religiosos.

Dicen que Jordán de Sajonia es el Patrono de los Capellanes de Universidades, porque este santo sacerdote recibió de Dios unas cualidades admirables para lograr ejercer influencia entre los universitarios. Por nueve años había estudiado en la más famosa Universidad de La Sorbona en París, y allí aprendió muchas técnicas para lograr influir en favor de los estudiantes. Su gran preocupación fue siempre lograr hacer mejores a los que estudiaban en las Universidades. Un año predicaba la cuaresma en la Universidad de París y al año siguiente en la concurridísima Universidad de Bolonia y al tercer año se dirigía a predicar a la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y en todas partes los frutos espirituales que cosechaba eran admirables. En la Universidad de Alemania conquistó para su comunidad al más grande sabio en ciencias naturales de su época, a San Alberto Magno. Y conquistó también a Pedro de Tarantasia, que llegó a ser después el Pontífice Inocencio Quinto. Un famoso profesor de universidad previno a sus alumnos para que no se dejaran convencer por los discursos de Jordán, pero al oírle uno de sus elocuentes sermones, se convirtió él también en uno de sus más fervientes admiradores.

Uno de los antiguos biógrafos, compañero suyo, dice: "Las casas religiosas donde habitaba el Padre Jordán parecían colmenas, por los muchos jóvenes que entraban a hacerse religiosos, y por los muchos que de allí salían para ser superiores de otras casas religiosas. Por eso él al llegar a un convento mandaba hacer muchos hábitos religiosos, teniendo confianza en que Dios le enviaría muy numerosas vocaciones, y así le sucedía en todas partes".

El Padre Jordán no sólo se iba a las universidades a conseguir jóvenes muy bien instruidos, para que se hicieran religiosos, sino que también se iba a los campos y a los barrios obreros a invitar muchachos sanos, aunque fueran ignorantes, a que entraran en la comunidad. Y esto le valió la acusación de que él recibía a gentes que no le iban a dar gloria a su Congregación. Y sucedió una vez que recibió a unos 60 muchachos tan poco estudiados que casi no eran capaces ni de leer los salmos en la oración de la comunidad. Y a quienes lo criticaban por recibir esta clase de gentes, les respondió con unas palabras que resultaron ser una profecía o anuncio de lo que iba a suceder en el futuro: "Ténganles paciencia por ahora y concédanles tiempo para instruirse poco a poco, que un día se convertirán en grandes predicadores". Y esto se cumplió exactamente varios años después.

Cuando Dios le confía a una persona un oficio especial, le concede las cualidades que para ese oficio necesita. Y al Padre Jordán le confió Dios el oficio de conseguir muchísimas vocaciones para la vida religiosa, y por eso le concedió unas cualidades admirables. Recordemos algunas:

El Padre Jordán tenía unas cualidades que excedían a las que posee el común de las gentes. Dicen los que vivieron junto a él que la austeridad en el dominio de su lengua, de sus ojos y de la gula era algo impresionante, pero que sobre todo llamaba la atención el modo heroico como dominaba su ira para no ofender a nadie ni amargar la vida a ninguno.

Y no es que no fuera valiente. Cuando el emperador Federico II empezó a atacar ferozmente al Sumo Pontífice y a la religión, el Padre Jordán se fue al palacio y le dijo frente a frente al Emperador que ésta conducta era reprensible y que si no cambiaba de modo de proceder le llegarían desgracias muy grandes.

Pero con los pequeños sabía hacerse pequeño y con los débiles era extraordinariamente comprensivo. Él tenía por cierto lo que más tarde afirmará y repetirá San Francisco de Sales, que "más moscas se logran cazar con una cuchara de dulce miel que un barril de amarga hiel".

Sus contemporáneos alababan mucho "las dotes de buen amigo" que poseía el Padre Jordán. Comprensivo, lleno de caridad, con deseos continuos de amoldarse a los demás para poder hacerles mayor bien. El mismo lo dice en uno de sus escritos: "Siempre me esforcé por tratar de estar de acuerdo con los demás en todo lo bueno y por tratar de no chocar contra nadie. Quise colocarme en el sitio de los otros para poder comprenderlos mejor. Nunca preferí mis propios gustos en contraposición de los de los demás. Con los soldados traté de amoldarme a ellos como si yo fuera un soldado. Con los campesinos como si fuera un campesino. Y sobre todo me propuse ser extremadamente comprensivo con los que sufren tentaciones, angustias y depresiones".

San Pablo recomienda a los seguidores de Cristo: "Rían con los que ríen, y lloren con los que lloran" (Rom. 12, 15). Es lo que hizo siempre Fray Jordán. Leamos un ejemplo: Una noche estaba rezando los salmos con un grupo de jóvenes recién llegados a su Comunidad, y de pronto a uno de ellos le vino una risa nerviosa y no fue capaz de controlarla, y enseguida los demás compañeros se contagiaron también y empezaron a reír todos, y no se pudo seguir el rezo. Uno de los superiores quiso regañarlos, pero el Padre Jordán les dijo: "Mis buenos jóvenes: tenemos que reírnos alegremente porque hemos logrado salirnos de la esclavitud del pecado y de los vicios en que nos tenía presos el mundo y ahora hemos llegado a ser del grupo de los preferidos de Dios. ¡Riámonos pues alegremente! Y él personalmente participó de aquella alegría juvenil.

Alguien le preguntó si un Padrenuestro rezado por un ignorante valía menos que uno rezado por un gran doctor de la Teología, y él respondió: "Un diamante vale lo mismo si está en manos de un sabio, que si está en manos de un analfabeta". Otro le preguntó: ¿Qué es más necesario para la vida del alma: rezar o meditar? Y le dijo: "Eso es como preguntar qué es más necesario para la vida del cuerpo si comer o beber. Ambas cosas son sumamente necesarias". Alguien le dijo: ¿Cuál es la posición mejor para rezar, sentado, arrodillado, de pies o postrado? Y respondió: "La mejor posición para rezar es aquella en la cual cada uno se siente mejor, con más fervor y con más inclinación a rezar bien". (Esta frase la repitió textualmente el Papa Pío XI, 700 años después de haber sido pronunciada por nuestro santo). El superior de una Comunidad le pidió que le quitara aquel cargo, aduciendo que ese oficio le traía cuatro males: orgullo, honores, trabajos y humillaciones. El Padre Jordán le respondió: "Los dos primeros sí son males y de ellos te libre Dios, y esfuérzate por evitarlos. Los otros dos, el trabajo y las humillaciones, son grandes bienes que te conseguirán un puesto altísimo en el Reino de los cielos".

El Padre Jordán, aprovechando que Dios le había concedido tal eficacia de la palabra que dondequiera que predicaba o hablaba la gente, conseguía vocaciones, fue recorriendo ciudades y países predicando y consiguiendo que muchísimos jóvenes entraran de religiosos. El Señor le concedió la inmensa alegría de que el fundador de la Comunidad, Domingo de Guzmán, fuera declarado santo por el Sumo Pontífice en 1234. Con esta bella noticia ya Jordán podía irse al cielo tranquilo. Y dispuso viajar a Jerusalén para visitar los Santos Lugares donde vivió y murió Nuestro Señor Jesucristo, y para visitar a los Padres Dominicos que trabajaban en esas tierras.

Pero en el viaje de regreso, el barco que lo transportaba fue lanzado por una violenta tempestad a las costas de Siria, frente a la ciudad de Tolemaida y Fray Jordán y los demás pasajeros murieron ahogados. Era el 13 de febrero del año 1237. Las olas llevaron a las orillas del mar el cadáver del Padre Jordán y sus religiosos lo sepultaron con toda solemnidad. Después las gentes empezaron a conseguir milagros por su intercesión, y el Papa León Doce lo declaró Beato.

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Como juegan los niños

Hay personas pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. Yo conozco personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Yo conozco todas esas personas… y su secreto es amar. Amigo/a, pasa por el mundo desparramando gotitas de amor.

En un parque, una mujer ve a dos niños peleando. Uno de ellos le dice al otro: -Te odio. No quiero volver a jugar contigo. Durante dos o tres minutos, los niños juegan por su cuenta, y luego reinician el juego uno con el otro. La mujer que observa la escena, le dice a una señora que tejía, sentada a su lado: —¿Cómo hacen los niños eso? ¿Estar furiosos un instante, y un momento después juntos otra vez? —Es fácil. Prefieren la felicidad a la intransigencia, —respondió la vecina.

Vivir el amor cristiano no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar conmhumildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos y susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “perdonar, soportar y esperar sin límites”.

Padre Natalio


La frase de hoy

“La Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial
para profundizar en el sentido y el valor de ser cristianos,
y nos estimula a descubrir de nuevo
la misericordia de Dios para que también nosotros
lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros hermanos”

 
Benedicto XVI


Tema del día:
Miércoles de Ceniza,
el comienzo de la Cuaresma


La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

“Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”

“Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"

“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”

Origen de la costumbre

Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

El ayuno y la abstinencia

El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

Mensaje del Papa Benedicto XVI por la Cuaresma 2013

Hacer clic acá para leer el texto completo del mensaje.

Catholic.net


Nuevo video y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Cuaresma día por día:
Día 1º. Miércoles de Ceniza


¿Por qué la cuaresma?

¡Qué absurdo! Si te fijas, los hombres estamos continuamente con el “Yo” en la boca: que si me han dicho, si siempre tengo que hacerlo yo, si me tienen manía, si era mío o para mí, que si yo he metido el gol, si yo le dije y entonces .... si me apetece a mí, qué pensarán de mí, ... y mil frases más que conjugan con distintos verbos el Yo, a Mí, Mío.

Y hoy, miércoles de ceniza, la Iglesia nos recuerda: polvo eres y en polvo te convertirás. ¿Sabes qué quiere decir eso? Dios creó el cuerpo de Adán de la tierra, y nuestro cuerpo volverá a ser tierra con la muerte. Y nuestra alma volverá a Dios:

a) Si es una persona que ha amado a Dios se quedará disfrutando de Dios ya para siempre.

b) Y si es una persona que ha amado el YO, lo MÍO y el A MÍ no podrá estar en el Cielo porque allí sólo pueden ir los que han querido y quieren a Dios; y éstos también ya para siempre.

Por eso empieza así la Cuaresma: tenemos que ir amando a Dios y olvidando -matando- el Yo. Es tiempo para recordar que mi cuerpo se convertirá en polvo; recordar que tengo que cuidar la vida de mi alma; pedir más perdón por mis pecados; prepararme para recibir la salvación y el amor de Jesús que conmemoramos en la Semana Santa.

Dile a la Virgen que te gustaría vivir la Cuaresma como Ella quiere que lo hagas. Y pídele que te recuerde y te ayude a hacer con cariño este rato de oración estos 40 días. Le darás una alegría a Jesús. Se lo merece.

Ahora es el momento importante, en el que tú hablas a Dios con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas hecho termina con una oración final.

P. José Pedro Manglano Castellary


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las siguientes personas de Asunción, Paraguay: por la señora Lourdes D., que está muy mal por problemas de artritis y su corazón; por Olga Z. que está a punto de tener a su bebé, para que todo le salga bien; y por la familia de María Liliana C. O. para que el Señor los bendiga y todo les vaya bien.

Seguimos rezando por Paula, joven madre de Chile, que sigue grave luchando por su vida, rogando a Jesús que la asista y le conceda todas sus gracias.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

La ceniza

“Eres polvo y al polvo volverás” (Gen 3, 19). Estas palabras, que el Señor pronunciara por primera vez dirigidas a Adán por razón del pecado cometido, las repite hoy la Iglesia a todo cristiano, para recordarle tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecador y la realidad de la muerte. El polvo –la ceniza colocada sobre la cabeza de los fieles–, algo tan ligero que basta un leva soplo de aire para dispersarlo, expresa muy bien cómo el hombre es nada. Cómo necesita hacerse añicos el orgullo delante de esta verdad. Y es que el hombre por sí mismo no sólo es nada, es también pecador; precisamente él que se sirve de los mismos dones recibidos de Dios para ofenderle. La Iglesia hoy invita a todos sus hijos a inclinar la cabeza para recibir la ceniza en señal de humildad y a pedir perdón por los pecados; al mismo tiempo les recuerda que en pena por sus culpas un día tendrán que volver al polvo. La Cuaresma prepara a los fieles para la celebración del misterio pascual, en el cual precisamente Cristo salva al hombre del pecado y de la muerte eterna y transforma la muerte corporal en un paso a la vida verdadera, a la comunión beatificante y eterna con Dios. El pecado y la muerte son vencidos por Cristo muerto y resucitado y tanto más participará el hombre de semejante victoria cuanto más participe de la muerte y resurrección del Señor.

“Esto dice el Señor: Convertíos a mí de todo corazón, en ayuno, en llanto y en gemidos. Rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras” (Joel 2, 13-14). El elemento esencial de la conversión es en verdad la constricción del corazón: un corazón roto, golpeado por el arrepentimiento de los pecados. Este arrepentimiento sincero incluye de hecho el deseo de cambiar de vida e impulsa a ese cambio real y práctico. Nadie está libre de este empeño: todo hombre, aun el más virtuoso, tiene necesidad de convertirse, es decir, de volver a Dios con más plenitud y fervor, venciendo aquellas debilidades y flaquezas que disminuyen nuestra orientación total hacia Él. La Cuaresma es precisamente el tiempo clásico de esta renovación espiritual. “Ahora es el tiempo propicio, ahora es el tiempo de salvación” (2 Co 6, 2), advierte San Pablo; pertenece a cada cristiano  hacer de él un momento decisivo para la historia de la propia salvación personal. No sólo el que está en pecado mortal tiene necesidad de esta reconciliación con el Señor; toda falta de generosidad, de fidelidad a la gracia, impide la amistad íntima con Dios, enfría las relaciones con él, es un rechazo de su amor y por lo tanto exige arrepentimiento, conversión, reconciliación.

El mismo Jesús indica en el evangelio (Mt 6, 1-6; 16-18) los medios especiales para mantener el esfuerzo de la conversión: la limosna, la oración, el ayuno; e insiste de manera particular en las disposiciones interiores que los hacen eficaces. La limosna 2expía los pecados” (Ecli 3, 30), cuando es realizada con la intención única de agradecer a Dios y de ayudar a quien está necesitado, no cuando se hace para ser alabados. La oración une al hombre con Dios y alcanza su gracia cuando brota del santuario del corazón, pero no cuando se convierte en una vana ostentación o se reduce a un simple decir palabras. El ayuno es sacrificio agradable a Dios y redime las culpas, si la mortificación corporal va acompañada de la otra, sin duda más importante, que es la del amor propio. Sólo entonces, concluye Jesús, “tu Padre que mira en lo secreto te recompensará”, es decir, te perdonará los pecados y te concederá gracia siempre más abundante.

Amas a todos los seres, Señor, y no odias nada de lo que has hecho; a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. (Antífona de entrada).
¡Oh Dios!, que te inclinas ante el que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados; escucha benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo. (Misal Romano, Bendición de la ceniza).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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