PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 1952 ~
Miércoles 13 de Febrero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy, con el miércoles de la Ceniza, comenzamos el tiempo
de Cuaresma, que nos preparará para
vivir santamente el misterio de la redención: la Pasión, Muerte y Resurrección
de Cristo.
En este tiempo litúrgico, cada mañana al abrir “Pequeñas
Semillitas”, lo haremos con una corta referencia al Evangelio y una breve
oración preparadas por nuestra querida amiga Rocío (de Argentina) que tantas
cosas lindas realiza en su tarea evangelizadora.
“Cuando vayas a
rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo
escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunes,
perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente,
sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te
recompensará”
Señor, dame la gracia de renunciar al cuidado de la
imagen, a la preocupación por la apariencia,
y concédeme que pueda hacer obras buenas sólo para Ti. Purifícame de la
vanidad y libérame de desgastar mis energías pensando en la mirada de los
demás.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no
practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de
lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto,
cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por
los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando
hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu
limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan
de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para
ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en
cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la
puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los
hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en
verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu
cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino
por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará».
(Mt 6,1-6.16-18)
Comentario
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el
Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como
preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua
Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para
ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre
celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir
conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no
supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en
el Reino de los cielos» (Mt 5,20).
La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna
y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda
lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas,
sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún
otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la
sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte
de Dios y elogio por parte de los hombres.
Benedicto XVI ha insistido en que socorrer a los
necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La
caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual
lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud
de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos
de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la
auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna,
sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto
espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad
cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).
Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez (Campeche, México)
Santoral Católico:
Beato Jordán de Sajonia
Presbítero Dominico
Fue el sucesor de Santo Domingo de Guzmán, y el gran
propagador de la Comunidad de Padres Dominicos.
Nació en Sajonia (al sur de Alemania) y se doctoró en la
Universidad de París. Santo Domingo de Guzmán le envió a un hombre de toda su
confianza (a Fray Reginaldo) a que le propusiera hacerse religioso dominico, y
aceptó. El Miércoles de Ceniza del año 1220 entró a la Comunidad de Santo
Domingo.
El caso de Jordán de Sajonia es uno de los más
impresionantes de la historia. Un hombre que entra a una comunidad y a los
solos tres años de estar de religioso reemplaza al santo Fundador y llega a ser
Superior General de toda la Comunidad.
Jordán sobresalía por su gran elocuencia y por la
eficacia maravillosa de su palabra para conmover los corazones de los creyentes.
Primero fue nombrado superior Provincial de la región más
difícil de gobernar que tenía esa comunidad, que era la Lombardía, Italia.
Luego al morir santo Domingo, en 1222, los delegados de toda su Orden religiosa
lo eligen como Superior General y reemplazo del fundador. Y en este cargo dura
15 años, hasta su muerte en 1237. Santo Domingo tiene el honor de haber sido el
fundador de la Comunidad de Padres Dominicos, pero Jordán de Sajonia fue el
gran propagador de esta comunidad. Basta con recordar que durante su mandato se
fundaron 249 Casas de Congregación y se hicieron seis nuevas provincias de
religiosos.
Dicen que Jordán de Sajonia es el Patrono de los
Capellanes de Universidades, porque este santo sacerdote recibió de Dios unas
cualidades admirables para lograr ejercer influencia entre los universitarios.
Por nueve años había estudiado en la más famosa Universidad de La Sorbona en
París, y allí aprendió muchas técnicas para lograr influir en favor de los
estudiantes. Su gran preocupación fue siempre lograr hacer mejores a los que
estudiaban en las Universidades. Un año predicaba la cuaresma en la Universidad
de París y al año siguiente en la concurridísima Universidad de Bolonia y al
tercer año se dirigía a predicar a la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y
en todas partes los frutos espirituales que cosechaba eran admirables. En la
Universidad de Alemania conquistó para su comunidad al más grande sabio en
ciencias naturales de su época, a San Alberto Magno. Y conquistó también a
Pedro de Tarantasia, que llegó a ser después el Pontífice Inocencio Quinto. Un
famoso profesor de universidad previno a sus alumnos para que no se dejaran
convencer por los discursos de Jordán, pero al oírle uno de sus elocuentes
sermones, se convirtió él también en uno de sus más fervientes admiradores.
Uno de los antiguos biógrafos, compañero suyo, dice:
"Las casas religiosas donde habitaba el Padre Jordán parecían colmenas,
por los muchos jóvenes que entraban a hacerse religiosos, y por los muchos que
de allí salían para ser superiores de otras casas religiosas. Por eso él al
llegar a un convento mandaba hacer muchos hábitos religiosos, teniendo
confianza en que Dios le enviaría muy numerosas vocaciones, y así le sucedía en
todas partes".
El Padre Jordán no sólo se iba a las universidades a
conseguir jóvenes muy bien instruidos, para que se hicieran religiosos, sino
que también se iba a los campos y a los barrios obreros a invitar muchachos
sanos, aunque fueran ignorantes, a que entraran en la comunidad. Y esto le valió
la acusación de que él recibía a gentes que no le iban a dar gloria a su
Congregación. Y sucedió una vez que recibió a unos 60 muchachos tan poco
estudiados que casi no eran capaces ni de leer los salmos en la oración de la
comunidad. Y a quienes lo criticaban por recibir esta clase de gentes, les
respondió con unas palabras que resultaron ser una profecía o anuncio de lo que
iba a suceder en el futuro: "Ténganles paciencia por ahora y concédanles
tiempo para instruirse poco a poco, que un día se convertirán en grandes
predicadores". Y esto se cumplió exactamente varios años después.
Cuando Dios le confía a una persona un oficio especial,
le concede las cualidades que para ese oficio necesita. Y al Padre Jordán le
confió Dios el oficio de conseguir muchísimas vocaciones para la vida
religiosa, y por eso le concedió unas cualidades admirables. Recordemos
algunas:
El Padre Jordán tenía unas cualidades que excedían a las
que posee el común de las gentes. Dicen los que vivieron junto a él que la
austeridad en el dominio de su lengua, de sus ojos y de la gula era algo
impresionante, pero que sobre todo llamaba la atención el modo heroico como
dominaba su ira para no ofender a nadie ni amargar la vida a ninguno.
Y no es que no fuera valiente. Cuando el emperador
Federico II empezó a atacar ferozmente al Sumo Pontífice y a la religión, el
Padre Jordán se fue al palacio y le dijo frente a frente al Emperador que ésta
conducta era reprensible y que si no cambiaba de modo de proceder le llegarían
desgracias muy grandes.
Pero con los pequeños sabía hacerse pequeño y con los
débiles era extraordinariamente comprensivo. Él tenía por cierto lo que más
tarde afirmará y repetirá San Francisco de Sales, que "más moscas se
logran cazar con una cuchara de dulce miel que un barril de amarga hiel".
Sus contemporáneos alababan mucho "las dotes de buen
amigo" que poseía el Padre Jordán. Comprensivo, lleno de caridad, con
deseos continuos de amoldarse a los demás para poder hacerles mayor bien. El
mismo lo dice en uno de sus escritos: "Siempre me esforcé por tratar de
estar de acuerdo con los demás en todo lo bueno y por tratar de no chocar
contra nadie. Quise colocarme en el sitio de los otros para poder comprenderlos
mejor. Nunca preferí mis propios gustos en contraposición de los de los demás.
Con los soldados traté de amoldarme a ellos como si yo fuera un soldado. Con
los campesinos como si fuera un campesino. Y sobre todo me propuse ser
extremadamente comprensivo con los que sufren tentaciones, angustias y
depresiones".
San Pablo recomienda a los seguidores de Cristo:
"Rían con los que ríen, y lloren con los que lloran" (Rom. 12, 15).
Es lo que hizo siempre Fray Jordán. Leamos un ejemplo: Una noche estaba rezando
los salmos con un grupo de jóvenes recién llegados a su Comunidad, y de pronto
a uno de ellos le vino una risa nerviosa y no fue capaz de controlarla, y
enseguida los demás compañeros se contagiaron también y empezaron a reír todos,
y no se pudo seguir el rezo. Uno de los superiores quiso regañarlos, pero el
Padre Jordán les dijo: "Mis buenos jóvenes: tenemos que reírnos
alegremente porque hemos logrado salirnos de la esclavitud del pecado y de los
vicios en que nos tenía presos el mundo y ahora hemos llegado a ser del grupo
de los preferidos de Dios. ¡Riámonos pues alegremente! Y él personalmente
participó de aquella alegría juvenil.
Alguien le preguntó si un Padrenuestro rezado por un
ignorante valía menos que uno rezado por un gran doctor de la Teología, y él
respondió: "Un diamante vale lo mismo si está en manos de un sabio, que si
está en manos de un analfabeta". Otro le preguntó: ¿Qué es más necesario
para la vida del alma: rezar o meditar? Y le dijo: "Eso es como preguntar
qué es más necesario para la vida del cuerpo si comer o beber. Ambas cosas son
sumamente necesarias". Alguien le dijo: ¿Cuál es la posición mejor para
rezar, sentado, arrodillado, de pies o postrado? Y respondió: "La mejor
posición para rezar es aquella en la cual cada uno se siente mejor, con más
fervor y con más inclinación a rezar bien". (Esta frase la repitió
textualmente el Papa Pío XI, 700 años después de haber sido pronunciada por
nuestro santo). El superior de una Comunidad le pidió que le quitara aquel
cargo, aduciendo que ese oficio le traía cuatro males: orgullo, honores,
trabajos y humillaciones. El Padre Jordán le respondió: "Los dos primeros
sí son males y de ellos te libre Dios, y esfuérzate por evitarlos. Los otros
dos, el trabajo y las humillaciones, son grandes bienes que te conseguirán un
puesto altísimo en el Reino de los cielos".
El Padre Jordán, aprovechando que Dios le había concedido
tal eficacia de la palabra que dondequiera que predicaba o hablaba la gente,
conseguía vocaciones, fue recorriendo ciudades y países predicando y
consiguiendo que muchísimos jóvenes entraran de religiosos. El Señor le
concedió la inmensa alegría de que el fundador de la Comunidad, Domingo de
Guzmán, fuera declarado santo por el Sumo Pontífice en 1234. Con esta bella
noticia ya Jordán podía irse al cielo tranquilo. Y dispuso viajar a Jerusalén
para visitar los Santos Lugares donde vivió y murió Nuestro Señor Jesucristo, y
para visitar a los Padres Dominicos que trabajaban en esas tierras.
Pero en el viaje de regreso, el barco que lo transportaba
fue lanzado por una violenta tempestad a las costas de Siria, frente a la
ciudad de Tolemaida y Fray Jordán y los demás pasajeros murieron ahogados. Era
el 13 de febrero del año 1237. Las olas llevaron a las orillas del mar el
cadáver del Padre Jordán y sus religiosos lo sepultaron con toda solemnidad. Después
las gentes empezaron a conseguir milagros por su intercesión, y el Papa León
Doce lo declaró Beato.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Como juegan los niños
Hay personas
pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican
alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. Yo
conozco personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Yo conozco todas
esas personas… y su secreto es amar. Amigo/a, pasa por el mundo desparramando
gotitas de amor.
En un parque, una mujer ve a dos niños
peleando. Uno de ellos le dice al otro: -Te odio. No quiero volver a jugar
contigo. Durante dos o tres minutos, los niños juegan por su cuenta, y luego
reinician el juego uno con el otro. La mujer que observa la escena, le dice a
una señora que tejía, sentada a su lado: —¿Cómo hacen los niños eso? ¿Estar
furiosos un instante, y un momento después juntos otra vez? —Es fácil.
Prefieren la felicidad a la intransigencia, —respondió la vecina.
Vivir el amor
cristiano no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana.
Por eso es indispensable suplicar conmhumildad y constancia al Señor el don de
la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos y
susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “perdonar,
soportar y esperar sin límites”.
Padre Natalio
La frase de hoy
“La Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial
para profundizar en el sentido y el valor de ser
cristianos,
y nos estimula a descubrir de nuevo
la misericordia de Dios para que también nosotros
lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros
hermanos”
Benedicto XVI
Tema del día:
Miércoles de Ceniza,
el comienzo de la Cuaresma
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra
vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el
Cielo.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un
tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para
la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas,
son:
• “Concédenos,
Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la
vida”
• “Recuerda que
polvo eres y en polvo te convertirás"
• “Arrepiéntete y
cree en el Evangelio”
Origen de la
costumbre
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza
cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como
signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que
querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían
ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un
"hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido
penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma
acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las
palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que
fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a
los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con
sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda
que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.
Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el
bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al
final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y
por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una
actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le
impone a los niños y a los adultos.
El ayuno y la
abstinencia
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de
ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno
de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al
día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a
Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo
siempre.
Mensaje del Papa
Benedicto XVI por la Cuaresma 2013
Hacer clic acá para leer el texto completo del mensaje.
Catholic.net
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Cuaresma día por día:
Día 1º. Miércoles de Ceniza
¿Por qué la cuaresma?
¡Qué absurdo! Si te fijas, los hombres estamos
continuamente con el “Yo” en la boca: que si me han dicho, si siempre tengo que
hacerlo yo, si me tienen manía, si era mío o para mí, que si yo he metido el
gol, si yo le dije y entonces .... si me apetece a mí, qué pensarán de mí, ...
y mil frases más que conjugan con distintos verbos el Yo, a Mí, Mío.
Y hoy, miércoles de ceniza, la Iglesia nos recuerda:
polvo eres y en polvo te convertirás. ¿Sabes qué quiere decir eso? Dios creó el
cuerpo de Adán de la tierra, y nuestro cuerpo volverá a ser tierra con la
muerte. Y nuestra alma volverá a Dios:
a) Si es una persona que ha amado a Dios se quedará
disfrutando de Dios ya para siempre.
b) Y si es una persona que ha amado el YO, lo MÍO y el A
MÍ no podrá estar en el Cielo porque allí sólo pueden ir los que han querido y
quieren a Dios; y éstos también ya para siempre.
Por eso empieza así la Cuaresma: tenemos que ir amando a
Dios y olvidando -matando- el Yo. Es tiempo para recordar que mi cuerpo se
convertirá en polvo; recordar que tengo que cuidar la vida de mi alma; pedir
más perdón por mis pecados; prepararme para recibir la salvación y el amor de
Jesús que conmemoramos en la Semana Santa.
Dile a la Virgen que te gustaría vivir la Cuaresma como
Ella quiere que lo hagas. Y pídele que te recuerde y te ayude a hacer con
cariño este rato de oración estos 40 días. Le darás una alegría a Jesús. Se lo
merece.
Ahora es el momento importante, en el que tú hablas a
Dios con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas
hecho termina con una oración final.
P. José Pedro Manglano Castellary
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la
fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por las siguientes personas de Asunción,
Paraguay: por la señora Lourdes D., que está muy mal por problemas de artritis
y su corazón; por Olga Z. que está a punto de tener a su bebé, para que todo le
salga bien; y por la familia de María Liliana C. O. para que el Señor los
bendiga y todo les vaya bien.
Seguimos rezando por Paula, joven madre de Chile, que
sigue grave luchando por su vida, rogando a Jesús que la asista y le conceda
todas sus gracias.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
La ceniza
“Eres polvo y al polvo volverás” (Gen 3, 19). Estas
palabras, que el Señor pronunciara por primera vez dirigidas a Adán por razón
del pecado cometido, las repite hoy la Iglesia a todo cristiano, para
recordarle tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecador y la
realidad de la muerte. El polvo –la ceniza colocada sobre la cabeza de los
fieles–, algo tan ligero que basta un leva soplo de aire para dispersarlo,
expresa muy bien cómo el hombre es nada. Cómo necesita hacerse añicos el
orgullo delante de esta verdad. Y es que el hombre por sí mismo no sólo es
nada, es también pecador; precisamente él que se sirve de los mismos dones
recibidos de Dios para ofenderle. La Iglesia hoy invita a todos sus hijos a
inclinar la cabeza para recibir la ceniza en señal de humildad y a pedir perdón
por los pecados; al mismo tiempo les recuerda que en pena por sus culpas un día
tendrán que volver al polvo. La Cuaresma prepara a los fieles para la celebración
del misterio pascual, en el cual precisamente Cristo salva al hombre del pecado
y de la muerte eterna y transforma la muerte corporal en un paso a la vida
verdadera, a la comunión beatificante y eterna con Dios. El pecado y la muerte
son vencidos por Cristo muerto y resucitado y tanto más participará el hombre
de semejante victoria cuanto más participe de la muerte y resurrección del
Señor.
“Esto dice el Señor: Convertíos a mí de todo corazón, en
ayuno, en llanto y en gemidos. Rasgad vuestros corazones y no vuestras
vestiduras” (Joel 2, 13-14). El elemento esencial de la conversión es en verdad
la constricción del corazón: un corazón roto, golpeado por el arrepentimiento
de los pecados. Este arrepentimiento sincero incluye de hecho el deseo de
cambiar de vida e impulsa a ese cambio real y práctico. Nadie está libre de
este empeño: todo hombre, aun el más virtuoso, tiene necesidad de convertirse,
es decir, de volver a Dios con más plenitud y fervor, venciendo aquellas
debilidades y flaquezas que disminuyen nuestra orientación total hacia Él. La
Cuaresma es precisamente el tiempo clásico de esta renovación espiritual.
“Ahora es el tiempo propicio, ahora es el tiempo de salvación” (2 Co 6, 2),
advierte San Pablo; pertenece a cada cristiano
hacer de él un momento decisivo para la historia de la propia salvación
personal. No sólo el que está en pecado mortal tiene necesidad de esta
reconciliación con el Señor; toda falta de generosidad, de fidelidad a la
gracia, impide la amistad íntima con Dios, enfría las relaciones con él, es un
rechazo de su amor y por lo tanto exige arrepentimiento, conversión,
reconciliación.
El mismo Jesús indica en el evangelio (Mt 6, 1-6; 16-18)
los medios especiales para mantener el esfuerzo de la conversión: la limosna,
la oración, el ayuno; e insiste de manera particular en las disposiciones
interiores que los hacen eficaces. La limosna 2expía los pecados” (Ecli 3, 30),
cuando es realizada con la intención única de agradecer a Dios y de ayudar a
quien está necesitado, no cuando se hace para ser alabados. La oración une al
hombre con Dios y alcanza su gracia cuando brota del santuario del corazón,
pero no cuando se convierte en una vana ostentación o se reduce a un simple
decir palabras. El ayuno es sacrificio agradable a Dios y redime las culpas, si
la mortificación corporal va acompañada de la otra, sin duda más importante,
que es la del amor propio. Sólo entonces, concluye Jesús, “tu Padre que mira en
lo secreto te recompensará”, es decir, te perdonará los pecados y te concederá
gracia siempre más abundante.
Amas a todos los
seres, Señor, y no odias nada de lo que has hecho; a todos perdonas, porque son
tuyos, Señor, amigo de la vida. (Antífona de entrada).
¡Oh Dios!, que te
inclinas ante el que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados;
escucha benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición
sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las
prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración
del misterio pascual de tu Hijo. (Misal Romano, Bendición de la ceniza).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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