sábado, 15 de diciembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1898


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1898 ~ Sábado 15 de Diciembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Aférrate a la fe porque es la fuente de la creencia de que todo es posible.  Es la fibra y la fortaleza de un alma confiada.
Aférrate a la esperanza porque destierra la duda y da lugar a actitudes positivas y alegres.
Aférrate a la confianza porque se encuentra en el corazón de las relaciones fructíferas que son seguras y satisfechas.
Aférrate a la familia y a los amigos porque son las personas más importantes en tu vida y porque hacen del mundo un lugar mejor.  Ellos son la vida que ha crecido con el tiempo para alimentarte, ayudarte a seguir tu camino y permanecer siempre cerca de ti.
Aférrate a todo lo que eres y a todo lo que has aprendido, porque esto es lo que te conviene en un ser singular.
No menosprecies lo que sientes y lo que crees que es bueno e importante; tu corazón te habla con más fuerza que tu mente.
Aférrate a tus sueños, alcánzalos de manera diligente y honrada.  No tomes nunca el camino más fácil ni te rindas ante el engaño. Recuerda a otros en tu camino y dedica tiempo para atender sus necesidades.
Disfruta de la belleza que te rodea. Ten valor para ver las cosas de manera diferente y más clara.  Haz del mundo un lugar mejor día a día y no te olvides de las cosas importantes que dan significado a tu vida.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


Bajando Jesús del monte con ellos, sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?». Respondió Él: «Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos». Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
(Mt 17,10-13)

Comentario
Hoy, Jesús conversa con los discípulos cuando baja de la montaña, donde han vivido la Transfiguración. El Señor no ha acogido la propuesta de Pedro de quedarse, y baja respondiendo a las preguntas de los discípulos. Éstos, que acaban de participar brevemente de la gloria de Dios, están sorprendidos y no entienden que ya haya llegado el Mesías sin que antes haya venido el profeta Elías a prepararlo todo.
Resulta que la preparación ya ha sido realizada. «Os digo, sin embargo, Elías vino ya» (Mt 17,12): Juan Bautista ha preparado el camino. Pero los hombres del mundo no reconocen a los hombres de Dios, ni los profetas del mundo reconocen a los profetas de Dios, ni los prepotentes de la Tierra reconocen la divinidad de Jesucristo.
Es necesaria una mirada nueva y un corazón nuevo para reconocer los caminos de Dios y para responder con generosidad y alegría a la llamada exigente de sus enviados. No todos están dispuestos a entenderlo y, menos, a vivirlo. Es más, nuestras vidas y nuestros proyectos pueden estar oponiéndose a la voluntad del Señor. Una oposición que puede convertirse, incluso, en lucha y rechazo de nuestro Padre del Cielo.
Necesitamos descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios hacia nosotros y, si somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús nos revela, no han de extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y las persecuciones. Ya que estar en el buen camino no nos evita las dificultades de la vida y Él, a pesar del sufrimiento, nos enseña a continuar.
A la Madre de Jesús, Reina de los Apóstoles, le pedimos que interceda para que a nadie le falten amigos que, como los profetas, le anuncien la Buena Nueva de la salvación que nos trae el nacimiento de Jesucristo. Tenemos la misión, tú y yo, de que esta Navidad sea vivida más cristianamente por las personas que encontraremos en nuestro camino.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santa María de la Rosa
Fundadora


Nació en Brescia (Italia) en 1813. Quedó huérfana de madre cuando apenas tenía 11 años.

Cuando ella tenía 17 años, su padre le presentó un joven diciéndole que había decidido que él fuera su esposo. La muchacha se asustó y corrió donde el párroco, que era un santo varón de Dios, a comunicarle que se había propuesto permanecer siempre soltera y dedicarse totalmente a obras de caridad. El sacerdote fue donde el papá de la joven y le contó la determinación de su hija. El señor De la Rosa aceptó casi inmediatamente la decisión de María, y la apoyó más tarde en la realización de sus obras de caridad, aunque muchas veces le parecían exageradas o demasiado atrevidas.

El padre de María tenía unas fábricas de tejidos y la joven organizó a las obreras que allí trabajaban y con ellas fundó una asociación destinada a ayudarse unas a otras y a ejercitarse en obras de piedad y de caridad. En la finca de sus padres fundó también con las campesinas de los alrededores una asociación religiosa que las enfervorizó muchísimo.

En su parroquia organizó retiros y misiones especiales para las mujeres, y el cambio y la transformación entre ellas fue tan admirable que al párroco le parecía que esas mujeres se habían transformado en otras. ¡Así de cambiadas estaban en lo espiritual!

En 1836 llegó la peste del cólera a Brescia, y María con permiso de su padre (que se lo concedió con gran temor) se fue a los hospitales a atender a los millares de contagiados. Luego se asoció con una viuda que tenía mucha experiencia en esas labores de enfermería, y entre las dos dieron tales muestras de heroísmo en atender a los apestados, que la gente de la ciudad se quedó admirada.

Después de la peste, como habían quedado tantas niñas huérfanas, el municipio formó unos talleres artesanales y los confió a la dirección de María de la Rosa que apenas tenía 24 años, pero ya era estimada en toda la ciudad. Ella desempeñó ese cargo con gran eficacia durante dos años, pero luego viendo que en las obras oficiales se tropieza con muchas trabas que quitan la libertad de acción, dispuso organizar su propia obra y abrió por su cuenta un internado para las niñas huérfanas o muy pobres. Poco después abrió también un instituto para niñas sordomudas. Todo esto es admirable en una joven que todavía no cumplía los 30 años y que era de salud sumamente débil. Pero la gracia de Dios concede inmensa fortaleza.

En 1840 fue fundada en Brescia por Monseñor Pinzoni una asociación piadosa de mujeres para atender a los enfermos de los hospitales. Como superiora fue nombrada María de la Rosa. Las socias se llamaban Doncellas de la Caridad. Al principio sólo eran cuatro jóvenes, pero a los tres meses ya eran 32.

Muchas personas admiraban la obra que las Doncellas de la Caridad hacían en los hospitales, atendiendo a los más abandonados y repugnantes enfermos, pero otros se dedicaron a criticarlas y a tratar de echarlas de allí para que no lograran llevar el mensaje de la religión a los moribundos. La santa comentando esto, escribía: "Espero que no sea esta la última contradicción. Francamente me habría dado pena que no hubiéramos sido perseguidas".

Fueron luego llamadas a ayudar en el hospital militar pero los médicos y algunos militares empezaron a pedir que las echaran de allí porque con estas religiosas no podían tener los atrevimientos que tenían con las otras enfermeras. Pero las gentes pedían que se quedaran porque su caridad era admirable con todos los enfermos.

En la comunidad se cambió su nombre de María de la Rosa por el de María del Crucificado. Y a sus religiosas les insistía frecuentemente en que no se dejaran llevar por el "activismo", que consiste en dedicarse todo el día a trabajar y atender a las gentes, sin consagrarle el tiempo suficiente a la oración, al silencio y a la meditación. En 1850 se fue a Roma y obtuvo que el Sumo Pontífice Pío Nono aprobara su consagración. La gente se admiraba de que hubiera logrado en tan poco tiempo lo que otras comunidades no consiguen sino en bastantes años. Pero ella era sumamente ágil en buscar soluciones.

Solía decir: "No puedo ir a acostarme con la conciencia tranquila los días en que he perdido la oportunidad, por pequeña que esta sea, de impedir algún mal o de hacer el bien". Esta era su especialidad: día y noche estaba pronta a acudir en auxilio de los enfermos, a asistir a algún pecador moribundo, a intervenir para poner paz entre los que peleaban, a consolar a quien sufría alguna pena. Por eso Monseñor Pinzoni exclamaba: "La vida de esta mujer es un milagro que asombra a todos. Con una salud tan débil hace labores como de tres personas robustas".

Aunque apenas tenía 42 años, sus fuerzas ya estaban totalmente agotadas de tanto trabajar por pobres y enfermos. El viernes santo de 1855 recobró su salud como por milagro y pudo trabajar varios meses más. Pero al final del año sufrió un ataque y el 15 de diciembre de ese año de 1855 pasó a la eternidad a recibir el premio de sus buenas obras.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Un corazón generoso dispuesto a dar,
dispuesto a amar y dispuesto a ayudar,
es el pesebre perfecto
donde el Niño Dios desee reposar.
El deseo de dar es una pequeña luz
que brilla en el alma en Navidad.
Permite que ese sentimiento divino
te envuelva… y disfrútalo”


Tema del día:
Agradecimiento


Cuando transitamos los últimos días del año 2012, pido permiso para escribir hoy en primera persona, porque siento la necesidad de expresar mi profundo agradecimiento a los lectores de esta humilde página, por tantas cosas positivas que jalonaron estos doce meses que culminaremos con la Navidad y la llegada del año nuevo.

Agradecimiento porque ha sido otro año de expansión para esta página favorecida por la atención de cientos de miles de lectores en todo el mundo (hoy el contador de visitas marca alrededor de 1.802.433 lectores), destacando que también se envía por correo electrónico a más de veinte mil suscriptores en forma totalmente gratuita cada mañana.

Agradecimiento porque a partir de este año que termina, también tenemos presencia en las redes sociales: Facebook y Twitter, ampliando la cobertura de llegada de la Buena Nueva de Jesús a muchísimas más personas en diversos países de los cinco continentes que la leen cada día e incluso la reenvían a sus amigos, la comparten en su muros y sus grupos, la twitean, etc.

Agradecimiento por un premio recibido y que desde el fondo del corazón creo que es exagerado para lo poco que hago: la “Bandera de la Paz”, otorgada en el mes de Mayo por dos fundaciones auspiciadas por la Unesco. Y en la misma línea señalo el reconocimiento de Catholic.net, tal vez el portal católico de habla hispana más importante del mundo, que ha incorporado a su red mundial a “Pequeñas Semillitas” y “Juan Pablo II inolvidable”, mis dos blogs.

Agradecimiento por cientos de mensajes recibidos con palabras de aliento, salutaciones, e incluso correcciones o críticas constructivas que siempre son bien recibidas porque ayudan a crecer.

Agradecimiento por las oraciones hechas en favor de mi persona cuando situaciones de enfermedad así lo requirieron.

Agradecimiento a las personas que respondieron generosamente al pedido de ayuda para sostenimiento material de esta página y que han permitido con su apoyo el crecimiento y la más amplia difusión del mensaje de Cristo. No los nombro, pero ellos saben quiénes son y cuánto aprecio su ayuda. Y la reiterada solicitud de que se sumen nuevos adherentes que brinden ese apoyo económico imprescindible para seguir adelante con esta tarea que insume muchas horas por día y muchos costos para mi persona.

Agradecimiento a Melissa, mi querida amiga del alma desde hace muchos años, chilena ella, y que desde el comienzo mismo de esta página ha colaborado conmigo en las cuestiones técnicas (suscripciones, altas, bajas, etc.) que yo no manejo ni tengo tiempo de atender. Ella es la única colaboradora humana que tengo… los otros colaboradores, están en el cielo.

Y por cierto, a esos “colaboradores celestiales”: agradecimiento a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; a la Santísima Virgen de Lourdes, Madre amada; a San José, ejemplo de humildad y mansedumbre; y al Beato Juan Pablo II, motor inspirador de todo cuanto hago o intento hacer… Ellos son los que me inspiran, me sostienen y me ayudan cada día en la tarea de llevar adelante estas “Pequeñas Semillitas”, a tal punto que me gusta llamarlos “mis asesores de redacción”.

Estamos terminando otro año. El séptimo de “Pequeñas Semillitas” si consideramos que los primeros envíos por correo electrónico se hicieron en julio del año 2006, aunque el blog en internet comenzó en 2007. Todavía queda mucho camino por recorrer, mucha Palabra por difundir, muchos surcos por llenar con semillas… y con la ayuda de Dios y la colaboración de los lectores, seguiremos sembrando por el mundo estas semillitas, que reiteradamente he dicho que no son mías, sino de Jesús.

Aprovecho este momento para saludar a todos los lectores y amigos, con el deseo de que el Niño Jesús nazca y crezca con mucha fuerza en sus corazones, con renovada fe y esperanza, para que empecemos un nuevo año signado por el amor fraterno.

Felipe

Pensamientos sanadores


Irradia la bondad del Señor

San Francisco de Sales dijo: “Se cazan más moscas con una cucharada de miel, que con un barril de vinagre”. Estas palabras tienen mucho más mérito porque fueron pronunciadas y practicadas por un hombre de carácter fuertemente colérico, que pudo vencer lo negativo de su temperamento por medio de la gracia de Dios y la apertura al verdadero amor.
Ten presente que, mientras que el amor, la paciencia y la dulzura unen, la deslealtad, el enojo y los chismes dividen.
Mientras que en el amor habita Dios, en la división se mueve el diablo como si fuese pez en el agua.
Decídete, cada día, por el amor creativo, especialmente cuando éste sea puesto a prueba por personas que actúan con mala educación. Si les hablas y corriges, pide al Señor que su dulzura y espíritu de verdad estén en tu corazón, en tu mirada y en tus palabras. Cuando el amor fluye, todas las barreras se derriban.

La boca del justo es una fuente de vida, pero la de los malvados encubre la violencia. El odio provoca altercados, pero el amor cubre todas las faltas. En labios del inteligente se encuentra la sabiduría y la vara es para las espaldas del insensato. Proverbios 10, 11-13.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las víctimas inocentes de la terrible matanza ocurrida ayer en una escuela en los Estados Unidos; también por los que han quedado heridos, por los familiares de todos ellos, y para que Dios tenga misericordia con el autor del atentado.

Pedimos oración por la familia de Fernando G. T., en especial por sus hijos Ricardo y Fernando que se han distanciado y no se hablan hace dos años ya; y también por trabajo y demás necesidades de todos los integrantes de este grupo familiar. Invocamos a la Sagrada Familia de Nazaret para que sirva de guía y modelo a estas personas en su transitar por esta vida.

Pedimos oración por María Inés E. M., de 67 años de edad, que tiene cáncer de útero y está con quimioterapia sufriendo mucho. Don le Fe puesta en Jesús, le pedimos por esta hermana nuestra para que le conceda el alivio en su enfermedad y si es posible la curación de la misma.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Intimidad Divina"

En busca de Dios

Si el antiguo pueblo de Dios tenía todos los motivos para confiar en el Señor y sentirlo siempre a su lado, mucho más fuertes son los motivos que tiene para ello el nuevo pueblo de Dios, el pueblo cristiano. Dios no sólo está al lado de cada uno de los creyentes y les guía con providencia paterna, sino que ha puesto dentro de él su templo y morada. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de dios habita en vosotros?” (1 Cr 3, 16). La palabra infalible de Jesús resuena continuamente en el corazón del cristiano: “Si alguno me ama… vendremos a él y en él haremos morada” (Jn 14, 23)… Dice San Juan de la Cruz: “Es de notar que el Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviene salir de todas las cosas según la afición y voluntad, y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen” (Cántico 1, 6). La búsqueda amorosa de Dios escondido en nosotros responde en intensidad y grado a esta muerte al mundo y a nosotros mismos. Cuanto más morimos, más encontramos a Dios.

“¿Pensáis que importa poco para un alma… entender esta verdad y ver que no ha menester para hablar con su Padre eterno ir al cielo ni para regalarse con él, ni ha menester hablar a voces?... Ni ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no extrañarse de tan buen huésped” (Santa Teresa, Camino, 28, 2). Pero la verdad es que también los cristianos y hasta las almas consagradas a Dios se contentan con frecuencia con una vida superficial, del todo exterior, que los hace incapaces de recogerse en su interior para encontrarse con Dios. Hay dentro de nosotros todo un mundo de tendencias, de impulsos y de pasiones ardientes, que nos arrastran hacia las criaturas y nos inducen a darles nuestro corazón, a colocar en ellas nuestra esperanza, a buscar nuestro consuelo en su memoria. Y vivimos en este mundo superficial que nos absorbe hasta el punto de olvidarnos de esta vida más profunda, totalmente interior, en la cual estaría el alma en unión íntima con su Dios.

Diríase que el Señor nos espera en el fondo de nuestra alma, pero nosotros no llegamos a ese fondo, embebidos como estamos en mil negocios exteriores, a los cuales prestamos toda nuestra atención. “El que ha de hallar una cosa escondida –advierte San Juan de la Cruz–, tan a lo escondido y hasta lo escondido donde ella está ha de entrar, y cuando la halla, él también está escondido como ella. Como quiera, pues, que tu Esposo amado es el tesoro escondido en el campo de tu alma, por el cual el sabio mercader dio todas sus cosas, convendrá que para que tú le halles, olvidando todas las tuyas… te escondas en tu retrete interior del espíritu” (C. 1, 9). Sin una cierta separación y evasión del mundo exterior y de la vida superficial, es imposible llegar hasta Dios presente pero escondido en nosotros, y vivir en comunión con quien no nos abandona si nosotros no le abandonamos primero.

“¡Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado, para buscarle y unirte a él! Ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete y escondrijo donde está escondido; que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que está en ti, o por mejor decir, tú no puedes estar sin él… ¿Qué más quieres, ¡oh, alma!, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino que es tu Amado a quien desea y busca tu alma? Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora y no le vayas a buscar fuera de ti, porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti” (San Juan de la Cruz, Cántico)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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