viernes, 7 de diciembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1890


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1890 ~ Viernes 7 de Diciembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
¡Madre Inmaculada! ¡Que no nos cansemos!
Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor del enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo…
¡Madre amada! ¡Que no nos cansemos!
Ayúdanos a estar firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades, para socorrerlos; y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, para que ocupemos nuestro puesto, el que a cada uno Dios nos ha señalado, para defender a Cristo y a su Iglesia.
¡Nada de volver la cara atrás!
¡Nada de cruzarse de brazos!
¡Nada de estériles lamentos!
Mientras nos quede una gota de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies, que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti, para luchar siempre por el honor de Cristo y por el tuyo, y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos…
¡Madre nuestra, por última vez: que no nos cansemos!
Queremos descansar sólo después del último hálito de nuestra vida, deseando morir amparados junto a tu Corazón y entre tus brazos.
Tomado de “Catolicidad”


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
(Mt 9,27-31)

Comentario
Hoy, en este primer viernes de Adviento, el Evangelio nos presenta tres personajes: Jesús en el centro de la escena, y dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su desgracia?
Los dos ciegos hacen piña y, en comunidad, se dirigen ambos hacia Jesús. Al unísono realizan una plegaria de petición al Enviado de Dios, al Mesías, a quien nombran con el título de “Hijo de David”. Quieren, con su plegaria, provocar la compasión de Jesús: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» (Mt 9,27).
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacer eso?» (Mt 9,28). Si ellos se han acercado al Enviado de Dios es precisamente porque creen en Él. A una sola voz hacen una bella profesión de fe, respondiendo: «Sí, Señor» (Ibidem). Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
Este tiempo de Adviento es el adecuado, también para nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como los dos ciegos, haciendo comunidad, haciendo Iglesia. Con la Iglesia proclamamos en el Espíritu Santo: «Ven, Señor Jesús» (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. El Adviento es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
Recordemos las palabras del Principito: «Lo esencial sólo se ve con el corazón».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Ambrosio
Obispo y Doctor de la Iglesia


El joven prefecto de Liguria y de Emilia, Ambrosio, nació en Tréveris hacia el año 340 de una familia romana. Todavía era catecúmeno, cuando por aclamación del pueblo fue elegido a la sede episcopal de Milán, el 7 de diciembre del 374. En cuestión de religión cristiana tenía que aprender casi todo, y se dedicó sobre todo al estudio de la Biblia con tanto empeño que pronto la aprendió a fondo. Pero Ambrosio no era un intelectual puro; era sobre todo un óptimo administrador de su comunidad cristiana.

Fue un verdadero padre espiritual de los jovencitos emperadores Graciano y Valentiniano II y del temible Teodosio I, a quien no dudó en reprochar duramente, exigiéndole una penitencia pública como expiación por haber hecho asesinar al pueblo de Tesalónica para acabar con una revuelta. Ambrosio es el símbolo de la Iglesia que renace después de los duros años del ocultamiento y de las persecuciones. Por medio de él la Iglesia de Roma trató sin nada de servilismos con el poder político.

Sus cualidades personales fueron las que le atrajeron la devota atención de todos. La actividad cotidiana de Ambrosio estaba dedicada a la dirección de su propia comunidad, y cumplía sus compromisos pastorales predicando a su pueblo más de una homilía semanal. San Agustín, quien fue un asiduo oyente de los sermones de San Ambrosio, nos cuenta en sus Confesiones que el prestigio de la elocuencia del obispo de Milán era muy grande y muy eficaz el tono de este apóstol de la amistad.

Sus libros publicados que han llegado hasta nosotros son las rápidas transcripciones y reutilizaciones de sus discursos, poco o nada revisados. Sus famosos Comentarios exegéticos, antes de ser reunidos en volúmenes, habían sido predicados a la comunidad cristiana de Milán. En ellos se nota el tono familiar del pastor que se dirige con amable sencillez a sus fieles. En ellos se siente palpitar el corazón de un gran obispo, que logra suscitar conmovedora emoción en sus oyentes con argumentos llenos de emotividad y de interés. Como buen pastor le gusta enseñar cantos litúrgicos a su pueblo. Por eso compuso un buen número de himnos, algunos son todavía familiares en la liturgia ambrosiana. Fue él quien introdujo en occidente el canto alternado de los salmos.

Entre sus escritos que no tienen relación directa con su predicación, recordamos el De officiis ministrorum, porque, recalcando el conocido texto ciceroniano y acogiendo todos sus elementos, demuestra que el cristianismo puede asimilar sin peligro de alterar el significado de la buena noticia esos valores morales naturales que el mundo pagano y romano en particular supo expresar. Ambrosio murió en Milán el 4 de abril del 397.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Señor, toma este corazón de piedra,
y dame un corazón de hombre:
un corazón que te ame,
un corazón que se alegre en ti,
que te imite y que te complazca”

San Ambrosio


Tema del día:
La Corona de Adviento


La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Una costumbre significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo es La corona o guirnalda de Adviento, es el primer anuncio de Navidad.

Origen:
La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. Él vino para hacer todas las cosas nuevas.

Nueva realidad:
Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». Jn 8,12.
La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte" Mateo 5,14.

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

La corona de adviento encierra varios simbolismos:

• La forma circular:
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

• Las ramas verdes:
Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

• Las cuatro velas:
Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

• Las manzanas rojas que adornan la corona:
Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

• El listón rojo:
Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Bendición de la Corona de Adviento

En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no se puede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.


Pensamientos sanadores


Creciendo en la auténtica alegría

Este mes debe ser para ti, de modo particular, un tiempo de alegría, pues ése es el mensaje que nos trae el Niño que ha de nacer.
Pero, además, si observas con atención, descubrirás que siempre hay algo por lo cual estar gozosos. Para descubrirlo, es necesario mantener abiertos los ojos y especialmente el corazón.
De este modo, podrás disfrutar de los pequeños y de los grandes regalos que Dios quiere darte.
Si desarrollas la capacidad de beber de las pequeñas alegrías cotidianas, notarás un gran fortalecimiento interior y los motivos para vivir alegre se multiplicarán rápidamente.
La alegría es contagiosa, porque se irradia sin necesidad de las palabras.
Por medio de ella, esparces vida a tu alrededor, y para las próximas fiestas, será el mejor regalo que puedas darle a quienes amas.

Te alegrarás durante la fiesta, junto con tu hijo y tu hija, con tu esclavo y tu esclava, y con el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que vivan en tu ciudad. Deuteronomio 16, 14.


Mes de María


Desde el 7 de Noviembre al 7 de Diciembre, se desarrolla en Argentina y en varios países del hemisferio sur, el Mes de María, pues es el mes de las flores aquí en el sur, tal como Mayo lo es en el hemisferio norte.

Día treinta y uno (7/DIC): María, nuestra Protectora y Reina

CONSIDERACIÓN. – Ninguno de los días de nuestra vida pasará, esperámoslo, sin que presentemos a la Santísima Virgen nuestros piadosos homenajes.
Tenemos sin cesar, necesidad de la protección todopoderosa de Aquella que es, al mismo tiempo, Madre de Jesús y Madre nuestra.
No olvidemos jamás que somos sus hijos, que Ella nos ama y que quiere nuestra felicidad.
Ella nos obtendrá todas las gracias necesarias para cumplir la obra de nuestra salvación. Consagrémosle, pues, terminando estas lecturas, nuestra persona, nuestra familia y pongámonos bajo su guarda, bajo su protección tutelar. Por su intercesión los pecadores se salvan, los enfermos se curan; Ella da a los débiles la fuerza y la victoria a los ejércitos. Nada le cuesta para escuchar nuestras súplicas y necesitándose milagros, Ella los obtiene del Señor, para aquellos que le han entregado su esperanza y confianza.

CONSAGRACIÓN DE SAN LUIS DE GONZAGA, A LA SANTA VIRGEN. – Virgen Santa ¡oh María! mi guía y Soberana, yo vengo a arrojarme al seno de vuestra misericordia y a poner, desde este momento y para siempre, mi alma y mi cuerpo bajo vuestra sagrada guardia y protección especial. Os confío y entrego en vuestras manos todas mis esperanzas y consuelos, todas mis penas y miserias, como también el curso y fin de mi vida, a fin de que por vuestra santísima intercesión y por vuestros méritos, todas mis obras sean hechas según vuestra voluntad y para agrado de vuestro divino Hijo.

RESOLUCIÓN. – Renovaré frecuentemente la consagración de mí mismo, a la Santa Virgen.

JACULATORIA. – María, Reina de todos los santos, rogad por nosotros.

EJEMPLO. – Caracterizaba sobre todo a San Leonardo de Puerto Mauricio, su tierna devoción y su profundo amor a la Madre de Dios. Cada noche, recitaba el rosario, cada vez que oía sonar la hora, decía un Ave María. Celebraba todas las fiestas de la Reina del Cielo con tierna devoción y llevaba siempre consigo una de sus imágenes. María recompensó este amor con usura. Así, San Leonardo decía más tarde: “Cuando recuerdo todas las gracias que he recibido de la Santa Virgen me figuro ser como una capilla de peregrinación, en la cual, de todos lados, cuelgan ex-votos.
No tenéis más que leer, estoy todo cubierto de inscripciones, por dentro y por fuera, en el cuerpo tanto como en el alma; no creo más que los favores de María. Mi salud física y moral, mi sacerdocio, mi hábito religioso, todo lo he recibido por la gracia de esta buena madre. Sobre mi corazón se encuentra grabado: Por la gracia de María; sobre mi lengua: Por la gracia de María.
Sed bendita sin fin, ¡oh dulce y tierna Madre, mi protectora bien amada!
Por toda la eternidad, cantaré las misericordias de María y si tengo la felicidad de salvarme, no será sino por la intercesión de mi soberana, la incomparable Reina de los Cielos”.

PLEGARIA DE SAN BERNARDO, PARA TODOS LOS DÍAS. – Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de aquellos que han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido abandonado. Animado con tal confianza, acudo a Vos ¡oh dulce Virgen de las vírgenes! me refugio a vuestros pies, gimiendo bajo el peso de mis pecados. No despreciéis, ¡oh Madre del Verbo!, mis humildes plegarias; antes bien, oídlas benignamente y cumplidlas. Así sea.

JACULATORIA. – Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.



Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud física y espiritual, así como por la protección para Cindy y su familia, para que Dios y la Virgen Santísima los ayuden. Ellos radican en la ciudad de Guatemala, C.A.

Pedimos oración por las personas que terminan sus condenas, salen de las cárceles y no consiguen reinsertarse en la sociedad porque nadie les da trabajo. Que el Señor permita que tengan nuevas oportunidades de encauzar sus vidas honesta y decentemente.

Pedimos oración por Micky, de Lima, Perú, quien tuvo que ser intervenido por segunda vez haciéndole una angioplastía por tener dos arterias sumamente obstruídas. Está con descanso médico, pero se encuentra muy preocupado por su salud, su trabajo y su familia. Rogamos a Jesús, que le ha dado una nueva oportunidad de vida, que pueda encontrar la paz y reflexionar sobre su vida y su futuro con la mayor serenidad.

Pedimos oración por Emiliano Andrés, que vive en la provincia de Misiones, Argentina, y que está muy negado a todo lo que sea rezar, ir misa, hablar o nombrar a Jesús, estudiar... Rezamos por él  por sus padres que están muy angustiados y no saben cómo manejar la situación. También pedimos por Soledad, que es una chica que atraviesa una situación similar. Que María Inmaculada interceda por ellos ante Jesús para que puedan encaminar su vida siguiendo la luz de Cristo.

Pedimos oración por estas personas que viven en USA: Alba H. V. quien esta padeciendo fuertes dolores de cabeza; por Severino G. que ha sido operado de la próstata; y por Regina O. que tiene problemas digestivos. Rogamos al Señor para que a todos les brinde su gracia sanadora.

Pedimos oración por José Antonio M., un joven de 17 años de edad, de República Dominicana, que por haber sufrido un accidente, está ahora con daño cerebral y conectado a un respirador, aguardando que Dios le conceda lo mejor.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Intimidad Divina"

La vida en la voluntad de Dios

“Los sordos oirán aquel día…, los ciegos verán sin oscuridad y sin tinieblas” (Is 29, 18). Esta profecía de Isaías se cumplió plenamente con la venida de Jesús, no sólo materialmente, sino sobre todo espiritualmente, pues dispuso el corazón de los hombres para escuchar la palabra de Dios y abrió sus ojos para reconocer sus caminos y su voluntad. El mundo de hoy tiene todavía necesidad de esta continua iluminación. La voluntad de Dios no sólo se manifiesta a través de determinados preceptos, sino que aparece también como escrita en las diversas circunstancias de la vida que originan para cada hombre deberes imprescindibles. Y en cada una de estas circunstancias Dios presenta a cada cristiano especiales deberes de sumisión, de paciencia, de caridad, de actividad o de abnegación, de sacrificio, de generosidad. Siguiendo el camino del deber tenemos la seguridad de caminar en la voluntad de Dios y de crecer en su amor.

“La santidad consiste, propia y exclusivamente, en la conformidad con el divino querer, manifestada en el constante y exacto cumplimiento de los deberes del propio estado” (Benedicto XV, 1920). La santidad no consiste en empresas extraordinarias, sino que se reduce a la línea del deber, y, por lo tanto, está al alcance de todos los hombres de buena voluntad. Pero el cumplimiento de las propias obligaciones debe ser exacto y constante. Exacto: sin negligencias, solícito siempre para agradar a Dios en cada acción, dispuesto a abrazar con amor todas las expresiones de su voluntad. Constante: en todas las circunstancias y situaciones, aun en las menos felices y gratas, aun en los momentos oscuros de tristeza, cansancio y aridez; y esto día tras día. “Se necesita una virtud nada común para cumplir con exactitud, piedad y fervor íntimo de espíritu, todo el conjunto de cosas comunes y ordinarias que constituyen nuestra vida de cada día” (Pío XI, 1928).

Este ejercicio será cada vez más fácil en la medida en que el cristiano sepa considerar a la luz de la fe todas las circunstancias de su vida, acostumbrándose a ver en ellas las indicaciones de la voluntad de Dios. Cuando una criatura que ama de verdad al Señor advierte que alguna cosa es querida por él, la acepta o la pone en práctica sin lugar a duda, por más que pueda costarle. Ciertos retrasos o resistencias en esta materia dependen, más que de falta de voluntad, de no entender la voluntad de Dios. Sobre este punto tan importante nos debe iluminar el espíritu de fe. La fe nos hace pasar más allá de las vicisitudes terrenas y ver la mano de Dios que ordena y guía todas las cosas para la santificación de sus elegidos. Y a dios nunca se le dice no.

Sí, Señor, hágase tu voluntad en la tierra, donde no existe placer sin mezcla de algún dolor, ni rosa sin espinas, ni día sin noche, ni primavera sin invierno; en la tierra, Señor, donde los consuelos son pocos, y los trabajos innumerables; hágase tu voluntad, pero no sólo en la ejecución de tus mandamientos, consejos e inspiraciones que debemos practicar, sino también en el sufrimiento de las aflicciones y penas que debemos recibir, a fin de que tu voluntad haga para nosotros, por nosotros, en nosotros y de nosotros, todo aquello que te plazca. (San Francisco de Sales, Tratado del amor de Dios)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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