martes, 27 de noviembre de 2012

Pequeñas Semillitas 1880


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1880 ~ Martes 27 de Noviembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Jesucristo es Rey por razones muy distintas a las políticas. Quiere reinar en los corazones para que los hombres se sientan hijos de Dios y hermanos entre si.
El Reino de Jesús no es una realidad política sino espiritual. Es la presencia de Dios en nosotros para liberarnos de todos los miedos y esclavitudes; para purificarnos de nuestros pecados, para hacernos ver la verdad, la bondad y la belleza del proyecto de Dios: establecer desde ahora, el Reino de la verdad y la vida, el Reino de la santidad y la gracia, el Reino de la justicia, el amor y la paz.
Este Reino ya está en medio de nosotros, como la semilla que crece silenciosamente. Lo construyen y expanden, día a día, todos los bautizados y todos los hombres de buena voluntad que se esfuerzan por anunciar y vivir la verdad, la justicia, el amor y la paz.
Señor Jesús, te proclamo Rey y Señor de mi vida. Te entrego mi mente y mi corazón para que ejerzas tu poder liberador. Reina en mi vida y en quienes me rodean, para que amemos y vivamos la justicia, el amor y la paz. Amén.
El Domingo


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».
(Lc 21,5-11)

Comentario
Hoy escuchamos asombrados la severa advertencia del Señor: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Lc 21,6). Estas palabras de Jesús se sitúan en las antípodas de una así denominada “cultura del progreso indefinido de la humanidad” o, si se prefiere, de unos cuantos cabecillas tecnocientíficos y políticomilitares de la especie humana, en imparable evolución.
¿Desde dónde? ¿Hasta dónde? Esto nadie lo sabe ni lo puede saber, a excepción, en último término, de una supuesta materia eterna que niega a Dios usurpándole los atributos. ¡Cómo intentan hacernos comulgar con ruedas de molino los que rechazan comulgar con la finitud y precariedad que son propias de la condición humana!
Nosotros, discípulos del Hijo de Dios hecho hombre, de Jesús, escuchamos sus palabras y, haciéndolas muy nuestras, las meditamos. He aquí que nos dice: «Estad alerta, no os dejéis engañar» (Lc 21,8). Nos lo dice Aquel que ha venido a dar testimonio de la verdad, afirmando que aquellos que son de la verdad escuchan su voz.
Y he aquí también que nos asevera: «El fin no es inmediato» (Lc 21,9). Lo cual quiere decir, por un lado, que disponemos de un tiempo de salvación y que nos conviene aprovecharlo; y, por otro, que, en cualquier caso, vendrá el fin. Sí, Jesús, vendrá «a juzgar a los vivos y a los muertos», tal como profesamos en el Credo.
Lectores de Contemplar el Evangelio de hoy, queridos hermanos y amigos: unos versículos más adelante del fragmento que ahora comento, Jesús nos estimula y consuela con estas otras palabras que, en su nombre, os repito: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestra vida» (Lc 21,19).
Nosotros, dándole cordial resonancia, con la energía de un himno cristiano de Cataluña, nos exhortamos los unos a los otros: «¡Perseveremos, que con la mano ya tocamos la cima!».
Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Advocación Mariana


La primera aparición de la Medalla Milagrosa tuvo lugar el domingo 18 de Julio 1830, en París, justo en la capilla de la casa central de las Hijas de la Caridad, a una religiosa llamada Catalina Laboure. El padre Aladel, confesor de la vidente, fue quien insertó el relato en el proceso canónico siete años más tarde.

"A las cinco de la tarde, estando las Hijas de la Caridad haciendo oraciones, la Virgen Santísima se mostró a una hermana en un retablo de forma oval. La Reina de los cielos estaba de pie sobre el globo terráqueo, con vestido blanco y manto azul. Tenía en sus benditas manos unos como diamantes, de los cuales salían, en forma de hacecillos, rayos muy resplandecientes, que caían sobre la tierra... También vio en la parte superior del retablo escritas en caracteres de oro estas palabras: ‘¡Oh María sin pecado concebida!, rogad por nosotros que recurrimos a Vos’. Las cuales palabras formaban un semicírculo que, pasando sobre la cabeza de la Virgen, terminaba a la altura de sus manos virginales. En esto volvióse el retablo, y en su reverso viose la letra M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra, y debajo los corazones de Jesús y de María... Luego oyó estas palabras: Es preciso acuñar una medalla según este modelo; cuantos la llevaren puesta, teniendo aplicadas indulgencias, y devotamente rezaren esta súplica, alcanzarán especial protección de la madre de Dios. E inmediatamente desapareció la visión".

Esta visión se repitió algunas veces, durante la Misa y durante la oración, siempre en la rue du Bac, de París, cerca de la parada de "Metro" Sèvre-Babylone, detrás de los grandes almacenes "Au Bon Marché" donde está el edificio de las Hijas de la Caridad, en la capilla rectangular y sin estilo definido similar a las miles que existen en las casas religiosas.

Fuente: Catholic.net

Más información sobre la Virgen de la Medalla Milagrosa en "Web Católico de Javier": clic acá.


La frase de hoy


“¡Oh María sin pecado concebida!
rogad por nosotros que recurrimos a Vos”


Historias:
El huevo vacío


Jimmy nació enfermo. Tenía deformaciones corporales y una mente lenta. A la edad de 12 años estaba todavía en segundo de primaria. Su maestra, la señorita Doris, a menudo se desesperaba e irritaba con él, pues Jimmy no siempre podía hablar con claridad.

Un día la maestra llamó a sus padres. El matrimonio llegó puntual y Doris les dijo: "Lo que necesita Jimmy es una escuela especial. No es bueno para él estar con niños menores". La mamá de Jimmy sacó un pañuelo y lloró quedamente, mientras su marido hablaba: "Pero señorita, no hay escuelas de ese tipo en las cercanías. Sería terrible para Jimmy sacarlo de esta escuela. Sabemos que le gusta estar aquí". Una vez sola, Doris pasó largo rato meditando. No desaparecía la frialdad de su alma. Quería aceptarlo, pues el niño tenía una enfermedad terminal, pero no le parecía justo. Jimmy era una distracción para los demás. Además, él nunca aprendería a leer y escribir, ¿para qué perder tiempo intentándolo? Mientras ponderaba la situación, un sentimiento de culpabilidad se apoderó de ella. "Estoy protestando, cuando mis problemas no son nada comparados con esa pobre familia", pensó. "Por favor, Señor, ayúdame a ser más paciente con Jimmy".

Desde ese día, intentó ignorar los ruidos de Jimmy. Un día, Jimmy se dirigió hasta su mesa, arrastrando tras de sí su pierna mala: "Te quiero mucho, Señorita Doris", exclamó. Los demás estudiantes soltaron risitas y Doris enrojeció. Balbuceó: "Eso es muy bonito Jimmy. Ahora vuelve a tu sitio, por favor".

Llegó la pascua y Doris les contó la historia de Jesús. Para enfatizar la idea del nacimiento a una nueva vida, dio a cada uno de los niños un gran huevo de plástico: "Quiero que lo traigan mañana con algo dentro que signifique una nueva vida". La profesora se preguntaba si Jimmy habría entendido lo que ella había explicado sobre la muerte y resurrección de Jesús.

A la mañana siguiente, los 19 niños dejaron los huevos en la gran cesta sobre el escritorio. La maestra comenzó a abrirlos. En el primer huevo, Doris encontró una flor. "Sí. Una flor es ciertamente un signo de nueva vida"; era el de Juanito. El siguiente contenía una mariposa de plástico: "Todos sabemos que una oruga cambia y se transforma en una bonita mariposa. Sí, también es nueva vida". La pequeña Danny sonrió orgullosa.

En el siguiente, Doris encontró una roca con musgo. Explicó que ese musgo también significaba vida. Era el de Peter. Entonces Doris abrió el cuarto huevo y se sorprendió: estaba vacío. ¡Era el de Jimmy!, seguro que no entendió sus instrucciones... Para no hacerle pasar un mal rato, lo apartó. Pero Jimmy le preguntó: "¿No va a hablar del mío?". Doris replicó confusa: "Pero Jimmy… está vacío". Él la miró y dijo suavemente explicando: "Sí, y la tumba de Jesús también estaba vacía". Doris enmudeció. Al recuperarse le preguntó: "¿Y sabes por qué estaba vacía la tumba?". "Oh, sí. A Jesús lo mataron y lo pusieron dentro. Entonces su Padre lo elevó hacia Él". En eso la campana del recreo sonó y mientras los niños corrían hacia el patio, Doris lloró. La frialdad de su interior se derritió por completo. Tres meses más tarde, Jimmy murió. Aquellos que fueron a velarlo, se sorprendieron al ver 19 huevos sobre la tapa de su ataúd. Todos ellos vacíos.

Pbro. José Martínez Colín


Pensamientos sanadores


Siéntete abrazado por María

Te invito a que sitúes espiritualmente a los pies de la cruz, junto a María, en el lugar de Juan y sintiendo la mirada de Jesús, oigas como él te dice en tu corazón: ahí tienes a tu Madre.
Quizás, escondidos en tu interior, aún hay muchos temores y dudas, y no sabes cómo seguir adelante.
Recuerda que, si estás buscando acercarte más a Dios, ahí tienes a tu Madre. Si, en tu vida, hay un gran dolor, ahí tienes a tu Madre. Si sientes que tus fuerzas se acaban y necesitas un milagro para tu vida, ahí tienes a tu Madre.
En esos momentos, recuerda las palabras que la Virgen le dijo a Juan Diego y que también te repite a ti: “Oye y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, ni te inquiete cosa alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás por ventura en mi regazo?”

Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”, Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”, y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Juan 19, 26-27.


Mes de María


Desde el 7 de Noviembre al 7 de Diciembre, se desarrolla en Argentina y en varios países del hemisferio sur, el Mes de María, pues es el mes de las flores aquí en el sur, tal como Mayo lo es en el hemisferio norte.

Día veintiuno (27/NOV): De la expiación

CONSIDERACIÓN. – El sacramento de la penitencia, borra nuestros pecados, pero no nos perdona enteramente la falta en que hemos incurrido al cometerlos. La penitencia que el sacerdote nos impone, no nos hace cumplir sino una débil parte de nuestra deuda hacia la justicia divina. Es necesario que expiemos nuestras iniquidades. Nuestra vida no es más que una sucesión de penas de todo género.
Unas veces, el sufrimiento físico nos oprime y quiebra; otras, el dolor nos hiere en lo que más amamos.
Toda nuestra existencia, puede compararse a una penosa y peligrosa travesía sobre un mar agitado.
Tenemos también, además de esos grandes dolores, el soportar con paciencia las penas y fatigas cotidianas; ese trabajo que a veces nos pesa y nos cuesta; esos fastidios, esas contrariedades, esas decepciones que no podemos evitar.
Para el alma que no sabe elevarse hacia Dios, todo esto, está perdido; no recoge ningún fruto y no sufre menos. No seamos tan insensatos para proceder en esta forma. Consideremos a la Santísima Virgen: Ella no había pecado absolutamente y sin embargo, su vida transcurrió en el sufrimiento y la prueba. Siempre se mostró dulce y resignada, aceptando la voluntad de Dios, sin reproche.
A ejemplo de nuestra Madre del Cielo, sirvámonos de lo que es penoso a nuestra naturaleza, para adquirir una felicidad que nos hará pronto olvidar nuestras penas y que durará eternamente.

EJEMPLO. – Santa Margarita, reina de Escocia, era todavía muy niña, cuando su hermana mayor le explicó que el crucifijo es la imagen de Jesús, muerto por los hombres, en medio de los suplicios de la cruz.
La niña, emocionada por estas palabras, exclamó en un santo transporte: “Mi adorable Salvador, desde este momento, yo deseo perteneceros, toda entera”.
En efecto, la meditación de los sufrimientos de Jesús fue, en adelante, la única ocupación de su corazón, el alimento y sostén de su piedad que iba siempre aumentando. De Jesús crucificado sacó esa paciencia y dulzura que ganaron el corazón del rey Malcolm, su esposo. Naturalmente irascible y colérico, este príncipe se volvió afable y virtuoso, gracias a la feliz influencia de Margarita.
La santa reina de Escocia consagró su vida entera a obras de misericordia. Estaba ya próxima a entregar su alma a Dios, cuando le llevaron la noticia de la muerte del rey, ocurrida en la guerra. Besó entonces el crucifijo que tenía en sus manos y aceptando esa dura prueba con admirable resignación, la ofreció al Señor en expiación de sus faltas; después se durmió en el Señor, con la calma y la paz que da la conformidad a la voluntad de Dios.

PLEGARIA DE SAN BUENAVENTURA. - ¡Oh mi Soberana, que habéis recibido tan crueles heridas sobre el Calvario! herid nuestros corazones, renovad en nosotros vuestra dolorosa pasión y la de vuestro divino Hijo, unid nuestros corazones a vuestro Corazón herido, a fin de que participen de las mismas heridas. Así sea.

RESOLUCIÓN. – Ofreceré al buen Dios los sufrimientos y molestias de cada día, en expiación de mis faltas.

JACULATORIA. – María, salud de los enfermos, rogad por nosotros.



Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Elena, de Ontario, Canadá, para que sus exámenes de ultrasonido y mamografía de este jueves salgan totalmente limpias por Obra Divina del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Junto a María de la Medalla Milagrosa, nos unimos en la oración por esta hermana nuestra.

Pedimos oración por Jefferson Samir G. F. para que el Señor lo ayude y sea confirmado en el trabajo donde se está desempeñando en período de prueba.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Intimidad Divina"

A la sombra de Dios

La criatura no podría darse totalmente a Dios si no fuese atraída por él; es siempre Dios quien la precede con su amor y con su gracia. Por otra parte es también verdad que Dios “no se da a sí del todo hasta que nos damos del todo” (T.J.C. 28, 12). Sucede así cuando la criatura, teniendo ya la voluntad libre de todo deseo y gusto extraño, ha dado enteramente “el sí de todo esto en Dios, siendo ya la voluntad de Dios y del alma una en un consentimiento propio y libre”, y él le responde con el “verdadero sí y entero de su gracia” (J.C. Ll 3, 25). Al don perfecto de la voluntad por parte de la criatura, corresponde la plena comunicación de su vida divina. Esto se realiza plenamente cuando, como dice San Juan de la Cruz, “ya la voluntad de Dios y del alma [son una] en un consentimiento propio y libre”; entonces la vida divina irrumpe en la criatura y Dios se da a ella como esposo o esposa: “Yo soy de mi amado y mi amado es mío” (Ct 6, 3).

“Mira que estoy a la puerta y llamo –dice el Señor–. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20). De mil maneras, con sus gracias, con sus inspiraciones, con su amor, llama Dios al corazón del hombre, y apenas éste se decide a abrirle de par en par la puerta, lo invade, toma posesión de él, establece su morada y habita allí como amigo con su amigo. Si la criatura hace cuanto está de su parte para desembarazar el corazón de todo afecto desordenado y abrirlo completamente a Dios, “es imposible… que Dios deje de hacer lo que es de la suya en comunicárselo, al menos en secreto y silencio. Más imposible es esto que dejar de dar el rayo de sol en lugar sereno y descombrado; pues así como el sol está madrugando para entrar en tu casa, si destapas la ventana, para entrar, así Dios… entrará en el alma vacía y la llenará de bienes divinos” (J.C.Ll 3, 46)

¿Por qué, pues, hacerle esperar?... Demorar en responder a las invitaciones divinas o responder sólo parcialmente con negligencia y reserva, significa exponerse a perder gracias preciosísimas que conducirán a una unión más íntima con Dios. Dios quiere el “si” perfecto de la criatura, no sólo en teoría, no sólo en los momentos de oración o de gozo espiritual, sino siempre: en la realidad concreta de la vida cotidiana, en las dificultades y en el desconsuelo. Y ha de ser un “si” generoso, por el que la criatura se adhiere a Dios con todas sus fuerzas y con todo su amor. Sólo a este “si” responde él con “su verdadero si y entero de su gracia”, haciendo a la criatura cada vez más partícipe de su ser divino y de su vida divina, y morando en ella de modo cada vez más íntimo y profundo. Es el triunfo de la gracia, por el que la criatura dada enteramente a Dios puede finalmente reposar en él: “a su sombra apetecida estoy sentada” (Ct 2, 3).

Cuando place a la Bondad divina, el alma puede sentirse en su parte superior inundada de paz, aun mientras continúa la tormenta. ¡Oh paz inefable que supera todo sentimiento!, tú quitas siempre el gusto de lo sensible y haces correr hacia la fe pura como hacia la fuente única de un Bien divino, cuyo fruto inefable y mil veces bendito, don que supera todos los dones, eres tú. Este es… Dios mio, el favor que estimo superior a todo lo que en tu liberalidad me has concedido hasta ahora. ¡Que tu bondad me lo conserve, si tal es tu beneplácito! ¿Qué podré temer gozando de esta paz inefable? Para el alma que está íntimamente unida a ti, oh Señor, eres la fuerza para su debilidad, la obediencia para sus rebeldías, la humildad para su orgullo, la riqueza para sus ingratitudes, la pureza para sus fealdades y, en fin, la oración de su oración. Con esta paz divina tú la proteges de todo peligro y tu amor infinito absorbe esta nada insignificante que está siempre en tu presencia con humilde confianza y ciego abandono. (Beata M. Teresa de Souvirán)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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