martes, 4 de agosto de 2009

Pequeñas Semillitas 0800

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0800 ~ Martes 4 de Agosto de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Por la gracia de Dios y con mucha alegría, estamos retornando con nuestras "Pequeñas Semillitas" luego de una semana de ausencia, y lo hacemos precisamente en el día en que llegamos a la edición número 800 de este boletín.
Como lo ha sido desde el primer día, nuestra meta es difundir la Buena Nueva de Cristo (su Santo Evangelio) valiéndonos de los medios modernos que se nos dan en nuestros tiempos, como es el caso de la Internet.
Y bajo el patronazgo de Jesús Nuestro Señor, la Santísima Virgen de Lourdes, San José y Juan Pablo II, reiniciamos la siembra con toda la fuerza y el entusiasmo de siempre, a través de nuestros dos medios de llegada: los mails y el blog.
Y es algo muy significativo que estamos regresando en el Día del Párroco, conmemoración del Santo Cura de Ars, pues de algún modo muy pequeño compartimos con ellos la tarea cotidiana de difundir el Evangelio y ayudar a las ovejas perdidas en los prados del Señor, el Buen Pastor, a que vuelvan a la senda que Él nos señala.
Que María nos siga ayudando en esta humilde misión, y permita que sean cada día más los lectores y difusores de esta página.


La Palabra de Dios : Evangelio del día


En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Animo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
(Mateo 14, 22-36)

Comentario
Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.
Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro. Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).
Fray Lluc TORCAL Monje del Monastero de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)


Santoral Católico

San Juan María Vianney, Cura de Ars


Recibió la tonsura en 1811 y, a fines del año siguiente, fue a estudiar filosofía en el seminario menor de Verrieres. No se distinguió en los estudios; pero trabajó con tal humildad y tesón, que en 1813, pasó al seminario mayor de Lyon. No se le podía admitir al sacerdocio por las dificultades que presentaba en el estudio. Finalmente, luego de mucho perseverar, el 2 de julio de 1814, Juan María recibió las órdenes menores y el subdiaconado y volvió a Ecully a proseguir sus estudios. En junio de 1815 (cinco días después de la batalla de Waterloo), recibió el diaconado y, el 12 de agosto, se le confirió el sacerdocio. Al día siguiente cantó su primera misa y fue nombrado vicario del P. Balley.

El vicario general de Lyon había dicho en la ordenación de Juan María: "La Iglesia no necesita sólo sacerdotes sabios, sino también sacerdotes santos". En efecto, Juan María sabía lo que un sacerdote debía saber, aunque no lo hubiese aprendido en los libros. Por ejemplo, por lo que toca a la teología moral, el P. Bouchard le había examinado a fondo sobre "casos" difíciles y el santo había respondido acertadamente, basándose en el sentido común, pero el sentido común de un santo.

En 1818, fue nombrado cura de Ars-en-Dombes, una remota aldea de 230 almas.

El P. Vianney decidió emprender a fondo la reconversión de Ars. Para ello se valió del trato personal con los habitantes, de la dirección espiritual en el confesionario y de la predicación. Luchó contra la blasfemia, la mundanidad y la obsenidad. En 1821, el territorio de Ars fue convertido en parroquia sufragánea y, en 1823, pasó a formar parte de la nueva diócesis de Belley. En tanto que el pueblo se convertía lentamente a la vida cristiana, el Cura de Ars era objeto de una verdadera persecución por parte del demonio. En toda la hagiología no existe un solo caso en el que la acción del demonio haya sido tan larga (duró más de 30 años), violenta y variada. Los fenómenos iban desde ruidos y voces hasta los ataques personales. Pero el P. Vianney tomaba la acción del demonio con tal naturalidad, que parecía considerarla como parte normal de la jornada.

Otro de los hechos extraordinarios es que Ars se convirtió en un sitio de peregrinación en vida del santo. Desde 1827, empezaron a acudir a Ars los peregrinos del exterior. Entre 1830 y 1845 hubo un promedio de 300 peregrinos por día. El P. Vianney tenía que pasar hasta 16 horas al día en el confesionario. Atribuía las curaciones que obraba a la intercesión de Santa Filomena. Fue canonizado por el Papa Pío XI en 1925 y, en 1929, le proclamó principal patrono del clero parroquial.


Pensamiento


"La Palabra de Dios es digna en todos vuestros esfuerzos. Abrazarla en toda su pureza e integridad, y difundirla con el ejemplo y la predicación, es una gran misión. Esta es vuestra misión hoy, mañana y el resto de vuestras vidas"
Juan Pablo II


Tema de hoy :
Día del Párroco


Hoy, Fiesta del Santo Cura de Ars, se celebra el Día del Párroco. Hablamos de un sacerdote a quién la Iglesia le encomendó el cuidado pastoral de una parroquia. Lo considero uno de los destinos pastorales que mejor expresan la figura del sacerdote Pastor. Conservo recuerdos muy vivos del tiempo que estuve a cargo de una parroquia. Hoy quiero homenajearlos, y compartir con ustedes algunas reflexiones sobre su vida y ministerio al servicio de nuestras comunidades.

No hay duda que la imagen ideal del párroco es la del Buen Pastor: “Yo soy el Bueno Pastor” nos dice Jesucristo (Jn. 10). En este bello pasaje del evangelio de san Juan, el Señor nos ha dejado un modelo de Pastor que se define por su presencia y escucha, su conocimiento y amor, su acompañamiento y entrega. Para vivir este ideal, nos dice Aparecida, “el párroco debe ser un auténtico discípulo de Jesucristo” y, al mismo tiempo, “un ardoroso misionero que vive el anhelo de buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración” (cfr. Ap. 201). Para el párroco, como vemos, la intimidad de vida con el Señor es la fuente y la riqueza de su ministerio.

En cuanto preside una comunidad, es importante que lo sepamos mirar como miembros de esa misma comunidad. En este sentido, hablando de las parroquias como lugares eclesiales, Aparecida agrega: “… no basta la entrega generosa del sacerdote…… Se requiere (además) que todos los laicos se sientan corresponsables en la formación de los discípulos y en la misión (de la Iglesia)” (Ap. 202). Como vemos, la Parroquia es una comunidad que nos involucra a todos; estamos llamados a vivir en ella nuestra vida cristiana y a expresar desde ella la misión evangelizadora de la Iglesia.

Desde esta perspectiva de la vida y misión de la comunidad parroquial, la figura del párroco adquiere toda su verdad y significado pastoral. Mirar su persona desde la comunidad que preside, en cuanto ejerce de un modo único y personal la potestad de Cristo por el sacramento del Orden Sagrado, nos ayuda a valorar su vida y ministerio y, al mismo tiempo, a vernos y a sentirnos como parte de su misma comunidad. Me atrevería a decirles que el mejor regalo en su día sería renovar nuestro sentido de pertenencia y de compromiso pastoral en la vida de nuestra parroquia.

Uniendo mi oración y afecto a todos los párrocos en su día, los invito a acercarse a sus parroquias para hacerles llegar a ellos sus saludos personalmente. Deseándoles un buen fin de semana en compañía de su familia y sus amigos, reciban de su Obispo la bendición en el Señor Jesús.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe, Argentina


Poesía


Heme aquí


Aquí estoy, Señor amado,
para hacer tu voluntad,
mas llevo en mi intimidad
el corazón desgarrado;
que si bien quiero y deseo
en las obras ser cristiano,
hago, sí, lo que no quiero
y quiero lo que no hago.

Mas Tú, Señor, por tu gracia
no me alejes de tu lado,
que si en pecado nací
y en castigo del pecado
en la muerte me perdí,
tú bien puedes con tu mano
levantarme si caí
por mi estado delicado.


César Alzola
Cura Párroco - España


Meditación breve


Al comenzar el día con agradecimiento, la primera oración que digo es ¡Gracias, Dios! Por belleza y por amor, por sorpresas y emociones, por amistad y por comunidad, por la presencia divina en todo, siento agradecimiento.
Aun cuando paso por un reto difícil, estoy agradecido. Soy yo quien decide cómo reaccionaré a cada situación... ¿Tendré presente que tengo una fortaleza interna dada por Dios? ¿Demostraré aprecio por mi vida y por toda la gente que la enriquece?
Agradezco lo que mi circunstancia presente me ofrece: una oportunidad de crecimiento. Con gratitud, valoro la vida que me ha sido dada y la vida que estoy creando en todas sus manifestaciones.
“¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!” Salmo 95:2


Pedidos de oración


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la señora Dina C. que falleció en Olavarría, Buenos Aires, Argentina, hace unos pocos días, con 54 años de edad. Que Dios ilumine, consuele y guíe a su dolida familia.


Pedimos oración por la señora Martha Ramírez Arroyo, de ciudad de México, internada en el Hospital de Oncología con un cuadro de carácter terminal, para que el Señor Jesús tenga piedad de su alma y le conceda lo mejor, a la vez que fortalezca a sus familiares.


Pedimos oración por la niña María Eugenia A. de 4 años, que mañana será operada de amígdalas y adenoides. Que la Santísima Virgen María, con su amor maternal, la acompañe en esta cirugía.


Pedimos oración por Gustavo Ezequiel Q. que es un joven policía de la ciudad de La Plata, Argentina, que ha sufrido un accidente de moto y se encuentra en estado muy delicado. Que el Buen Jesús lo asista y lo cure de sus heridas.


Pedimos oración por Haydée Oropeza, amiga de esta página, radicada en Cuba, que se encuentra internada en muy grave situación por una afección cancerosa que tal vez sea operada en unos días si su condición general lo permite. Rogamos por ella y le enviamos toda nuestra fuerza de hermanos en Cristo.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Palabras de Jesús


“Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 10)

Aquí el Señor nos dice que son bienaventurados los perseguidos por practicar el bien, pues de ellos es el Reino de los Cielos. Que nunca debamos sufrir por hacer el mal, pero si sufrimos por hacer el bien, sepamos que tendremos un gran premio en el Cielo, donde Jesús nos espera para darnos la corona de victoria. Porque este mundo está dominado por Satanás, que odia a los cristianos y a todos los que hacen el bien. Por eso si queremos ser buenos y justos, necesariamente tendremos persecuciones de Satanás y de este mundo que está en su poder. Pero no tengamos miedo pues ya Jesús nos dice en otra parte del Evangelio que no hay que temer a los que matan el cuerpo sino a lo que mata el alma, es decir los vicios y pecados. Además recordemos que Jesús ha dicho: “Yo he vencido al mundo”, y los que estamos con Él, también lo venceremos.

Jesús, en Vos confío.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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