sábado, 15 de agosto de 2009

Pequeñas Semillitas 0811

PEQUEÑAS SEMILLITAS
.
.
Número 0811 ~ Sábado 15 de Agosto de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

.
« Hoy María Virgen subió a los cielos:
alegraos porque con Cristo reina para siempre »

.

La Palabra de Dios :
Evangelio del día
.

En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
(Lucas 1, 39-56)

Comentario
Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de Santa María en cuerpo y alma a los cielos. «Hoy —dice san Bernardo— sube al cielo la Virgen llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes». Y añadirá estas preciosas palabras: «¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo! Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus dones a los hombres».
El primer don que te prodiga es la Palabra, que Ella supo guardar con tanta fidelidad en el corazón, y hacerla fructificar desde su profundo silencio acogedor. Con esta Palabra en su espacio interior, engendrando la Vida para los hombres en su vientre, «se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,39-40). La presencia de María expande la alegría: «Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44), exclama Isabel.
Sobre todo, nos hace el don de su alabanza, su misma alegría hecha canto, su Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador...» (Lc 1,46-47). ¡Qué regalo más hermoso nos devuelve hoy el cielo con el canto de María, hecho Palabra de Dios! En este canto hallamos los indicios para aprender cómo se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, y llegar a responder como Ella al regalo que nos hace Dios en su Hijo, a través de su Santa Madre: para ser un regalo de Dios para el mundo, y mañana un regalo de nuestra humanidad a Dios, siguiendo el ejemplo de María, que nos precede en esta glorificación a la que estamos destinados.
P. Abad Dom Josep ALEGRE Abad de Santa Mª de Poblet (Tarragona, España)


Santoral Católico

Asunción de María a los Cielos


La que fue Madre de Dios e Inmaculada desde su Concepción, no podía sufrir la corrupción del sepulcro. Su santa dormición fue un deliquio místico de amor entrañable a su Dios, y enseguida un raudo vuelo de paloma a lo más encumbrado de los cielos, cortejada por los coros angélicos.

Desde su exaltado sitial queda entronizada como Reina de todos los Santos, con la correspondiente «omnipotencia suplicante». Subió hasta la diestra de su Hijo benditísimo para preceder en la gloria a sus hijos adoptivos, que son casi legión, que son casi infinitos. Por todos se interesa, como madre e intercesora, la «llena de gracia», la «más bendita de todas las mujeres».

Y el papa Pío XII, cediendo a su personal creencia y filial devoción y respondiendo también al unánime voto de toda la cristiandad, define Dogma de fe cristiana esa Asunción de María a los cielos en su cuerpo y alma, para gloria de tan excelsa Señora y esperanza de sus hijos militantes en la tierra.

El 1 de noviembre del Año Santo y Jubilar de 1950 presenció la acogedora plaza de San Pedro el acto más apoteósico que jamás pudo contemplarse en el mundo ante el medio millón personas de toda raza y país que a la voz del Sumo Pontífice Romano aclamaron a la Reina Asunta a los cielos e imploraron juntos su maternal protección sobre este mundo sufriente.

María Asunta a los cielos es la gloriosa Mujer del Apocalipsis; es la Hija del Rey, ricamente engalanada; es la triunfadora del Dragón infernal; la nueva Judit; la niña preferida de Dios, que le rinde por tantas gracias un Magnificat de gratitud. Y al ascender la Madre, provoca a volar a sus hijos de la tierra, que le piden resucitar con Cristo y compartir luego con la Madre su gloria en el empíreo.

Reina y Madre santísima, segura de ti misma, muéstrate solícita por los tuyos, que sufrimos contínua lucha y contínua tempestad. Tu fiesta culminará en ocho días con la celebración de tu fiesta con el título de Reina. Esto nos pone de manifiesto tu perfecta y total glorificación junto a tu Hijo, Rey y Señor de todo el universo.

Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, ella, al aceptar tu Palabra, con limpio corazón, mereció concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento de la Iglesia.

Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de su amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo.

Ella, en la espera pentecostal del Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante.

Desde su asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.


Pensamiento


"Y apareció en el cielo una mujer vestida de sol,
con la luna bajo sus pies y 12 estrellas a su alrededor.
Más impresionante que un ejército en orden de batalla"
Apocalipsis, 12


Tema del día :
La Asunción y nosotros


Santa María asunta a los Cielos es para nosotros, hijos de la Iglesia peregrinante, un signo de esperanza que brilla intenso en el horizonte, signo que nos atrae, nos alienta y anima a seguir sus huellas y caminar juntos y confiadamente hacia donde Ella se encuentra gloriosa junto a su Hijo resucitado.

¡El triunfo de María nos llena de esperanza! Sí, al mirarla gloriosa tenemos la certeza confiada de que también nosotros, bajo su guía y cuidado maternal, avanzamos hacia la transfiguración gloriosa de nuestras existencias, hacia la plena participación del amor y comunión de Dios, hacia la gloria definitiva y máxima felicidad que sólo Dios puede dar al ser humano.

Pero María, asunta a los Cielos, no se desentiende del destino terreno y eterno de sus hijos e hijas. ¡Todo lo contrario! Ella, desde el Cielo, ejerce activamente su misión maternal. Enaltecida y glorificada al lado de su Hijo, nos acompaña intercediendo por nosotros, alentando nuestra esperanza y confianza en las promesas de su Hijo, invitándonos a vivir con visión de eternidad, cuidándonos, protegiéndonos, educándonos con sus palabras y el ejemplo de su vida entregada al amoroso y servicial cumplimiento del Plan divino.

La Mujer que ahora y por toda la eternidad ve plenamente colmada las esperanzas de su terreno peregrinar, nos invita también a nosotros a ser hombres y mujeres de esperanza para tantos que en el mundo de hoy carecen de esperanza. De este modo, todo hijo/a de María esta llamado/a a ser signo de esperanza para muchos, apóstol que lleve a cuantos más pueda al encuentro con el Señor resucitado.


Meditación breve


Dulzura de los ángeles, Alegría de los afligidos, Abogada de los cristianos, Virgen Madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos. María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa: en Ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho Madre de Dios. Tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del Cielo. Amén.
Oración de la Liturgia Bizantina


Pedidos de oración


Pedimos oración por el señor Daniel L. que vive en Buenos Aires, Argentina, y que tiene fuertes dolores en la espalda por padecer una hernia de disco en la columna vertebral, de la que deberá ser operado. Que Jesús bondadoso lo lleve por los caminos de la curación física y la luz del Espíritu Santo llegue a su corazón de agnóstico para acercarlo a la curación espiritual.


Pedimos oración por Emiliano, que tiene 15 años, vive en Rivadavia, Mendoza, Argentina, y que ha sido víctima de la violencia por lo que está ahora con fractura de tres vértebras, lesión medular, incontinencia e imposibilidad de caminar. Rogamos a la Santísima Vírgen de Lourdes que interceda ante Jesús para lograr el milagro de la curación para este jovencito y para llevar mucha fuerza a sus familiares en estos difíciles momentos.


Pedimos oración por Juan José B. C. que está internado en el Hospital del Seguro Social de la Capital de Guatemala, habiendo sufrido cinco infartos. Que el Buen Jesús lo ayude a salir de esta difícil situación y recuperar su salud.


Pedimos oración por Santiago, un joven argentino de 26 años, que es sobrino de una lectora de esta página (Susana), el cual ha tenido un accidente al ser embestido por un automóvil y está internado con lesiones graves. En el día de la Asunción, pedimos a María que interceda por él ante Jesús bondadoso para su pronta recuperación, a la vez que acompañe a su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Espíritu Santo


Espíritu Santo, quiero que desciendas a mí con toda tu plenitud, porque sé que sin ti soy menos que nada, y tú iluminas toda mi mente y mi espíritu para que entienda las Sagradas Escrituras y actúe de acuerdo a tu voluntad. Si tú vienes a mí, sabré qué tengo que hacer en cada momento del día y en cada decisión importante que deba tomar, porque tú me iluminarás el entendimiento con tus siete sagrados dones, y con el don de Consejo, no erraré el camino que me lleva al Cielo y guiaré a otros también al Paraíso. Espíritu Santo, te amo con todo mi ser, y quiero ser muy devoto de María Santísima, porque sé que desciendes con plenitud sobre las almas en que está tu Esposa, y yo quiero que desciendas a mí, porque ves a la Virgen formada en mi corazón. Jesús en el Evangelio dijo que pidamos al Padre todo, y dio la comparación de que si los hombres, que somos malos, sabemos dar cosas buenas a nuestros hijos; ¡cuánto más el Padre dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan! Es decir que lo mejor que le podemos pedir al Padre, y lo mejor y mayor que el Padre nos puede dar, es justamente a ti, Espíritu Divino. Por eso pido al Padre que vengas a mi corazón y lo inundes con tu alegría y con tu amor, para vivir contento en este mundo y luego ir a gozar de ti para siempre en el Cielo.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.