jueves, 20 de agosto de 2009

Pequeñas Semillitas 0816

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0816 ~ Jueves 20 de Agosto de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Vean qué texto tan hermoso para iniciar nuestro boletín de hoy:
"Dios siempre tiene gracias que darnos y Él siempre está dispuesto a dárnoslas. Esas gracias no son piezas sueltas o sobras de alguien… Dios guarda bolsas bien atadas, que nunca han sido abiertas, reservadas por miles de generaciones para aquellos que esperan y confían en su Misericordia"


La Palabra de Dios :
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».
(Mateo 22, 1-14)

Comentario
Hoy, la parábola evangélica nos habla del banquete del Reino. Es una figura recurrente en la predicación de Jesús. Se trata de esa fiesta de bodas que sucederá al final de los tiempos y que será la unión de Jesús con su Iglesia. Ella es la esposa de Cristo que camina en el mundo, pero que se unirá finalmente a su Amado para siempre. Dios Padre ha preparado esa fiesta y quiere que todos los hombres asistan a ella. Por eso dice a todos los hombres: «Venid a la boda» (Mt 22,4).
La parábola, sin embargo, tiene un desarrollo trágico, pues muchos, «sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio...» (Mt 22,5). Por eso, la misericordia de Dios va dirigiéndose a personas cada vez más lejanas. Es como un novio que va a casarse e invita a sus familiares y amigos, pero éstos no quieren ir; llama después a conocidos y compañeros de trabajo y a vecinos, pero ponen excusas; finalmente se dirige a cualquier persona que encuentra, porque tiene preparado un banquete y quiere que haya invitados a la mesa. Algo semejante ocurre con Dios.
Pero, también, los distintos personajes que aparecen en la parábola pueden ser imagen de los estados de nuestra alma. Por la gracia bautismal somos amigos de Dios y coherederos con Cristo: tenemos un lugar reservado en el banquete. Si olvidamos nuestra condición de hijos, Dios pasa a tratarnos como conocidos y sigue invitándonos. Si dejamos morir en nosotros la gracia, nos convertimos en gente del camino, transeúntes sin oficio ni beneficio en las cosas del Reino. Pero Dios sigue llamando.
La llamada llega en cualquier momento. Es por invitación. Nadie tiene derecho. Es Dios quien se fija en nosotros y nos dice: «¡Venid a la boda!». Y la invitación hay que acogerla con palabras y hechos. Por eso aquel invitado mal vestido es expulsado: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?» (Mt 22,12).
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)


Santoral Católico

San Bernardo, Abad y Doctor


San Bernardo llegó a Citeaux alrededor de la Pascua de 1112. Este monasterio, fundado tiempo antes por San Roberto, San Albérico y San Esteban Harding, fue el primero en el que practicaba, con todo su rigor, la primitiva regla de San Benito. En 1115, San Bernardo fue enviado a fundar, con otros doce monjes, un nuevo monasterio en la diócesis de Langres, en la Champagne.

A principios del año 1142, se fundó en Irlanda el primer convento cisterciense. Los monjes procedían de Claraval, a donde San Malaquías los había enviado a formarse bajo la dirección de San Bernardo. Dieciocho meses después ascendió al trono pontificio el abad del monasterio cisterciense de Tre Fontane, Eugenio III, que no era otro que el Bernardo de Pisa a quien San Bernardo había conducido al noviciado.

La fama de las cualidades y poderes del santo eran tan grandes que los príncipes acudían a su arbitraje y los obispos le consultaban los asuntos más importantes de la Iglesia y se atenían con respeto a sus opiniones y decisiones. Su consejo, era para los Papas, uno de los principales apoyos de la Iglesia. Llegó a llamársele "el Oráculo de la cristiandad”. Porque Bernardo no era únicamente un fundador de monasterios, un teólogo y un predicador, sino también un reformador y un "cruzado".

El día de Navidad de 1144, los turcos selyukidas se habían apoderado de Edesa, uno de los 4 principados del reino latino de Jerusalén. Los cristianos pidieron auxilio a Europa. Eugenio III encargó entonces a San Bernardo predicar una Cruzada. El fracaso de ésta levantó una tempestad contra San Bernardo, quien se había mostrado seguro del triunfo.

Bernardo murió el 20 de agosto de 1153, tenía entonces 73 años y había sido abad durante 38. Los monjes de Claraval habían fundado ya 78 monasterios. Fue canonizado en 1174 y proclamado Doctor de la Iglesia, el "Doctor Melifluo", en 1830.

San Bernardo "llevó sobre los hombros el siglo XII y no pudo menos de sufrir bajo ese peso enorme". En vida fue el "oráculo" de la Iglesia, reformador de la disciplina y, después de su muerte no ha dejado de instruir y vigorizar a la Iglesia con sus escritos.


Pensamiento


"La amistad no se mide en minutos ni en años.
Se mide en lealtad, comprensión y colaboración"

Autor desconocido


Tema del día :
¿Dónde está Dios?


En el silencio de la noche, en el bullicio de la ciudad, en la profundidad del océano, en lo más alto del cielo, en tus tristezas y penas, en tus alegrías y gozos; cuando duermes o estás despierto, en la intimidad de tu hogar, en el ajetreo de tu trabajo, en los lugares más pobres, en los mejores hoteles y mansiones, en los corazones de aquellos que creen en Él, en los corazones de quienes no creen en Él.

Pues tan alto, ancho e incomprensible es el amor de Dios que aún en los lugares que no esperamos, en aquellos que solamente vemos el mal, en lugares tan remotos a la presencia del hombre que ni siquiera imaginamos, ahí se encuentra Dios.

Fue su promesa: “Yo estaré con ustedes siempre hasta el fin del mundo", y puedes estar seguro que Él la cumplirá como hasta ahora.

Por eso sin importar tu situación, problemas, necesidades o angustias, aunque no veas claro y no sientas a Dios, de una cosa puedes estar firmemente convencido: AHÍ ESTA DIOS... a tu lado sosteniéndote.

Desconozco el autor


Historias :
El buscador de felicidad


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla.

Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida”

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo:
"Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser Él: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: “Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."

Ser Feliz, es una actitud.

Autor Desconocido


Meditación breve


Podemos hacer lo que deseemos con nuestras experiencias. Podemos concentrarnos en los problemas del tráfico al ir al trabajo, o sonreír porque tenemos un empleo y un coche en el cual transportarnos.
Podemos enfadarnos porque la lavadora se ha averiado o dar las gracias porque nos vamos a librar durante unos días del problema de la ropa sucia.
Toda experiencia nos da la oportunidad de reaccionar, y nuestra reacción siempre es un reflejo de nuestras emociones.
Nosotros decidimos estar furiosos, deprimidos o temerosos y podemos, con la misma facilidad, decidir ser confiados, felices o seguros.
Somos libres de elegir lo que queramos. El hecho de que los problemas de tráfico nos hayan hecho enfurecer durante años no quiere decir que no podamos renunciar a esa ira.
¡Qué liberador es tomar el control de nuestras emociones, nuestras actitudes y nuestras reacciones!
El día de hoy puede hacerme tropezar o puedo controlarlo totalmente.


Pedidos de oración


Nuestra lectora Cisne E. que vive en Ecuador nos pide oraciones por su mamá, por su hija Mishel para que Dios la ilumine, la proteja y la aparte de malas compañías, y por O. B. para que el Señor lo cuide y le alivie sus dolores de cabeza y demás dolencias.


Pedimos oración por el señor Felipe O. O. que está internado en cuidados intensivos en Barranquilla, Colombia, por haber sufrido un cuadro cerebral de isquemia, para que el Señor lo ayude a recuperarse si es su voluntad o bien pueda gozar de su gloria si sus tiempos se han cumplido.


Pedimos oración por nuestro apreciado lector Carlos C., que vive en Bogotá, Colombia, y en los próximos días deberá concurrir a una Audiencia Pública en la que se definirán cosas importantes para él y su familia. Lo encomendamos a la Virgen Santísima para que lo acompañe y para que interceda por él ante su Hijo Jesús.


Pedimos oración por la niña Micaela C. que tiene 15 años de edad y vive en Alberdi, provincia de Buenos Aires, Argentina, y que ha sido diagnosticada con Diabetes tipo I. Invocamos a al Niño Jesús, a su Madre la Virgen María, y a San José, su padre manso y atento, para que cubran con su amor a esta niña y obren sobre ella y su familia para llevarle salud y paz espiritual.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Palabras de Jesús


“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados” (Mt 5, 5)

Si queremos ser buenos cristianos, en este mundo vamos a llorar, porque esta vida es prueba y Satanás pone pruebas en el camino para hacernos desistir de los buenos propósitos. Por eso si queremos ser fieles a Dios, tendremos que derramar lágrimas, pero ya el Señor nos dice que este llanto, estas lágrimas, serán enjugadas por su amor y misericordia en el Cielo. Pero ya aquí en la tierra será enjugado este llanto, pues quien sufre sobre el Corazón de Jesús ya tiene alivio en sus penas, y así debemos sufrir estas penas de la vida, sobre el Corazón divino de Cristo. Jesús lloró muchas veces, y María también derramó muchas lágrimas. ¿Y nosotros queremos pasar la vida sin llanto? Esto no puede ser porque si ellos lloraron, nosotros también deberemos sufrir y llorar, pero ese llanto se convertirá en gozo perfecto en el Cielo, donde seremos felices para siempre, con una alegría que no podemos imaginar en este mundo.

Jesús, en Vos confío.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.