martes, 21 de abril de 2009

Pequeñas Semillitas 0701

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0701 ~ Martes 21 de Abril de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Hola !!!
Jesús vuelve las veces que haga falta, para aclarar nuestras dudas y demostrarnos su presencia y su cercanía.
Del “incrédulo” surge una confesión de fe generosa y confiada: “Señor mío y Dios mío”.
Jesús sigue mostrándonos sus llagas, para que le reconozcamos en ellas y, como a Tomás, sigue invitándonos a tocarlas y a aliviarlas en tantas personas heridas en el alma y en el cuerpo.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu. Respondió Nicodemo: «¿Cómo puede ser eso?». Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna».
(Juan 3, 7-15)

Comentario
Hoy, Jesús nos expone la dificultad de prevenir y conocer la acción del Espíritu Santo: de hecho, «sopla donde quiere» (Jn 3,8). Esto lo relaciona con el testimonio que Él mismo está dando y con la necesidad de nacer de lo alto. «Tenéis que nacer de lo alto» (Jn 3,7), dice el Señor con claridad; es necesaria una nueva vida para poder entrar en la vida eterna. No es suficiente con un ir tirando para llegar al Reino del Cielo, se necesita una vida nueva regenerada por la acción del Espíritu de Dios. Nuestra vida profesional, familiar, deportiva, cultural, lúdica y, sobre todo, de piedad tiene que ser transformada por el sentido cristiano y por la acción de Dios. Todo, transversalmente, ha de ser impregnado por su Espíritu. Nada, absolutamente nada, debiera quedar fuera de la renovación que Dios realiza en nosotros con su Espíritu.
Una transformación que tiene a Jesucristo como catalizador. Él, que antes había de ser elevado en la Cruz y que también tenía que resucitar, es quien puede hacer que el Espíritu de Dios nos sea enviado. Él que ha venido de lo alto. Él que ha mostrado con muchos milagros su poder y su bondad. Él que en todo hace la voluntad del Padre. Él que ha sufrido hasta derramar la última gota de sangre por nosotros. Gracias al Espíritu que nos enviará, nosotros «podemos subir al Reino de los Cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la confianza de nombrar a Dios con el nombre de “Padre”, la participación de la gracia de Cristo y el derecho a participar de la gloria eterna» (San Basilio el Grande).
Hagamos que la acción del Espíritu tenga acogida en nosotros, escuchémosle, y apliquemos sus inspiraciones para que cada uno sea —en su lugar habitual— un buen ejemplo elevado que irradie la luz de Cristo.
Rev. D. Xavier Sobrevía i Vidal (Sant Boi de Llobregat-Barcelona, España)



Santoral Católico


San Anselmo, Arzobispo y Doctor de la Iglesia



Nació en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. Ingresó al monasterio de Bec a los 26 años y tres años más tarde, ocupó el cargo de prior del monasterio. El santo era un pensador original e independiente, de gran cultura y fue sin duda el mayor teólogo de su tiempo y el "padre de la escolástica".

En 1078, después de 15 años de priorato, Anselmo fue elegido abad de Bec, lo cual obligaba a viajar con frecuencia a Inglaterra, donde la abadía contaba con algunas propiedades. Pese a que el rey Guillermo el Rojo se rehuía a nombrar a Anselmo como Arzobispo de Canterbury, una poderosa enfermedad lo hizo reflexionar y nombró a San Anselmo como Arzobispo. Sin embargo, la conversión del rey no fue total; empezó a oprimir a la Iglesia siempre que podía cuando el clero no se plegaba a su voluntad, exigiéndoles elevados impuestos y hasta logró desterrar a San Anselmo.

La muerte de Guillermo puso fin al destierro del santo; sin embargo nuevamente surgieron las dificultades cuando Enrique I reclamó su derecho de investidura de los laicos sobre las abadías y catedrales. La oposición del rey y el Arzobispo fue agravándose cada día, hasta que se extendió el rumor de que San Anselmo iba a excomulgar al rey, quien de inmediato se reconcilió con el santo.

La salud de San Anselmo, que era muy anciano se debilitó mucho y falleció en 1109 entre los monjes de Canterbury.


Pensamiento


"Las mejores cosas están más cerca: el aire que respiras, luz en tus ojos, flores a tus pies, deberes al alcance de tu mano y el camino hacia Dios delante de ti"
Anónimo


Tema del día : Seamos Luz



Mirando a nuestro alrededor rápidamente comprendemos que el mundo es oscuridad, de tal modo que o bien alumbramos el mundo, o nos sumimos en su misma oscuridad. En cada instante de nuestra vida, sea un segundo, un minuto o una década, solo podemos dar dos cosas: luz u oscuridad. En la pequeña gruta de Belén ocurría igual, solo había oscuridad, como en el mundo de hoy. Pero allí, en medio de la oscuridad, ¡vino la Luz al mundo!

Mi primer pensamiento cuando trato de comprender como se manifiesta esa Luz en el mundo, evoca esas reuniones de la iglesia primitiva, en los primeros siglos después de la Resurrección. Unidos en una fe espiritual, plena de confianza en la Presencia del Resucitado, ellos se dejaban alumbrar a pesar de la persecución y la pobreza. Compartían el mayor alimento que persona alguna pueda pretender: la Hostia Consagrada. En esas uniones consagradas a Dios, ellos se dejaban alumbrar por la Luz de Jesús, y como espejos perfectos devolvían esa Luz al mundo. Ellos eran luz.

Con el paso de los siglos y al impulso de tantas santas generaciones, el hombre se elevó hasta hacer en buena medida a Dios el centro de su vida. Pero, en el cenit del cristianismo, el mundo empezó a caer en una negación creciente de la necesidad de tener a Jesús presente en todo. En este camino descendente, el siglo XXI se ha iniciado envuelto en una oscuridad espiritual agobiante, que envuelve y ahoga todo a su alrededor. Nosotros, como los cristianos de los primeros tiempos, estamos dentro de estas catacumbas espirituales, solo que esta vez el encierro esta en los corazones.

Como los cristianos de la iglesia primitiva, tenemos que hacernos fuertes en nuestra vida interior, debemos crecer espiritualmente. Si permitimos que la Luz de Jesús entre dentro nuestro, si dejamos que Él se apodere de nuestra alma, seremos como espejos que reflejarán Su Luz en este mundo desértico. ¡Seremos Luz! Luz, como Jesús lo es, de tal modo que de nosotros brote esa luminosidad, que es la Luz del Salvador, la Única Luz Verdadera. Cuando la gente vea esa llama iluminándonos, dirán: ¡miren como se aman! Será un nuevo Pentecostés.

En el Cenáculo, los Apóstoles acompañados de María recibieron la Luz de Dios de tal modo que lenguas de fuego descendieron sobre ellos, iluminándolos, haciéndolos antorchas espirituales. El Espíritu Santo, como Jesús les había prometido, les dio la sabiduría y la fortaleza que no tenían. Se hicieron Luz, y salieron por los caminos a alumbrar, a construir la Iglesia que el Señor les había dejado como legado. Nosotros recibimos esa iglesia como herencia; laicos o consagrados, somos nosotros los miembros de esa iglesia. Somos manos, brazos, piernas, cuerpo Místico de Jesús, la Luz que emana de Cristo, emana de Su Iglesia, ¡por eso nosotros somos Luz!

Cuando damos Luz, irradiamos paz y unión, serenidad y seguridad, fortaleza y verdadera sabiduría. Cuando damos Luz, rompemos las barreras que nos separan del amor, y dejamos que Jesús se derrame en torrentes incontenibles sobre quienes nos rodean. Así, cediendo a la fuerza de ese manantial de amor irrefrenable, abramos nuestros corazones a Jesús, en María, y con María, de tal modo que el Señor nos haga faros de Su Luz, centella que ilumina el horizonte.

¡Y la Luz vino al mundo!

Recibido de Susana Miquel de Rowan
No se consigna quién es el autor.




Temas Médicos :
La computadora y los ojos



En la sociedad moderna, muchas personas pasan demasiadas horas frente de las pantallas del computador. Muchas de ellas de quejan de cansancio en sus ojos, lagrimeo, enrojecimiento, dolor de cabeza y además están preocupadas por saber si hay posibilidades de daño permanente a la visión al trabajar con computadoras.

Solo se necesitan unas pocas horas enfrente del monitor para que se presenten los síntomas antes enumerados. Pero hay mucho que usted puede hacer para evitarlo:

1- El monitor debe de estar colocado a la altura de los ojos o un poquito debajo de la altura de los ojos.

2- Los materiales con los que se trabaja, tienen que estar cerca del monitor, para evitar movimientos constantes de la cabeza y de “enfoque” de los ojos.

3- Evite cualquier “reflejo” en el monitor. Ya sea de la luz de la ventana, luz directa o de cualquier otro objeto que le de ese reflejo.

4- Trate de fijar la mirada en un objeto distante al monitor con frecuencia. Así ejercitará sus ojos y su “enfoque” será mejor.

5- Parpadee frecuentemente para que sus ojos tengan buena lubricación y no los sienta secos

6- Si usted usa anteojos para leer, es muy probable que necesite otros anteojos, especiales, para trabajar frente a la computadora, y este es un asunto que deberá consultar con su oftalmólogo.

7- La computadora no produce daño permanente a los ojos, pero si usted trabaja muchas horas por semana frente a la pantalla, es una muy buena razón para visitar a su oftalmólogo por lo menos una vez al año.

Material de Internet


Meditación breve



Benjamín Franklin paseaba cierto día con un amigo más joven que él, que le preguntaba sobre la ansiedad y la inquietud que provoca el hecho de poseer demasiadas riquezas. Aquel le dio un ejemplo práctico.
Viendo cerca una canasta de manzanas, tomó una de ellas y se la dio a un niño, quien le agradeció con una amplia sonrisa. Tomó entonces otra manzana y se la dio también. La alegría del pequeño ya no tenía límites. Tomando una tercera manzana se la dio al niño. Este, a pesar que tenía sus dos manos ocupadas, con gran esfuerzo logró tomar la tercera manzana, mas por un descuido, la tercera manzana cayó a un riachuelo.
El chico rompió a llorar. "He aquí un hombre pequeño con demasiadas riquezas para poder gozar de ellas -dijo Franklin-: con dos manzanas era feliz; con tres, ya no lo es.
Gra Baq


A los lectores



Quiero agradecer a muchísimos lectores de este boletín que han escrito hermosas notas de felicitaciones con motivo de haber arribado a las setecientas ediciones. Y seguramente en las próximas horas seguirán entrando mensajes en el mismo sentido.
Es imposible responder individualmente a cada uno, por lo que para ser justo y equitativo, voy a utilizar este espacio para enviar mi más fraterno agradecimiento a todos pues son los verdaderos motivos y razones de ser de esta siembra. Un abrazo lleno de afecto desde mi corazón al de todos ustedes.
Muchas gracias a todos y que Dios los bendiga.



Pedidos de oración



Pedimos oración por Juan B. de 53 años de edad, que es argentino pero vive en Virginia (USA), y padece cáncer de páncreas, operado y sometido ahora a radio y quimioterapia, para que el Señor ponga Su divina mano sobre él y le devuelva fortaleza y salud.



Pedimos oración por Boris y Elena, matrimonio que viven en Virginia (USA) y que hace ya más de quince días están con fuertes fiebres e influenza, para que por la intercesión de la Santísima Virgen, Jesús les conceda una pronta curación.



Nuestra lectora Margarita M. de la provincia de Santa Fe, Argentina, nos pide oraciones por las siguientes personas: Magdalena M. de Italia que tiene metástasis por ca. de mama; María Magdalena M. una monjita misionera que tiene osteosarcoma de hombro y brazo, operada hace unos meses y ahora está con metástasis pulmonares muy grave; Eduardo A. un amigo muy querido tratando de recuperarse de una cirugía de vejiga con pronóstico reservado. Oramos al Señor por todos ellos...



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Palabras de Juan Pablo II


"Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír a los demás"



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



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