lunes, 6 de abril de 2009

Pequeñas Semillitas 0686

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0686 ~ Lunes 6 de Abril de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Antes de iniciar la Pascua, el Señor, viene a la casa de cada uno de nosotros. Hemos vivido muy cerca de Él en este tiempo de Cuaresma y, ahora en contraprestación, parece como si fuera a despedirse de aquellos que supieron estar a su lado. ¿Lo hemos estado nosotros?
En Betania la mujer derramó el perfume en los pies de Jesús. Ojalá, que en estos días, sepamos volcar lo más caro y mejor de nosotros mismos sobre Él; que sepamos contagiar el ambiente con nuestra fe pública como lo hizo el Nardo que María echó a los pies de Jesús; que seamos hombres y mujeres firmes en nuestro amor a Dios y en nuestra lealtad a su Hijo…
Ojalá, todas nuestras casas como cristianas que son, se llenen del aroma de una vida cristiana que en Semana Santa se tiene que consolidar, fortalecer, purificar y derramar.
Padre Javier


La Palabra de Dios : Evangelio del día

Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?». Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis».
Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.
(Juan 12, 1-11)

Comentario
Hoy, en el Evangelio, se nos resumen dos actitudes sobre Dios, Jesucristo y la vida misma. Ante la unción que hace María a su Señor, Judas protesta: «Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: ‘¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?’» (Jn 12,4-5). Lo que dice no es ninguna barbaridad, ligaba con la doctrina de Jesús. Pero es muy fácil protestar ante lo que hacen los otros, aunque no se tengan segundas intenciones como en el caso de Judas.
Cualquier protesta ha de ser un acto de responsabilidad: con la protesta nos hemos de plantear cómo lo haríamos nosotros, qué estamos dispuestos a hacer nosotros. Si no, la protesta puede ser sólo —como en este caso— la queja de los que actúan mal ante los que miran de hacer las cosas tan bien como pueden.
María unge los pies de Jesús y los seca con sus cabellos, porque cree que es lo que debe hacer. Es una acción tintada de espléndida magnanimidad: lo hizo «tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro» (Jn 12,3). Es un acto de amor y, como todo acto de amor, difícil de entender por aquellos que no lo comparten. Creo que, a partir de aquel momento, María entendió lo que siglos más tarde escribiría san Agustín: «Quizá en esta tierra los pies del Señor todavía están necesitados. Pues, ¿de quién, fuera de sus miembros, dijo: ‘Todo lo que hagáis a uno de estos pequeños... me lo hacéis a mí? Vosotros gastáis aquello que os sobra, pero habéis hecho lo que es de agradecer para mis pies’».
La protesta de Judas no tiene ninguna utilidad, sólo le lleva a la traición. La acción de María la lleva a amar más a su Señor y, como consecuencia, a amar más a los “pies” de Cristo que hay en este mundo.
Rev. D. Jordi Pou i Sabaté (Sant Jordi Desvalls-Girona, España)



Santoral Católico

Los ciento veinte mártires de Persia



Se ignoran los nombres de estos mártires, pero según la tradición, en el reinado de Sapor II de Persia, más de cien cristianos fueron martirizados el mismo día, en Seleucia de Tesifonte. Entre ellos, había nueve vírgenes consagradas a Dios; el resto eran sacerdotes, diáconos y monjes.

Como todos se negaron a adorar al sol, fueron encarcelados durante seis meses en sucias prisiones.

Una rica y piadosa mujer, llamada Yaznadocta les ayudó, enviándoles alimentos. Yaznadocta se las arregló para averiguar la fecha en que los mártires iban a ser juzgados. La víspera, organizó un banquete en su honor, fue a visitarles en la prisión y regaló a cada uno un vestido de fiesta.

A la mañana siguiente, volvió muy temprano y les anunció que iban a comparecer ante el juez y que aún tenían tiempo de implorar la gracia de Dios para tener el valor de dar su sangre por tan gloriosa causa. El juez prometió nuevamente la libertad si adoraban al sol, pero ellos contestaron que estaban dispuestos a dar la vida por Dios. Fueron condenados a morir decapitados y Yaznadocta consiguió los cadáveres y los quemó para evitar que fuesen profanados.



Tema del día : Lunes Santo



La noche del domingo fue intensa para Jesús. Explica muchas cosas a los suyos, pero, sobre todo, reza. Su alma está en tensión. Ve, quiere, siente, habla con el Padre, es invadido por el Espíritu Santo que le empuja al sacrificio. Vive un amor intenso y dolorido. Ante sus ojos desfilan los sucesos de aquellos tres años, y la humanidad entera con sus miles de historias individuales se le hace presente. Es la oración del Mediador entre Dios y los hombres, y vive su función con intensidad.

También ayuna, su espíritu no se relaja. El lunes, al encaminarse de nuevo al Templo de Jerusalén, "sintió hambre". Pero en lugar de recurrir a los suyos pidiendo alimento, se dirige hacia un higuera buscándolo. Sabe que florecen hacia junio y raramente lo hacen en abril; pero le mueve un deseo intenso de que Israel dé buenos frutos, a pesar de todas la evidencias. Tiene hambre del amor de su pueblo y de todos los hombres. Pero aquel pueblo es como la higuera que tiene muchas hojas y ningún fruto. Y surge la ira profética como el relámpago en un cielo de tormentas, y clama hablando con el árbol, y más aún con su pueblo: "que nunca jamás coma nadie fruto de ti". Los discípulos escuchaban sorprendidos.

Al día siguiente "Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado de raíz". Los discípulos estaban acostumbrados a los milagros, pero esta vez se sorprenden, pues se dan cuenta que forma parte del mensaje de Jesús que les habla por medio de un símbolo. Un árbol frondoso y prometedor se ha secado casi de repente. "Y acordándose Pedro, le dijo: Rabbí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado". Era como decirle explícanos esta nueva parábola unida a un milagro tan extraño. Jesús abre su alma y les explica algo esencial: el valor de la fe y la importancia del perdón y les contestó: "Tened fe en Dios". La necesitarán pues dentro de poco van a ver la debilidad de Dios, o mejor, un manifestarse del amor divino que se abajará al máximo para ganar la buena voluntad de los hombres. Para personas acostumbradas a considerar a Dios lleno de poder y majestad, es un escándalo verle humilde para vivir el misterio del perdón.

Enrique Cases, Tres años con Jesús



Meditación breve



Así como el sol, nos muestra el nuevo día, el espíritu de Dios en nosotros, nos muestra la gloria divina en toda creación. Esta gloria, en nosotros y alrededor de nosotros, está presente en toda situación.
Al centrar tu corazón en Dios, puedes calmar los pensamientos y contemplar la maravilla de toda creación y tu unidad con ella.
Respira profundamente, ponte cómodo y suelta poco a poco las preocupaciones del día. Tu único propósito en este momento es sentir la tranquilidad de la oración y mantener estas palabras en tu corazón: Querido Dios, me despierto a Tu espíritu en mí, y veo Tu presencia activa en toda creación.



Pedidos de oración


Pedimos oración por estas personas, de la provincia de Santa Fe, Argentina: Cristian Adrian y Mirta Noemí para que el Señor les toque el corazón para que vuelvan al camino del bien y reflexionen a cerca de la vida errada que por la droga y la delincuencia están llevando, que puedan amar a sus padres con sincero corazón y encuentren pronto la Paz de su alma y el amor en sus vidas. Y también por Rodrigo Dante, que se encuentra en similar situación y se ha descarriado nuevamente. Que Jesús, en estos días en que revivimos su Pasión, Muerte y Resurrección, redima con su sacrificio a estos hermanos que han extraviado el camino.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Palabras de Juan Pablo II


"No es suficiente aceptar en forma pasiva aquellas riquezas de la Fe que nos son heredadas a través de nuestra tradición y cultura. Se nos confió un tesoro, se nos ofreció un talento, los cuales deben ser aceptados con responsabilidad, para que así ellos puedan rendir frutos en abundancia"



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



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