martes, 7 de abril de 2009

Pequeñas Semillitas 0687

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0687 ~ Martes 7 de Abril de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Conforme avanzamos en la celebración de esta semana mayor de la cristiandad, llegamos al Martes Santo cuya liturgia se caracteriza por la exaltación de la Cruz y por ello en muchos lugares el protagonista de las procesiones de este día es el Crucifijo.
Pongamos nuestros ojos en la cruz de Cristo y nuestro corazón muy cerca del Señor. No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?». Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces».
(Juan13,21-33.36-38)

Comentario
Hoy, Martes Santo, la liturgia pone el acento sobre el drama que está a punto de desencadenarse y que concluirá con la crucifixión del Viernes Santo. «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche» (Jn 13,30). Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla).
El pecador es el que vuelve la espalda al Señor para gravitar alrededor de las cosas creadas, sin referirlas a su Creador. San Agustín describe el pecado como «un amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios». Una traición, en suma. Una prevaricación fruto de «la arrogancia con la que queremos emanciparnos de Dios y no ser nada más que nosotros mismos; la arrogancia por la que creemos no tener necesidad del amor eterno, sino que deseamos dominar nuestra vida por nosotros mismos» (Benedicto XVI). Se puede entender que Jesús, aquella noche, se haya sentido «turbado en su interior» (Jn 13,21).
Afortunadamente, el pecado no es la última palabra. Ésta es la misericordia de Dios. Pero ella supone un “cambio” por nuestra parte. Una inversión de la situación que consiste en despegarse de las criaturas para vincularse a Dios y reencontrar así la auténtica libertad. Sin embargo, no esperemos a estar asqueados de las falsas libertades que hemos tomado, para cambiar a Dios. Según denunció el padre jesuita Bourdaloue, «querríamos convertirnos cuando estuviésemos cansados del mundo o, mejor dicho, cuando el mundo se hubiera cansado de nosotros». Seamos más listos. Decidámonos ahora. La Semana Santa es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Todo ladrón arrepentido tiene su lugar en el paraíso. Eso sí, a condición de cambiar de vida y de reparar, como el del Evangelio: «Nosotros, en verdad, recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno» (Lc 23,41).
Abbé Jean Gottigny (Bruselas, Bélgica)



Santoral Católico


San Juan Bautista de La Salle




Juan Bautista de La Salle vivió en un mundo totalmente diferente del nuestro. Era el primogénito de una familia acomodada que vivió en Francia hace 300 años. Juan Bautista de La Salle nació en Reims, recibió la tonsura a la edad de 11 años y fue nombrado canónigo de la Catedral de Reims a los 16. Cuando murieron sus padres tuvo que encargarse de la administración de los bienes de la familia. Pero, terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de doctor en teología. En ese período de su vida, intentó comprometerse con un grupo de jóvenes rudos y poco instruídos, a fin de fundar escuelas para niños pobres.

En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza: los campesinos en las aldeas y los trabajadores miserables en las ciudades. Sólo un número reducido podía enviar a sus hijos a la escuela. La mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían "tan alejados de la salvación" en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, "a menudo abandonados a sí mismos y sin educación". Para ser más eficaz, abandonó su casa familiar y se fue a vivir con los maestros, renunció a su canonjía y su fortuna y a continuación, organizó la comunidad que hoy llamamos Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Su empresa se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas que no deseaban la creación de una nueva forma de vida religiosa, una comunidad de laicos consagrados ocupándose de las escuelas "juntos y por asociación". Los estamentos educativos de aquel tiempo quedaron perturbados por sus métodos innovadores y su absoluto deseo de gratuidad para todos, totalmente indiferente al hecho de saber si los padres podían pagar o no. A pesar de todo, de La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizada por el uso de la lengua vernácula, los grupos de alumnos reunidos por niveles y resultados, la formación religiosa basada en temas originales, preparada por maestros con una vocación religiosa y misionera a la vez y por la implicación de los padres en la educación.

Además, de La Salle fue innovador al proponer programas para la formación de maestros seglares, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de "delincuentes". Extenuado por una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció en San Yon, cerca de Rouen, en 1719, sólo unas semanas antes de cumplir 68 años.

Juan Bautista de La Salle fue el primero que organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Su obra se extendió rapidísimamente en Francia, y después de su muerte, por todo el mundo. En 1900, Juan Bautista de La Salle fue declarado Santo. En 1950, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación. Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer. Hoy, las escuelas lasalianas existen en 85 países del mundo.



Tema del día : Martes Santo



Hoy el Evangelio nos habla de un apóstol que no fue fiel. El Señor lo llamó personalmente, vivió tres años con él, era de sus íntimos, y sin embargo le hizo traición. Lo entregó por el precio que se pagaba por un esclavo. Por unas cuantas monedas, unas 30. Otros son capaces de ofender a Dios por menos, porque les apetece quedarse en casa un domingo y no van a misa, o porque les apetece darle una satisfacción al cuerpo.

¿Qué le sucedió a Judas? Fue elegido personalmente por Jesús: tenía vocación de apóstol. El Señor le amaba mucho. ¿Qué le sucedió? Al principio ¿quería al Señor? ¡pues claro que le quería!, como los otros once. Tendría defectos como el resto de los apóstoles. Eso no es de extrañar. Pero el amor que tenía a Jesús no fue creciendo. El amor a nuestro Señor tiene que ir aumentando poco a poco. Judas se fue acostumbrando a tratar a Jesús.

Cada vez le iba resultando más antipático, más distante. Fue perdiendo poco a poco la sintonía con Él. Sus sermones le parecerían un rollo, incluso exagerados. Con el paso del tiempo pensaría que el Señor era un idealista, y él quería estar con los pies en la tierra, había que pensar en el futuro. Veía como los demás, incluso las autoridades, hablaban mal de él, y algunos de sus discípulos le habían abandonado.

Lo peor no fue que su amor fuese a menos, que se hubiera acostumbrado a Jesús, que le resultase incómodo lo que decía. Lo peor fue que se fue callando, que no dijese nada, que no hablara personalmente con el Señor. Sin duda el problema de Judas también fue de sinceridad.

Era un corazón viejo que contrastaba mucho con el resto de los apóstoles que, a pesar de sus miserias, eran generosos: porque la verdadera juventud consiste en darse.

Nuestro Señor necesitaba corazones jóvenes, como el del resto de los apóstoles, para cambiar el mundo. Así era al principio el corazón de Judas hasta que envejeció prematuramente y traicionó al Señor por las cosas de la tierra. ¡Si al menos hubiera sido feliz aquí abajo! Pero era imposible que lo fuera porque una persona que vuelve la cara a Dios termina mal. Judas perdió la razón de su vida. ¡Qué pena, qué pena, porque Jesús le quería!

A nosotros Judas nos cae mal, pero a Jesús no, y le estuvo dando oportunidades hasta el último momento. El Evangelio nos relata todos los detalles que tuvo el Señor para ver si se arrepentía. Pero no podía obligarle porque le había regalado la libertad. El Señor ante nuestra libertad se detiene: el amor no se exige, se da.

Vamos a querer a Jesús. Vamos quererle con hechos, de verdad.

http://forodemeditaciones.blogspot.com/2009/04/martes-santo.html



Meditación breve



Las personas que cambian el proyecto de poseer por el de compartir lo que son y lo que tienen, son felices. Jesús interviene en sus vidas llenándolas de su abundancia.
Cuando no se impone el propio bienestar, sino el deseo sincero y eficaz de compartir y ayudar a los demás, se elimina la causa de tantos sufrimientos originados por el egoísmo personal y social. Así la tierra se convierte en bien común para todos.
Quien tiene corazón limpio piensa bien y desea el bien, confía y no juzga, es capaz de ver el misterio de las cosas, de las personas y, sobre todo, de Dios. Él es una profunda y constante experiencia en su vida.
En una sociedad donde todos están dispuestos a prestar ayuda, y compartir y donde nadie tiene malas intenciones contra los demás, se realiza plenamente la justicia y se alcanza la felicidad para todos.


Pedidos de oración



Pedimos oración por el alma de los señores Toledo Ocampo, que ha fallecido en Lima, Perú, por una afección hepática grave, y por Edwin S. L., quien murió asesinado en Concepción, Chile. Que el Señor, con su infinita misericordia, les haga a ambos un lugar en su Reino.


También pedimos una oración por el alma del niño Felipe Cruzat, de Chile, que hace unos días había recibido un corazón artificial mientras aguardaba por un transplante cardíaco, y ha sido llamado por Jesús a su presencia. Que del mismo modo en que ha compartido la muerte con Cristo, tenga también su resurrección para la vida eterna. Amén.


Pedimos oraciones por las víctimas del terremoto en la provincia de L'Aquila, región de Abruzzo, Italia. Por quienes han fallecido, por los que aún están desaparecidos, por los miles de heridos y por todos los que han perdido sus casas y sus cosas. Que la Santísima Virgen les dé una pronta recuperación y consuele a los familiares de los que perdieron la vida. Los abuelos maternos de quien escribe esta página, llegaron a la Argentina hace cien años precisamente desde la provincia de L'Aquila, Italia...


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Palabras de Juan Pablo II



"Hombres y mujeres con profunda y perdurable fe: sean heraldos de esperanza… sean mensajeros de felicidad… sean verdaderos trabajadores de la justicia"



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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