sábado, 11 de abril de 2009

Pequeñas Semillitas 0691

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0691 ~ Sábado 11 de Abril de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
No hay que irse, demasiado lejos, para encontrar una cruz. No hay que volar a Jerusalén ni bajar a la carpintería que está enfrente de nuestra casa; las cruces las tenemos muy cerca. Tan cerca que hasta María, cuando uno le pide su ayuda, las toca con su mano. Tan cerca que, un año más con motivo de la Pascua del Señor, nos seguirá ayudando para no ser aplastados por ellas.
Que sintamos la presencia de María, en esta Pascua y, como ella, estar al pie de la cruz de cada día.
Padre Javier Leoz


La Palabra de Dios : Evangelio del día


Comentario
Hoy, propiamente, no hay “evangelio” para meditar o —mejor dicho— se debería meditar todo el Evangelio en mayúscula (la Buena Nueva), porque todo él desemboca en lo que hoy recordamos: la entrega de Jesús a la Muerte para resucitar y darnos una Vida Nueva.
Hoy, la Iglesia no se separa del sepulcro del Señor, meditando su Pasión y su Muerte. No celebramos la Eucaristía hasta que haya terminado el día, hasta mañana, que comenzará con la Solemne Vigilia de la resurrección. Hoy es día de silencio, de dolor, de tristeza, de reflexión y de espera. Hoy no encontramos la Reserva Eucarística en el sagrario. Hay sólo el recuerdo y el signo de su “amor hasta el extremo”, la Santa Cruz que adoramos devotamente.
Hoy es el día para acompañar a María, la madre. La tenemos que acompañar para poder entender un poco el significado de este sepulcro que velamos. Ella, que con ternura y amor guardaba en su corazón de madre los misterios que no acababa de entender de aquel Hijo que era el Salvador de los hombres, está triste y dolida: «Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron» (Jn 1,11). Es también la tristeza de la otra madre, la Santa Iglesia, que se duele por el rechazo de tantos hombres y mujeres que no han acogido a Aquel que para ellos era la Luz y la Vida.
Hoy, rezando con estas dos madres, el seguidor de Cristo reflexiona y va repitiendo la antífona de la plegaria de Laudes: «Cristo se hizo por nosotros obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre» (cf. Flp 2,8-9).
Hoy, el fiel cristiano escucha la Homilía Antigua sobre el Sábado Santo que la Iglesia lee en la liturgia del Oficio de Lectura: «Hoy hay un gran silencio en la tierra. Un gran silencio y soledad. Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra se ha estremecido y se ha quedado inmóvil porque Dios se ha dormido en la carne y ha resucitado a los que dormían desde hace siglos. Dios ha muerto en la carne y ha despertado a los del abismo».
Preparémonos con María de la Soledad para vivir el estallido de la Resurrección y para celebrar y proclamar —cuando se acabe este día triste— con la otra madre, la Santa Iglesia: ¡Jesús ha resucitado tal como lo había anunciado! (cf. Mt 28,6).
Rev. D. Joan Busquets i Masana (Sabadell-Barcelona, España)



Santoral Católico


San Estanislao, Obispo de Cracovia y mártir




Nació el 26 de julio del año 1036 en Polonia. Sus padres eran nobles; habían vivido mucho tiempo sin hijos, hasta que Dios les concedió a Estanislao, en respuesta a sus oraciones, por lo que consagraron a Dios a su hijo desde el día de su nacimiento. Fue ordenado sacerdote por Mons. Lamberto Zula, Obispo de Cracovia, quien lo hizo canónigo de la catedral y más tarde lo nombró predicador y archidíacono suyo.

La elocuencia y el ejemplo del joven sacerdote produjeron grandes frutos de reforma de costumbres entre sus penitentes, clérigos y laicos. A la muerte de Mons. Zula, el santo fue consagrado Obispo de Cracovia en 1072, siendo un celoso apóstol, infatigable en la predicación, estricto en el mantenimiento de la disciplina y muy cumplido con las visitas pastorales.

En aquella época, gobernaba Polonia el rey Boleslao II, monarca de grandes cualidades pero extremadamente disoluto y cruel. Tuvo muchos enfrentamientos con el santo quien fue el único que le hizo frente ante sus injusticias y tiranías. Enfurecido por sus palabras, el monarca hostigó y amenazó al santo lo que motivó que San Estanislao lo excomulgara. Esta decisión encolerizó aún más al rey, enviando a sus soldados a que matasen al Obispo pero al fracasar por intervención divina, el rey lo mató.


Tema del día : Sábado Santo



Al anochecer del viernes comienza el descanso sabático. Llegan al cenáculo los que han estado en la sepultura. María está allí. Están las mujeres que en su amor encendido quieren volver al sepulcro cuando acabe el sábado para embalsamar bien al difunto, con todo el amor y la piedad de que son capaces. Están allí los apóstoles que callan y no saben qué decir porque no supieron defender a Jesús, y, menos aún, acompañarle en su gran lucha. Están otros discípulos muy allegados. María se retira.

Es el día de la soledad de María. Para ella sigue la pasión en su alma. Sufre y no hay dolor como su dolor. Cada uno de los gestos de su Hijo se le hace presente, sus quejidos, sus palabras. El gran grito de triunfo y dolor le llena su interior. Sabe que ha triunfado. Pero ella está sola. Él no está con ella. Y piensa en sus palabras: "al tercer día resucitaré" Y se aferra a ellas. Es difícil creer. Ha visto el cuerpo muerto, agujereado por los clavos, ha puesto su mano en el costado abierto llegando al mismo corazón. Hace falta mucha fe para creer que va a resucitar, y se hace la oscuridad en el alma de María.

Experimenta el abandono como lo experimentó Jesús en su cuarta palabra. El Padre calla y la Madre se convierte en la única creyente. Su fe es la de una nueva Eva que cree contra todas las evidencias de los sentidos y de la experiencia. Y las horas del sábado trascurren lentas con oración como la de Getsemaní. Pasa la noche del sábado minuto a minuto, y la oración no cesa en la que nunca cesó de creer.

Enrique Cases, Tres años con Jesús


Meditación breve



El Cuerpo de Jesús yacía sin vida dentro del sepulcro. Mientras los judíos celebraban el día del la Pascua, los amigos de Jesús, que no pueden ir hasta el sepulcro, porque el descanso festivo no se lo permitía, comenzaron a reunirse para compartir su dolor y su desilusión.
Poco a poco, la esperanza se abría paso en sus corazones. Jesús les había anunciado en varias ocasiones su resurrección. Y ellos lo recordaban…
El Sábado Santo al llegar la noche se reúnen los cristianos para la celebración de la Vigilia Pascual. Como su nombre indica, es una Vigilia: una velada de oración que desemboca en la Fiesta de la Pascua. Nos reunimos para esperarla juntos. Es una noche feliz. La Noche Santa. La más importante y grandiosa.



Pedidos de oración



Pedimos especialmete oraciones por Melissa, de Santiago de Chile, nuestra tan querida amiga Moderadora del Grupo "Pequeñas Semillitas", que el próximo martes 14 va a ser intervenida quirúrgicamente por una histerectomía. Unamos nuestras oraciones y pidamos a la Santísima Virgen de Lourdes que esté junto a Melissa en todo momento para acompañarla y ayudarla a tener una buena operación y un restablecimiento rápido y feliz. Querida Melissa: estamos contigo !!!



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Palabras de Juan Pablo II



“El Viernes Santo, con la adoración de la Cruz, celebramos la pasión y muerte de Jesús. El Sábado Santo, día de clara esperanza, en oración con María esperaremos la Resurrección. En la Noche Santa de Pascua, todo se renueva en Cristo resucitado y se expresa con el alegre canto del Gloria y del Aleluya”



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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