lunes, 30 de marzo de 2009

Pequeñas Semillitas 0679

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0679 ~ Lunes 30 de Marzo de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Quiero iniciar esta edición de "Pequeñas Semillitas" reproduciendo un muy hermoso párrafo del comentario que realiza sobre el Evangelio de hoy el Rev. D. Jordi Pascual i Bancells (Salt-Girona, España), que dice lo siguiente:

El sentido de la conversión y de la penitencia propias de la Cuaresma es ponernos cara a cara ante Dios, mirar a los ojos del Señor en la Cruz, acudir a manifestarle personalmente nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia. Y como a la mujer del Evangelio, Jesús nos dirá: «Tampoco yo te condeno... En adelante no peques más» (Jn 8,11). Dios perdona, y esto conlleva por nuestra parte una exigencia, un compromiso: ¡No peques más!



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?». Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?». Ella respondió: «Nadie, Señor». Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más».
(Juan 8, 1-11)

Comentario
Hoy contemplamos en el Evangelio el rostro misericordioso de Jesús. Dios es Amor, y Amor que perdona, Amor que se compadece de nuestras flaquezas, Amor que salva. Los maestros de la Ley de Moisés y los fariseos «le llevan una mujer sorprendida en adulterio» (Jn 8,4) y piden al Señor: «¿Tú qué dices?» (Jn 8,5). No les interesa tanto seguir una enseñanza de Jesús como poderlo acusar de que va contra de la Ley de Moisés. Pero el Maestro aprovecha esta ocasión para manifestar que Él ha venido a buscar a los pecadores, a enderezar a los caídos, a llamarlos a la conversión y a la penitencia. Y éste es el mensaje de la Cuaresma para nosotros, ya que todos somos pecadores y todos necesitamos de la gracia salvadora de Dios.
Se dice que hoy día se ha perdido el sentido del pecado. Muchos no saben lo que está bien o mal, ni por qué. Es lo mismo que decir —en forma positiva— que se ha perdido el sentido del Amor a Dios: del Amor que Dios nos tiene, y —por nuestra parte— la correspondencia que este Amor pide. Quien ama no ofende. Quien se sabe amado y perdonado, vuelve amor por Amor: «Preguntaron al Amigo cuál era la fuente del amor. Respondió que aquella donde el Amado nos ha lavado nuestras culpas» (Ramon Llull).
Por esto, el sentido de la conversión y de la penitencia propias de la Cuaresma es ponernos cara a cara ante Dios, mirar a los ojos del Señor en la Cruz, acudir a manifestarle personalmente nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia. Y como a la mujer del Evangelio, Jesús nos dirá: «Tampoco yo te condeno... En adelante no peques más» (Jn 8,11). Dios perdona, y esto conlleva por nuestra parte una exigencia, un compromiso: ¡No peques más!
Rev. D. Jordi Pascual i Bancells (Salt-Girona, España)



Santoral Católico


San Zósimo, obispo de Siracusa



Los padres del santo fueron terratenientes sicilianos, que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa Lucía y lo colocaron, a la edad de siete años, en un monasterio que llevaba el nombre de la santa, cerca de su hogar. Allí su principal ocupación fue la de cuidar las reliquias de la santa, tarea que no iba con la manera de ser del niño acostumbrado a la vida de campo, llegando a escapar del convento. Fue devuelto con humillación y tras soñar con San Lucía -quien tenía un semblante de enojo- y ver a la Santísima Madre interceder por él, Zósimo prometió que nunca haría de nuevo tales cosas, adaptándose a la vida del claustro.

Durante 30 años vivió casi olvidado; al morir el abad de Santa Lucía, recayó en el obispo de Siracusa designar al nuevo abad, quien eligió a Zósimo, siendo ordenado luego unos días después como sacerdote. El santo gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y a todos sus antecesores.

Cuando la sede de Siracusa quedó vacante, el Papa Teodoro designó a Zósimo y lo consagró. Durante su episcopado, el santo fue notable por su celo en la enseñanza del pueblo y por su generosidad con los pobres.

San Zósimo murió alrededor del año 660, a la edad de 90 años.



Pensamiento



"No hay incompatibilidad alguna entre la ciencia y la religión... La ciencia demuestra la existencia de Dios"
Derek Barton



Tema del día : Carta de Dios



Me senté en la mejor de mis estrellas y pensé en ti, solo en ti, porque sabes; te amo, y por eso hice un mundo, donde pudieras estar, hasta que llegara el momento en que vivieras junto a mi; en ese mundo puse la belleza en una flor, puse tierra y semillas para que pudieras comer, puse el cielo y le di el día y la noche, en el día puse un sol para que sintieras el calor de mi amor, y en la noche puse la frescura para que sintieras sin ver, puse la oscuridad y en ella la luna y las estrellas para que supieras que en la penumbra hay belleza, que la belleza no solo se ve, sino que también se siente y que hice las estrellas para ti.

Puse un mar, en ese mundo puse animales, todos diferentes de forma y color para que los pudieras distinguir, también pensé en ellos y les di un lugar para vivir.

Pensé que te aburrirías si todo fuera del mismo color, por lo que a las plantas les di el verde, al día el azul, a la noche el negro, a las estrellas su brillo y hasta a tus ojos les di color.

Permití el mal para que pudieras conocer el bien, puse en tu corazón bondad, amor y también perdón.

Pensé que no podrías estar solo, e hice a una mujer, para que hubiera un cuerpo que diera vida y mandé muchos como tú, también pensé que no me entenderías, por lo que te di inteligencia.

Estaba yo feliz, pero luego vi que no sabías pensar y ¿sabes?, sentí decepción cuando creíste que yo no existía, que todo tenia una explicación científica, y la tiene, porque la puse para que pudieras entenderme con mayor facilidad.

Y como te amo, de vez en cuando o muy seguido te mando un problema, que es un regalo que te doy para que aprendas a crecer, y aun así, dudas de mí.

Todo el tiempo pienso en ti, y todos los días mando una señal especialmente para ti, y aunque te di ojos te veo ciego, y en el mundo que te regale sembraste semillas, pero no para comer, sembraste el odio, el egoísmo, la frialdad y las dejaste crecer, y te pedí que las cortaras y no me hiciste caso, porque vives tu mundo material.

Y como te haces sordo a mi voz, decidí escribirte esta carta para recordarte que te amo, y si me has hecho daño, te perdono, yo también siento, y sabes, te pido que me recibas en tu corazón, y que encuentres en mi consuelo, paz y tranquilidad.

Acércate a mí, no necesito decirte quien soy... Tú ya lo sabes.



Historias : Jesús se ha disfrazado



El abad de un monasterio se hallaba muy preocupado. Años atrás, su monasterio había visto tiempos de esplendor. Sus celdas habían estado repletas de jóvenes novicios y en la capilla resonaba el canto armonioso de sus monjes.

Pero habían llegado malos tiempos: la gente ya no acudía al monasterio a alimentar su espíritu. La avalancha de jóvenes candidatos había cesado y la capilla se hallaba silenciosa. Sólo quedaban unos pocos monjes que cumplían triste y rutinariamente sus obligaciones.

Un día, decidió pedir consejo, y acudió a un anciano obispo que tenía fama de ser hombre muy sabio en su avanzada edad. Emprendió el viaje, y días después se encontró frente al buen hombre. Le planteó la situación y le preguntó:

"- ¿A qué se debe esta triste situación? ¿Hemos cometido acaso algún pecado?".

A lo que el anciano obispo respondió:

"- Sí. Han cometido un pecado de ignorancia. El mismo Señor Jesucristo se ha disfrazado y está viviendo en medio de ustedes, y ustedes no lo saben". Y no dijo más.

El abad se retiró y emprendió el camino de regreso a su monasterio. Durante el viaje sentía como si el corazón se le saliese del pecho. ¡No podía creerlo! ¡El mismísimo Hijo de Dios estaba viviendo ahí en medio de sus monjes! ¿Cómo no había sido capaz de reconocerle? ¿Sería el hermano sacristán? ¿Tal vez el hermano cocinero? ¿O el hermano administrador? ¡No, el no! Por desgracia, él tenía demasiados defectos… Pero el anciano obispo había dicho que se había "disfrazado". ¿No serían acaso aquellos defectos parte de su disfraz? Bien mirado, todos en el convento tenían defectos… ¡y uno de ellos tenía que ser Jesucristo!

Cuando llegó al monasterio, reunió a sus monjes y les contó lo que había averiguado. Los monjes se miraban incrédulos unos a otros. ¿Jesucristo... aquí? ¡Increíble! Claro que si estaba disfrazado... Entonces, tal vez... Podría ser Fulano... ¿O Mengano? ¿O…?

Una cosa era cierta: Si el Hijo de Dios estaba allí disfrazado, no era probable que pudieran reconocerlo. De modo que empezaron todos a tratarse con respeto y consideración. "Nunca se sabe", pensaba cada cual para sí cuando trataba con otro monje, "tal vez sea éste…" El resultado fue que el monasterio recobró su antiguo ambiente de gozo desbordante.

Pronto volvieron a acudir decenas de candidatos pidiendo ser admitidos en la Orden, y en la capilla volvió a resonar el jubiloso canto de los monjes, radiantes del espíritu de Amor.

Gracias Josep Puig



Meditación breve



Cuando el hombre llegó a frente a las ruinas de su tienda quemada en su totalidad en el gran incendio de Chicago, USA, suspiró hondo y se retiró sin decir palabra alguna... A la mañana siguiente, se apareció trayendo consigo una mesa. Él la colocó junto a los escombros carbonizados de la tienda y sobre ella colocó un cartel donde se leía: "Todo perdido, excepto esposa e hijos. Los negocios serán retomados, como siempre, mañana por la mañana".
El gran secreto para alcanzarse grandes conquistas es creer sin titubear. La persistencia aliada con la fe nos proporcionará grandes bendiciones.
¡No importa lo difícil que sea su situación y ni la cantidad de aparentes derrotas! Recomienza nuevamente en la mañana siguiente... Cree!!!; cree, y la victoria llegará.
Claudio Valerio



Pedidos de oración



Pedimos oración por el niño Benjamín P. que tiene un año y medio de vida, vive en Córdoba, Argentina, y ha sido diagnosticado con Leucemia. Que el Jesús Misericordioso que está pronto a renovar su sacrificio de Semana Santa por todos nosotros, le conceda la gracia de la curación.



Pedimos oración por Regina V., que vive en San Jorge, Santa Fe, Argentina, que está atravesando difíciles momentos por tener una pierna ulcerada por obstrucción de las arterias, y va a ser sometida pronto a una cirugía. Que la Santísima Virgen la acompañe para que supere sus problemas y tenga mucha fuerza para sobrellevar sus dolores.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



El rincón de los lectores



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# Olga Gómez de A. - 29-Marzo-2009 - Medellín, Colombia
olgagomez36@yahoo.es

Felipe:
En días pasados pedí oración por Jorge Andrés A., de Medellín, Colombia, quien estaba bastante delicado.
Hoy, gracias a Dios, por su oración de intercesión y la de todos los que recibimos estos bellos mensajes, Jorge Andrés está recuperado, su intervención quirúrgica fue todo un éxito, así que este joven también les envía su gratitud.
Que el Señor bendiga abundantemente su misión de enriquecernos cada día con tan bellos mensajes, reflexiones y comentarios.
Mil y mil gracias por permitirme pertenecer a su lista de contactos.
Olga Gómez
Medellín-Colombia


Reflexión Mariana


El cuarto mandamiento de la Ley de Dios manda honrar padre y madre, y si bien debemos cumplirlo para con nuestros padres terrenos, mucho más tenemos que cumplirlo para nuestros padres del Cielo: Dios y María.
Porque María es nuestra Madre, no según la naturaleza, pues tenemos una madre terrena que fue la que nos dio a luz en este mundo. Pero María es verdadera Madre nuestra porque es Madre de la gracia divina en nosotros, es Madre de la vida espiritual, de la vida de Dios que hay en nosotros, y Ella nos ha dado a luz como criaturas sobrenaturales.
Y para honrar a María no hay mejor cosa que cumplir la palabra de Jesús. Esta es la mejor manera de honrar a María. Ella misma nos lo dice en las bodas de Caná, “Hagan todo lo que Él les diga”. Hagamos así y honraremos a María.



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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