lunes, 9 de marzo de 2009

Pequeñas Semillitas 0658

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0658 ~ Lunes 9 de Marzo de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Hola !!!
Hoy nace un nuevo día y se presenta ante ti en blanco. Todo es posible. Empieza a vivirlo con ese ánimo y cuando al anochecer hagas un repaso de la jornada, verás que te han sucedido miles de cosas nuevas e interesantes.
No permitas que tus días se parezcan unos a otros, repitiéndose interminablemente.
¿Te imaginas algo peor que aburrirte de tu vida?



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
(Lucas 6, 36-38)

Comentario
Hoy, el Evangelio de Lucas nos proclama un mensaje más denso que breve, ¡y eso que es muy breve! Lo podemos reducir a dos puntos: un encuadramiento de misericordia y un contenido de justicia.
En primer lugar, un encuadramiento de misericordia. En efecto, la consigna de Jesús sobresale como una norma y resplandece como un ambiente. Norma absoluta: si nuestro Padre del cielo es misericordioso, nosotros, como hijos suyos, también lo hemos de ser. Y el Padre, ¡es tan misericordioso! El versículo anterior afirma: «(...) y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos» (Lc 6,35).
En segundo lugar, un contenido de justicia. En efecto, nos encontramos ante una especie de “ley del talión” en las antípodas de (inversa a) la rechazada por Jesús («Ojo por ojo, diente por diente»). Aquí, en cuatro momentos sucesivos, el divino Maestro nos alecciona, primero, con dos negaciones; después, con dos afirmaciones. Negaciones: «No juzguéis y no seréis juzgados»; «No condenéis y no seréis condenados». Afirmaciones: «Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará».
Apliquémoslo concisamente a nuestra vida de cada día, deteniéndonos especialmente en la cuarta consigna, como hace Jesús. Hagamos un valiente y claro examen de conciencia: si en materia familiar, cultural, económica y política el Señor juzgara y condenara nuestro mundo como el mundo juzga y condena, ¿quién podría sostenerse ante el tribunal? (Al volver a casa y leer el periódico o al escuchar las noticias, pensamos sólo en el mundo de la política). Si el Señor nos perdonara como lo hacen ordinariamente los hombres, ¿cuántas personas e instituciones alcanzarían la plena reconciliación?
Pero la cuarta consigna merece una reflexión particular, ya que, en ella, la buena ley del talión que estamos considerando deviene de alguna manera superada. En efecto, si damos, ¿nos darán en la misma proporción? ¡No! Si damos, recibiremos —notémoslo bien— una medida buena, apretada, remecida, rebosante» (Lc 6,38). Y es que es la luz de esta bendita desproporción que somos exhortados a dar previamente. Preguntémonos: cuando doy, ¿doy bien, doy mirando lo mejor, doy con plenitud?
Rev. D. Antoni Oriol i Tataret (Vic-Barcelona, España)



Santoral Católico


Santa Francisca Romana, viuda




Santa Francisca Romana, famosa en todo el mundo, poseía en grado extraordinario el don de ganarse el amor y la admiración de cuantos la trataban. Nació en Roma, en 1384, cuando comenzaba el cisma de occidente que había afligir tanto a la santa y resultar catastrófico para la familia. Pese a su vocación religiosa, Francisca –por obediencia paterna- aceptó casarse con un noble italiano, con quien tuvo tres hijos. Sin embargo, su matrimonio no fue obstáculo para practicar la virtud de la caridad con los más pobres y la oración constante, para lo cual contó con el apoyo de su joven cuñada Vanozza quien también quiso abrazar la vida religiosa.

Pronto llegó la desgracia para la familia de la santa: su esposo y su cuñado fueron hechos prisioneros y la familia entera entró en la pobreza, pero eso no impidió que Francisca continuara asistiendo a pobres y enfermos. Luego de la muerte de su primer hijo, la santa decidió convertir su casa en hospital y Dios premió sus oraciones y trabajos concediéndole el don de sanar a los enfermos. La fama de los milagros y virtudes de la santa se había divulgado por toda Roma y de todas partes la llamaban para que curase a los enfermos y arreglase las disputas. Posteriormente, Francisca formó una congregación de mujeres que vivieran en el mundo sin más votos que la obligación de consagrarse interiormente a Dios y al servicio de los pobres, la que llevó el nombre de la orden de Oblatas de María; sin embargo, poco después el pueblo cambió el nombre por el de Oblatas de Tor Specchi. La santa falleció en la primavera de 1440, luego de llevar una vida de austeridades, entrega y oración


Pensamiento


"Si estás dispuesta a reparar tu vida, Dios está dispuesto a ayudar... Si no estás dispuesto a reparar tu vida, Dios está dispuesto a esperar"



Tema del día : Lo que siembras



Cuando estaba en el secundario, el bravucón de tercer año me dio un puñetazo en el estómago. No sólo me dolió sino que me enfureció, aunque debo admitir que más intolerables me resultaron el mal rato y la humillación. ¡Quería vengarme a toda costa! Planeé encontrarlo al día siguiente en el estacionamiento de bicicletas y darle una paliza.

Por alguna razón, le conté mi plan a Nana, mi abuela. Gran error. Me dio uno de esos sermones de cuatro horas. El sermón fue un plomo, pero, entre otras cosas, recuerdo vagamente que me dijo que no necesitaba preocuparme por él. Dijo:

"Las buenas acciones tienen consecuencias buenas y las malas, consecuencias malas". Le dije que yo hacía cosas buenas todo el tiempo y que lo único que obtenía a cambio era "basura". No obstante, siguió en sus trece. Dijo: "Cada buena acción que hagas volverá a ti algún día y cada cosa mala que hagas también volverá ", insistió.

Tardé treinta años en comprender la sabiduría de sus palabras. Nana vivía en una pensión en California. Todos los jueves pasaba por allí y salíamos a comer. Siempre la encontraba muy bien vestida y sentada en una silla junto a la puerta de calle. Recuerdo con toda nitidez nuestra última cena juntos antes de que la internaran en un hospital.

Fuimos a un restaurante muy simple atendido por una familia. Yo pedí un bife para Nana y una hamburguesa para mí. Llegó la comida y yo empecé enseguida a comer. Noté que Nana no comía. Simplemente, miraba la comida en el plato. Corrí mi plato a un costado, tomé el plato de Nana, lo acerqué y corté su carne en pedacitos. Luego volví a poner el plato delante de ella. Mientras con gran dificultad pinchaba la carne y se la llevaba a la boca, sentí el impacto de un recuerdo que enseguida hizo brotar lágrimas en mis ojos. Cuarenta años antes, de chiquito, sentado a la mesa, Nana siempre tomaba la carne de mi plato y la cortaba en pedacitos para que pudiera comerla.

Habían pasado cuarenta años, pero la buena acción se veía recompensada. Nana tenía razón: Cosechamos exactamente lo que sembramos.

"Cada buena acción que hagas algún día volverá a ti."

¿Qué pasó con el bravucón de tercer año? Se topó con el bravucón de cuarto.

Mike Buetelle



Historias : Saber ver


Ciriaco se había entretenido en el bar más de lo acostumbrado. La alegría de estar con los amigos lo había llevado a cargar el codo más de lo acostumbrado. Y al salir rumbo a su rancho, sintió los efectos de los vapores etílicos. Es decir, estaba perfectamente borracho.

Y se dio cuenta de ello porque comenzó a ver todo doble. Junto a las cosas que eran, y que él las conocía muy bien, veía siempre otra igualita, que seguramente no era. Por ejemplo, veía dos caminos. Uno que era y otro no que era. Lo mismo le pasaba con el alambrado, los ranchos y hasta con los amigos que se le cruzaban en la huella.

De pronto sintió que le salían al cruce dos perros grandotes. Era tan idénticos el uno con el otro que, a pesar de la confusión lógica de las ideas, logró percatarse de que se trataba de un perro que era y de otro que no era.

Optó por la huida. Pero pronto tuvo a los perros mordiéndole casi los talones. Por suerte vio delante suyo un árbol. Mejor dicho: vio dos árboles, como era lógico. Y tuvo mala suerte. Se subió al árbol que no era y lo mordió el perro que era.

En la vida es preferible tratar de tener siempre una mirada real frente a los peligros.

Porque si es tonto subirse a un árbol de verdad frente a un perro imaginario, puede ser trágico subirse a una solución ficticia frente a un problema real.

Fray Mamerto Menapace


Meditación breve


Somos libros vivos de historia. Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos, estrofas y versos línea por línea de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida.
A medida que avanza la vida, nuestra salud biológica se va convirtiendo en un relato biográfico vivo que expresa nuestras fuerzas, debilidades, esperanzas y temores.
Todos los pensamientos que ha tenido una persona, han viajado por su organismo y activado una reacción biológica.
Nuestra vida física y nuestro camino espiritual son una misma cosa. Disfrutar de la vida física es un objetivo tan espiritual como el de lograr un cuerpo físico sano.

Caroline Myss, Anatomía del Espíritu


Pedidos de oración


Pedimos oración por la señora Pastora G. que vive en Managua, Nicaragua, y que se encuentra internada en grave estado como consecuencia de haber sufrido un derrame cerebral. Que la Santísima Virgen le conceda la gracia de recuperar su salud.



Pedimos oración por la salud de Leonor, de Capital Federal, Argentina, que sufrió un infarto cerebral hace una semana, y ha quedad con una secuela de hemiplejía. Que el Señor la ayude a recuperarse.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Reflexión Mariana


¡Cuántas veces le preguntamos a Dios: “¿Por qué? ¿Por qué lo has permitido?, ¿por qué me pasó esto?" Pero no nos apuremos.
Esperemos que pase un poco el tiempo y posiblemente obtendremos una respuesta, y si no es en este mundo, será en el Cielo donde encontraremos las respuestas adecuadas. Y así entenderemos que todo lo que nos sucedió en este mundo fue querido o permitido por Dios por amor hacia nosotros. ¡Pero cómo! Sí, por amor.
Aquí no lo entendemos, pero en el Cielo veremos claro. Aquí vemos el tapiz del lado en donde están todos los hilos entrecruzados y no entendemos nada, pero en la eternidad veremos el tapiz del lado correcto y todos los hilos formarán un bello cuadro, ordenado, y quedaremos admirados y agradecidos con Dios.
Lo que sí debemos hacer es rezar, y rezar mucho, porque las pruebas que nos pone el demonio en el camino, y que Dios a veces permite, no siempre nos encuentran bien preparados con la oración. Por eso hagamos caso a las palabras que dijo el Padre Pío de Pietralcina: “Reza, ten fe y no te preocupes”.
Nunca le preguntemos a Dios: “¿Por qué?”, sino confiemos en su Divina Providencia, que todo lo dispone para el bien de los que lo aman.



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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