jueves, 19 de marzo de 2009

Pequeñas Semillitas 0668

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0668 ~ Jueves 19 de Marzo de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Hola !!!
Hoy estamos particularmente felices en la conmemoración de San José, un santo maravilloso al que admiro profundamente y al que invoco todos los días para que me transmita al menos un poco de su humildad, de su silencio y de su entrega generosa.
También hoy 19 de Marzo, en coincidencia con la festividad de San José, se celebra en algunos países el Día del Padre. De modo que hacemos llegar un saludo lleno de afecto y reconocimimento a todos los padres.
Y del mismo modo que hiciéramos el pasado 11 de Febrero con la Virgen de Lourdes, hoy en Pequeñas Semillitas queremos proclamar solemnemente a San José como Patrono de esta página. Que su ejemplo de mansedumbre y humildad nos sirva de guía y nos ilumine cada día en esta hermosa tarea de sembrar las semillas de Cristo Jesús.



La Palabra de Dios : Evangelio del día



Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados» Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado.
(Mateo 1, 16.18-21.24ª)

Comentario
Hoy, celebra la Iglesia la solemnidad de San José, el esposo de María. Es como un paréntesis alegre dentro de la austeridad de la Cuaresma. Pero la alegría de esta fiesta no es un obstáculo para continuar avanzando en el camino de conversión, propio del tiempo cuaresmal.
Bueno es aquel que, elevando su mirada, hace esfuerzos para que la propia vida se acomode al plan de Dios. Y es bueno aquel que, mirando a los otros, procura interpretar siempre en buen sentido todas las acciones que realizan y salvar la buena fama. En los dos aspectos de bondad, se nos presenta a San José en el Evangelio de hoy.
Dios tiene sobre cada uno de nosotros un plan de amor, ya que «Dios es amor» (1Jn 4,8). Pero la dureza de la vida hace que algunas veces no lo sepamos descubrir. Lógicamente, nos quejamos y nos resistimos a aceptar las cruces.
No le debió ser fácil a Sant José ver que María «antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo» (Mt 1,18). Se había propuesto deshacer el acuerdo matrimonial, pero «en secreto» (Mt 1,19). Y a la vez, «cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños» (Mt 1,20), revelándole que él tenía que ser el padre legal del Niño, lo aceptó inmediatamente «y tomó consigo a su mujer» (Mt 1,24).
La Cuaresma es una buena ocasión para descubrir qué espera Dios de nosotros, y reforzar nuestro deseo de llevarlo a la práctica. Pidamos al buen Dios «por intercesión del Esposo de María», como diremos en la colecta de la misa, que avancemos en nuestro camino de conversión imitando a San José en la aceptación de la voluntad de Dios y en el ejercicio de la caridad con el prójimo. A la vez, tengamos presente que «toda la Iglesia santa está endeudada con la Virgen Madre, ya que por Ella recibió a Cristo, así también, después de Ella, San José es el más digno de nuestro agradecimiento y reverencia» (San Bernardino de Siena).
Mons. Ramon Malla i Call, Obispo Emérito de Lleida (España)



Santoral Católico


San José



Las fuentes biográficas que se refieren a San José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a San José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo.

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor.

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la Misa.


Puedes leer más sobre San José en:


Pensamiento



"A San José, yo lo amo tanto, a tal punto que no puedo comenzar el día, ni terminarlo, sin que mi primera palabra y mi último pensamiento no sean para él"
Beato Papa Juan XXIII



Tema del día :
San José, el hombre justo



Alocución de Juan Pablo II a los jóvenes el miércoles 19 de marzo de 1986, Festividad de San José.
Meditación antes del rezo del Ángelus.


Queridos hermanas y hermanos:

1. "El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una Virgen, desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la Virgen se llamaba María" (Lc 1, 26-27). En el relato de la Anunciación, al lado de la Virgen Santísima aparece su esposo, José, el gran Santo al que precisamente hoy veneramos.

¡Cómo surge espontáneo y natural el recuerdo de su bondadosa figura en esta hora del "Ángelus" dedicada a María, y precisamente desde este espléndido púlpito, que Donatello construyó en honor de la Virgen del Sacro Cíngulo, particularmente venerada por vosotros, pratenses, en esta basílica catedral!

Al rezar el "Ángelus" junto con vosotros, queridos jóvenes estudiantes, mi pensamiento vuela a los largos años que Jesús transcurrió en el seno de su familia, con María y con José. En la juventud de Jesús encontráis la luz que puede iluminar vuestro camino estos años de crecimiento. Los Evangelios ―es cierto― son muy sobrios al hablarnos de este período de la vida del Salvador. Sin embargo, lo poco que nos dicen nos ofrece una luz de extraordinaria intensidad, que puede guiaros muy bien entre las oscuridades, las incertezas y las dificultades propias de vuestra edad.

2. Queridos jóvenes: Mirad a Jesús en su vida oculta de Nazaret. A Jesús, que fue joven como vosotros, hizo suya también vuestra edad, y, por lo mismo, la insertó en el gran plan de la redención y de la salvación. Todo lo que el Verbo divino, al encarnarse, asumió de nuestra condición humana, adquiere, en Él y por medio de Él, un valor maravilloso, un significado salvífico con miras a la vida eterna. El Hijo de Dios quiso hacer suyo nuestro camino humano, nuestra historia, nuestro crecimiento humano, físico y espiritual: en el seno de su familia ―como nos dice Lucas― "Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52); "iba creciendo y su carácter se afianzaba" (Lc 1, 80). Crecía en su maduración humana, en los afectos familiares, y en la preparación a su misión. ¡Preciosos momentos de la vida del Salvador! Las grandes misiones en servicio del hombre no se improvisan, sino que exigen una larga preparación, en el silencio de una laboriosidad tenaz y perseverante. Así fue para el joven Jesús. Así debe ser también para vosotros, queridos jóvenes, si queréis preparar un futuro luminoso y sereno, constructivo y fecundo para vosotros y para la sociedad de mañana. Vuestro porvenir será cual lo hayáis querido y lo hayáis preparado en estos años preciosos de vuestra juventud. El futuro os pertenece en la medida en que sepáis sustraeros a las tentaciones del mal y afirmar vuestra personalidad adhiriéndoos a lo que es verdadero, a lo que es justo, a lo que es bien.

3. Al lado de Jesús veis la dulce figura de María, su Madre y Madre nuestra, sentís la serena presencia de José, el hombre "justo" (Mt 1, 19), que en laborioso silencio provee a las necesidades de toda la familia. Hoy, 19 de marzo, se detiene en él, sobre todo, la mirada del corazón para admirar sus dotes de discreción y de disponibilidad, de laboriosidad y de valentía, que circundan su bondadosa figura con una aureola de cautivadora simpatía. Toda la tradición ha visto en San José al Patrono y Protector de la comunidad de los creyentes; su poderosa intercesión acompaña y protege el camino de la Iglesia en el curso de la historia. Él la defiende de los peligros, la sostiene en las luchas y sufrimientos, le señala el camino, le obtiene alientos y consuelos.

Tened confianza en este Santo tan grande y tan humilde. Partícipe como es del misterio de María y de su Hijo divino, él os guiará dulcemente y con seguridad a la comprensión de este misterio de salvación, y llevará a cumplimiento cuanto de hermoso ―a la luz de Dios― desea vuestro corazón.

San José con el ejemplo de su vida, os habla también a vosotros, jóvenes de hoy, y os invita a dar en el mundo testimonio de vuestro amor a Cristo, de vuestra honestidad y coherencia, de vuestro compromiso para construir una sociedad más justa y más humana.

Juan Pablo II


Un José muy especial



En este día tan hermoso en que conmemoramos a San José, Patrono de la Iglesia, esposo de la Virgen María, Padre adoptivo de Jesús y cabeza de la Sagrada Familia, enviamos un saludo muy cordial a todos los amigos que llevan ese hermoso nombre –José– y a todos los Pepes y Pepitos del mundo.

Permítanme representar a todos ellos en uno muy especial, José Luis Domínguez Pascual, un querido amigo que es un fiel difusor de la Palabra de Dios desde su Málaga (España) para todo el mundo a través de sus diversas publicaciones en Internet.

Un fuerte abrazo querido José, y que Dios bendiga tu trabajo y tu familia para siempre.



Pedidos de oración




Pedimos oración por Miguel Ángel R., que vive en Argentina, y será sometido a una cirugía caridiovascular el miércoles de la próxima semana. Que el Señor guíe a los médicos para que la operación sea un éxito y recupere pronto su mejor salud.



Nuestra lectora Mónica M., de Bogotá, Colombia, nos pide oraciones por la reconstrucción de su matrimonio, pues luego de 18 años su esposo se fue del hogar hace once meses. Que la Divina Providencia restaure las heridas y haga florecer nuevamente el amor y la unión en estos hermanos.



Nuestra lectora Marité, de Virginia (USA), nos pide oraciones por su yerno Christopher, que se ha quedado sin trabajo por el cierre de la firma en la que se desempeñaba. Que el Señor mire con bondad a este y tantos otros hermanos que pasan por las mismas dificultades derivadas de la crisis mundial.



Pedimos oración por Elvia A. G, de 56 años de edad, residente en México DF, y que hace quince días ha desaparecido sin que se sepa nada de su paradero o de la suerte que pueda haber corrido. Que la Virgen de Guadalupe ayude a las personas que la buscan para que pronto puedan tener noticias de ella.



Nuestra lectora Yamileth S., que vive en Nicaragua, nos agradece oraciones que en otras oportunidades hicimos por amigos o por su propia mamá, y que siempre fueron atendidas desde el cielo conforme a lo que se pedía. Y ahora pide por ella misma, pues está pasando por una muy difícil situación económica, para que el Señor le de luz, fuerzas y mucha fe, a fin de no desfallecer en la lucha de todos los días junto a sus tres hijos.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Oración a San José



¡Oh San José, custodio y padre de vírgenes, a cuya guarda fue encomendada la misma inocencia Cristo Jesús y María, Virgen de las Vírgenes: os suplico y ruego, por estas dos riquísimas prendas Jesús y María, que, preservándome de toda inmundicia, hagáis que siempre sirva a Jesús y María con puro corazón, con cuerpo casto y con el alma libre de toda mancha de pecado. Amén.



Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.