PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3537 ~ Miércoles 20 de Diciembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi
oración, Señor, es llana y sencilla. En mi oración, Señor, te traigo mis
inquietudes y mis problemas. En mi oración, Señor, confío en ti y te hablo. En
mi oración, Señor, te doy gracias.
Voy
cansado, Señor; alégrame. Estoy triste, Señor; alégrame. Me disgusto, Señor, a
veces sin motivo; alégrame. Tengo miedo, Señor.
Alégrate
de todo corazón porque el Señor está a tu lado.
Alégrate
de todo corazón porque Dios se fía de ti.
Alégrate
de todo corazón porque el Señor te valora como eres.
Alégrate
de todo corazón porque Dios te escucha y te quiere.
Cuida
mi corazón, mi Dios. Lee mis pensamientos, Señor.
Y
alégrate siempre en lo sencillo, Y que mi alegría la conozca siempre todo el
mundo. Amén.
¡Buenos días!
Habrá más luz en la noche
Este
año que finaliza comenzó por un día, nada más. Pero un día sumado a otro día
fue acumulando semanas y meses. Y dentro de dos semanas concluimos un año más.
Así también ladrillo sobre ladrillo se levantaron los grandes palacios. Valora
los pequeños gestos, esos pasos que empiezan con sencillez, pero sumados, llegan a metas de insospechada
grandeza.
Si cuidas una abeja, habrá más miel en el panal.
Si evitas una injusticia, habrá más justicia en el
mundo.
Si cultivas un rosal, habrá más rosas en el jardín.
Si amas, Dios estará más presente en el mundo.
Si enciendes una vela, habrá más luz en la noche.
Si vives en la verdad, habrá menos mentira en el
mundo.
Si enciendes un fuego, habrá menos frío en el
invierno.
Si irradias tu alegría, habrá menos tristezas en el
mundo.
Si esperas cambiar tú cuando haya cambiado el mundo,
morirás sin haber vivido; si comienzas cambiando tú,
ya estás cambiando el mundo.
Que
medites este valioso mensaje, y su fuerza genere en tu corazón la sabia
decisión de aprovechar cada día del nuevo año, “en todo lo que es verdadero y
noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra,
todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza” (Fil. 4, 8). Te auguro
que concluyas este año con mucha alegría.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Al
sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella
se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El
ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas
a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reino no tendrá fin».
María
respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel
le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado
Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su
vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque
ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del
Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue. (Lc 1,26-38)
Comentario:
Hoy
contemplamos, una vez más, esta escena impresionante de la Anunciación. Dios,
siempre fiel a sus promesas, a través del ángel Gabriel hace saber a María que
es la escogida para traer al Salvador al mundo. Tal como el Señor suele actuar,
el acontecimiento más grandioso para la historia de la Humanidad —el Creador y
Señor de todas las cosas se hace hombre como nosotros—, pasa de la manera más
sencilla: una chica joven, en un pueblo pequeño de Galilea, sin espectáculo.
El
modo es sencillo; el acontecimiento es inmenso. Como son también inmensas las
virtudes de la Virgen María: llena de gracia, el Señor está con Ella, humilde,
sencilla, disponible ante la voluntad de Dios, generosa. Dios tiene sus planes
para Ella, como para ti y para mí, pero Él espera la cooperación libre y
amorosa de cada uno para llevarlos a término. María nos da ejemplo de ello: «He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). No es tan
sólo un sí al mensaje del ángel; es un ponerse en todo en las manos del
Padre-Dios, un abandonarse confiadamente a su providencia entrañable, un decir
sí a dejar hacer al Señor ahora y en todas las circunstancias de su vida.
De
la respuesta de María, así como de nuestra respuesta a lo que Dios nos pide
—escribe san Josemaría— «no lo olvides, dependen muchas cosas grandes».
Nos
estamos preparando para celebrar la fiesta de Navidad. La mejor manera de
hacerlo es permanecer cerca de María, contemplando su vida y procurando imitar
sus virtudes para poder acoger al Señor con un corazón bien dispuesto: —¿Qué
espera Dios de mí, ahora, hoy, en mi trabajo, con esta persona que trato, en la
relación con Él? Son situaciones pequeñas de cada día, pero, depende tanto de
la respuesta que demos.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona,
España)
Santoral Católico:
Santo Domingo de Silos
Abad
Nació
en el pueblo de Cañas (La Rioja, España) hacia el año 1000. En su juventud fue
pastor y empezó a sentir gusto por la soledad y el silencio, llevando vida de
ermitaño. Decidió abrazar la vida religiosa e ingresó en el monasterio de San
Millán de la Cogolla. Sus cualidades y su observancia de la Regla hicieron que
pronto lo nombraran prior del monasterio. Como tal tuvo un conflicto con el rey
García III de Navarra a causa de las posesiones del monasterio y del pago de
tributos. El rey lo desterró, y lo acogió en seguida Fernando I, rey de
Castilla, quien le ofreció el monasterio de Silos (Burgos), entonces en
decadencia material y espiritual. Elegido abad del mismo, restauró el edificio,
restableció la disciplina monástica y la práctica de la alabanza continua a
Dios. El monasterio se convirtió en uno de los más prósperos de España. También
se ocupó en rescatar a cristianos cautivos de los musulmanes. Murió el 20 de
diciembre de 1073.
Oración: Oh Dios, que adornaste a tu Iglesia con los
méritos de la preclara vida de santo Domingo de Silos, tu confesor, y la
alegraste con los gloriosos milagros en la liberación de los cautivos; concede
a tus siervos ser instruidos con sus ejemplos y, por su patrocinio, ser
liberados de toda esclavitud de los vicios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
“La Navidad es una fiesta llena de alegría al saber
que Dios en persona viene a buscarnos, a salvarnos, para que nunca más podamos
sentirnos solos o lejanos de Él. La Navidad es entonces el tiempo más hermoso
del año y, desde luego, a veces nos invade la nostalgia… ¡Anímate!… Recoge tus
mejores recuerdos y cuélgalos en el árbol de Navidad de tu corazón. Brillarán
con destellos de alegría.”
Historia Navideña:
Zapatos para Jesús
(Una
historia que nos enseña el verdadero valor de las cosas)
Solo
faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de
estas fiestas. Los estacionamientos llenos y dentro de las tiendas el caos era
mayor. No se podía ni caminar por los pasillos.
¿Por qué vine hoy? Me pregunté.
Me
dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de personas
que decían no querer nada, pero yo sabía que si no les compraba algo, se
resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me
dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que
serían por lo menos 20 minutos de espera.
Frente
a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal
vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor tres
tallas más grande. Los jeans le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos
uno cuantos billetes arrugados.
Su
hermana lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de
zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños
resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al
llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la
cajera, como si se tratara de un tesoro.
La
cajera les entregó un recibo y dijo: son $6.09. El niño puso sus arrugados
billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos.
Finalmente
contó $3.12. "Bueno, pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro
día y los compraremos", añadió. Ante esto la niña dibujó un puchero en su
rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos".
"Volveremos
a casa, trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a
volver". Sin tardar yo le completé los tres dólares que faltaban a la
cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de
todo era Navidad.
Y
en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo:
"Muchas gracias señor".
Aproveché
la oportunidad para preguntarle qué había querido decir cuando dijo que a Jesús
le encantarían los zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos me
respondió:
"Mi
mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de
Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del
cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá
hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?
Mis
ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. "Por
supuesto que sí le respondí". Y en silencio le di gracias a Dios por usar
a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas.
Nuevo vídeo y artículo
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"Pequeñas Semillitas" en
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Meditaciones
Considera
como el Eterno Padre dijo a Jesucristo en el instante de su concepción estas
palabras: “Hijo, yo te he dado al mundo
por luz y vida de las gentes, a fin de que procures su salvación, que estimo
tanto como si fuese la mía. Es necesario, pues, que te emplees todo en
beneficio de los hombres. Es por lo mismo preciso que al nacer padezcas una extremada
pobreza, para que el hombre se haga rico. Es menester que seas vendido como
esclavo, para que adquieras al hombre la libertad; y que como tal esclavo seas
azotado y crucificado, para satisfacer a mí justicia la pena debida por el
hombre. Has de dar la vida por librar al hombre de la muerte eterna. En suma,
sabe que no eres más tuyo, sino del hombre. De esta manera, Hijo mío, este se
rendirá a amarme y a ser mío, viendo que
le doy sin reserva a Ti mi Unigénito, y que nada más me resta que darle”.
Así
amó Dios al mundo: que le dio su Unigénito. ¡Oh amor infinito, digno solamente
de un Dios infinito, quien de tal modo amó al mundo que dio su Unigénito!
A
esta propuesta Jesús no se entristece, sí que se complace en ella, la acepta
con amor y se regocija. Desde el primer momento de su encarnación Jesús se da
también todo al hombre, y abraza con gusto cuantos dolores e ignominias debe
sufrir en la tierra por amor del mismo. Estos fueron, dice san Bernardo, los
montes y colinas que debía atravesar con tanta presura y fatiga; cual nos le
representa la Esposa cuando dice: “Ved a mi amado, que viene saltando por montes, atravesando
collados” (Cant. 2, 8)
Pondera
aquí como el Padre Divino enviando el Hijo a ser nuestro Redentor, y poner la
paz entre Dios y los hombres, se ha obligado en cierto modo a perdonarnos y
amarnos por razón del pacto que hizo de recibirnos en su gracia; puesto que el
Hijo ha de satisfacer por nosotros a la Divina Justicia. A su vez el Verbo
Divino, habiendo aceptado el encargo del Padre, el que (enviándolo a
redimirnos) nos lo daba, se ha obligado a amarnos, no ya por nuestros méritos,
sí por cumplir la piadosa voluntad del Padre.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Lorenzo Emiliano N., de 5 meses de
vida, de la ciudad de Resistencia, Chaco, Argentina, que se encuentra internado
en cuidados intensivos por una cardiopatía y otros problemas. Que Jesús que
está viniendo en Navidad, esté junto a este niño enfermo y lo fortalezca con su
gracia para que se recupere pronto y en totalidad.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Diciembre 20
El
alma y el cuerpo de la purísima Virgen María fueron como dos instrumentos que
producían una misma melodía, que alababa y cantaba las grandezas del Señor.
Jamás en su cuerpo o en su alma hubo la menor disonancia que distorsionase la
melodía de su canto.
En
nosotros, quizá en alguna ocasión nuestro cuerpo se rebele o nuestro espíritu
nos haga sentir sus instintos soberbios; sobre ese fondo desagradable y sucio,
tratemos de que se destaque el amor de nuestro corazón que nos eleve a Dios.
María,
que sea mi vida como una flauta en la que Dios pueda tocar y hacer oír sus
melodías.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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