PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3536 ~ Martes 19 de Diciembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¿Quiénes
somos nosotros para que vinieras a nuestra casa? ¿Cómo agradecerte la
delicadeza de tu visita? Viniste, Señor Jesús, y tu gracia envolvió todo
nuestro ser.
Tu
perdón reblandeció la dureza de nuestras cobardías, desencantos, excusas y
miedos. Tu llamada nos dio cabida entre los tuyos.
Tus
palabras aportaron luz a nuestras oscuridades y ensancharon de confianza el
corazón.
Tu
Pan nutrió la esperanza puesta en Ti y sostuvo el empeño de seguirte. Tu
Promesa cumplida alegró nuestra casa.
Tu
encargo ha prendido en nosotros y nos urge a la tarea cotidiana de ser Iglesia abierta,
fraterna, servidora y solidaria.
Tu
encargo nos apremia a abrir puertas al cercano y al lejano, al hermano y al que
es diferente.
Nos
invitas a crear espacios de acogida y escucha. Nos pides que nada humano nos
sea ajeno. Nos llamas a ser signo creíble de tu estar-con-nosotros, y de tu
amor volcado, discreta y humildemente a favor de todos.
Vienes,
Señor Jesús, a nuestra casa y nos indicas qué hacer para ser una página actual
y viva de tu Navidad.
Gracias
por tu empeño constante y paciente de atraernos hacia Ti, no solo en este
tiempo de gracia sino también en cualquier otro tiempo.
¡Buenos días!
La Virgen lo salvó
En
la vida del Cura de Ars leemos un hecho sorprendente por donde se lo mire. Nos
enseña en primer lugar que la devoción sincera a la Madre de Dios es prenda de
salvación. Pequeños actos en su honor nos atraen gracias especiales de
repercusión en la eternidad.
Un día, entre la larga fila de peregrinos que acudían
a ver al santo Cura de Ars, había una mujer vestida de luto riguroso por su
marido, que se había arrojado desesperado desde un puente para acabar con su
vida, lo que de hecho logró. La viuda, afligida, acudió al Santo para ver lo
que se podía hacer por su alma, pues tal pecado mortal, el suicidio, habría supuesto
su condenación eterna. Pasó ante ella el santo Cura, y sin darle tiempo a
hablar le dijo al oído: —¡Está salvado! (La mujer se turbó). —Su esposo se ha
salvado. Está en el Purgatorio y hay que rezar mucho por él. Mientras rodaba
hacia la muerte, tuvo tiempo de hacer un acto de contrición. ¿Recuerda el altar
que durante el mes de mayo se levanta a la salida del pueblo? Pues su marido,
aunque era irreligioso, gustaba de ponerle una flor a la Virgen para adornar el
altar, y esas flores le han valido el arrepentimiento y el perdón final...
Y
otra enseñanza es que no podemos cerrar el juicio sobre los que se suicidan.
María Simma, que tuvo el carisma de ser visitada por las almas del Purgatorio,
afirma que muchas veces el suicidio es resultado de una enfermedad
mental-emocional, y evidentemente el Señor lo tiene en cuenta. Como le dijo el
Cura de Ars a la esposa, oremos por estas personas.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Hubo
en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo
de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel;
los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos
y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de
avanzada edad.
Sucedió
que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en
suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor
para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a
la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha
del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de
él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido
escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre
Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque
será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu
Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les
convertirá al Señor su Dios, e irá delante de Él con el espíritu y el poder de
Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los
rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien
dispuesto».
Zacarías
dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en
edad». El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y
he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a
quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque
no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo».
El
pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el
Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido
una visión en el Santuario; les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y sucedió
que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Días
después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses
diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó
quitar mi oprobio entre los hombres». (Lc 1,5-25)
Comentario:
Hoy,
el ángel Gabriel anuncia al sacerdote Zacarías el nacimiento “sobrenatural” de
Juan el Bautista, que preparará la misión del Mesías. Dios, en su amorosa
providencia, prepara el nacimiento de Jesús con el nacimiento de Juan, el
Bautista. Aunque Isabel sea estéril, no importa. Dios quiere hacer el milagro
por amor a nosotros, sus criaturas.
Pero
Zacarías no manifiesta en el momento oportuno la visión sobrenatural de la fe:
«¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad» (Lc
1,18). Tiene una mirada excesivamente humana. Le falta la docilidad confiada en
los planes de Dios, que siempre son más grandes que los nuestros: ¡en este
caso, ni más ni menos que la Encarnación del Hijo de Dios para la salvación del
género humano! El ángel encuentra a Zacarías como “despistado”, lento para las
cosas de Dios, como estando en “fuera de juego”.
Cuando
ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que el Ángel del Señor nos
encuentre preparados, como María. Es necesario tratar de mantener la presencia
de Dios a lo largo del día, intensificar nuestro amor a Jesucristo en nuestro
tiempo de oración, recibir con mucha devoción la Sagrada Comunión: ¡porque
Jesús nace y viene a nosotros! Y que no nos falte la visión sobrenatural en
todos los quehaceres de nuestra vida. Hemos de poner visión sobrenatural en
nuestro trabajo profesional, en nuestros estudios, en nuestros apostolados,
incluso en los contratiempos de la jornada. ¡Nada escapa a la providencia
divina! Con la certeza y la alegría de saber que nosotros colaboramos con los
ángeles y con el Señor en los planes amorosos y salvadores de Dios.
Rev. D. Ignasi FUSTER i Camp (La Llagosta, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Anastasio I
Papa
Fue
papa del 27 de noviembre del año 399 al 19 de diciembre del 401. Era romano y
sucedió en el pontificado a san Siricio. De él dice san Jerónimo que «era
hombre de gran santidad», que vivió la pobreza evangélica y llevó una vida
íntegra, entregada al ministerio apostólico. Condenó las doctrinas heréticas de
Orígenes y el donatismo. Aprobó las decisiones del Concilio de Toledo celebrado
el año 400. Mantuvo muy buenas relaciones con san Paulino de Nola. Fue
sepultado en el cementerio Ponciano, de la vía Portuense de Roma.
© Directorio Franciscano - Catholic.net
Palabras de San Juan Pablo II
“Caminen con María.
Que el eco de su ‘fiat’
resuene en sus corazones”
Tema del día:
El
sueño de María
José, anoche tuve un sueño muy
extraño, como una pesadilla. La verdad es que no lo entiendo. Se trataba de una
fiesta de cumpleaños de nuestro Hijo.
La familia se había estado preparando
por semanas decorando su casa. Se apresuraban de tienda en tienda comprando
toda clase de regalos. Parece que toda la ciudad estaba en en lo mismo porque
todas las tiendas estaban abarrotadas. Pero algo me extrañó mucho: ninguno de
los regalos era para nuestro Hijo.
Envolvieron los regalos en papeles
lindísimos y les pusieron cintas y lazos muy bellos. Entonces los pusieron bajo
un árbol. Si, un árbol, José, ahí mismo dentro de su casa. También decoraron el
árbol; las ramas estaban llenas de bolas de colores y ornamentos brillantes.
Había una figura en el tope del árbol. Parecía un angelito. Estaba precioso.
Por fin, el día del cumpleaños de
nuestro Hijo llegó. Todos reían y parecían estar muy felices con los regalos
que daban y recibían. Pero fíjate José, no le dieron nada a nuestro Hijo. Yo
creo que ni siquiera lo conocían. En ningún momento mencionaron su nombre. ¿No
te parece raro, José, que la gente pase tanto trabajo para celebrar el
cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen? Me parecía que Jesús se habría
sentido como un intruso si hubiera asistido a su propia fiesta de cumpleaños.
Todo estaba precioso, José y todo el
mundo estaba tan feliz, pero todo se quedó en las apariencias, en el gusto de
los regalos. Me daban ganas de llorar que esa familia no conocía a Jesús. ¡Qué
tristeza tan grande para Jesús - no ser invitado a Su propia fiesta! Estoy tan
contenta de que todo era un sueño, José. ¡Qué terrible si ese sueño fuera
realidad!
Meditaciones
Considera
que habiéndonos dado el eterno Padre a su mismo Hijo por mediador, por abogado
cerca de él mismo, y por víctima en satisfacción de nuestros pecados, nosotros
no podemos ya desconfiar de alcanzar de Dios cualquiera gracia que le pidamos,
valiéndonos del medio de un tal intercesor: ¿Cómo no nos donó con este Redentor
todas las cosas? añade san Pablo. ¿Qué cosa nos negará ya Dios, no habiéndonos
negado a su Hijo? Ninguna de nuestras súplicas merece ser oída ni atendida del
Señor; porque no somos dignos de gracias, sí es de castigo por nuestros
pecados; pero ciertamente merece ser oído Jesucristo que intercede por
nosotros, y ofrece todos los padecimientos de su vida, su sangre y su muerte.
No
puede negar cosa alguna el Padre a un Hijo tan amado, que le ofreció un precio
de infinito valor. Él es inocente, y aunque paga a la divina justicia es para
satisfacer nuestras deudas; y su satisfacción es infinitamente mayor que todos
los pecados de los hombres. No sería justo que pereciese un pecador, el cual se
arrepiente de sus culpas, y ofrece a Dios los méritos de Jesucristo, quien las
ha satisfecho por él sobreabundantemente. Démosle, pues, gracias a Dios, y
esperémoslo todo en los méritos de Jesucristo.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la paz social en República
Argentina. Por el pleno imperio de la ley y la justicia, con absoluto
respeto por el estado de derecho.
Pedimos
oración para la familia H. A., de
Colombia, especialmente por su señora madre Teresa (propensa a un Alzheimer) y sus hijos, en particular Luis Carlos y Constanza, que presentan serios problemas de orden mental. Pedimos
al Señor les dé la cordura, la estabilidad y el equilibrio psíquico, emocional
y sentimental que tanto necesitan, confiados en la segura intercesión de
nuestra Madre del cielo, la Virgen María.
Pedimos
oración para Carlos Manuel B., de
Buenos Aires, Argentina, que se encuentra internado, muy delicado, con un
proceso infeccioso no diagnosticado, picos febriles altos y se está buscando el
origen para poder darle el tratamiento adecuado. Lo encomendamos a la Virgen de
Luján, para que Ella interceda ante Jesús.
Pedimos
oración para Diego S., de provincia
de Buenos Aires, Argentina, afectado de cáncer de estómago diseminado al
abdomen, en etapa terminal, rogando a Dios que, con su infinita misericordia,
le evite más dolores y sufrimientos físicos y psíquicos.
Pedimos
oración para dos personas de Medellín, Antioquia, Colombia: Luz Edilma R., a quien le
diagnosticaron glaucoma en ambos ojos y la tienen que intervenir; y Alejandro A., que tiene una artrosis de
rodilla y necesita un trasplante. Que Jesús esté junto a estas personas en el
momento de sus operaciones para que todo resulte de la mejor manera.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Diciembre 19
Allá,
en el retiro de su casa, la Virgen María se concentraba en la oración;
concluidos sus quehaceres domésticos oraría a Yahvé, recordaría las promesas de
salvación a su pueblo, rezaría salmos e himnos de alabanza y su alma se
alegraría en la contemplación del Dios que salva.
Nuestra
oración ha de ser frecuente, no será preciso para ello salir de casa; la Biblia
no debe caerse de nuestras manos; y la Palabra de Dios debe ocupar nuestros
pensamientos y nuestros afectos.
María, que sea yo reflejo dela verdad, con sencillez,
con sinceridad, con serenidad.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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