sábado, 2 de diciembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3519

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3519 ~ Sábado 2 de Diciembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy finaliza el año litúrgico, es el último día, para dar paso, a partir de mañana domingo, al tiempo de Adviento, espera del Señor que viene...
Es necesario prepararnos adecuadamente para recibirlo de la mejor manera:
Hacerle espacio en la habitación de nuestros corazones para albergarlo allí.
Hacer un examen de conciencia para limpiar las telarañas de nuestra alma con el sacramento de la confesión.
Tener lista nuestra “casa” con todo lo mejor: cortinas nuevas, vajilla nueva, alegría, esperanza...
Abrir la puerta de nuestro hogar-corazón y esperarlo en oración a Él que viene.

¡Buenos días!

La buena lectura
En un arrebato lírico, el poeta Amado Nervo dijo que los libros son: “Urnas de ideas, arcas de ensueño, flor de la vida consciente, cofres místicos que custodian el pensamiento humano”. Son todo eso y mucho más. Por lo tanto es vital para tu cultura que sepas acercarte a los buenos libros con el deseo de asimilar sus mensajes. Algunos pensamientos sobre el tema:

“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos”, dijo el filósofo Francis Bacon. El pensador americano Emerson comprobó que “en muchas ocasiones la lectura de un libro ha abierto el camino del éxito a un hombre, decidiendo el curso de su vida”. El historiador inglés Tomás Carlyle opinaba que “La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros”. Al orador romano Cicerón le parecía que “un hogar sin libros era como un cuerpo sin alma”. San Juan XXIII escribió para su uso personal un “Decálogo de la Serenidad”. Uno de esos propósitos dice: “Sólo por hoy tendré diez minutos de buena lectura”.

Algunos no ejercitan la mente, atrapados por la cultura de la imagen televisiva. Sin desconocer cuanto puede aportar la pantalla hogareña, es preciso destacar el valor decisivo del libro para el desarrollo de la inteligencia humana. Por otra parte la lectura da solaz al espíritu. El autor místico Kempis confesó: “He buscado en todas partes el sosiego, y no lo he encontrado sino sentado en un rincón con un libro entre las manos”. Piénsalo y da pasos en la buena dirección.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre». (Lc 21,34-36)

Comentario:
Hoy, último día del tiempo ordinario, Jesús nos advierte con meridiana claridad sobre la suerte de nuestro paso por esta vida. Si nos empeñamos, obstinadamente, en vivir absortos por la inmediatez de los afanes de la vida, llegará el último día de nuestra existencia terrena tan de repente que la misma ceguera de nuestra glotonería nos impedirá reconocer al mismísimo Dios, que vendrá (porque aquí estamos de paso, ¿lo sabías?) para llevarnos a la intimidad de su Amor infinito. Será algo así como lo que le ocurre a un niño malcriado: tan entretenido está con “sus” juguetes, que al final olvida el cariño de sus padres y la compañía de sus amigos. Cuando se da cuenta, llora desconsolado por su inesperada soledad.
El antídoto que nos ofrece Jesús es igualmente claro: «Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21,36). Vigilar y orar... El mismo aviso que les dio a sus Apóstoles la noche en que fue traicionado. La oración tiene un componente admirable de profecía, muchas veces olvidado en la predicación, es decir, de pasar del mero “ver” al “mirar” la cotidianeidad en su más profunda realidad. Como escribió Evagrio Póntico, «la vista es el mejor de todos los sentidos; la oración es la más divina de todas las virtudes». Los clásicos de la espiritualidad lo llaman “visión sobrenatural”, mirar con los ojos de Dios. O lo que es lo mismo, conocer la Verdad: de Dios, del mundo, de mí mismo. Los profetas fueron, no sólo los que “predecían lo que iba a venir”, sino también los que sabían interpretar el presente en su justa medida, alcance y densidad. Resultado: supieron reconducir la historia, con la ayuda de Dios.
Tantas veces nos lamentamos de la situación del mundo. —¿Adónde iremos a parar?, decimos. Hoy, que es el último día del tiempo ordinario, es día también de resoluciones definitivas. Quizás ya va siendo hora de que alguien más esté dispuesto a levantarse de su embriaguez de presente y se ponga manos a la obra de un futuro mejor. ¿Quieres ser tú? Pues, ¡ánimo!, y que Dios te bendiga.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Bibiana (o Viviana)
Mártir
Santa Bibiana es de las últimas víctimas de la persecución anticristiana de Julián el Apóstata (361-363). En una Passio Sanctae Bibianae, no anterior al siglo VII, se lee que el gobernador Aproniano, después de haber hecho asesinar a Fausto y a Dafrosa, seguro de poderse adueñar de su patrimonio, trató de obligar a la apostasía a las jóvenes hijas de los mártires. Encerradas en la cárcel, Demetria murió antes de la terrible prueba. Bibiana, impávida y resuelta, enfrentó al gobernador, que, para debilitar su resistencia la confió inútilmente a una alcahueta. Entonces ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada.
Llena de llagas por todo el cuerpo, finalmente la joven mártir entregó su alma a Dios. Echaron su cuerpo a los perros, pero unos cristianos lo rescataron y le dieron sepultura junto a la tumba de sus padres y de la hermana, cerca de su casa, en donde pronto construyeron una capilla y más tarde la actual basílica, sobre el monte Esquilino. De esto da cuenta el biógrafo del Papa Simplicio (468-83), atribuyendo a este pontífice la construcción de la basílica en honor de la bienaventurada mártir Bibiana "juxta Licinianum ubi corpus eius requiescit".
©  Aciprensa    

Santoral Católico:
Beata Liduina Meneguzzi
Religiosa
Elisa Angela Meneguzzi nació el 12 de septiembre de 1901 en Padua a campesinos pobres y vivió en la granja con sus hermanos y hermanas. Su niñez se destacó por su consideración de la vida religiosa, así como por su talento para instruir a otros en el catecismo y asistir a misa con frecuencia. A la edad de catorce años, en 1915, comenzó a trabajar como sirvienta de familias de considerable riqueza en el área y también trabajó en los hoteles alrededor de las aguas termales cerca de la ciudad.
El 5 de marzo de 1926 se unió a las Hermanas de San Francisco de Sales, dedicada al santo de ese nombre, y en su profesión solemne asumió el nombre religioso de "Liduina". Ella trabajó en este momento en el internado de Santa Croce como ama de llaves y sacristán, además de su puesto como enfermera.
En 1937 se le concedió su ardiente deseo de unirse a las misiones en Etiopía y fue enviado a Dire Dawa. Más tarde se hizo conocida como "Hermana Gudda" (que significa "Grande") por su compromiso apasionado con las necesidades de los enfermos y los pobres de la ciudad mientras trabajaba como enfermera en el Hospital Civil Parini; al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ella vio a soldados heridos. Cuando la ciudad fue bombardeada, movió a los heridos a refugios y bautizó a los heridos. Ella se hizo conocida como el "Fuego Ecuménico" debido a sus fuertes esfuerzos en el ecumenismo con cristianos coptos y musulmanes, mientras que también atiende a los dos últimos y sus relaciones con los católicos de Dire Dawa.
Murió el 2 de diciembre de 1941 debido a un cáncer. Sus restos fueron trasladados a la casa madre de la congregación a la que sirvió en Padua en julio de 1961. El médico que la atendió antes de su muerte dijo: "Nunca he visto a alguien morir con tanta alegría y dicha". La beatificación se celebró en la Plaza de San Pedro el 20 de octubre de 2002.
©  Aciprensa    

Palabras del Santo Padre Pío 
"Tienes que cultivar atentamente ese corazón bien formado
y no ahorrar nada que le pueda ser útil para su felicidad.
Y si es cierto que esto puede y debe hacerse
en toda estación, es decir, toda edad.
La edad que tú tienes es la más apropiada"

Tema del día:
Alabanzas a la Virgen de Adviento
¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos besos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.

No más PPS

Una vez más les recuerdo a los lectores
que reciben “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico,
que –lamentablemente– los PPS no se envían más por cuestiones técnicas.

Meditaciones
El Adviento es un tiempo de privilegio. Nos permite redescubrir el inmenso misterio de la maternidad divina de la Virgen y su papel de Madre en la vida de cada uno de nosotros. Redimidos, solo podemos nacer espiritualmente del mismo seno en el que fue concebido Jesús: el seno Inmaculado de María.
Deseamos entrar en el maravilloso clima de Adviento y experimentar plenamente la gracia propia de este período litúrgico. Estamos invitados a seguir el camino que conduce al Corazón de la Madre de Aquel que esperado, viene, y venido, permanece para siempre con nosotros: de ahí su nombre "Emmanuel", «Dios con nosotros.»
Con María, vamos a Nazaret, y desde Nazaret a Belén. Es un camino pavimentado con gran simplicidad, de gran humildad, con una atención particular a las cosas pequeñas, donde nada se da por previsto, pero donde cada cosa en este camino es una oportunidad para rendir Gracias. Sí, esta ruta tiene el nombre de "pequeñez”, y nadie puede encontrarla si no abandona los caminos tortuosos de la autosuficiencia.
Vivir el Adviento con María, significa entonces convertirse a lo que el mundo desprecia y juzga débil: precisamente, la pequeñez. Jesús, en el Evangelio, habla claramente: "En verdad, te digo, si no te conviertes y te vuelves como niños pequeños, no entrarás en el Reino de los Cielos"(Mateo 18: 3).

Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. 

Pedimos oración por la salud de Eulalia, de Buenos Aires, Argentina, que tiene 84 años y le diagnosticaron cáncer de mama y deberá someterse a la intervención quirúrgica. Le rogamos al Médico Divino y a su Dulce Mamá que la protejan para que pronto pueda estar recuperada, en su casa, con su familia.

Pedimos oración para Norma C., de Córdoba, Argentina, con afección oncológica delicada, y edad avanzada. La encomendamos a la Virgen de Lourdes para su protección e intercesión ante Jesús.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Diciembre 2
Con su amparo maternal la Madre celestial nos ayuda a vivir como cristianos auténticos: que nuestras obras respondan a nuestras palabras y nuestras palabras estén acordes con nuestros sentimientos y que nuestros sentimientos sean producto de nuestros pensamientos.
Que en todo nos asemejemos a la dulce Madre, toda pura, toda santa, toda inmaculada, toda luz.
María, poema que resuena en toda la creación, bendícenos para que seamos mejores cristianos.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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