PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3275 ~ Sábado 18 de Febrero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hay
historias que son verdaderamente conmovedoras:
El
padre Mateo Crawley, el gran apóstol mundial de la devoción al Corazón de
Jesús, cuenta que un día después de predicar un sermón en París, lo detuvo una
joven obrera y le pidió hablar con él. Como no tenía tiempo, pues le estaban
esperando en otra parte, le dio su dirección. Ella le escribió una carta, donde
le decía:
“Padre,
pertenecía a una familia tan desgraciada como impía. A los catorce años
ignoraba hasta la existencia de Dios, a pesar de haber sido bautizada. Al pasar
un día delante de una iglesia, vi mucha gente y entré. No entendía nada. Al
llegar la comunión, le pregunté a una señora qué iba a recibir aquella gente…
Aquella señora me explicó lo que era la comunión. Después me compré un
catecismo y lo estudié para prepararme a la confesión y comunión”.
Y
sigue el padre Mateo: Ahora es una religiosa carmelita y hace poco me escribía
la Priora: Es la perla de las perlas, la joya de mi comunidad.
La
conclusión es simple y clara: siempre estamos a tiempo de buscar a Jesús, y si
lo hacemos de corazón, Él nos ayudará a que lo encontremos para siempre.
¡Buenos días!
Avalancha de nieve
María
Simma fue una sencilla campesina que desde pequeña oraba por las almas del
Purgatorio. A los 25 años fue favorecida con el carisma de ser visitada a
menudo por estas almas. Vivía sola en su casita de Sonntag en Austria. Fue
alentada en su tarea por el párroco y el obispo. Con generosidad María
respondía siempre a los pedidos de las almas benditas.
Una noche de 1954 un joven estaba en su casa, cuando
de improviso un terrible alud se abatió tan cerca que oía gritos que pedían
auxilio. De inmediato el joven se levantó y se precipitó para socorrer a esas
personas. Pero su madre en la puerta quiso impedirle el paso. El joven,
conmovido por los gritos y resuelto a auxiliarlos, empujó a su madre y le dijo:
"¡Sí, yo voy! ¡No quiero dejarlos morir así!” y salió. Pero también él, a
lo largo del trayecto, fue alcanzado por otro alud y murió... Dos días después
se apareció a María Simma y le dijo: "Haz celebrar tres misas por mí, así
seré liberado del Purgatorio". Más tarde el joven le explicó que al
entregar su vida por esas personas, el Señor perdonó sus muchos y graves
pecados y pudo entrar rápidamente al Cielo porque la caridad cubre la multitud
de las culpas.
El
Purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios pero, aunque
están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para entrar
al Cielo. Nosotros podemos ayudarlos ofreciendo expiaciones a Dios, como Misas,
oraciones, obras de misericordia, etc. Son actos excelentes que el Señor te
recompensará.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos
solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus
vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero
en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías
y Moisés, y conversaban con Jesús.
Toma
la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer
tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías»; pues no sabía qué
responder ya que estaban atemorizados. Entonces se formó una nube que les
cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado,
escuchadle». Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a
Jesús solo con ellos.
Y
cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto,
hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos observaron
esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de "resucitar de
entre los muertos".
Y
le preguntaban: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?». Él
les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está
escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado? Pues
bien, yo os digo: Elías ha venido ya y han hecho con él cuanto han querido,
según estaba escrito de él». (Mc 9,2-13)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio de la transfiguración nos presenta un enigma descifrado. El texto
evangélico de san Marcos está plagado de secretos mesiánicos, de momentos puntuales
en los cuales Jesús prohíbe que se dé a conocer lo que ha hecho. Hoy nos
encontramos ante un “botón de muestra”. Así, Jesús «les ordenó que a nadie
contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre
los muertos» (Mc 9,9).
¿En
qué consiste este secreto mesiánico? Se trata de levantar un poco el velo de
aquello que se esconde debajo, pero que sólo será desvelado totalmente al final
de los días de Jesús, a la luz de su Misterio Pascual. Hoy lo vemos claro en
este Evangelio: la transfiguración es un momento, una catadura de gloria para
descifrar a los discípulos el sentido de aquel momento íntimo.
Jesús
había anunciado a sus discípulos la inminencia de su pasión, pero al verles tan
turbados por tan trágico fin, les explica con hechos y palabras cómo será el
final de sus días: unas jornadas de pasión, de muerte, pero que concluirán con
la resurrección. He aquí el enigma descifrado. Santo Tomás de Aquino dice: «Con
el fin de que una persona camine rectamente por un camino es necesario que
conozca antes, de alguna manera, el lugar al cual se dirige».
También
nuestra vida de cristianos tiene un fin desvelado por Nuestro Señor Jesucristo:
gozar eternamente de Dios. Pero esta meta no estará exenta de momentos de
sacrificio y de cruz. Con todo, hemos de recordar el mensaje vivo del Evangelio
de hoy: en este callejón aparentemente sin salida, que es frecuentemente la
vida, por nuestra fidelidad a Dios, viviendo inmersos en el espíritu de las
Bienaventuranzas, se agrietará el final trágico, gozando de Dios eternamente.
* Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida,
España)
Santoral Católico
San Francisco Regis Clet
San Francisco Regis Clet
Misionero Vicentino y Mártir
Nació
en Grenoble (Francia) el año 1748. Ingresó en la Congregación de la Misión, los
Paúles, y recibió la ordenación sacerdotal en 1773. Estuvo años de profesor de
teología moral en el seminario de Annecy, y era maestro de novicios en París
cuando estalló la Revolución Francesa. En 1791 pidió ir de misionero a China, y
se lo concedieron. Estuvo unos meses en Macao y luego pasó treinta años
evangelizando, en medio de grandes dificultades, en las provincias de Kiong-Si,
Hou-Pe y Ho-nam. Antes, los emperadores consintieron las misiones, y los
cristianos fueron aumentando. Pero cuando llegó el P. Francisco, se había
difundido la desconfianza hacia Occidente, de donde provenían los misioneros.
Después, la desconfianza se convirtió en persecución abierta, y la Iglesia tuvo
que pasar a la clandestinidad. Lo denunció, por dinero, un cristiano renegado.
Lo encarcelaron y lo torturaron, y el 18 de febrero de 1820 lo estrangularon en
Wuhan, provincia de Hubei (China). Juan Pablo II lo canonizó el año 2000.
© Directorio Franciscano
Santoral Católico:
Santa Bernardita Soubirous
Vidente de Lourdes
Información:
Pensamiento del Santo Padre Pío
"Cuando
a Él le plazca colocarnos en la cruz,
es
decir, tenernos en cama enfermos,
agradezcámosle
y sintámonos afortunados
por
tanto honor recibido,
sabiendo
que estar en la cruz con Jesús
es
un acto sumamente más perfecto
que
el de sólo contemplarlo en ella"
Tema del día:
La Virgen María y el sacramento de la Confesión
La
Virgen María ocupa un lugar muy particular para los creyentes en Cristo. Ella
fue concebida inmaculada. Ella aceptó plenamente la voluntad de Dios en su
vida. Ella, como Puerta del cielo, dio permiso a Dios para entrar en la
historia humana. Ella estuvo al pie de la Cruz de su Hijo. Ella oraba con la
primera comunidad cristiana en la espera del Espíritu Santo.
Por
eso María está presente, de un modo discreto pero no por ello menos importante,
en el sacramento de la Eucaristía. Las distintas plegarias la mencionan, pues
no podemos participar en el misterio pascual de la Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo sin recordar a la Madre del Redentor.
¿Está
también presente la Virgen en el sacramento de la confesión? En el ritual de la
Penitencia no hay menciones específicas de María. Ni en los saludos, ni en la
fórmula de absolución, ni en la despedida.
En
algunos lugares, es cierto, se conserva la devoción popular de iniciar la
confesión con el saludo “Ave María purísima. Sin pecado concebida”. Pero se
trata de un saludo no recogido por el ritual, y que muchos ya no utilizan.
Sin
embargo, aunque el rito no haga mención explícita de la Virgen, Ella está muy
presente en este sacramento.
En
la tradición de la Iglesia María recibe títulos y advocaciones concretas que la
relacionan con el perdón de los pecados. Así, la recordamos como Refugio de los
pecadores, como Madre de la divina gracia, como Madre de la misericordia, como
Madre del Redentor y del Salvador, como Virgen clemente, como Salud de los
enfermos.
A
lo largo del camino cristiano, Ella nos acompaña y nos conduce, poco a poco,
hacia Cristo. La invitación en las bodas de Caná, “haced lo que Él os diga”
(cf. Jn 2,5) se convierte en un estímulo para romper con el pecado, para acudir
al Salvador, para abrirnos a la gracia, para iniciar una vida nueva en el Hijo.
Por
eso, en cada confesión la Virgen está muy presente. Tal vez no mencionamos su
nombre, ni tenemos ninguna imagen suya en el confesionario. Pero si resulta
posible escuchar las palabras de perdón y de misericordia que pronuncia el
sacerdote en nombre de Cristo es porque María abrió su corazón, desde la fe, a
la acción del Espíritu Santo, para acoger el milagro magnífico de la
Encarnación del Hijo.
La
Virgen, de este modo, acompaña a cada sacerdote que confiesa y a cada penitente
que pide humildemente perdón. Su presencia nos permite entrar en el mundo de
Dios, que hizo cosas grandes en Ella, que derrama su misericordia de generación
en generación (cf. Lc 1,48-50), hasta llegar a nosotros también en el
sacramento de la Penitencia.
©Fernando
Pascual
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Humor
Alberto
y Alicia son ambos pacientes en un hospital psiquiátrico.
Un
día mientras caminaban cerca de la piscina del hospital, Alberto
inesperadamente saltó a la piscina y cayó hasta el fondo, donde permaneció sin
moverse.
Alicia
rápidamente entró para salvarlo, nadó hasta el fondo y lo sacó.
Cuando
el director del hospital se enteró del acto heroico de Alicia, ordenó que se le
diera de alta del hospital, pues consideraba que ella ahora estaba mentalmente
estable.
El
director le dijo a Alicia:
-
Tengo dos noticias para darte... una buena y una mala. La buena es que ya te
dimos de alta, al meterte a la piscina y haber salvado la vida de otro paciente
has demostrado que eres capaz de responder razonablemente ante una crisis, por
esto llegué a la conclusión de que ya estás mentalmente sana y puedes abandonar
el hospital. La mala noticia es que, Alberto, el paciente a quien le salvaste
la vida, se ahorcó en el baño con el cinturón de su bata... momentos después de
que le salvaste la vida... Alicia, lo siento mucho, Alberto está muerto.
Alicia
muy sorprendida le contesta al director:
-Nooo,
no se colgó él... lo colgué yo para que se secara.
Meditación
Un
maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo
del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.
Por
la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo
estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán
lo picó.
Alguien
que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
"Perdone,
¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo
picará?"
El
maestro respondió:
"La
naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es
ayudar".
Y
entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le
salvó la vida.
No
cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.
Algunos
persiguen la felicidad; otros la crean.
Los cinco minutos de María
Febrero 18
Jesús
es la Verdad y la Vida. Por eso la Madre de Jesús es la Madre de la Verdad y la
Vida.
Madre
de la Verdad, porque nos conduce a la Verdad, que es Jesús.
Quien
está en Jesús permanece en la Verdad y está ciertamente con María.
María
se convierte así en el camino más rápido y seguro para llegar a la Verdad y a
la Vida.
María, que consagraste tu vida a la obra de tu Hijo,
ayúdanos a comprometernos en el servicio a nuestros hermanos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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