PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3271 ~ Martes 14 de Febrero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios,
Padre, haznos partícipes de la oración de Jesús. Enséñanos a orar como Él mismo
oró: en espíritu y en verdad. Danos espíritu de oración.
Sólo
Tú puedes recoger nuestro corazón en ti.
Sólo
Tú puedes concedernos que, a través del diario quehacer, te hallemos a ti, que
eres lo único necesario. Lo único en quien nuestro corazón puede descansar.
Venga
tu Espíritu en nuestra ayuda, y, como nosotros no sabemos qué debemos pedir,
interceda Él por nosotros con gemidos inefables.
(Karl Rahner)
¡Buenos días!
La zorra y el cuervo gritón
La
adulación es un elogio exagerado y/o insistente con la finalidad de obtener un
favor. Se basa en el egoísmo, no en la admiración sincera. Se ha escrito que
“es una moneda falsa que tiene curso gracias sólo a nuestra vanidad.” Si te
conoces bien a ti mismo, sentirás rechazo ante la bajeza de la adulación.
Un cuervo robó a unos pastores un pedazo de carne y
se posó en un árbol. Lo vio una zorra y deseando apoderarse de la carne, empezó
a halagar al cuervo. Alababa sus elegantes proporciones y su gran belleza;
decía, además, que no había encontrado a nadie mejor que él para rey de las
aves, pero, ¡lástima que le faltara voz!
El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba voz, soltó la
carne para lanzar con orgullo fuertes gritos. La zorra, sin perder tiempo,
rápidamente recogió la carne, y le dijo: -Amigo cuervo, si además de vanidad
tuvieras entendimiento, nada te faltaría para ser el rey de las aves.
La
vanidad desvirtúa el mérito de nuestras buenas obras. Jesús pone al Padre como
fundamento de esta nueva actitud: el Padre es el que nos ve, en lo secreto, y
él es el que nos recompensa con su amor cuando nosotros no vemos la aprobación
humana. Jesús nos invita a vivir ante la mirada de Dios que sondea el corazón.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, los discípulos se habían olvidado de tomar panes, y no llevaban
consigo en la barca más que un pan. Jesús les hacía esta advertencia: «Abrid
los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de
Herodes». Ellos hablaban entre sí que no tenían panes. Dándose cuenta, les
dice: «¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni
entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo
oídos no oís? ¿No os acordáis de cuando partí los cinco panes para los cinco
mil? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?». «Doce», le dicen. «Y
cuando partí los siete entre los cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de
trozos recogisteis?» Le dicen: «Siete». Y continuó: «¿Aún no entendéis?». (Mc 8,14-21)
Comentario:
Hoy
—una vez más— vemos la sagacidad del Señor Jesús. Su actuar es sorprendente, ya
que se sale del común de la gente, es original. Él viene de realizar unos
milagros y se está trasladando a otro sector en donde la Gracia de Dios también
debe llegar. En ese contexto de milagros, ante un nuevo grupo de personas que
lo espera, es cuando les advierte: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de
los fariseos y de la levadura de Herodes» (Mc 8,15), pues ellos —los fariseos y
los de Herodes— no quieren que la Gracia de Dios sea conocida, y más bien se la
pasan cundiendo al mundo de mala levadura, sembrando cizaña.
La
fe no depende de las obras, pues «una fe que nosotros mismos podemos
determinar, no es en absoluto una fe» (Benedicto XVI). Al contrario, son las
obras las que dependen de la fe. Tener una verdadera y autentica fe implica una
fe activa, dinámica; no una fe condicionada y que sólo se queda en lo externo,
en las apariencias, que se va por las ramas… La nuestra debe ser una fe real.
Hay que ver con los ojos de Dios y no con los del hombre pecador: «¿Aún no
comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada?» (Mc 8,17).
El
reino de Dios se expande en el mundo como cuando se coloca una medida de
levadura en la masa; ella crece sin que se sepa cómo. Así debe ser la auténtica
fe, que crece en el amor de Dios. Por tanto, que nada ni nadie nos distraiga
del verdadero encuentro con el Señor y su mensaje salvador. El Señor no pierde
ocasión para enseñar y eso lo sigue haciendo hoy día: «Nos hemos de liberar de
la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy»
(Benedicto XVI).
* Rev. P. Juan Carlos CLAVIJO Cifuentes (Bogotá,
Colombia)
Santoral Católico:
San Cirilo, monje y San Metodio, obispo
Patrones de Europa
Eran
hermanos, nacidos en Tesalónica (Grecia), misioneros, oriundos de la Iglesia
Bizantina, que, en el siglo IX, en los tiempos difíciles del gran cisma del
Oriente cristiano, evangelizaron a los pueblos eslavos de la Europa oriental.
Tradujeron las sagradas Escrituras y celebraron la liturgia en lengua eslava,
adaptando así el Evangelio a las diversas culturas. El papa Nicolás I confirmó
su misión y alentó sus trabajos. San Juan Pablo II los proclamó en 1980, junto
a san Benito, patronos de Europa. San Cirilo hizo brillantes estudios en
Constantinopla. En unión de su hermano Metodio se dirigió a Moravia a predicar
la fe. Entre los dos publicaron los textos litúrgicos en lengua eslava,
escritos en caracteres «cirílicos», como después se designaron. Llamados a
Roma, Cirilo murió allí el 14 de febrero del año 869. San Metodio, consagrado
obispo, marchó a Panonia, donde desarrolló una infatigable labor de
evangelización. Tuvo que sufrir mucho a causa de los envidiosos, pero contó
siempre con el apoyo de los papas. Murió el 6 de abril del año 885 en la ciudad
checoslovaca de Vellehrad.
Oración: Oh Dios, que iluminaste a los pueblos
eslavos mediante los trabajos apostólicos de los santos hermanos Cirilo y
Metodio, concédenos la gracia de aceptar tu palabra y de llegar a formar un
pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera fe. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano Aciprensa
Pensamiento del Papa Francisco
“La
Iglesia es el pueblo de Dios que camina en la historia, con alegrías y dolores.
La Iglesia no debe reducirse a una pequeña capilla que puede contener solo a un
pequeño grupito de personas seleccionadas. No debemos reducir el sentido de la
Iglesia universal a un nido protector para nuestra mediocridad”
Historias:
El muro y la araña
Dicen
que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían
matarlo. El hombre ingresó a una
cueva. Los malhechores empezaron a
buscarlo por las cuevas anteriores de la que él se encontraba. Con tal
desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:
"Dios
todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren
a matarme".
En
ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se
encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una
telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez mas
angustiado: "Señor te pedí ángeles, no una araña."
Y
continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en
la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió
los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita
tejiendo la telaraña.
Estaban
ya los malhechores ingresando en la cueva anterior a la que se encontraba el
hombre y este quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron
frente a la cueva en que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado
toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación:
Primer
hombre: " Vamos, entremos a esta cueva."
Segundo
hombre: "No. ¿No ves que hasta hay telarañas? Nadie ha entrado en
esta"
"La fe es creer que se tiene lo que no se ve.
Perseverar en lo imposible"
Hay
una frase muy bella que dice: "Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en
forma de semilla".
Pedimos
cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios
nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas, Él
puede hacer mucho más.
Como
en esta historia, a veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría
ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos,
Dios en cambio nos pide además confianza en El, para dejar que su Gloria se
manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una
muralla.
Si
has pedido un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios puede
convertir las cosas... y confía en El.
Meditación
Hay
dos días en cada semana en los que no nos debemos preocupar. Dos días que se
deben guardar libres de miedo y ansiedad.
Uno
de esos días es ayer. Ayer, con sus equivocaciones y pesares, sus faltas y
confusiones, sus dolores y tristezas. Ayer ha pasado para siempre, fuera de
nuestro control; y todo el dinero del mundo no podría cambiar ni una cosa que
hayamos hecho, ni podemos borrar una palabra. Ayer ya pasó.
El
otro día sobre el que no debemos de preocuparnos es mañana. Mañana, con sus
posibles adversarios, sus problemas, sus promesas grandes y sus pequeños
logros. Mañana volverá a salir el sol, ya sea en esplendor o detrás de una
máscara de nubes, pero subirá. Hasta que llegue no tenemos parte en mañana,
pues aún no ha nacido.
Y
sólo queda un día: HOY
Cualquier
hombre puede pelear la batalla de un solo día.
Cuando
nos cargamos con esas horripilantes eternidades, el Ayer y el Mañana, nos
derrumbamos. No es la experiencia de hoy lo que lastima a los hombres, sino la
amarga culpa, algo que sucedió ayer, y el miedo de lo que traerá el mañana.
Vivamos pues, tan sólo un día a la vez, y dejemos confiadamente a Dios todo lo
demás.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno
descanso del alma de José Luis R. G.,
de ciudad de México, quien ha regresado a los brazos del Padre.
Pedimos oración por la salud
de la señora Elsa F., de 79 años de
edad, de Santiago del Estero, Argentina, que se encuentra internada y sin
diagnóstico certero. Que Jesús Misericordioso le conceda la gracia de sanarse.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Febrero 14
Toda
la hermosura y toda la bondad de María brotan de su Corazón. La vida íntima de
la Virgen se reflejó en su exterior: si sus ojos fueron limpios y puros, fue
porque su Corazón fue virginal; si sus obras fueron santas, fue porque su
espíritu vivía en santidad.
El
cristiano tiene que ser santo y, además, tiene que parecerlo; debe “aparecer”
lo que es en realidad; la falsedad y el fingimiento son anticristianos. Si el
mayor esfuerzo debe estar puesto en ser más que parecer, también debe cuidar
que su vida “hable a los otros de Dios”.
María, que contribuyes con tu presencia a la
construcción del Reino de Dios, ayúdanos a buscar ese reino de justicia, de
verdad, de amor y de paz.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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