miércoles, 15 de febrero de 2017

Pequeñas Semillitas 3272

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3272 ~ Miércoles 15 de Febrero de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Las palabras de Jesús tienen hoy la misma fuerza y novedad que hace dos mil años: «Vosotros sois la sal de la tierra (...) vosotros sois la luz del mundo (...) Que vuestra luz brille ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos» (Mt 5, 13-16).
Jesús nos llama a ser LUZ DEL MUNDO, alumbrando con nuestra palabra y sobre todo con nuestro ejemplo, en medio de tantas tinieblas morales.
Cristo nos llama a esta tarea misionera porque quiere necesitarnos para continuar su misión en el mundo y nos ha confiado a cada uno un sitio concreto para hacerse presente ahí.
Ser un cristiano normal no es un dato estadístico: no significa que soy un cristiano corriente porque Dios no tiene nada especial que encargarme, sino que estoy en medio del mundo porque Dios me ha llamado a realizar la misión de Cristo en el mundo, siendo este mi modo de ser cristiano. Ser un cristiano corriente es la forma de ser cristiano de aquel que ha de ser santo en las circunstancias corrientes.
El llamado y la misión son para todos…

¡Buenos días!

Buen trato en el hogar
No es raro que en las familias suceda que el trato cortés y delicado se reserve más bien para los extraños. Estábamos quizá discutiendo y vociferando en casa, cuando sonó el timbre, abrimos a la visita que se anunciaba y de inmediato el clima de la convivencia se modificó. Empezó un intercambio de amable cortesía con quienes llegaban de fuera.

En la Italia de la posguerra en cierta ocasión un grupo de periodistas entrevistó al Conde Sfoza, ministro de relaciones exteriores. Los reporteros comenzaron a preguntarle sobre la situación política internacional. —Es francamente optimista y esperanzadora, contestó el ministro con una sonrisa. Los relaciones italoamericanas son excelentes; las italobritánicas, así mismo son satisfactorias; las italofrancesas, van mejorando día a día. Las únicas que dejan que desear son las italoitalianas. Todos rieron. Y el ministro añadió: —A veces es más difícil arreglar las rivalidades internas que la gran política externa.

Vale la pena tenerlo en cuenta y disponerse a vivir en la propia familia lo que san Pablo recomendaba a los cristianos de Colosas: “Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección”. Y no olvides que la cortesía y la delicadeza en el trato cotidiano es la mejor expresión del amor.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?». Él, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan». Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía claramente todas las cosas. Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo». (Mc 8,22-26)

Comentario:
Hoy a través de un milagro, Jesús nos habla del proceso de la fe. La curación del ciego en dos etapas muestra que no siempre es la fe una iluminación instantánea, sino que, frecuentemente requiere un itinerario que nos acerque a la luz y nos haga ver claro. No obstante, el primer paso de la fe —empezar a ver la realidad a la luz de Dios— ya es motivo de alegría, como dice san Agustín: «Una vez sanados los ojos, ¿qué podemos tener de más valor, hermanos? Gozan los que ven esta luz que ha sido hecha, la que refulge desde el cielo o la que procede de una antorcha. ¡Y cuán desgraciados se sienten los que no pueden verla!».
Al llegar a Betsaida traen un ciego a Jesús para que le imponga las manos. Es significativo que Jesús se lo lleve fuera; ¿no nos indicará esto que para escuchar la Palabra de Dios, para descubrir la fe y ver la realidad en Cristo, debemos salir de nosotros mismos, de espacios y tiempos ruidosos que nos ahogan y deslumbran para recibir la auténtica iluminación?
Una vez fuera de la aldea, Jesús «le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: ‘¿Ves algo?’» (Lc 8,23). Este gesto recuerda al Bautismo: Jesús ya no nos unta saliva, sino que baña todo nuestro ser con el agua de la salvación y, a lo largo de la vida, nos interroga sobre lo que vemos a la luz de la fe. «Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado, y veía todo con claridad» (Lc 8,25); este segundo momento recuerda el sacramento de la Confirmación, en el que recibimos la plenitud del Espíritu Santo para llegar a la madurez de la fe y ver más claro. Recibir el Bautismo, pero olvidar la Confirmación nos lleva a ver, sí, pero sólo a medias.
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Claudio de la Colombiere
Presbítero Jesuita
Nació en 1641 en St-Symphorien d'Ozon (Francia). Ingresó en la Compañía de Jesús y pronto, en París, lo eligieron preceptor de los hijos de Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV. Ordenado de sacerdote, regresó a Lyon, donde se dedicó a la predicación y dirección de la Congregación Mariana. En 1675, fue nombrado rector del colegio de Paray-le-Monial; allí, en el monasterio de la Visitación, Margarita María de Alacoque vivía momentos difíciles en su misión de difundir la devoción al Corazón de Jesús. El Padre La Colombière supo discernir los planes de Dios, y la apoyó y guió con acierto como director espiritual. Poco después, marchó a Londres como predicador de María Beatriz, esposa del duque de York, futuro rey, que era una católica en un entorno protestante. El encargo era delicadísimo, pero Claudio cumplió su cometido e instruyó en la fe a no pocas personas que habían abandonado la Iglesia romana. En 1678 fue acusado de conspiración papista, encarcelado y expulsado de Inglaterra. Enviado nuevamente a Paray, falleció el 15 de febrero de 1682.
© Directorio Franciscano 

Pensamiento del día

"La vida no es un problema que resolver,
sino un regalo que hay que disfrutar.
Aunque sientas cansancio, el tiempo te abandone,
un error te lastime, una traición te hiera
o quizás una ilusión se apague e ignoren tus esfuerzos,
inténtalo de nuevo ya que el fracaso es la oportunidad de un mejor comienzo".    

Tema del día:
El valor de la Santa Misa
A la hora de tu muerte, tu mayor consolación será las Misas que durante tu vida oíste.

Cada Misa que a la que asististe te acompañará al Tribunal Divino y abogará para que alcances el perdón.

Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debas por tus pecados, en proporción con el fervor con el que participes.

Con la asistencia devota a la Santa Misa rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor. La Santa Misa bien vivida suple tus mayores negligencias y omisiones.

Por la Santa Misa bien vivida se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni siquiera te acuerdas. Por ella pierde también el demonio el dominio sobre ti.

Además, ofreces el mayor consuelo a las almas benditas del Purgatorio.

Una Misa en la que has estado presente mientras vives te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de tu muerte.

Te libras de muchos peligros y desgracias, en los cuales quizás caerías si no fuera por la Santa Misa.

Acuérdate también de que con ella acortas tu purgatorio.

Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del Sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.

Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.

Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.

Cuando vamos a Misa en honor de algún Santo Particular, dando gracias a Dios por los favores pedidos a este Santo no podemos menos de ganarnos su protección y especial amor, por el primer gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.

Todos los días que vamos a Misa estaría bien que, además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

Meditación

Los cristianos somos seguidores de Cristo, imitadores suyos. Pero muchas veces no imitamos al Señor, sino que obramos en forma diametralmente opuesta a lo que obraría el Señor. Si no a qué se debe que busquemos con tanta fiebre el dinero y los bienes materiales, y que nos preocupemos tanto por el qué dirán. Jesús no obró así, y nos dijo que buscáramos primero el Reino de Dios, pues todo lo demás nos vendría como añadidura. En cambio nosotros a veces buscamos la añadidura primero, y no pocas veces nos olvidamos del Reino de Dios, de anunciarlo.
Si el mundo está como está, es en gran parte porque los cristianos hemos venido a menos, no tanto en número, sino más bien en fervor, en convicción; porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.
Es tiempo de despertar de este sueño en que nos tiene como narcotizados el demonio a través del materialismo que es como su encarnación. Tenemos que comprender de una vez por todas que las cosas materiales no nos pueden hacer felices, porque no estamos hechos para la Tierra, sino para el Cielo, y la tierra es un lugar de exilio y de paso, preparación y antesala del Cielo.
Si hacemos así, entonces poco a poco irá cambiando el ambiente donde nos movemos, al menos en nuestra familia, porque los demás, al ver nuestra coherencia de vida, y que no seguimos a la mayoría, también se convertirán y se entusiasmarán por la vida cristiana, que siempre es diferente a la vida mundana. Si así no lo fuera, entonces no es vida cristiana la que llevamos.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. 

Pedimos oración para Leticia, de Canals, provincia de Córdoba, Argentina, que este viernes tiene cirugía por un tumor de tiroides, por lo que rogamos al Señor que la acompañe para que todo salga bien.

Pedimos oración para Marcos M., que vive en Miami, USA, a quien operan de la córnea. Que por la intercesión de Santa Lucía, patrona de la vista, la operación resulte exitosa.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Febrero 15
Es enternecedor el cuadro que nos muestra a María enseñando a Jesús a dar los primeros pasos. ¡Y pensar que la Virgen enseñó a Dios a caminar, a comer, a calzarse las sandalias…!
Si Dios hecho niño se subordinó a María para aprender algunas cosas, ¿cómo nosotros no vamos a aprender de ella muchas cosas? Sobre todo aprenderemos a caminar hacia Dios; ella nos tomará de su mano maternal y llegaremos con certeza a nuestro Padre Dios.
No nos olvidemos, pues, de aferrarnos cada día a las manos de María. Invoquémosla, recémosle, acudamos a ella con confianza y amor de verdaderos hijos.
María, modelo de la fe, enséñanos a vivir el Evangelio de tu Hijo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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